martes, 8 de abril de 2008

KRISTINA: BOINA NEGRA RECHAZADA

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“No queremos a Cristina en las marchas por Julio López”
Adriana Calvo, de la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos, expresó a La Política Online su malestar por la presencia de Cristina Kirchner en una manifestación en París por la liberación de Ingrid Betancourt. “El gobierno tiene un doble discurso sobre Derechos Humanos”, afirmó.
Buenos Aires, lapolíticaonline, 08/04/08, 15:57

La boina negra de Cristina Kirchner, confundida entre unos cinco mil manifestantes que marcharon por el centro de París para exigir la liberación de Ingrid Betancourt, es el símbolo del malestar que generó en muchos espacios de la sociedad argentina ver como la presidenta se mezclaba entre los parisinos, algo que ni por cerca estuvo por realizar en la Argentina.



Esto, aunado a la lentitud en los juicios a los genocidas de la última dictadura militar y el cada vez más evidente silencio oficial sobre la desaparición de Julio López, pegó fuerte entre los defensores de Derechos Humanos, tal el caso de Adriana Calvo.



La Política Online dialogó sobre esto con la sobreviviente de tres centros clandestinos de detención, quien no dudó en hablar del “doble discurso” kirchnerista en materia de Derechos Humanos y en afirmar que no quieren que la presidenta participe de las marchas por la aparición con vida del testigo clave.



¿Cómo tomó que Cristina haya participado en una manifestación en París por Ingrid Betancourt y que nunca se haya acercado a las marchas por Julio López?



Me llamó la atención porque es raro que un presidente participe en una marcha. Por eso no me llama la atención que no participe aquí de las marchas por Julio, porque es parte. El gobierno para nosotros es responsable, no de la desaparición, pero si de su aparición con vida y el castigo a los responsables. Al encuentro Memoria, Verdad y Justicia, que es el que organizó las marchas en capital, no le hubiese gustado tenerla entre los participantes.



¿Eso cree usted?



Claro. Es razonable que no participe en su propio país en marchas que reclaman cosas de las que ella es responsable de hacer.



Más allá de la marcha, estamos viendo a Cristina mostrándose en el mundo en reclamo por la liberación de Ingrid Betancourt, contrastando con el silencio oficial por el caso Julio López.



Eso es así. Siendo uno presidente de un país donde los juicios a los genocidas están avanzando de manera absolutamente lenta, donde desapareció uno de los testigos clave en la causa de uno de los pocos condenados y donde asesinaron al procesado en otro de esos juicios y ese crimen sigue impune también. Entonces resulta extraño que, yendo a otro país, participe de una marcha. Es más de lo mismo, porque eso no concuerda con su descripción de su política de Derechos Humanos.



Tanto Cristina como su marido lo que quieren hacer creer es que este es el gobierno de los Derechos Humanos, nosotros pensamos que no. No sólo en lo relativo a la justicia para los genocidas, sino también porque se siguen violando los Derecho Humanos hoy. Ella lo hace para reforzar esa imagen.



¿Para usted Cristina intenta mostrar algo que no es, o no hace?



Este gobierno tiene doble discurso y esta marcha no es más que parte de ese doble discurso. El objetivo de Cristina es reforzar esa imagen ante el mundo. Es igual a lo que hizo (Raúl) Alfonsín en su momento con el juicio a los Juntas, lo que le valió un amplio reconocimiento internacional, juicio que también criticamos y lamentablemente tuvimos razón.



Pero los Kirchner impulsaron la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.



Es cierto, pero sólo sacaron una piedra de un camino plagado de piedras.



¿Y lo que pasó con la Cámara de Casación? ¿Ustedes estuvieron de acuerdo con eso?



Casación es un obstáculo, pero hay muchos más. Somos críticos, por ejemplo, de los proyectos que ha enviado el Poder Ejecutivo al Congreso para supuestamente acelerar la causa contra los genocidas. Porque es lo mismo que Casación y que la marcha en París, es mostrar algo pero no hacerlo. Uno de ellos es terrible, que es ofrecer recompensa a los genocidas, porque con los que genocidas no se negocia.



Los otros cuatro, aceleran la elevación a juicio oral, pero no dice ni una palabra de qué es lo que va a juicio oral. Lo que hacen es que cualquier causa, hecha de cualquier manera, vaya a juicio oral. Son causas que no son representativas de nada y que incluso pueden permitir que los responsables queden en libertad o sean absueltos directamente.



¿Qué está pasando con esas causas?



A nosotros nos preocupa enormemente lo que dijo en el discurso, de que en cinco años esto tiene que estar terminado. Está claro que en ese tiempo no vamos a haber llegado ni al 10 por ciento de los responsables.



