lunes, 27 de enero de 2020

domingo, 26 de enero de 2020

PROCESADOS DE CAMBIEMOS (MACRI)

LARGA LISTA DE PROCESADOS DE CAMBIEMOS (MACRI), AL 2020 Con la imputación del fiscal Juan Pedro Zoni al expresidente Mauricio Macri, ... a Nicolás Dujovne en la causa peajes por fraude al Estado, abuso de autoridad y negociaciones incompatibles con la función pública que investiga el juez Canicoba Corral,... al por entonces ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, ... al Director General de Asuntos Jurídicos, Juan Mocoroa, por el escandaloso caso del Correo Argentino, ... a Dante Sica y Buryaile por la compra de votos, ... el procesamiento a Stornelli, el fiscal protegido por Macri, ... a Sergio Varisco, intendente de Paraná, que fue condenado por narcotráfico a 6 años y medio de prisión, quien denunció a Patricia Bullrich, que fué procesada junto a otros funcionarios de Seguridad por haber montado un plan represivo contra las comunidades originarias mapuches del sur del país para favorecer negocios inmobiliarios y a los grandes propietarios de tierras de la región, .... a la radical Aída Ayala que fue procesada por fraude a la administración pública, ... ya son más de 50 las imputaciones judiciales a las primeras líneas del Gobierno nacional. El presidente Macri es el blanco de múltiples acusaciones, y se encuentra particularmente comprometido con las causas de los Panamá Papers, el Decreto que modificó la Ley respectiva para habilitar el blanqueo para familiares y la firma del Memorándum con Qatar. La cuarta causa grave es la del Correo Argentino. La promesa inicial de prescindencia frente a la Justicia ha quedado aniquilada desde los mismos inicios de la gestión. Muchos jueces denunciaron la presión ejercida por el ministro de Justicia, Germán Garavano. Algunos fueron receptivos. Otros dejaron de atenderle el teléfono. Uno de los casos que fue celosamente ocultado por el periodismo amigable durante la campaña electoral de 2015 fueron los Panamá Papers, que motivaron la caída de varios funcionarios de primer nivel internacional. Sin embargo, la Justicia argentina, en lugar de investigar el comportamiento presidencial, prefirió armar una megacausa que involucra a todo el Clan Macri en lo referido a lavado de activos en un marco temporal mucho más amplio. De los informes internacionales requeridos, surgió que dos de sus hermanos quedaron muy mal parados por la información remitida por la Fiscalía de Hamburgo. Mauricio Macri prefirió tratar de desligarse del tema e inició una causa civil para dejar en claro que no integró esa sociedad. Pero el expediente quedó empantanado. Para protegerlo, su padre, Franco Macri, asumió la responsabilidad, pero no consiguió frenar el avance de las investigaciones. Como pago recibió los peores epítetos de su hijo, cuando su cadáver estaba aún caliente. Su primo y supuesto testaferro, el constructor Ángelo Calcaterra, está siendo investigado por el Fuero Penal Económico a raíz de movimientos irregulares de IECSA con cuentas offshore sospechosas. La información respectiva fue aportada por la Justicia alemana. Sobre el presidente Mauricio Macri pesa también una imputación por abuso de autoridad, en el caso del Decreto N° 1206 que habilitó el blanqueo a familiares de funcionarios. En la causa están involucrados también el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ex ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay. Otra de las causas de suma gravedad que involucra a Mauricio Macri es la referida a negociaciones incompatibles y administración fraudulenta por la firma del Memorándum con Qatar. En este caso lo acompañan en la carátula del expediente la vicepresidente Gabriela Michetti, la ex canciller Susana Malcorra, Luis María Blaquier, ex director del Fondo de Garantía de Sustentabilidad ANSES; Horacio Reyser, asesor del mandatario en Inversión Extranjera y José Ortiz Amaya, director General de Relaciones Internacionales del Senado. La vicepresidente Gabriela Michetti, además, está gravemente comprometida en la causa sobre el origen del dinero robado en su casa en la jornada de victoria electoral de Cambiemos, en 2015. El ex ministro de Modernización y actual vicejefe de Gabinete, Andrés Ibarra, está imputado por la compra de máquinas de tecno-voto esquivando las disposiciones legales, en el marco de un cuestionado acuerdo con Corea. Por su parte, Luis Caputo está imputado por la compra de dólar a futuro. El juez Luis Rodríguez dispuso el allanamiento del Fondo Axis, que él presidía. Por el mismo delito, aunque en otro expediente, están procesados el ex vicejefe de Gabinete Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, el ex titular del BCRA Federico Sturzenegger, uno de los directores del Central, Pablo Curat y el jefe de Asesores Presidenciales, José Torello. Guillermo Dietrich y Javier Iguacel, imputados por el negociado de los peajes El ministro de Transporte y el ex titular de Vialidad Nacional son investigados por haber habilitado a varias empresas entre ellas a Iecsa, del primo del Presidente a seguir cobrando peajes y obras por 30 mil millones de pesos cuando sus contratos ya habían vencido. Aparte, Dietrich está imputado por un viaje privado en helicóptero oficial, causa similar a la que se le ha seguido a Amado Boudou. El ex ministro Juan José Aranguren concentra múltiples causas. Las más significativas remiten a abuso de autoridad y por haber favorecido a la petrolera Shell de la que fue CEO y accionista. En este caso, Elisa Carrió denunció también a sus colaboradores: Luis Sureda, Pablo Popik y Luis Barile, por haber decidido que la empresa estatal Enarsa tuviera que encargarse cubrir el cupo de garrafa social de petroleras privadas. La AFIP, decidida a obtener recursos hasta de las piedras, promovió múltiples expedientes. Uno de ellos derivó en la imputación del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Laura Alonso, la titular de la Oficina Anticorrupción está acusada por el presunto encubrimiento del delito de “negociaciones incompatibles con la función pública”. Desde su puesto, Alonso se ocupó de perseguir y lograr encarcelar a funcionarios del gobierno anterior, pero no impulsó un solo expediente de más de 50 funcionarios macristas.

