viernes, 4 de septiembre de 2009

GUERRA CIVIL


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Guerra civil declarada
Llama poderosamente la atención que en los lugares (léase villas, asentamientos o barrios precarios) donde desarrollan actividades las organizaciones sociales de izquierda, se encuentren los escondites de los delincuentes cuyo poder de fuego es superior a cualquier fuerza de seguridad.

Por Héctor Balbastro


El día 2 del corriente en la localidad de Gálvez – Provincia de Santa fe, el candidato a concejal por el partido PRO, Julio Fornari en un momento de arrebato e impotencia, declara ante las cámaras de un cable local que habían robado en su negocio ocasionándole destrozos y robándole mercaderías que estaban en exposición para la venta. Los delincuentes que aparentemente vivian en una villa lindera de esa localidad.

El concepto de esta persona más como ciudadano que como candidato a ocupar una banca en el concejo local, era que había que organizarse entre varios vecinos e ir a prenderle fuego a esa villa.
Esto sirvió de disparador para que todos los medios del país tomaran como eje principal del armado del circo para salir a golpearse el pecho y horrorizarse por las declaraciones de este ciudadano que el delito más grande que cometió en su vida es ser candidato por el partido que lidera Mauricio Macri y tratar de ser un comerciante que solo pretende vivir de sus actividades.
La respuesta a este exabrupto no se hizo esperar de parte del fiscal JORGE ANDRES, que actúo rápidamente de oficio para que no pueda escapársele la posibilidad de obtener sus cinco minutos de fama, haciendo la denuncia penal correspondiente y llamando a conferencia de prensa para anunciar que la causa que involucra a Fornari había recaído en el juzgado de instrucción séptima, a cargo del juez Diego Andrés de La Torre.

En sus declaraciones mediáticas este fiscal dice: “que no existen dos sociedades, que la delincuencia no es el enemigo y que la misma es problema de todos” (OTRA VEZ LA CULPAS DE LOS MALES RECAEN EN LA SOCIEDAD QUE DESEA VIVIR EN PAZ Y ARMONIA) como vengo afirmando desde hace tiempo.
El problema de la pobreza es de la sociedad, el problema de la delincuencia es de la sociedad, el problema de los asesinatos es de la sociedad, de la falta de valores, de la ausencia del estado, de, de, de, de...
Los políticos y autoridades mirando para otro lado, en realidad este fiscal dice entre líneas que las victimas del delito son por culpa de la sociedad en su conjunto.
Un amigo me preguntaba ¿como se podía esconder un elefante en una calle peatonal?, al no poder contestarle, me da la respuesta. Llenando la peatonal de elefantes. Este es el método que esta utilizando el fiscal JORGE ANDRES.

Por otro lado leo asombrado en un diario de tirada masiva que el referente social, piquetero y defensor de las protestas del campo RAUL CASTELL, convoco a una MARCHA ARMADA en la ciudad de Rosario para el día viernes a las 9 de la mañana para repudiar estas manifestaciones y va mas allá con sus declaraciones, dice y denuncia mediáticamente que hay un arma cada dos casasy afirma “nosotros transgredimos la ley para que esto termine en los umbrales de una guerra civil”.
Este fiscal seguramente también ha tomado cartas en el asunto y estará en estos momentos haciendo los tramites pertinentes para que se lo llame a declarar a RAUL CASTELL y sus seguidores, disponiendo los allanamientos correspondientes en las casas que dice conocer Castells donde se encuentran las armas que nos llevaran indefectiblemente a una guerra civil.

Los delitos cometidos por Castells en esta ocasión son varios, entre ellos (y creo que es el mas grave) atentando contra la seguridad nacional; considero que es lógico y necesario que el juez federal de turno libre la orden de detención en forma inmediata y que impulse las investigaciones correspondientes para poder dilucidar si RAUL CASTELLS junto a sus seguidores pertenece o forma parte de una organización terrorista activa. Que promociona y declara que su objetivo es llegar a los umbrales de una guerra civil.
Estas manifestaciones no son nuevas de los lideres sociales como se autotitulan ellos.

En la pelea de la 125, D’Elía, Moreno, Pérsico y sus patoteros fueron a golpear y expulsar a los manifestantes de la plaza de mayo.
D’Elía declaraba a todos los medios que le acercaban sus micrófonos que el pueblo se armaba en defensa de la democracia (¿ESTO QUERIA DECIR QUE D’ELIA Y SUS PATOTEROS ESTABAN ARMADOS EN ESE MOMENTO?) es probable que si, y esto no fue un exabrupto en un momento de calentura ya que varias semanas después D’Elía seguía manifestando lo mismo a través de los medios. Que fue una actitud, por que estaba en peligro las instituciones del pueblo y que era necesario ir armado a desalojar a los que querían atacar las instituciones por que así lo preveía la constitución.
Ningún fiscal investigó sobre las declaraciones correspondientes, ningún juez libró orden de detención contra D’Elía y sus secuaces. PERDON: Sí, a D’Elía un juez lo procesó por pegarle una cachetada a un manifestante (la jurisprudencia contempla una pena máxima de 4 días de detención). Se volvió a esconder un elefante en la peatonal.

Llama poderosamente la atención que en los lugares (léase villas, asentamientos o barrios precarios) donde desarrollan actividades las organizaciones sociales de izquierda, se encuentren los escondites de los delincuentes cuyo poder de fuego es superior a cualquier fuerza de seguridad. No es preciso recordarles a los lectores que un arma del calibre secuestrada en operativos esporádicos que se realizan en los asentamientos, o las armas que secuestran a los delincuentes cuando cometen delitos, son en sus mayoría del tipo automáticas y de ultima generación, este tipo de armas tienen un valor promedio en el mercado de entre 2.000 a 3.000 pesos, poco probable de adquirir para una persona que disponga de un sueldo promedio e imposible para un cartonero o beneficiario de un plan social. Esto nos lleva a la conclusión que los delincuentes que están escondidos en las villas o asentamientos no son los pobres que salen a cartonear o a cumplir una jornada de actividad social para obtener a fin de mes el pago de un plan social.
Estos delincuentes son organizaciones armadas que atentan contra la seguridad civil enfrentando inclusive a las fuerzas del orden público. En definitiva no hay que ser demasiado inteligente para darse cuenta que son organizaciones terroristas que se esconden en los asentamientos mas humildes.
Esta misma forma de desarrollar las actividades terroristas fueron utilizadas en décadas pasadas mas conocidas como los años de plomo, siempre han utilizado a la pobreza de parte de estas organizaciones para atacar las instituciones democráticas y sembrar el caos en la sociedad, impulsando atentados victimizando principalmente a civiles.

Cerrando esta nota llega la información que tres delincuentes entraron en una casa de la localidad de Merlo (provincia de Buenos Aires), mataron al padre de familia y a su hijo de 16 años dejando mal herido a otro hijo de catorce años. Dolorosamente tengo que aceptar que estamos transitando los umbrales de la guerra civil que manifestó Raúl Castells; en esta guerra civil las victimas son los civiles que creen estar seguros dentro de su propiedad.
Me siguen resonando las palabras del fiscal diciendo que aquí no hay dos sociedades, me resuenan las palabras de Fornari cuando dice que hay que fumigarlos como a las ratas.

La imagen de la mujer embarazada a la que ejecutaron de un tiro en la cabeza hace menos de un mes delante de su esposo y sus dos pequeños hijos me obliga a pedirle disculpas a las ratas por comparar a estas con estos individuos que no tienen denominación.

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