“No queremos a Cristina en las marchas por Julio López”
Adriana Calvo, de la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos, expresó a La Política Online su malestar por la presencia de Cristina Kirchner en una manifestación en París por la liberación de Ingrid Betancourt. “El gobierno tiene un doble discurso sobre Derechos Humanos”, afirmó.

Por Bruno Solari
| 15:57



Cristina Kirchner, en París.
Le piden a Cristina que se “calce la boina” en una marcha en la Argentina
Insólito: Cristina marcha en París por la liberación de Ingrid Betancourt

La boina negra de Cristina Kirchner, confundida entre unos cinco mil manifestantes que marcharon por el centro de París para exigir la liberación de Ingrid Betancourt, es el símbolo del malestar que generó en muchos espacios de la sociedad argentina ver como la presidenta se mezclaba entre los parisinos, algo que ni por cerca estuvo por realizar en la Argentina.



Esto, aunado a la lentitud en los juicios a los genocidas de la última dictadura militar y el cada vez más evidente silencio oficial sobre la desaparición de Julio López, pegó fuerte entre los defensores de Derechos Humanos, tal el caso de Adriana Calvo.



La Política Online dialogó sobre esto con la sobreviviente de tres centros clandestinos de detención, quien no dudó en hablar del “doble discurso” kirchnerista en materia de Derechos Humanos y en afirmar que no quieren que la presidenta participe de las marchas por la aparición con vida del testigo clave.



¿Cómo tomó que Cristina haya participado en una manifestación en París por Ingrid Betancourt y que nunca se haya acercado a las marchas por Julio López?



Me llamó la atención porque es raro que un presidente participe en una marcha. Por eso no me llama la atención que no participe aquí de las marchas por Julio, porque es parte. El gobierno para nosotros es responsable, no de la desaparición, pero si de su aparición con vida y el castigo a los responsables. Al encuentro Memoria, Verdad y Justicia, que es el que organizó las marchas en capital, no le hubiese gustado tenerla entre los participantes.



¿Eso cree usted?



Claro. Es razonable que no participe en su propio país en marchas que reclaman cosas de las que ella es responsable de hacer.



Más allá de la marcha, estamos viendo a Cristina mostrándose en el mundo en reclamo por la liberación de Ingrid Betancourt, contrastando con el silencio oficial por el caso Julio López.



Eso es así. Siendo uno presidente de un país donde los juicios a los genocidas están avanzando de manera absolutamente lenta, donde desapareció uno de los testigos clave en la causa de uno de los pocos condenados y donde asesinaron al procesado en otro de esos juicios y ese crimen sigue impune también. Entonces resulta extraño que, yendo a otro país, participe de una marcha. Es más de lo mismo, porque eso no concuerda con su descripción de su política de Derechos Humanos.



Tanto Cristina como su marido lo que quieren hacer creer es que este es el gobierno de los Derechos Humanos, nosotros pensamos que no. No sólo en lo relativo a la justicia para los genocidas, sino también porque se siguen violando los Derecho Humanos hoy. Ella lo hace para reforzar esa imagen.



¿Para usted Cristina intenta mostrar algo que no es, o no hace?



Este gobierno tiene doble discurso y esta marcha no es más que parte de ese doble discurso. El objetivo de Cristina es reforzar esa imagen ante el mundo. Es igual a lo que hizo (Raúl) Alfonsín en su momento con el juicio a los Juntas, lo que le valió un amplio reconocimiento internacional, juicio que también criticamos y lamentablemente tuvimos razón.



Pero los Kirchner impulsaron la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.



Es cierto, pero sólo sacaron una piedra de un camino plagado de piedras.



¿Y lo que pasó con la Cámara de Casación? ¿Ustedes estuvieron de acuerdo con eso?



Casación es un obstáculo, pero hay muchos más. Somos críticos, por ejemplo, de los proyectos que ha enviado el Poder Ejecutivo al Congreso para supuestamente acelerar la causa contra los genocidas. Porque es lo mismo que Casación y que la marcha en París, es mostrar algo pero no hacerlo. Uno de ellos es terrible, que es ofrecer recompensa a los genocidas, porque con los que genocidas no se negocia.



Los otros cuatro, aceleran la elevación a juicio oral, pero no dice ni una palabra de qué es lo que va a juicio oral. Lo que hacen es que cualquier causa, hecha de cualquier manera, vaya a juicio oral. Son causas que no son representativas de nada y que incluso pueden permitir que los responsables queden en libertad o sean absueltos directamente.



¿Qué está pasando con esas causas?



A nosotros nos preocupa enormemente lo que dijo en el discurso, de que en cinco años esto tiene que estar terminado. Está claro que en ese tiempo no vamos a haber llegado ni al 10 por ciento de los responsables.

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