viernes, 30 de julio de 2010

DESENMASCARANDO


LA POLÉMICA ENTRE ALFREDO LEUCO Y EL CANCILLER

Timerman desenmascaró al periodismo progre


Por Guillermo Cherashny para el Informador Público

El flamante canciller Héctor Timerman no tiene jefe de prensa ni vocero y comunica las actividades de su cartera a través de la red social Twitter. El periodista Alfredo Leuco lo acusó de perder el tiempo twitteando todo el día, agregando que el gobierno no tiene Canciller y que era mucho mejor el perfil bajo de Jorge Taiana. Tal vez se deba esto a que el ex canciller progresista repartía a diestra y siniestra contratos en dólares del PNUD o proyectos de las Naciones Unidas para países en desarrollo para conseguir que los beneficiarios de estas prebendas elogiaran su actuación, aunque criticaran al resto del gobierno. Así funcionaba, por lo menos en la Cancillería, el juego de los progresistas, como les gusta autocalificarse a sí mismos, y el periodismo políticamente correcto o “independiente”. Tal vez nunca se sepa quiénes fueron los integrantes de esa verdadera cadena de la felicidad del Palacio San Martín. De lo que no hay dudas es de que Timerman cortó la cadena solidaria y generadora de buena imagen.



La pauta ante todo

Pero volviendo a la discusión con Leuco, el Canciller le enrostró que comieron juntos y que aquél llevó a su gerente comercial para tratar la ampliación de su pauta publicitaria oficial. Es falso que Leuco haya pedido más pauta para apoyar a Kirchner. De hecho él y todo el periodismo políticamente correcto estaban enamorados de los Kirchner hasta poco tiempo atrás. Hasta le produciría una sensación cercana al orgasmo la demonización de Eduardo Duhalde y de los militares, policías, empresarios y partidos políticos. En función de esta militancia, es que Leuco y otros se creían con derecho a exigir más pauta.

Timerman tiene razón al reclamarle a Leuco y a la corporación progre que hagan públicos sus patrimonios, incluyendo los sueldos y sus pautas de publicidad. En ese caso la opinión pública se enteraría de que sus declaraciones juradas son tan fidedignas como las de los Kirchner. Tal vez no tan groseras, pero sí absolutamente obscenas para los ciudadanos comunes.

Ahora hay que esperar el debate, porque Héctor Timerman aceptó debatir sobre todos los temas, desde el proceso hasta ahora. Sin embargo, lo que ya puede decirse es que, hasta ahora, Timerman ganó el primer round con una caída en la lona. Le contaron hasta 8 y se levantó.

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