La parábola del chancho y quien le da de comer
Por Ernesto Poblet
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Sencilla y sabia entrerriana de pueblo chico fue mi madre. Sus estudios fueron elementales pero supo enriquecerse amando los libros y transmitiendo esa cualidad. Me decía: “Hijo, nacemos brutos los seres humanos, pero necesitamos abandonar ese estado por medio de la reflexión y la información.
Alguna vez leí que el cerebro tiene dos hemisferios, uno para crear y el otro para acumular conocimiento, o algo así, no sé bien…”. Otras veces me recordaba refranes criollos o más viejos, como los del Quijote: “Lo que natura no da, Salamanca no presta…”
EL ROMPECABEZAS
El gabinete de los Kirchner es como un rompecabezas al que nunca se lo terminará de armar. Si el ahora célebre Claudio Uberti revistaba como Presidente de OCCOVI en una función cuasi municipal y pedestre, se lo descubre como un viajero play boy fletando aviones con la secretaria a cuestas, llevando y trayendo grupitos de funcionarios chavistas acompañados de un voluminoso contra-espía yanqui a bordo, mandado por un pacto basura diabólicamente pergeñado por Bush, Cheney, el Departamento de Estado, la CIA , el FBI, los jueces y fiscales de Miami, ciertos empresarios boliburgueses y una pieza que cuesta encajarla adecuadamente en el puzzle: qué hacía ahí el presidente de la milagrosa empresa estatal Enarsa, el ingeniero Espinosa, quien dentro de su sistemática impavidez no dejó de pagar las costosas facturas de los charters y demás viáticos del vuelo más famoso del siglo XXI..
A esa altura del armado el jeroglífico parecía completarse. Pero, leyendo los diarios de meses atrás, nos enteramos que Hugo Chávez elogiaba reiteradamente en cuanta alocución podía, al “amigo Claudio Uberti” reconocido como el íntimo embajador de Néstor ante su colega Hugo el Supremo. A todo esto, Néstor había mandado otra embajadora por la vía correcta de la cancillería. ¿Para qué menesteres habrá ido y perdura la enigmática azafata…?
El otro gran intríngulis del “gabinete” Kirchner es el sector energético. La Secretaría de Energía está titularizada por un ingeniero reconocidamente idóneo para la materia: el ingeniero Cameron, uno de los hombres mejor preparados para esa función, al que no dejan actuar.
En la alquimia de mando que elaboran los Kirchner el caso Cameron es más que patético. Es la repartición del gobierno donde se cometieron los errores más estrafalarios del régimen. Por más que el ingeniero Cameron haya firmado todos los decretos y resoluciones aberrantes que nos dejaron volatilizar el gas, no encontrar crudo para industrializar ni transportar, no alcanzar la generación de electricidad para satisfacer las necesidades y dejar colapsar la distribución, aún así, a nadie de los entendidos en la materia se les ocurriría cargar a Cameron con la responsabilidad. Es difícil de entender, pero es real. En el entorno Kirchner todas las culpas las tienen los que dan de comer.
Las decisiones del régimen, en este sector, pasaron por las manos del divinizado matrimonio, el ministro arquitecto todo terreno de la planificación federal y, los dos soldados que componen el puzzle singularmente revistados en Comercio Interior: Moreno y Baratta, dos lobos feroces hábilmente escondidos en el disfraz de la dulce perra Lassie. Ocupan otros territorios, más o menos autárquicos, el imperturbable Alberto, el secretario subsidiador Jaime y otros de menor importancia.
Durante el primer trimestre de 2005, Néstor Kirchner estalló de furia desde el atril. Ordenó al pueblo no comprarle nada a la Shell de Aranguren. Ni siquiera “una lata de aceite”. Mandó sus piqueteros S.A. para aterrorizar con el escrache al rebelde empresario Aranguren. ¡Habráse visto, este súbdito de Isabel de Windsor y de Beatriz de Holanda faltarle el respeto al Secretario de Comercio Interior de la honorable patria argentina...!