Habla la experiencia: LA TABLADA - 31 AÑOS -

Habla la experiencia: LA TABLADA - 31 AÑOS -: Me honro en compartir el homenaje del Presidente del Centro de Estudios Salta, Mario Cabanillas. a nuestros héroes que defendieron el ataqu...

sábado, 25 de enero de 2020

PANORAMA-LOS VIAJES DE FERNÁNDEZ

Panorama político nacional de los últimos siete días Los viajes de Alberto Fernández La performance personal de Alberto Fernández en el escenario internacional comenzó con rasgos heterodoxos. Lo habitual es que el primer viaje oficial de los presidentes tenga como destino a Brasil, gran vecino y socio comercial; Fernández empezó por Israel. El inicio estuvo en parte determinado por la circunstancia de que la visita se integraba a una agenda colectiva, el Foro Mundial del Holocausto al que habían comprometido su asistencia altos dignatarios de una cincuentena de estados, incluyendo a Vladimir Putin, Francois Macron y el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence. Fernández comprendió el valor simbólico y político de su participación y no vaciló en desafiar la tradición de las primeras visitas presidenciales. Israel antes que Brasil En rigor, antes de confirmar su viaje a Jerusalén ya había decidido que su primer viaje no sería a Brasil. El plan de vuelos del Presidente tenía priorizado su encuentro con el Papa Francisco en El Vaticano y, aprovechando su estadía en Europa, reuniones con los presidentes de Italia y de Francia y con el jefe del gobierno español: ese periplo se inicia en tres días, el miércoles 29 de enero. Después de algunos cortocircuitos con el presidente Jair Bolsonaro (Fernández había viajado a Brasil antes de asumir para subrayar su solidaridad con Luiz Inacio “Lula Da Silva”, que entonces se encontraba aún detenido), las cosas empezaron a cambiar con la presencia en Buenos Aires del vicepresidente brasilero, Hamilton Mourao, durante la entronización del mandatario argentino. En su discurso, Fernández destacó que la amistad entre Argentina y Brasil estaba por encima de las diferencias entre sus dirigentes. Pocos días después Bolsonaro invitó a Fernández a visitar Brasil (lo hizo a través de declaraciones de prensa), pero ese encuentro sigue demorado: antes se reunirán el canciller Felipe Solá y su colega Ernesto Araújo, para delinear una agenda constructiva más allá de las divergencias de tono y de contenido que mantienen ambos gobiernos: el de Bolsonaro trata de desembarazarse de sus vínculos formales con el Mercosur para encarar con mayor libertad de movimientos relaciones económicas bilaterales con los grandes jugadores (Estados Unidos, China, Europa); al menos ese es el programa del ministro de Economía de Bolsonaro, Paulo Guedes, un ortodoxo neoliberal que quiere liberar el comercio de su país de las trabas arancelarias convenidas por el bloque. Sin embargo, en el gobierno de Bolsonaro pesan mucho las Fuerzas Armadas, siempre ligadas a un pensamiento desarrollista menos propenso al liberalismo que ostenta Guedes. El gobierno de Alberto Fernández demora aún en desplegar una propuesta económica integral: antes que nada quiere abordar la emergencia y reprogramar los vencimientos de la enorme deuda heredada. En cualquier caso, las líneas que insinúa tampoco coinciden con la ortodoxia que por ahora practica el socio brasilero; la combinación que empieza a esbozarse mezcla criterios de rigor fiscal con elementos de intervención estatal y trata de balancear los estímulos a la inversión con criterios de reparto guiados por el concepto de la equidad social. La deuda y el Papa Puesto que el tema deuda es prioritario, los movimientos exteriores de Fernández buscan allanar el camino para negociar con los acreedores, incluido el FMI. La Casa Rosada es conciente de que para ese objetivo es importantísimo el papel de Washington y trata de conseguir ese apoyo con una estrategia de aproximación indirecta. El viaje a Jerusalén coincidió con la confirmación argentina referida a la organización político-militar proiraní Hezbollah, caracterizándola como terrorista: esa decisión no sólo fue aplaudida por el gobierno de Israel (aliado principal de Estados Unidos) sino también por el Departamento de Estado. La Casa Rosada viene acumulando declaraciones positivas de Washington sin apelar para ello al seguidismo verbal que suele emplear el gobierno de Bolsonaro, sino más bien preservando claros espacios de autonomía, como en el tema Bolivia, donde protege (y también contiene) la acción de Evo Morales. Más allá de la importancia intrínseca de ciertos vínculos (Israel, México, por caso) el gobierno argentino tiende puentes eficaces hacia Washington mientras prepara un contacto cara a cara con el volcánico jefe del Ejecutivo estadounidense. Las conversaciones con líderes europeos de la semana próxima también apuntan en primera instancia al objetivo económico: se trata de rodear de la mayor cuota posible de comprensión las venideras conversaciones con el Fondo Monetario Internacional, donde Europa cuenta con varios directores. La cita con el Papa Francisco tiene un rango especial. El Vaticano no tiene directores en el FMI, pero su opinión cuenta y llega. Más allá de eso, Fernández quiere ofrecerlo al pontífice -sin intermediarios- la seguridad de que su gobierno trabajará con el norte de la unión nacional que Bergoglio predica incansablemente, y lo hará junto a la Iglesia, descartando, la polarización exacerbada que se resumió en la llamada grieta. El Presidente argumentará con franqueza los motivos por los que decidió respaldar la despenalización del aborto, que son, a sus ojos, de carácter sanitario y en modo alguno están ligados a ideologismos extremos de índole antirreligiosa. Fernández no espera recibir aprobación en este punto, pero sí comprensión. Si los trabajos políticos destinados a esfumar la grieta y a generar un diálogo (inclusive una confrontación) que deje de lado odios, intolerancia y actitudes excluyentes podrían reabrirse las posibilidades de una visita del Papa a su patria. El año 2020 recién se inicia. Jorge Raventos

