sábado, 12 de diciembre de 2009

POSSE


Posse vs el Gramscismo criollo
Por Guillermo Cherashny

Nunca un colaborador de La Nación dijo tantas verdades con el embajador Abel Posse refiriéndose al grave problema que aqueja al país, que es la inseguridad. Cuando Posse habla de leninismo-trotzkismo en el sentido de demoler a las fuerzas armadas y de seguridad, no lo hace en tomo macartista, como quiere hacer ver la opinión publicada y el progresismo vernáculo. Éste, con su garantismo, logra que los inocentes sean asesinados mientras que, en nombre de un falso humanismo, justifica la cultura de los pibes chorros.

Embiste Posse con mucho criterio contra el gramscismo. Antonio Gramsci, teórico del Partido Comunista Italiano en la década del 30, señalaba que el poder se logra por el control de los medios de comunicación, la cultura y la educación, que hacen que la sociedad consienta la revolución socialista. En nuestro país, la mayoría de los medios de comunicación que maneja el gobierno y también los privados consiguieron con su prédica descalificar a todo el que vista un uniforme.

Somos el único país donde se escupe a un policía, donde los encapuchados recorren cuadras marchando, cuando en Europa serían encerrados de inmediato por intimidación pública.

Acá se ha hecho culto del corte de calle, de los encapuchados, de los escraches de los familiares de los guerrilleros asesinos que se rebelaron contra el gobierno constitucional del Teniente General Juan Domingo Perón. Como dice Posse, era una minoría que quería construir la sociedad guevarista del hombre nuevo y fueron reprimidos por el mismo Perón.

Este es el festival de anarquía, el asesinato de inocentes y la inhibición del accionar de los policías que tienen más probabilidades de ir presos que los pibes chorros.

La verdad es que Posse ha reencontrado a Mauricio Macri con sus votantes de derecha liberal o nacional que lo eligieron para enfrentar a los K y no para negociar con Julio de Vido.

La designación de Posse lo coloca como un político que se enfrenta contra la corporación periodística del gobierno y de los medios privados impregnados del gramscismo reinante. También puede servir -si sigue en esta línea- para dificultar la eventual candidatura de Ricardo López Murphy, el verdadero representante de la derecha liberal que en la Capital Federal tiene el 35% del electorado. Bienvenidos entonces los Posse.

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