¿Cómo se le ocurre negarle el número de su celular a Guillermo Moreno para evitar los llamados a las tres de la mañana, como dócilmente accedían casi todos sus colegas…?. Aranguren sería un muerto civil. Entre los escraches de las S.A. y la falta de ventas se lo haría hocicar fiero al retobado ingeniero.
Tal cual mi madre me lo decía. La fórmula “reflexión más información” es infalible. Es lo que le faltó al lobo disfrazado de Lassie. Pero… ¿Quién tendrá la culpa, el lobito o quien lo alimenta…?
Aranguren y sus empleados sufrieron los escraches más incómodos y peligrosos. También debieron soportar la falta de ventas de sus productos. ¿Y qué harían con su mercadería sin vender…? Hicieron lo que la reflexión y la información les permitió: exportaron toda la mercadería que el atrilero y los piqueteros no les dejaron vender en la Argentina. Tuvieron que hacerlo a un precio casi un 50% más caro que el precio regulado por el lobo disfrazado de Lassie.
Creer o reventar, mi mamá tenía razón. Los Kirchner, Alberto F., De Vido, los lobos feroces y los 40 millones de argentinos -sin comerla ni beberla- perdimos como en la guerra. Aranguren y su empresa perseguida ganaron casi el doble en aquel año pues sólo emplearon el arma pacífica de la reflexión y la información. ¿Por qué fracasó el boicot…? Por más que los abogados, arquitectos, ingenieros y piqueteros se empeñen en cultivar la bestialidad, sus muchos o escasos conocimientos no podrán acudir en su ayuda. Salamanca ahí no colabora. Los 40 millones resignados ya habíamos otorgado el mandato. Era tarde.
ENARSA SIEMPRE ENARSA
La “empresa” Enarsa nos asusta en cualquier momento. Fue la creación rocambolesca de un Congreso Nacional cooptado por los Kirchner. Parece surgida del mundo de Harry Potter. Tan poderosa es que su presidente Espinosa aparece involucrado en la platea del affaire “Operación Basura Yanqui” trayendo a Antonini y su valija y ni siquiera se lo llama a declarar aunque sea pidiéndole una módica declaración por escrito. ¡¿Qué hacías ahí muchacho…?!
Sólo en el mundo de Harry Potter una sociedad anónima del Código de Comercio podría realizar gigantescas operaciones de negocios por miles de millones de dólares contando en sus cajas fuertes la nimia suma de doce mil pesitos argentinos como todo su capital. No dudo que Alberto Fernández intentará fundamentar este fenómeno inextricable de la alta alquimia financiera. Sin embargo desearíamos, lo necesitamos como comunidad argentina, encontrar un mago similar que nos invierta a nosotros cualquier migaja para paliar la falta de inversiones en el área energética.
La noticia apareció chiquita y escondida, como tapándose la cara de la vergüenza. ¡¡¡Enarsa invertirá 480 millones de dólares en un proyecto hidroeléctrico en Ecuador!!!.
Crece la demanda energética en la decadente Argentina por más que la maquillen, proliferan los cortes de luz aunque no se lo informe pero que existen, existen. Impertérritos, viajan a Quito el ministro De Vido y el presidente de Enarsa, Exequiel Espinosa, quien también desempeña como hobby el acarreo de valijas henchidas de dólares al parecer obsequios gentileza del atento comandante Hugo Chávez.
Entre ambos funcionarios firmarán el acuerdo con la premura del caso. El proyecto se considera “prioridad nacional”. Pobres ecuatorianos, gastan 500 millones de dólares cada año en importaciones. El presidente Correa no tiene ni tiempo de resolver el problema. Los precios controlados, las “nacionalizaciones”, las nuevas empresas estatales, la inflación como nubarrones que se desploman, los subsidios, el hambre, la inseguridad, la corrupción y todo lo demás que sabemos de sobra acosan de problemas al atribulado mandatario. Promete utopías como todos sus émulos populistas.
