domingo, 10 de abril de 2011

LA INDECISA


ELECCIONES 2011
A 200 días del comicio ¡¡cómo los hace sudar Cristina!!

200 días y Cristina en el centro del escenario. Pero también Mauricio Macri. Curiosamente, ninguno de los 2 reconoce ser candidato a 2011, todavía.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Hay que definir algunas cuestiones de peso en el propio oficialismo que vive la coyuntura como un trámite hacia 4 años más en el poder.

Al fin de cuentas faltan 200 días para el comicio y nada parece entorpecer la imagen dominante de Cristina Fernández. Sin embargo, ¿es así?

Algunos recortes a tener en cuenta:

Hugo Grimaldi, de la agencia DyN:

"Faltan 200 días para las elecciones. En política, un mundo y sobre todo en un país que no da respiro y que ya ha adquirido una alta dinámica electoral a partir de decisiones convulsivas, operaciones mediáticas y declaraciones altisonantes, a veces contradictorias, cuando no falaces, que pretenden reemplazar las ideas por los efectos del marketing y que parecen atender más el posicionamiento ideológico de las fuerzas políticas que las necesidades de los ciudadanos.

La foto actual es una, pero en el rodaje de la película rumbo a octubre todavía pueden suceder tropiezos garrafales o sumarse grandes aciertos de todos lados que cambien el final que hoy muchos suponen puede tener la historia. Mucha agua aún puede correr bajo los puentes.

Por parte de los votantes, por ejemplo, está en proceso de evaluación la decisión del Gobierno nacional de darle un uso diferente a la Policía Federal que cuidaba a la ciudadanía en hospitales, escuelas y cementerios porteños a partir de la asignación de tareas "adicionales". Esta última palabra no es ociosa en la descripción del problema, ya que da la clave de la naturaleza política del enfrentamiento entre las jurisdicciones.

Mauricio Macri se ha convertido en las encuestas, todavía provisorias de toda provisoriedad, en el segundo político más votado después de Cristina Fernández.

Paradójicamente, ninguno de los dos aún ha dado un sí definitivo a su candidatura.

(...) Todos dicen públicamente "Cristina es la candidata", algunos para obligarla a serlo y quizás para no perder prebendas, otros porque creen genuinamente en el proyecto y expresan sus deseos y otros para no mostrarse fuera de alineamiento. Pero lo cierto es que con 99 por ciento de las posibilidades a favor, si bien se entiende que estratégicamente ella misma debe demorar hasta el final la decisión, una búsqueda de la reelección por parte de Cristina no es aún un hecho cierto.

Su discurso del jueves 07/04 reabrió la duda y vale releer completo un párrafo textual para darle algún crédito a esa mínima posibilidad, sin olvidar que desde el "pingüino o pingüina" la táctica menottista del "salir para entrar" ha sido siempre un juego muy caro a los Kirchner: "Yo creo que lo estamos logrando, yo creo que lo vamos a lograr y ése es mi empeño principal en este paso temporal, absolutamente temporal y se los digo con absoluta frialdad y convicción. La temporalidad de las cosas (es lo) que hace que por lo menos esta argentina no se (la) crea, como otros por ahí se la han creído y así les ha ido. Yo creo, sinceramente, en que todos tenemos un tiempo y en todo caso, lo importante en ese tiempo que nos toca ocupar responsabilidades institucionales es haber puesto lo mejor de uno".

Sin tanta dialéctica, otro tanto ocurre con Macri, quien deshoja la margarita no entre dos candidatos, como se dice habitualmente, sino entre tres. Establecido ya el adelanto de fecha de la elección del distrito fuera de las presidenciales, el jefe de Gobierno deberá decidir si le da vía libre a Gabriela Michetti o a Horacio Rodríguez Larreta para que intenten la sucesión o si él mismo va por la reelección. (...)".


