sábado, 14 de mayo de 2011

LA OBSECUENTE


¿ACASO LE FALTA INFORMACIÓN A LA MINISTRO DE INDUSTRIA?
¿Qué le pasa a Débora? En Brasil dicen que ella es "amateur"

Que Brasil iba a sancionar a la Argentina era previsible y Débora Giorgi no realizó una negociación preventiva. Es lógico que su colega brasileño Fernando Pimentel haya decidido dejarla en ascuas 48 horas. Aqui un ejemplo de la desinformación o el desinterés de Giorgi de actuar antes de las sanciones.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La periodista Raquel Landim, del diario O Estado de Sao Paulo, tiene un blog en la página web donde ha seguido con cierta meticulosidad el comercio con la Argentina.

El día 05/05 ella escribió algo que ya no era un secreto en Brasilia: el enojo con la Administración Cristina.

El recorte llegó a la Cancillería argentina pero la ministro Débora Giorgi no realizó gesto preventivo alguno ni se comunicó con el ministro brasileño Fernando Pimentel.

¿Por qué, entonces, Pimentel habría de atenderla cuando ella le llamó urgida 1 semana después?

Al respecto cabe solamente una conclusión: la inacción de Giorgi fue una decisión de Estado argentina. La inacción de Giorgi es parte de la política no explicitada de Cristina Fernández de administración del comercio importador en función de las necesidades de la balanza comercial.

Y otra conclusión: Brasil lo sabe.

Aquí lo publicado por Raquel Landim el jueves 05/05, con el título "Se terminó la paciencia de Pimentel con la Argentina?"


"El calvario de los fabricantes de caramelos, chocolates y confites en el mercado argentino parece no tener fin. Según versiones de los empresarios, más de US$ 5,2 millones en mercadería (un valor significativo para el sector) están parados en los depósitos de los importadores. Los nuevos pedidos fueron pospuestos o cancelados.

Durante el año pasado, ese sector también enfrentó problemas en el mercado vecino con camiones parados en la frontera.

Algunos productos se vencieron y las empresas gastaron pequeñas fortunas en la refrigeración de la mercadería en los camiones.

A partir de ahí, para evitar la prensa, los argentinos adoptaron una nueva estrategia.

El Instituto Nacional de Alimentos (Inal, de Argentina), es decir, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa, de Brasil) no está autorizando los certificados sanitarios para que los productos brasileños circulem.

Al mismo tiempo, la Agencia Federal de Ingresos Públicos (Afip, Receita Federal, de Brasil), comenzó a notificar a los importadores que mercadería no estaba en el estado correcto y ofreció dos alternativas: devolver el producto a Brasil o pagar una multa de hasta 5 veces el valor del impuesto.

Y obviamente no tiene sentido reclamar a la Afip que el Inal no autorizó el certificado...

Empresarios del sector cuentan que más de una vez, la orden de restricción de circulación de los productos brasileños, partió del secretario de Comercio Interior de Argentina, Guillermo Moreno.

Defensor de la industria nacional y fiel aliado de los Kirchner, el polémico empresario es una especie de “eminencia parda” (sin ser el gobernante supremo, es la persona más poderosa y actúa generalmente detrás del soberano legítimo) de la presidente Cristina.

Moreno ignora sin temores las reglas del Mercosur.

Y el sector de caramelos e chocolates es uno de los problemas que viene enfrentando brasil con el socio del Mercosur.

Máquinas agrícolas son impedidas de cruzar la frontera y la situación ya provoca que varias fábricas de Río Grande do Sur desistan. La Ford recibió una multa (millonaria) por no haber cumplido alguna de las múltiples reglas argentinas cuando intentó importar auto partes brasileñas. El número de productos sujeto a permisos manuales de importación subió de 400 a 600 en el país y la autorización de documentos involucionó.

La situación está incomodando al gobierno brasileño. El ministro de Desarrollo, Fernando Pimentel, fue a Buenos Aires en febrero, a un mes después de asumir. Ex intendente de Belo Horizonte e una de las figuras políticas más destacadas del PT, Pimentel es un adepto a la negociación. Intentó negociar con los argentinos y volvió con promesas de que Brasil no sería perjudiciado e reiteradas declaraciones de la importancia de la unión estratégica.

