miércoles, 6 de abril de 2011

CABEZAS


Por: Daniel Orejano Cafrú

El Ministerio de Seguridad de Scioli sigue protegiendo a los asesinos de Cabezas

Por Daniel Orejano Cafrú para el Informador Público

“Prefiero que a mis hijos los cuide Sergio Camaratta y su gente; al menos sé que son policías profesionales… y no estoy seguro de que ellos hayan sido los asesinos de José Luis Cabezas como se dice…” Quien desliza esa frase algo demencial no es otro que el patriarca de la Familia Patronelli, el viejo fabricante de carrocerías, cuyos hijos Marcos y Alejandro hicieron conocido el apellido merced a su gran desempeño en los cuatriciclos de los últimos Dakar Argentina.

El comentario hecho a un periodista de la zona (Patronelli es de Las Flores pero tiene su bunker en Villa Gesell), se debe a que en la remodelada página web de la agencia de alarmas y seguridad (www.sosalarmas.com.ar) donde confluyen intereses de personajes ligados con los delitos contra la propiedad (Sergio Camaratta, condenado por la muerte de Cabezas, y Antonio La Morte, con varios procesos penales en su haber, entre ellos, por el robo de bombas de agua a las propiedades a las que vigilaba), se lo incluye como cliente VIP de la firma a la familia Patronelli.

Algo de historia: En noviembre pasado se supo por varios medios de prensa y corroborado por Gladys Cabezas -hermana del fotógrafo asesinado-, que la firma de alarmas y seguridad en Pinamar SOS era regenteada por Sergio Camaratta, La Morte y una mujer que hace las veces de nexo entre personajes oscuros: Silvia Melgarejo. Ex esposa de La Morte, Melgarejo también supo estar algunas horas en el calabozo por incursionar en propiedades ajenas.

La noticia entonces llevaba a suponer que el Ministro de Seguridad Ricardo Casal clausuraría la agencia por incompatibilidad de sus dueños de prestar servicios de seguridad. Aunque era lógico que en los papeles la empresa figuraba con testaferros y no con identidades reales de sus propietarios.

Es como si Ricardo Barreda se enternece y abre un Jardín de Infantes. Obvio que elegirá nombres inmaculados para figurar en la papelería.

El Ministro Casal hizo entonces un absurdo protocolo. Le pidió por medio de uno de sus segundos a Gladys Cabezas que se acercara al Ministerio de Seguridad en La Plata y presentara una denuncia formal.

La hermana del fotógrafo denunció en público esta maniobra y, cuando parecía que por el gran desatino Ricardo Casal le quitaría la licencia a SOS, hizo todo lo opuesto. Les sugirió que cambiaran de apariencia, un lavado de rostro y que permanecieran en el mercado.

Hay que saber por qué lo hizo. El estudio jurídico de Ricardo Casal se encarga de defender a policías acusados de corrupción o de otros delitos más graves, y el Ministro no quiere enemistarse con su clientela, la Maldita Policía.

Silvia Melgarejo es una ex empleada doméstica devenida en gran productora inmobiliaria de Pinamar-Cariló y además testaferra, junto con Camaratta, de presuntos lavadores de dinero. Hay quienes dicen aún que Melgarejo (quien conocía a Cabezas, pues el fotógrafo vivía en Pinamar al tiempo de ser asesinado) pudo haber tenido relación directa con la banda que cometió el crimen. “El grupo de policías y los horneros no le conocían el rostro a Cabezas cuando lo buscaban para matarlo. Melgarejo siempre pegada a Camaratta, sí. Es elemental que tuviera alguna participación en marcárselo a su amigo Camaratta…”, dice un poli local con obvia reserva de identidad.

Pero hay mas de la zona de Pinamar ahora investigada por la DEA y organismos que estudian e investigan el lavado de dinero en la zona costera.

Un nuevo amigo de Melgarejo es Claudio C. Astolfo, un ex concejal provincial que recientemente vendió a Patronelli un antiguo predio en la zona llamado El Talara. ¿El precio de venta? Tres millones y medio de dólares. ¿A cuánto se hizo la operación? A una suma irrisoria. Se sabe que este grupo tiene comprada a la AFIP regional Pinamar, quien nunca investiga el festival de compraventas de propiedades que se hacen en ese juego permanente de lavado de dinero proveniente de actividades ilícitas.

Ricardo Casal protege a Sergio Camaratta; éste a su vez protege a Silvia Melgarejo y ambos a Claudio Astolfo y otros personajes de quienes daremos cuenta en otras entregas.

Daniel Scioli sigue siendo cascoteado por Nilda Garré y Horacio Verbitsky (el chirolita de Martín Sabatella sólo recibe indicaciones desde arriba para reptar en su juego de acusaciones), pero no hace nada para impedir que las denuncias tengan alguna razón de ser.

Es que proteger a esta banda supera todos los códigos.

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