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Habla la experiencia: LENGUAJE VIPERINO

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sábado, 18 de enero de 2020

me estoy poniendo viejo

UTOPÍA

Gobernar Argentina es una Utopía Gobernar Argentina, es una Misión Imposible, si no se toman “medidas diferentes” a todas las que se hicieron desde 1935 Dicho así, si no lo explicamos como corresponde, es evidentemente inentendible, es muy fácil, decir “Nó, Así Nó”, pero también sabemos que nadie va a Salir del “Sistema” y menos cuando todo está estructurado a su “forma e piacere”, decía mi Padre, Manera y Placer Nosotros y digo Nosotros, como buen aprendiz político económico, cuando la realidad sería Yo Propongo, estoy más solo que Donald (Trump, no el Pato) en el Día del Amigo, un “verdadero cambio”, no confundir con el Cambio Macrista, Please Sé que le hablo a la Pared, que tiene más posibilidades de escucharme por sus poros arenosos, que llegar a los oídos, de tantos Argentinos y Otros que habitan este Generoso País, gobernado por Cicateros Gerentes, algunos lamentablemente mejor intencionados, pero absolutamente incapaces y otros que vienen a hacer su Agosto y todos los meses del año y de los años que vivan varias de sus generaciones Pero, bueno, no caigamos en la más fácil, criticar y criticar, durante muchos años, cuando tenía otros estadíos, físico, psicológico y económico, conduje varios programas en distintas radios, canal de aire y por Youtube, todos, llamados Soluciones, como una forma de descargar tensiones y tratar de abrir cabezas sin martillos, ya sé, si algún despistado lee esta nota, dirá “que ego” y sí, cuando no te escuchan, te queda el hablar para Uno Mismo, prueba y verás que es divertido Por enésima vez, daré a conocer lo que pienso habría que hacer, que es lo que han llevado a cabo, Países que hoy están entre los más desarrollados y sus habitantes tienen un mejor estándar de vida, claro que lo lograron mediante palabras Mágicas, pero terroríficas para algunos, Educación, Trabajo, Honradez y Equidad en el reparto La fórmula, sería esperar el desastre total y ahí detenernos a mirarnos unos a otros y empezar el diálogo, pero tenemos un grandísimo problema, Argentina tiene recursos y nunca “se toca el fondo”, algo necesario para el Gran Acuerdo Nacional, no los intentados anteriormente, sino el Único, el en “estemos Todos y Todas, Susana y Mirtha incluidas, se logrará? o habrá que esperar a que se cumplan las profecías de Benjamín Parravicini W.GAZZA