Eugenio Paillet en La Nueva Provincia, de Bahía Blanca:

"Durante todos estos meses, desde aquel 27 de octubre para acá, han ocurrido al menos dos cosas que, por donde se las mire, permitirían dar algún sustento a sus palabras del jueves en la Casa Rosada. Cristina no paró de subir en las encuestas y de recuperar niveles de imagen como no ostentaba desde diciembre de 2007, merced al "efecto viudez", lo que la hace transitar hoy su gestión y su vida política con cierta comodidad. "Hace la plancha y con eso le alcanza", suelen señalar en el gobierno. Como contrapartida, la oposición ingresó, al parecer sin remedio, en un laberinto de confusiones y tropiezos propios de principiantes, y hoy, para citar un ejemplo, las diferencias entre dos presidenciables como Mauricio Macri y Ricardo Alfonsín con Cristina Fernández, en materia de intención de voto, es de alrededor de 20 puntos.

Habrían comenzado a pesar, aun en el marco de ese panorama casi idílico para el kirchnerismo y sus huestes, algunas variantes que se sostenían en aquellos tiempos en los que Kirchner cogobernaba y marcaba la estrategia, y todavía soñaba con ser el candidato del oficialismo, en el marco del recambio marital eterno que habían planeado desde los comienzos y que alguna vez reconoció, en diálogo franco, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.

Primero: Cristina siempre fantaseó con la idea de terminar su mandato y retirarse a su lugar en el mundo con niveles de adhesión popular similares al de otros colegas suyos de la región, como Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, en Chile; Tabaré Vázquez, en Uruguay, y, por sobre todo, Lula da Silva, en Brasil. Según proyecciones de los consultores que trabajan para la Casa Rosada, ella podría alcanzar esas preferencias antes de fin de año, si la economía y el elevado consumo de los sectores sociales medios y altos se mantienen como hasta hoy. La percepción ciudadana que reflejan los sondeos acerca de que ella se hace cargo del gobierno y busca solucionar los problemas apuntalaría ese ascenso.

En segundo lugar, y como contrapartida de lo anterior, nunca dejó de pesar entre los estrategas del poder, y en Cristina misma, el fantasma del pato rengo: de ganar, ella ingresará en sus últimos cuatro años al frente del gobierno y, al mismo tiempo, sufrirá un paulatino desgaste en su gestión, que se agudizará en los dos últimos años, cuando los factores de poder político y económico (sindicatos, empresarios, corporaciones) vayan en busca de quien o quienes sean los sucesores. Siempre se dijo en esos laboratorios que la mandataria teme a esos efectos y que podría decidir que es mejor retirarse en diciembre para volver dentro de cuatro años, con una reelección incluida por delante. En el marco de esa construcción que puede sonar a política-ficción, la presidenta debería dejar "un delfín" al frente de la Casa Rosada, mientras se supone que ella ejercería el poder desde las sombras, tal como ocurrió en su propio caso, mientras su esposo vivía y manejaba el timón del gobierno y del partido.

"Si ella decide no ser candidata, hay que preparar uno", se animó a proponer, sin rubores, un alto secretario de Estado que siguió con el ceño fruncido aquel discurso del jueves. ¿No era Daniel Scioli el hombre cantado para asumir la candidatura presidencial, en el caso de una deserción de Cristina? Ese funcionario guarda reservas respecto de que las cosas sean "tan cantadas". ¿Tiene acaso la presidenta otro nombre para poner en la escena a sólo siete meses de las elecciones? Se sabe que hay muchos kirchneristas puros que tienen al gobernador bonaerense siempre en la mira y con una sospecha en la cabeza. La interpretación según la cual una candidatura del ex motonauta arrastraría detrás suyo a un amplio arco que hoy no comulga con Cristina Fernández, desde el peronismo federal al macrismo y el denarvaísmo, suele ser esgrimida entre funcionarios y observadores. Y ha sido reflotada ahora que la presidenta generó aquellas impensadas dudas. (...)".


