sábado, 28 de marzo de 2020

Pacificación Nacional Definitiva: 2 DE ABRIL 2020 - CONVOCATORIA NACIONAL

Pacificación Nacional Definitiva: 2 DE ABRIL 2020 - CONVOCATORIA NACIONAL: Frente a la acertada decisión de los integrantes del  Centro de Veteranos de Guerra de Malvinas  de Río Grande (Capital Nacional de l...

LA SALUD DE LA CUARENTENA

Panorama político nacional de los últimos siete días Pandemia: la salud de la cuarentena Aunque con el trasfondo de la catástrofe mundial las moderadas cifras que la pandemia genera en Argentina sostienen el respaldo al gobierno de Alberto Fernández que acredita la mayoría de las encuestas, hay muchas señales de que esa atmósfera de resignada satisfacción puede encontrarse con límites de distinto carácter. Disciplina y estrés A comienzos del feriado largo de la última semana y más pronunciadamente después de esa pausa, se ha observado un relajamiento de la disciplina social. Primero fueron las columnas de automóviles enderezadas a la costa atlántica. (“una provocación”, definió un intendente). Después del feriado, lo que se notó fue la intensificación del tránsito y la circulación de personas, los bloqueos de los puntos de contacto entre la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, con ochocientos o mil metros de colas de automóviles y largas demoras. Muchos de los ocupantes de esos vehículos no formaban parte de las categorías autorizadas a abandonar el aislamiento. A una semana apenas de lanzada la cuarentena, esa desobediencia es una advertencia a la solidez que pueda tener la extensión que impulsa ahora el Presidente. Algunos distritos empiezan a aplicar medidas que - relativizando los criterios del poder nacional- flexibilizan la cuarentena. Mendoza es un caso. Se trata de un distrito gobernado por la oposición. ¿Una diferenciación por los detalles? Mauricio Macri también decidió apartarse de la conducta acuerdista que expresa la mayoría de su fuerza (con Horacio Rodríguez Larreta a la cabeza) y se quejó de la decisión oficial de postergar el rescate de los argentinos que quedaron varados en el exterior. Otro signo de inquietud: en los medios y en las redes han empezado a manifestarse opiniones (y a difundirse informaciones) en principio disonantes con la línea de la cuarentena rígida y la parálisis de la actividad productiva:Por ejemplo, noticias sobre países (Japón, Suecia, Alemania) que han mantenido la sociabilidad o siguen dictando clases en los colegios o han permitido algunas actividades como los paseos o la actividad física en calles y parques (sin contacto con otros) sin que sus performances sanitarias se perjudicaran por ello (Alemania tiene la tasa de letalidad más baja de Europa, Japón tiene índices de contagio muy contenidos, Suecia muestra resultados mejores que dos países vecinos, Noruega y Dinamarca, que aplicaron soluciones rígidas). Lo sintomático es que esas informaciones empiecen a permear en medios que hasta unos días antes formaban monolíticamente en la tendencia del aislamiento duro y sólo presentaban como opciones divergentes las erráticas ocurrencias de Donald Trump o Jair Bolsonaro. Efectos de la cuarentena Otro dato: empieza a ganar espacio la preocupación por las consecuencias sociales de la cuarentena rígida. No se habla sólo de la situación de los sectores sumergidos en la informalidad (casi la mitad de la actividad económica), sino del hecho mucho más abarcativo de todas las empresas de producción y de servicios que, además de estar golpeadas por una extensa recesión, tendrán que soportar un largo período sin recaudación por la cuarentena forzosa. El gobierno de Alberto Fernández ha decidido priorizar la cuestión sanitaria, pero el Presidente sabe que la situación social y económica interna empieza a reclamar espacio. La suma de lo sanitario y lo social motoriza fenómenos de indisciplina política que pueden volverse serios. La actitud de los municipios que deciden clausurar sus límites para perfeccionar el control, objetivamente expropia atribuciones del poder de sus provincias y de la nación. Esa anomalía, aun instrumentada con criterio provisional y justificada con el argumento de la salud pública es, efectivamente, “un remedio peor que la enfermedad”. Un desorden del año 20. El gobierno de la provincia de Buenos Aires ha expuesto su rechazo y se propone ahora tomar control centralizado de las fuerzas policiales locales de las que hasta ahora han dispuesto los intendentes. Las autoridades locales quieren ajustar los controles por el coronavirus, pero también porque temen que la parálisis económica, condicionada por la cuarentena, pueda provocar reacciones o, eventualmente, saqueos. El