CASO NISMAN

Panorama político nacional de los últimos siete días El reciclaje del caso Nisman: entre Netflix y Clint Eastwood Cinco años atrás, el 18 de enero de 2015, la Argentina se enteró, anonadada, de que Alberto Nisman, el fiscal de la causa AMIA, había sido encontrado muerto en su departamento de Puerto Madero. El país ingresaba dramáticamente en un año electoral que culminaría con el ascenso a la presidencia de Mauricio Macri. Cuatro días antes de que su cadáver apareciera en el baño de su domicilio, Nisman había formulado una resonante denuncia contra la entonces Presidente de la Nación, Cristina de Kirchner: la acusaba a ella -y a su canciller, Héctor Timerman- de procurar, a través de un pacto firmado con la República Islámica de Irán, encubrir a los funcionarios iraníes responsables del atentado que en julio de 1994 voló el edificio de la AMIA. En esta columna se publicaba aquel mismísimo 18 de enero de 2015: “El expediente abierto por el fiscal Nisman se tramita durante el último capítulo de la presidencia de Cristina Kirchner y se inscribe, inevitablemente, en el contexto de la competencia electoral que decidirá la sucesión.” Todavía no se sabía que, a esa hora, el denunciante estaba muerto En el agrietado clima de la época, la denuncia quedaba inevitablemente transformada en un artefacto más del envenenado combate político en marcha: la muerte del fiscal, en ese contexto, tuvo el mismo destino y fue interpretada como un luctuoso corolario confirmatorio. La parsimonia judicial mantiene abierta todas las conjeturas: todavía se discute si Nisman se suicidó, fue inducido a matarse o fue asesinado. En esta última hipótesis, no se señala hasta ahora quién o quiénes habrían sido los autores. Sólo hay un imputado: Diego Lagomarsino, el colaborador informático de Nisman que le entregó al fiscal el arma de la que salió la bala mortal (quienquiera la haya disparado). Al cumplirse el quinto año, trascienden retazos de la investigación que cumple la Justicia: se habrían detectado súbitos vendavales de comunicación entre jefes de distintas fracciones de los servicios de inteligencia durante las horas en las que se estima ya estaba muerto pero su cadáver no había sido oficialmente detectado. Se sospecha que el caso Nisman ocurría en el marco de una guerra interna entre espías. En aquella nota de cinco años atrás se puntualizaba aquí: “la mera presentación de Nisman y su catálogo de elementos de apoyo – más allá de la suerte que el caso corra en Tribunales a partir de febrero- es síntoma (uno más y probablemente el más clamoroso) de una grave anomalía. En principio, esta coincidencia de sucesos inconcebibles confirma la existencia de una brecha que cruza el Estado: poderes enfrentados, ministerios copados por sectores facciosos y, además, duplicados con gestiones informales, cuerpos de inteligencia desnaturalizados que se investigan y hostigan recíprocamente. Ya advierte el Evangelio (Mateo 12:25): toda casa dividida contra sí misma caerá”. El poder de la imagen La serie televisiva centrada en el caso Nisman que Netflix presentó este mes sintetiza con eficacia los zigzagueos de la investigación, las explicaciones, razonamientos y rodeos de protagonistas y testigos del caso y la ausencia de respuestas claras a los interrogantes que suscitan aún la denuncia formulada por el fiscal, su muerte, la conducta de quienes debían custodiarlo, la de quienes deben esclarecer los hechos e inclusive las dudas generadas por los vínculos y movimientos financieros de la víctima. La serie ha tenido por otra parte el efecto de devolver al primer plano polarizaciones que parecían haber sido suficientemente explotadas durante la larga campaña de 2015 pero que, evidentemente, guardan aún un rico potencial reciclable. El acto realizado