Si bien no tengo noticias acerca de la factibilidad del proyecto hidráulico entiendo que todo se habrá hecho en orden y dentro de las normas del derecho administrativo. No creo que se descuiden esos fondos de nuestros contribuyentes y jubilados del sistema de reparto. Al fin y al cabo son los paganinis de tan bella y caritativa aventura romántica. El negocio de la hidroelectricidad a veces tarda décadas en las construcciones. ¡Ojo, mucho ojo!
No hay porqué pensar mal. El tandem De Vido-Espinosa ha actuado en experiencias de mayor complejidad. Fueron los arquitectos del gasoducto Caracas-Buenos Aires junto al omnipresente comandante Chávez, lástima que haya fallado. Siguen ambos personajes al pie del gasoducto que se le regala a Evo Morales junto a una planta de separación de gases.
Desde luego que en este sutil emprendimiento también dieron participación como accionistas a nuestros solventísimos contribuyentes y futuros jubilados de reparto. Es conmovedor observar a estos generosos brokers de inversores -De Vido y Espinosa- el afecto que prodigan a sus queridos accionistas. ¿Porque será…? Nunca se olvidan de ellos. Son tan geniales nuestros astutos brokers que hasta se dan el gusto de arrastrar a los giles brasileños y uruguayos en negocios petroleros donde se las ingenian para que Enarsa no ponga un guita -ni riesgo alguno- para explorar hidrocarburos en el mar. La señora que escribió el Harry Potter sabe mucho de todo esto.
EL LLANTO DE LOS CATAMARQUEÑOS
Las provincias son dueñas de sus recursos naturales dice la Constitución. Algo así como decir: “vos nación fuera de acá, no tenés nada que ver con esto”. Hay seis leyes del Congreso sancionadas por unanimidad hace una década atrás que garantiza a las provincias -y a los inversores- un sistema de intangibilidad impositiva.
Es política de Estado respetada por los gobiernos de Menem, De la Rúa , Duhalde y hasta hace pocos meses por el mismísimo Kirchner con despliegue propagandístico excesivo, como si fuera obra de él. Hay contratos hipermillonarios de inversión con cláusulas expresas que obligan a respetar a rajatablas esos principios que inspiraron la llegada de los increíbles miles de millones de dólares de inversión y tecnología ultra moderna. El minero Domingo Faustino Sarmiento desbordaría de felicidad con semejantes concreciones en su amada patria.
Pero apareció el “Terminator K.” con una estruendosa carcajada fantasmal y tenebrosa. Violando todo, la ética, la C.N ., las seis leyes, los contratos y el derecho de las provincias como dueñas exclusivas del negocio. ¡Se impusieron las más letales retenciones…!
Dijo el Secretario de Minería de Catamarca: “…el gobierno nacional produce una triple afectación, porque los fondos así ingresan a Nación y no a la provincia… la nación tiene una ganancia del 35% y Catamarca sólo un 3% y esos fondos no son coparticipables”. Como siempre la gangsteril actitud del gobierno nacional terminará haciendo el daño que acostumbra.
La demencial retención del gobierno nacional no sólo es un robo a mano armada. Destruyen las ilusiones del desarrollo de la provincia. La empresa inversora arriesgó y ahora le quitan lo que ha ganado legítimamente, no tendrá más opción que perder todo y huir despavorida de este país de gobernantes nacionales inescrupulosos y faltos de reflexión e información.
¡Cuánta razón tenía la dulce y gordita señora entrerriana del pago chico! Y tan simple que parece el refrán cervantino “…lo que natura no da, Salamanca no presta.”
epoblet@fibertel.com.ar
El autor es abogado, historiador, periodista y profesor de derecho internacional público.
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