Esperando definiciones de Cristina también se encuentran los kirchneristas porteños. Eduardo van der Kooy en el diario Clarín:

"(...) El candidato con mayor respaldo oficial es Amado Boudou. Además de Cristina, sus impulsores son Hugo Moyano, Hebe de Bonafini y Felisa Miceli, cerca de un juicio oral por la bolsa con dinero hallada en el baño de su despacho, que nunca pudo justificar cuando pasó por el Ministerio de Economía. ¿Cómo se explicaría el apoyo del líder camionero? ¿Dónde radicaría la afinidad del gremialista con el economista formado en el CEMA?

Hay dos versiones. Una, que espanta al PJ, indica que Boudou podría convertirse en el compañero de fórmula de la Presidenta , con el aval sindical. Otra señala que Moyano pretende colocar a su ladero, Julio Piumato, como segundo candidato a diputado en el distrito. Si no fuera Boudou el postulante, al menos tendría garantizado el lugar.

El otro candidato es Carlos Tomada. Un funcionario que supo ser moderado pero que, sobre todo luego de la muerte de Néstor Kirchner, extravió esa virtud. Una curiosidad: el ministro de Trabajo durante ocho años de kichnerismo no tiene el respaldo de la CGT ni de ningún gremio. Sorpresivamente, es apuntalado por el piquetero Luis D’Elía y la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. Una combinación extraña.

El tercer aspirante es Daniel Filmus. El senador parece ser, por buena distancia, quien mejor mide en las encuestas porteñas. Pero continúa relegado por Cristina. Existen contra él más rencores personales que políticos. El triunfalismo K argumenta un par de cosas: que Boudou, a la sombra de la Presidenta, todavía podría dar un estirón; que la división de las elecciones porteñas y las presidenciales favorecería a Cristina porque su ponderación estaría por encima de la de cualquiera de sus candidatos.

El problema de Cristina no son sólo esas candidaturas.

También son decisiones de gestión.

La inseguridad es el principal problema que avizora la sociedad, por encima de la inflación, el desempleo y la corrupción. Nilda Garré tomó una determinación invocando la seguridad que provocó más dificultades y temores que otra cosa. Sacar a la Policía de hospitales y escuelas, sobre todo, para volcarlos en la calle sonó contradictorio con el reclamo, también de los porteños, de no estar desprotegidos frente al delito cotidiano.

La ministra reveló que la Federal es el principal dilema que enfrenta su política de seguridad. Denunció en esa fuerza corrupción y rarezas.

Es muy probable que su diagnóstico se aproxime a la realidad . Pero Garré habla como si los últimos años de su vida política hubieran transcurrido en Estocolmo. Está en el Gabinete desde el 2005 y antes fue embajadora en Caracas.

Tampoco habría que endilgarle nada por las anomalías policiales que ahora denuncia. Pero esta Federal es la que actuó bajo la batuta de Aníbal Fernández durante muchos años, como ministro del Interior, de Justicia y jefe de Gabinete.

El funcionario hizo lo que hizo por orden de Kirchner.

Los equívocos de Garré, tal vez, estén fundamentados, en gran parte, por la campaña y la política. La Capital fue la semana pasada, de nuevo, un teatro de protestas y piquetes que la convirtió, por primera vez desde el verano, en una pesadilla. En varios de esos cortes tuvieron participación organizaciones kirchneristas. Esta ciudad es el bastión de Mauricio Macri.

Primeros cálculos fallidos de la ministra de Seguridad.

Ha vuelto a colocar al jefe porteño como víctima K.

Repuso una polémica inútil entre la Federal y la Metropolitana. (...").


Obviamente que no está de acuerdo Daniel Cecchini en el semanario Miradas Al Sur, quien además embiste contra Héctor Magnetto, vicepresidente de Grupo Clarín, como jefe de la oposición:

"(...) Acicateados por Magnetto, los aspirantes presidenciales Macri, Duhalde, Solá, Sanz, Alfonsín y Carrió firmaron un documento que llamaba a “cuidar la democracia”. Cobos (quizás para demostrar que un radical puede terminar su mandato), Rodríguez Saá (en el marco de su interna con Duhalde por la candidatura de Liliput), Solanas, Stolbizer y los socialistas, quizás en honor a la racionalidad política, prefirieron no hacerlo.