ayer en la zona de Tribunales, frente al Teatro Colón, contó, por ejemplo, con el respaldo activo de las plataformas políticas opositoras al gobierno de Alberto Fernández En principio, el caso Nisman interviene lateralmente en la exigente conversación política que el gobierno de Fernández desarrolla con Washington (de la que hay un capítulo dedicada a Hizbollah y otro a la tensión de Donald Trump con el régimen de Teherán); el viaje del Presidente a Israel (el primero como titular del Ejecutivo) representa una iniciativa audaz y elocuente de la disposición de la Casa Rosada a evitar interpretaciones erróneas de su voluntad de autonomía. El viaje a Israel tiene dimensiones simbólicas y prácticas y tiene lecturas políticas internacionales y domésticas. Alberto Fernández es golpeado desde la oposición y desde sectores de la opinión pública con suspicacias en un tema sensible: se sostiene que ha contraído el compromiso con su vicepresidente -la dama que lo hizo candidato- de operar en su favor ante la Justicia. Ese relato incluye el tema Nisman, cuya denuncia enchastró mediáticamente a CFK, particularmente después de la misteriosa muerte del fiscal, que estos sectores procuran colgar al gobierno K. Hasta tanto el caso quede debidamente esclarecido y haya sido zanjado por los jueces, la oposición tratará de obligar al gobierno de Fernández a conceder ese handicap. El acto de ayer en la zona de Tribunales, motorizado desde distintas plataformas opositoras, es un ejemplo en ese sentido; un intento de transformar su memoria en el emblema de una facción. La sospecha y la infamia Es difícil y doloroso convivir con la sospecha. En mayor medida si ésta es temeraria o inconsistente. En los cines se proyecta estos días una excelente obra de Clint Eastwood, El caso de Richard Jewell, que es una lúcida reflexión sobre ese tema basada en un hecho real. Jewell, el personaje del filme, era un empleado de seguridad, contratado en 1996 para el resguardo de los Juegos Olímpicos realizados ese año en Atlanta, Georgia. Jewell, un tipo de familia, apegado a su trabajo y admirador de la actividad policial, descubre una mochila sospechosa en un parque público afectado a la actividad de las Olimpíadas, da la alarma y, pese a que la bomba escondida en la mochila explota, muchas vidas llegan a salvarse gracias a su conducta. Jewell se convierte en un héroe, pero su gloria apenas dura tres días, porque el sistema de inteligencia (el FBI) no consigue encontrar al responsable del atentado y, sobre la base de conjeturas y teorías, los responsables del caso deciden culparlo a él. Y filtran esa información a los medios. En pocas horas Jewell se convierte en un monstruo. La verdad sólo saldrá a la luz seis años más tarde, cuando el verdadero autor del atentado, Eric Rudolph (un ex soldado), detenido en Carolina del Norte confiese su culpabilidad. La conmovedora historia que Eastwood cuenta es no sólo un relato apasionante, sino también una advertencia sobre las consecuencias de los trabajos mal hechos, y sobre los relatos que -peor aún- pretenden justificar esas fallas. En este caso se trata de la colusión entre malos investigadores y malos periodistas. El caso Nisman, que es un capítulo del caso AMIA, expone hasta ahora mucha ineficiencia, mucha distracción, mucho relato destinado a justificar conclusiones alcanzadas o urdidas de antemano. En la serie de Netflix, refiriéndose al caso AMIA, centro de la investigación de Nisman, un ex representante en Buenos Aires de la CIA aventura: “No quiero pensar en teorías conspirativas pero no podrían haber arruinado mejor esta investigación (lo cual) me hace pensar que a nadie le interesaba resolver este caso…” A los argentinos, sin embargo, nos interesa que se resuelva. Más temprano que tarde. Jorge Raventos