Según fuentes del gobierno, al ministro no le gustó ni un poco que no cumplieran con las promesas y habría dicho para sus asesores que no tenía sentido hablar con los argentinos. No obstante, todavía pesa a favor del país vecino a excelente performance de los productos manufacturados en ese mercado, aún con las barreras. Es por eso que Brasil aún no decidió qué medida adoptar, pero la reacción (ojo por ojo, diente por diente) está cada vez más próxima.

Obviamente todo puede cambiar si lo argentinos levantaran las barreras o si llega una orden del Planalto – pero por ahora ninguna de esas hipótesis parece probable. Será el fin de la paciencia de Pimentel con la Argentina?"

Luego pasó lo que ahora se debate.

¿Qué dice ahora Raquel Landim, ya que sigue escribiendo sobre el tema?

Por un lado, ella marca que una diferencia política: Fernando Pimentel es un político con experiencia. Débora Giorgi proviene de la economía.

Luego, Pimentel se cansó de Giorgi: no es serio decir que no recibió una documentación enviada por Brasil, que obviamente tiene registro cuando se remite.

Y la visión que tienen en Brasil es que Giorgi reaccionó como una "amateur" en estos temas.

La nueva columna de Landim en O Estado se titula "Autos: dos pájaros de un tiro":

"El gobierno brasileño decidió adoptar barreras contra la importación de autos. Desde el miércoles pasado 11/04 está exigiendo permisos de importación no automáticas para la entrada del producto en Brasil. Funciona así: antes, el importador accedía al site en Internet, solicitaba el permiso, y, corroborados los datos el documento era autorizado automáticamente; ahora el pedido va a ser analizado por los técnicos del gobierno y puede demorar hasta dos meses.

La medida demuestra que la paciencia del ministro de Desarrollo, Fernando Pimentel, con los abusos de la Argentina, llegó a su fin.

Para Brasil, Argentina, país vecino y socio del Mercosur viene creando dificultades en su mercado para circulación de heladeras, chocolates, máquinas agrícolas, entre otros productos brasileños.

Político experimentado, Pimentel realizó un viaje hasta Buenos Aires y volvió a Brasil con la promesa de que se retirarían las barreras con este país. No hubo novedades. Después de las quejas de los empresarios, el ministro envió una carta a la secretaria de la Industria, Débora Giorgi, quien dice “no haber recibido el documento”.

Pimentel, entonces, decidió atrapar a la Argentina en el sector más sensible para forzar así una negociación.

La reacción del gobierno de la presidente Cristina Kirchner fue casi de “amateur”.

Giorgi envió el jueves 12/05 una carta a Pimentel, de 6 páginas, con un rosario de reclamos sobre las asimetrías de los dos países. Y ella, que no es muy amante del periodismo, divulgó el documento a la prensa.

Pimentel respondió a la carta en apenas 2 párrafos invitando a Giorgi a viajar a Brasilia para resolver el asunto.

Pero la barrera contra la importación de autos no tiene como única finalidad crearle dificultades a la Argentina.

Con esa medida, el ministro de Desarrollo “mató dos pájaros de un tiro” –tal como dice el dicho popular: afectó a la Argentina pero también atendió la demanda de las industrias terminales de vehículos que están preocupadas con la entrada de productos asiáticos.

De enero a abril de este año, las imprtaciones de autos crecieron en Brasil casi un 56%. Solamente en abril, el aumento fue del 80%. Las grandes fábricas de montaje instaladas en Brasil (Fiat, Fort, GM, etc) se sienten incómodas con la entrada de autos de Corea del Sur (Hyundai), que se volvió el 2do. mayor comercializador del país.

Otro gigante que comienza a asustar es China, que todavía vende poco pero sus autos son baratísimos.

Sigo las peleas de Brasil y Argentina hace años y al sector automotor nunca le gustó ser moneda de cambio.

En otras ocasiones, cuando se propuso la posibilidad de propuesta la posibilidad de afrontar a Argentina dificultando las importaciones de autos, las industrias de montaje reclamaron fuertemente y con razón.

Por exigencia de los gobiernos, estan instaladas de los dos lados de la frontera.

Ahora, en manifestaciones “off the record”, dicen que nadie puede culpar a Brasil de reaccionar. Dudo que estarían más tranquilas si la medida incluyese a Corea."

No hay comentarios: