martes, 12 de abril de 2011

EL CISNE NEGRO


: LA ESPERANZA SOCIAL DEL CISNE NEGRO
Por el Lic Gustavo Adolfo Bunse (12/4/2011)


La inexplicable vocación ciudadana de entregarse mansamente para ser rehén de cualquier político o de cualquier sindicalista infame de este país (ambos… una idéntica lacra)… es directamente proporcional al desdén de su inconmovible y seguramente fatal servilismo.

… Plácidamente aplastada y en un estado de pachorra absoluta… la sociedad, deja que la humillen y que la pisoteen todos los días.

Moyano, como dueño o como empleado del gobierno,… como mecenas, como verdugo, como títere o como lo que sea (hoy eso da igual) nos avisa que el día que se le antoje, va a hacer lo que se le antoje, en el lugar donde se le antoje, con la gente y medios que se le antoje, con algunos códigos morales y sociales que encuentre cómodos… y aún violando leyes.

Y lo va a hacer como si fuera el dueño de las calles, de lugares públicos y de las voluntades ciudadanas.

Todo eso… se lo dice a esta sociedad idiotizada … Y lo hace con una amplia sonrisa de media boca, mostrándole a todos su muela de oro y sin pronunciar una sola “s”. Si hubiese invertido sólo el 3% de lo que se robó… en instruirse, no sólo hablaría bien en castellano, sino que lo haría en otros tres idiomas. Y más grave que eso… incluso… sería culto.

Nos dice : Yo soy vuestro dueño. Soy lo que se merecen.

Antes bien… indigna mucho más…. la estupidez colectiva, que cualquiera de las tropelías que se desarrollan ante sus ojos de ovejas degolladas.

Impertérrita… con una mirada completamente distante e indolente… toda la sociedad sabe perfectamente… que es conducida hoy por incapaces y prefiere… por la tranquilidad de sus hijos … o acaso por su vocación de inercia, esperar… como una vaca en el brete.

Parecemos, de este modo… una plétora de serviles.





Existe además, el mito imbécil, alimentado por esta mujer, que consiste en confundir al país… en su ingénita esencia institucional, nada menos que con su propia persona … una imagen de esfinge… como dice Jorge Asís, con su vestidito negro. El país… es ella.

Con tal enfoque, no se considera políticamente correcto desear “que a ella le vaya mal en su gestión”. Nadie se atreve a decir eso en voz alta, por temor a que se confunda con un deseo apátrida conforme al referido mito.

Sin embargo, ya van quedando pocos, incluso entre los contrapoderes legales, que oculten su auténtico deseo de que le vaya mal.

Hace poco…en un discurso de sus habituales abortos retóricos, ella dijo, con su mejor cara de cuarzo respecto de su gobierno :
“somos un ejemplo de transparencia” (sic).
Maximilien Robespierre ya la hubiera guillotinado diez veces… si eso fuese posible… pero nada más que por lo indignante …de no haberse tomado el menor esfuerzo en mentir con un poquito más de ingenio.
Una y mil veces en sus apariciones públicas… tal como ocurre con una expectoración, esta mujer se puso a enunciar un enorme catálogo de números macroeconómicos, todos los cuales eran… nada más y nada menos… que la más cercana producción del último “pan caliente” que le había dibujado, para ella, el INDEC… casi como un delivery de la falsedad

Otra burla habitual, es la que preparan cada vez que ocurre el llamado :

Son … los vítores que suenan en las inmediaciones de su atril… plagado de reptantes , mercenarios, advenedizos y obsecuentes.

Cualquiera se pregunta cual ha de ser el “click” que pueda hacer despertar de su letargo a esa sociedad increíblemente zombie.









Así como se ven las cosas… y sin la menor elegancia, esta señora y sus adjutores (los que no pronuncian las “S” y los que no saben lo que dicen al pronunciarla) van a hacer cualquier cosa que puedan… para justificar si ella se queda… si se va … o si a la República le ocurre cualquier cosa.

Cualquier cosa quiere decir eso : Cualquier cosa.

Cualquier cosa que encaje dentro de sus parámetros éticos.

Y eso es sinónimo - incluso - de la peor demasía.
De cualquier estremecedora barbaridad… que saben bien, les ha de estar permitida por esa Constitución agujereada, cuyo texto usan para poner debajo de la pata de alguna mesa… de esas que se mueven un poco.