Pacificación Nacional Definitiva: ACTUALIZACIÓN DE AYUNO EN LA PRISIÓN: EL MILITAR Q...

Pacificación Nacional Definitiva: ACTUALIZACIÓN DE AYUNO EN LA PRISIÓN: EL MILITAR Q...: La situación planteada por la decisión personal del  teniente primero (R) Gustavo Ramón De Marchi , quién en cautiverio se declaró en ...

viernes, 17 de enero de 2020

sábado, 11 de enero de 2020

DEUDA, EMERGENCIA Y POLÍTICA EXTERIOR

Panorama político nacional de los últimos siete días Un mes entre la deuda, la emergencia y la política exterior Un mes de gestión -acaba de cumplirlo el gobierno de Alberto Fernández- no es un plazo suficiente para grandes evaluaciones. En cualquier caso, el Presidente puede estar satisfecho con algunos logros: el Poder Ejecutivo se ha fortalecido, consiguió el acompañamiento del Congreso cuando impulsó la ley de solidaridad social y reactivación productiva (que la oposición llamó “de multiemergencia”); el programa “Argentina contra el Hambre” ya está en marcha y han comenzado a entregarse las tarjetas personalizadas para que los más necesitados puedan comprar alimentos (el ministro Daniel Arroyo planea alcanzar con ese recurso a dos millones de personas); los mercados han reaccionado positivamente ante las manifestaciones que ratifican la voluntad oficial de encarar el pago de la deuda argentina a través de negociaciones: el ministro de Economía, Martín Guzmán, se dispone a iniciar conversaciones formales con los tenedores de bonos; hay en marcha un aumento de salarios de emergencia como adelanto de paritarias y distintos sectores (empresarios, gremios, movimientos sociales) se preparan para moderar la puja distributiva y cooperar en poner freno a la inflación; volvieron los precios cuidados al comercio y se congelaron los precios del transporte en el área metropolitana. La nota desafinada más destacable proviene del campo: las organizaciones mayores del sector no terminan de contener la protesta de productores independientes que se quejan de pérdida de rentabilidad por efecto de la presión impositiva (en la provincia de Buenos Aires, por caso, el incremento de las retenciones se sumó al aumento del gravamen inmobiliario impulsado por la reforma fiscal que impulsó el gobernador Axel Kicillof). Un mundo que se achica Los críticos del gobierno sostienen que Alberto Fernández no trabaja con un plan. Cierto: “empezamos por los últimos para poder llegar a todos”, resumió el jefe de gabinete Santiago Cafiero. El gobierno está tratando en primer lugar de ajustar las cuentas mientras administra la emergencia priorizando la equidad. No habrá consumado esta etapa hasta no resolver, principalmente, la renegociación de la deuda. Es justo en este punto donde la situación nacional se ve atravesada inevitablemente con la política exterior (“la verdadera política”, decía Juan Perón). El Presidente cuenta con un equipo sólido en ese terreno, a cargo de Felipe Solá. Argentina va a necesitar ayuda de Estados Unidos para ordenar su difícil situación financiera, para avanzar en un reperfilamiento de su deuda con el Fondo Monetario Internacional y para que no se sumen obstáculos al deseado flujo de inversiones que el país necesitará para desarrollar sus ventajas comparativas. En ese contexto, antes de que Donald Trump recalentara la atmósfera mundial al decidir el “targeted killing” (eliminación selectiva) en Bagdad del general iraní Qasem Soleimani, el gobierno de Alberto Fernández ya recibía una fuerte presión de Washington. Como se señaló aquí una semana atrás, un artículo publicado por la agencia Bloomberg había atribuido a fuentes de la Casa Blanca lo que muchos observadores interpretaron como un mensaje para la Casa Rosada. La nota afirmaba que, según el gobierno de Trump, Argentina “cruzó un límite" al dar asilo y autorizar la actividad política del boliviano Evo Morales y al apartarse de la rígida postura que Washington prescribe en relación con el régimen venezolano de Nicolás Maduro. La nota de Bloomberg sostenía que esas asignaturas podían costarle a la Argentina el no respaldo de Trump en sus gestiones financieras. Pese a la insistente y dominante interpretación mediática local, es muy posible que -como sostuvo esta columna una semana atrás- “el artículo no refleje una postura de la Casa Blanca sino sólo de una fracción del gobierno de Washington”. Muchos analistas locales parecen coincidir con la mirada de esa fracción. Otra manera de ver La historia de la “línea roja” presuntamente cruzada por el gobierno de Fernández merece una lectura diferente de la que sugieren el artículo de Bloomberg, actitudes ruidosas como las que suele exponer el asesor de Trump de origen cubano Mauricio Claver Carona o interpretaciones rioplatenses sintonizadas en esa misma frecuencia. El representante especial del gobierno de Estados Unidos para Venezuela no es Claver, sino Elliot Abrams, un veterano y fogueado diplomático republicano que ya tuvo a cargo misiones de responsabilidad con los gobiernos de Ronald Reagan y George Bush. Su opinión tiene peso y pertinencia. En diciembre, después de la asunción de Alberto Fernández, Abrams, que había conversado con él antes de esa ceremonia, se prestó a una entrevista con el diario Clarín. “Así como nosotros queremos buenas relaciones con Argentina, Fernández quiere buenas relaciones con nosotros. Hablamos de Venezuela, por supuesto, porque es mi cargo y creo que compartimos un deseo para elecciones libres y para una salida de la crisis en la que vive Venezuela por vía de elecciones”, puntualizó entonces. Cuando la entrevistadora señaló la presencia en el acto de asunción de Fernández del ministro de Comunicación venezolano, Jorge Rodríguez (argumento que su colega Claver Carone había esgrimido para no asistir al acto), Abrams prefirió destacar otro hecho: “En primer lugar, es interesante que Nicolás Maduro no asistió”. La periodista busca otro flanco: “¿El haber recibido a Evo Morales como refugiado en el país es un signo de la política exterior que quiere seguir Alberto Fernández?°. Abrams responde: “Yo no quiero sobreinterpretar. Pero, ¿qué quiere decir que no haya invitado a Evo Morales a la asunción del mando? Ha aceptado a Evo Morales como refugiado, ¿qué quiere decir? Bueno vamos a ver.” La periodista siguió hurgando: “¿Cree que el peso de la vicepresidenta Cristina Fernández, amiga de Maduro, puede influir en Fernández y la política sobre Venezuela?”. Abrams evadió la incitación con agudeza y elegancia: “Está invitándome a interferir en la política interior de su país y no acepto esta invitación”, replicó. Parece evidente que el funcionario estadounidense distingue los matices con más precisión que muchos observadores locales. Esta semana, después de que el régimen de Nicolás Maduro intentó impedir por la fuerza la reunión de la Asamblea (congreso) de su país y la reasunción del opositor Juan Guaidó como titular de ese órgano, la cancillería argentina emitió un documento en el que calificó “los episodios registrados en el día de la fecha en la República Bolivariana de Venezuela” como “inadmisibles para la convivencia democrática los actos de hostigamiento padecidos por diputados, periodistas y miembros del cuerpo diplomático al momento de procurar ingresar al recinto de la Asamblea Nacional, para elegir a las nuevas autoridades de su junta directiva”. El texto del gobierno argentino definió lo ocurrido como “un nuevo obstáculo para el pleno funcionamiento del Estado de Derecho, condición esencial para permitir encaminar una salida transparente a la situación que hoy vive el pueblo venezolano”. Realismo y cabeza propia Un distinguido grupo de analistas locales, quizás más papistas que el Papa, criticó el documento del gobierno de Solá y Fernández adjudicando máxima trascendencia al hecho de que no se hubiera caracterizado allí al gobierno de Maduro “como una dictadura”. Elliot Abrams, en cambio, puso el foco en otro punto: “Conocemos el fuerte apoyo en Colombia a la democracia en Venezuela y a Juan Guaido. Hay un nuevo gobierno en Argentina que ha tomado una posición ligeramente diferente, y obviamente lo mismo México. No han tomado la misma posición que los Estados Unidos. Así que fue muy interesante cuando el mismo día, sin dudarlo, ambos consideraron inaceptable lo que sucedió en Caracas y lo rechazaron, y creo que eso es realmente sorprendente", dijo Abrams. "Y Maduro debe preguntarse hoy, '¿Me quedan aliados?' No van a apoyar ese tipo de medidas. Van a denunciar ese tipo de medidas". La mirada de Abrams no parece avalar la idea de una “línea roja” atravesada por Argentina, sino más bien otras, más constructivas y sutiles: la de que los hechos son más importantes que las palabras y la de que las coincidencias políticas no siempre necesitan expresarse como un coro unánime. En el tema Venezuela, como frente al golpe de Estado boliviano, el gobierno de Fernández procura sostener con pragmatismo y sin arrebatos aislacionistas una tradición de la política exterior argentina no intervención en los asuntos internos de otros países y sostenimiento de la legalidad, la democracia y el diálogo institucional. En cuanto al choque entre el gobierno de Trump y el de los ayatollahs, el gobierno argentino ha mantenido una actitud prudente, convocando a las partes a desescalar el conflicto, una posición que concuerda con el consenso internacional. Cualquier sobreactuación sería desaconsejable. Es inteligente proceder con realismo y cabeza propia: reconociendo prioridades, relaciones de fuerza y espacios de incumbencia y evitando las trampas del ideologismo o el principismo abstracto. Los días y meses que vienen pondrán al gobierno ante desafíos más exigentes aún. Esta es una prueba de largo aliento. Jorge Raventos