Casi al mismo tiempo, Macri, Duhalde y Sanz se pronunciaron –cada uno a su manera– por la conformación de un frente electoral con una única y desesperada consigna: rejuntarse para juntar (o juntarse para rejuntar) todos los votos antikirchneristas.

“Tenemos que dejar las mezquindades y las pequeñeces de lado para sentarnos a una misma mesa los que representamos al 60% de los argentinos”, disparó Macri. “Sigo trabajando por un proyecto de mayoría que le gane al kirchnerismo en octubre. No me resigno a menos”, twitteó Sanz.

Duhalde fue el más pragmático de todos: “Tenemos que unirnos, porque si no Cristina saca el 40% y nos gana. Hay que armar frentes, sería letal para el Gobierno”, se sinceró.

Ninguno de los tres reparó en la inviabilidad de esta suerte de Grupo A electoral. Cada uno por sus razones:

> Macri sabe que sin un aparato nacional detrás, sus posibilidades son nulas (quien más lo sabe es su asesor Durán Barba, que viene insistiendo para que se baje de las nacionales y vuelva a competir por la Ciudad);

> Sanz se sabe perdidoso con Alfonsín en la improbable interna de agosto y busca participar de un nuevo armado que le deje alguna tajada de poder; y

> Duhalde apuesta a seguir fungiendo de imaginario armador de estructuras, sin darse cuenta de que desde hace tiempo no es más que un rey desnudo. Sordo, además, porque hace rato que la realidad le viene gritando que se quedó sin ropa.

Alfonsín salió rápido a decir que no. Casi ungido como candidato presidencial, prefiere buscar probables alianzas con el socialismo y el GEN, y una más improbable con el Proyecto Sur de Solanas. En sus cálculos está un segundo puesto en las elecciones de octubre que, quizá, le abra las puertas de un milagroso ballottage.

La profética Carrió reiteró que no se junta con “corruptos”, y Solanas (que esta semana volvió a mirar con cariño una posible candidatura a jefe de Gobierno en lugar de jugar en las presidenciales) dijo que armar un frente de esas características sería darle continuidad al odiado bipartidismo. Hermes Binner, que espera un resultado favorable en Santa Fe para sentirse protagonista en la escena nacional, permaneció en silencio, pero nada indica que el socialismo podría prenderse en semejante rejunte.

La cuenta regresiva de octubre corre cada día con mayor vértigo. Y cada noche, el sueño de Magnetto y sus aliados del establishment se va diluyendo frente a la realidad. (...)".


Entre tanta especulación, Marisa Álvarez en El Día, de La Plata, explica qué sucede en el distrito bonaerense donde (vale la pena recordarlo) el bonaerense radical Ricardo Alfonsín carece de candidato ganador a gobernador:

"(...) El radicalismo bonaerense, en tanto, parece haber tomado la delantera en el escenario partidario nacional, de la mano de cierta consolidación -aunque no sin algún desgaste- de la candidatura presidencial de Ricardo Alfonsín frente a sus competidores internos. Y desde la convicción de que la Provincia, donde el partido y sus socios "naturales" no tienen un candidato fuerte para ofrecer, será clave para la pulseada por la Casa Rosada, el sector inició una acelerada para cerrar algún acuerdo que le permita incorporar una "pata peronista" al esquema electoral.

Por ahora, con todo, las aguas están divididas en el armado de la UCR y sus socios con relación a una decisión tan trascendente. El partido de Margarita Stolbizer y algunos sectores de la propia UCR no quieren ir más allá de Felipe Solá. Otros, entre los que se incluiría Alfonsín, pretenden que la nueva frontera deje adentro a prácticamente todo el Peronismo Federal y en especial a Francisco De Narváez, a quien consideran el único opositor con chances de darle pelea al oficialismo por la Gobernación.

