EL CARLOS PELLEGRINI

-Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini: Más respeto a las autoridades - Por Patricia Schapiro
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Sr. Director de NOTIAR:

Las actuales autoridades de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini fueron designadas de acuerdo a la normativa vigente. Nada hay para cuestionar.

Son atribuciones del rector nombrar a los profesores interinos. No hay nada que cuestionar. No existen los concursos, indispensables para que acceder a los cargos por idoneidad (art. 16 C.N.).

Tampoco se implementó la carrera docente comprometida en el Acta del 2007, firmada en el Rectorado de la U.B.A. bajo presión, cuando dos meses de toma y sesenta amenazas de bomba interfirieron en el normal dictado de clases. Sí hay para reclamar, pero este no es el eje del conflicto actual.

Cuatro años después llegamos al punto de partida. La permanente “crisis institucional” que afecta al Pellegrini es una lucha entre dos gremios docentes-CTERA y AGD-por acumular poder, pero abreva en la falta de respuesta institucional, en el incumplimiento de las normas, en la inexistencia de la palabra empeñada.

No hay inocentes en este juego con resultado previsible: perdemos todos. Tampoco los estudiantes, que aprenden cotidianamente que las medidas extorsivas dan buenos resultados y las ponen en práctica.

A los diputados se les exige una edad mínima de 25 años, a los senadores de 30, pero a los 12 años se habilita a los alumnos a interrumpir el año lectivo resignando sus propios derechos sin tener capacidad para vislumbrar que operan de idiotas útiles, funcionales a intereses ajenos.

Confundir autoridad con autoritarismo, confrontar legalidad y legitimidad como conceptos siempre antagónicos, usar a los menores como escudo ideológico engolosinándolos con liderazgos virtuales y protagonismos efímeros, es una estrategia mezquina pero efectiva.

Si. las autoridades de la UBA les tienen miedo a los estudiantes deberían cederles sus sillones de la calle Viamonte o dejar a la escuela bajo la jurisdicción del Ministerio de Educación.

Si no, que tomen las riendas con firmeza y paguen el costo político de aplicar a rajatabla el Reglamento de Convivencia consensuado, sancionando inconductas y garantizando el derecho de enseñar y aprender.

Podría ser una buena iniciativa convocar a una mesa de diálogo en el marco del art. 32 de la Convención Americana de los Derechos Humanos:

1. Toda persona tiene deberes para con la familia, la comunidad y la humanidad.

2. Los derechos de cada persona están limitados por los derechos de los demás, por la seguridad de todos y por las justas exigencias del bien común, en una sociedad democrática.

Patricia Schapiro
Promoción 1969
patriciaschapiro@yahoo.com.ar

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