miércoles, 8 de enero de 2020

LOS SOJEROS" ESAS HIPÓCRITAS VÍCTIMAS DEL "FACILISMO".

LOS SOJEROS" ESAS HIPÓCRITAS VÍCTIMAS DEL "FACILISMO". Amigos: Como muchos otros que, en nuestra lejana juventud, abrazamos la Carrera Naval, la mayoría de mi generación provinimos de Pueblos y Ciudades promedio. En mi caso de Solís -BA-. Y cada quien, por vinculaciones familiares o por simple afición a lo poco que heredamos, nos formamos en el paralelo a nuestra vocación, de otra, digamos que por una consecuencia osmótica, a la Agropecuaria. Es por ello que hoy particularmente, deseo despachar estas líneas a los "Parasitarios Pooles de Siembra". Quienes desde hace, aproximados veinte años, dicen "haber desembarcado el progreso en el sector Rural". Y ahora, habiendo cooptado a todo el Agro, en su cruzada contra las retenciones, se erigieron en los indiscutidos líderes del ámbito Agrario. Constituyendo Los Grobo, Cresud & El Tejar sus cabezas más sobresalientes, por la concentración de cuatrocientas mil o incluso más hectáreas, destinadas en exclusivo a la siembra y cosecha anual de Soja. Tanto en Argentina como en Uruguay, Paraguay y Bolivia. Con un tamaño de tales proporciones, digamos que a estos muchachos se les puede asignar la categoría del Cartel Verde. Y obvio resulta que, por sus ciclópeas dimensiones, manejan a su arbitrio, tanto la oportunidad de liquidar divisas, como de tener una nada despreciable incidencia en el Mercado de Chicago. Bueno, pero ésta, digamos categorización, tan solo representa una pincelada y muy superficial sobre la realidad y los ocultos y sibilinos mitos de nuestra Agricultura doméstica. En estos días, tractorazos y similares actitudes de repudio a la confiscación tributaria, movilizó al Sector en los cruces de distintas rutas, fundamentalmente en el ámbito Bonaerense. Sin embargo, pese a una primera lectura telúrica & folclórica que, despierta generalmente en el Interior de la Nación empatías y sinonimias, la verdad intrínseca es una muy diferente. Cuando la ignorante de Kretina, contemporáneamente al tratamiento parlamentario de la 125, denominó como yuyito a dicho sembradío, se ganó la repulsa de la opinión pública de entonces, por lo desdoroso de su calificación a un cultivar tan trascendente. Pero adentrándonos más en lo profundo de una significación gramatical poco feliz, por decir lo menos, no fue tan desatinada esta grotesca, en su calificativo, diré, endógeno. Ya que en esencia, quien así la aleccionó, estuvo en lo cierto. Por cuánto la soja sí es un yuyito. Toda vez que actualmente, varietales híbridos con una inusitada plasticidad, se siembran en regiones semi áridas e incluso de suelos altamente salinos. Ecuación de toda inviabilidad germinativa en maíz, girasol, sorgo, trigo, cebada y cualquiera otra, aplicada a la siembra masiva, de cereales y oleaginosas en fina & gruesa indistintamente. Y es esa ductilidad, la que enerva a estos popes, para que estimulen económicamente al periodismo del área y acentuar hasta el paroxismo, los reclamos de tantos chacareros quejosos. Y por demás a esa manga de Crápulas & Farsantes de la Mesa de Enlace que, no representan a nadie más que a sus Corporativos Amos. Esos de los Pooles. El Campo Argentino, antes de su actual sojización, contaba con napas freáticas no cancerígenas como ahora, irremediablemente lo están por los criminales efectos del Glifosato. Las malezas no se habían tornado como en la actualidad, irremediablemente inmunes a los herbicidas. Y en lo que se conoce como la Pampa Húmeda y/o Zona Núcleo, la predominancia maicera, triguera y en menor medida, girasolera, el perfil de tierra negra, pues, era envidiable en todo el Universo, por cuánto contaba con un mínimo horizonte de fertilidad de, entre 0,70/0,90 centímetros. Hoy, con un tractor de entre 250/300 hp de potencia un solo operario, puede manejar una sembradora y plantar entre cien y ciento cincuenta hectáreas día. Y con un equipo de cinco tractoristas, bueno, digamos que, unas un mil hectáreas diarias o treinta mil mensuales, Exclusivamente por esa arrolladora tecnificación el Campo Argentino, bien, está despoblado. Porque si con un peón se puede agricolamente manejar media legua, ¿para que contratar mas gente y resignar utilidades?. Financieramente sería un dislate. En ello y en el pérfido espejismo del progreso social agropecuario, se esconde arteramente el padecer de estos falsos exponentes de la "Pampa Gringa". Puesto que, si anidase en ellos, un sano y legítimo espíritu corporativo, para torcerle el brazo a un Estado Saqueador, como en realidad lo es, abandonarían este Ruin y Anti patriótico Cartel y se avocarían a la siembra de otros cultivos. Y Amigos, no permitan que los induzcan en La Balada de La Fuente Inagotable de Divisas con la que la soja nos proveerá infatigable e infinitamente. Ya que, es tan agotable como perniciosa su extensión temporal por la devastación de nuestra Tierra. Como tampoco compren el camelo que, se debe de apoyar irrestrictamente esa Falsa Gesta, porque los treinta mil millones de dólares que generan, constituye apenas el cinco por ciento del PBI anual. Y sus efectos químicos, de no reprimirlos, nos irrogará solo tierra yerma e improductiva en la siguiente década. Todo lo cuál me conduce a preguntarme y preguntar al Lector: Si las retenciones son tan brutales ¿porqué no dejan de sembrarla y optan por sembrar más maíz o girasol?. No desisten por una sola razón y ella estriba en que sigue siendo una actividad financiera y muy rentable, porque el alea de riesgo es prácticamente nula. Ésta y ninguna otra es la verdad oculta, esa de... "LOS SOJEROS" ESTAS HIPÓCRITAS VÍCTIMAS DEL "FACILISMO". Cordialmente Carlos Belgrano.-