Pero desde el alfonsinismo marcan también que "Mauricio Macri es el límite". Y en el Peronismo Federal bonaerense, mientras siguen casi sin poder creer la interna estrambótica -quizás la definición más adecuada, en la medida que según la Real Academia quiere decir "extravagante, irregular y sin orden"- que desarrollan Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá, las señales del radicalismo también dividen aguas.

Algunos peronistas federales quieren esperar a que Macri termine de deshojar la margarita con más pétalos que se haya conocido y defina si será candidato presidencial. Si lo fuera, privilegiarían un acuerdo con el líder del Pro antes que con la UCR. A otros no les importaría romper ya con Macri si sus cálculos les dijeran que una alianza con los radicales les garantizaría el triunfo en la provincia de Buenos Aires. (...)".



Aprovecha la situación para ironizar, otra vez exultante Horacio Verbitsky en el diario Página/12:

"(...) Sólo la alianza con los poderes fácticos permite que pase casi inadvertido el desdén institucional de las principales fuerzas que proclaman su objetivo supremo de acabar con el kirchnerismo.

Tanto la UCR como el Peornismo Federal han decidido seleccionar sus candidatos al margen de la ley. Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, con los padrones oficiales, documento único de identidad y control judicial garantizan una transparencia democrática que nunca conocieron las “instituciones fundamentales del sistema democrático”, como la Constitución considera a los partidos políticos.

Este apartamiento de la ley por presuntas conveniencias políticas, no ha merecido una sola observación por parte de los demócratas más empedernidos del ágora ni del foro. El radicalismo anunció una elección interna a fin de abril entre sus precandidatos, el Peornismo Federal una serie de confrontaciones regionales escalonadas, ambas sin padrones oficiales, control judicial ni mecanismos para impedir la intromisión de terceras fuerzas, como ya denunciaron tanto el ex senador Eduardo Duhalde, que acusa al gobierno nacional, como el gobernador puntano Alberto Rodríguez Saa, que señala al macrismo.

La primaria que los enfrentó en la Capital Federal fue un éxito notable: no hubo una sola denuncia de irregularidades y a las once de la noche ambos candidatos anunciaron sonrientes que se habían repartido en partes iguales los delegados, porque la diferencia entre ambos fue apenas del 0,7%.

El único inconveniente es que sobre un padrón de 2.475.193 electores votaron 33.704 personas, es decir el 1,36%, cuando la ley que se aplicará en agosto establece un piso del 1,5% para que el vencedor pueda ser candidato. Hoy tratarán de saltar esa valla en cuatro provincias del NEA.

Ernesto Sanz renunció a la presidencia de la UCR para competir en su interna partidaria con Ricardo Alfonsín, mientras el vicepresidente Julio Cobos anunciaba que sólo participaría en los comicios legales de agosto. Pero luego de las elecciones de gobernadores en Catamarca y Chubut, que les hicieron ver el abismo al que se acercaban, Sanz desistió del cotejo de abril y Cobos del de agosto.

Sanz tratará de reconstruir la compleja ingeniería electoral elaborada por la Asociación Empresaria (AEA), descrita en esta página el 23 de enero. Durante las reuniones realizadas en la Unión Obrera de la Construcción, se planteó la ascensión de Gerardo Martínez a la secretaría general de la CGT, en lugar de Moyano, la del operador de la trasnacional italiana Techint, Luis Betnaza, a la presidencia de la UIA, y la conformación de dos fórmulas presidenciales: Sanz-Gabriela Michetti y Daniel Scioli-Juan Manuel Urtubey, y un pacto político y económico, con recorte de derechos laborales y contención salarial.

La fortaleza del gobierno nacional provocó la deserción de Scioli, que irá por su reelección bonaerense en octubre, y la de Urtubey, que lo intentará hoy en Salta; el desplazamiento de Betnaza por José Mendiguren en la UIA y la consolidación de Moyano en la CGT. La última utopía veraniega que aún se recorta contra el horizonte muestra a Sanz y Michetti, cuesta arriba sobre la arena (...)".

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