Ni la multitud de actos de corrupción que perpetraron a la luz del día, ni los desastres que les facilita el abuso salvaje del poder , ni las mentiras que, según puede verse, no le mueven a nadie el amperímetro, van a impedirles, por esta senda… ganar de nuevo.

Mucho no importa eso : Aquí no existe oposición... Ni va a existir

Los proyectos de acuerdos, absolutamente descafeinados, de los últimos días, son un mero juego de conveniencias coyunturales, de tal grado de precariedad, que hasta podría adivinarse su desmoronamiento.

Es un partido de fútbol que se halla en los 44 minutos del segundo tiempo. Acordarse ahora de hacer acuerdos de políticas de Estado, es ingenuo.

Jamás, en los últimos 6 años, ha ocurrido el menor atisbo de oposición, ni en lo formal… ni en lo virtual. Ni parlamentaria, ni extra parlamentaria

La oposición ha sido y es… un enorme desierto político en el que sólo hay arena, mezquindades e ineptitudes.

Hay un pensamiento, casi emergido de una letrina, que flota por doquier:

“Deseo que ella siga, porque si ella sigue , entonces nos va a ir bien a todos y le va a ir bien al país”.





Los empresarios de la UIA y muchos banqueros dicen eso… de rodillas.
Y es algo así… como una especie de piedad, tan farsante, que los pone a mitad de camino entre el disimulo y la justificación.

Entre la cobardía y la ridiculez…

Le irá bien al país en el caso de que, alguna vez, elijamos a un tipo con excelentes aptitudes y controlemos para siempre nuestra inveterada tendencia a propiciar que, en la gran puja por conducir, solo triunfen los mediocres.

Un cisne negro.

El cisne negro de Nassim Taleb (1) (él le llama cisne negro a un imprevisto que además de serlo, jamás fue imaginado. Algo sorprendente porque ni remotamente se pensó en su aparición o en su ocurrencia… por los cisnes negros descubiertos en Australia en 1697 cuando todos los cisnes conocidos eran hasta eso momento… blancos).
(1) Matemático y filósofo libanés, estudioso de la ciencia de la incertidumbre, revolucionario de las ideas del conformismo social
Un “cisne negro”

Un tipo al que podamos desearle que le vaya bien… porque haciendo más de lo que hace, en el mismo sentido… , le irá mejor al país.

Una persona a quien, sus obras lo sobrevivan y que permitan reconocer su huella augusta… a través del tiempo.

Un clarividente de los ideales, con la fuerza de actuar en función del país y con la capacidad de terminar, de una vez por todas, con el mal, practicado por inercia, por imbéciles e improvisados, en una Nación que ha sido estupidizada por medio siglo de mutilaciones morales.

No le irá bien al país sosteniendo con las lisonjas a estos engendros de “dientes de oro” y “vestiditos negros”, con la loca esperanza de que acierten el golpe en el clavo después de pegarse cien veces en los dedos.






No le irá bien si alentamos a los frágiles de criterio, huérfanos del menor equilibrio, que no pueden mirar ni por encima de sus propia familias o de su grupo de advenedizos.

No le irá bien si se mantiene el paradigma del engaño social, el gambito político de la búsqueda de fueros y la viveza iridiscente de la malversación de la voluntad popular para el acomodo de los tránsfugas surgidos de la nada …entre los colgajos de cualquier boleta.

Que les vaya bien a toda esta manga de abigeos de la fé pública es, ni más ni menos, que esperar con paciencia que terminen de perpetrar esta aventura de defraudación, apuntada a la estafa social.

Que les vaya bien a estos violadores seriales de la Constitución, es suponer un escenario en el que ellos puedan terminar tranquilamente de perfeccionar el burdel en que convirtieron la República.


Taleb sostuvo que hay “cisnes negros” para lo malo, como lo de las torres gemelas y “cisnes negros” para lo bueno… como el éxito imprevisto de Google cuando ya existía Altavista desde hacia mucho

Quizás… en esta sociedad ignorante de la existencia de los cisnes negros se quiera seguir con estos líderes populistas, jefes de un batallón de felpudos humanos que entregaron su honra una y mil veces… jurando en público hasta por los huesos de sus padres, cumplir y hacer cumplir la Carta Magna … para profanarla luego… durante 7 años seguidos.


No basta ser multitud para ser pueblo…, por cuanto no lo sería jamás la unanimidad anestesiada…

y el inexistente coraje social de millones de pazguatos que no se mueven para provocar la búsqueda… y el descubrimiento de un “cisne negro”.


Lic Gustavo Adolfo Bunse
gabunse@yahoo.com.ar

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