poder nacional, entretanto, está disponiendo ayuda con alimentos y una colaboración activa de las fuerzas de seguridad y las fuerzas armadas tanto en las tareas sanitarias como en las de apoyo alimentario. Lo económico y social gana espacio, pero lo sanitario no pierde protagonismo. Hay premura por sumar camas a los hospitales, y equipamientos de terapia intensiva, disponer de personal médico y de auxiliares formados para atender la emergencia y contar con elementos indispensables (barbijos, máscaras, guantes) para que los responsables de los cuidados no caigan víctimas del contagio. En los barrios más vulnerables lo sanitario y lo social se cruzan dramáticamente: el hacinamiento hace impracticable el aislamiento y lo vuelve potencialmente contaminante; la inactividad productiva se traduce en falta de comida cuando demora la provisión de viandas. Los curas villeros y el voluntariado social son vitales en la ayuda y la contención, pero esa cuerda tiene un límite, no es aconsejable exigirla en exceso. Librar la guerra y pensar la posguerra Hoy se observa que la pandemia es un fenómeno que trasciende largamente la esfera de la sanidad pública. Ya antes de que surgiera la epidemia, nuestro país estaba productivamente estancado, pero también había una desaceleración de la producción industrial en los países avanzados. Hoy el Fondo Monetario Internacional hace sonar la alarma: “Hemos entrado en una recesión mucho más profunda que la del 2009”, advirtió el viernes Kristalina Georgieva, la número uno de la entidad. El “freno súbito” de la economía global provocado por la pandemia tiene consecuencias gravísimas. Miles de fábricas y comercios cerrados, millones de trabajadores forzados a aislarse en sus domicilios. Más del 90 por ciento de las mayores empresas del mundo van a sufrir interrupciones de la cadena de suministro. En Estados Unidos -ahora convertido en epicentro de la pandemia, con la mayor cantidad de casos en el planeta- la última semana se registraron más de tres millones de despidos, una cifra sin precedentes. Quizás la teoría del derrame no funciona cuando se trata del crecimiento de la riqueza, pero sin duda se aplica a los procesos de recesión y empobrecimiento: hay una cascada que se traduce en mayor fragilidad social y consecuentemente, un debilitamiento de los sistemas inmunes de amplios sectores. Hoy el FMI y el Banco Mundial plantean abiertamente la necesidad de perdonar las deudas de los países más postergados y desde varios sectores se formula la necesidad de un “Plan Marshall” para salir de la grave crisis que golpeará tanto a los más postergados como a los más acomodados. Pese a las diferencias de condiciones económicas con otras sociedades, Argentina ha afrontado esta instancia con la ventaja relativa de haber, aprendido de las experiencias ajenas y de haber aplicado criterios y saberes propios, adoptado medidas adecuadas precozmente además de haber dispuesto equipos que analizan y readaptan los criterios con flexibilidad. El país ingresa ahora en un período en que previsiblemente se verificarán incrementos de contagio (todavía no se verifica el pico, explicó el ministro de Salud). También, al prolongarse el reclamo de aislamiento, probablemente se manifestarán señales de agotamiento y hasta de rebeldía, que ocurrirán en paralelo con las tensiones provocadas por el parate económico. Es de esperar que la imprevista sintonía política “cuarentennial” (capacidad de diálogo y consensos políticos, cooperación entre el poder nacional y la oposición) sirva ahora para una aplicación y adaptación fina de las medidas, que ayude no sólo a contener el virus, sino también a aliviar el estrés social, a recuperar paulatinamente la actividad productiva y a abrir válvulas de escape a las tensiones que el aislamiento y la inmovilidad inevitablemente provocan. Esa etapa hay que prepararla. Y convendría empezar a hacerlo ya mismo aprovechando la actual atmósfera de colaboración política, porque -como señaló esta semana Ricardo Romano, un intelectual peronista que fue subsecretario general de la Presidencia en los años 90- “cuando desaparezca la excepcionalidad desaparecerá la paciencia” . En ese sentido, Romano sugirió “empezar a pensar cómo enfrentar la posguerra mientras simultáneamente se sigue librando la batalla sanitaria”. Se inspiró explícitamente en el antecedente del Consejo de Posguerra que organizó Perón en 1944, “integrado por los mejores especialistas de todas las disciplinas, de toda ideología, para crear un verdadero laboratorio de ideas para sortear la acuciante situación presente y el porvenir”. Jorge Raventos

domingo, 22 de marzo de 2020

EL FIN DEL MUNDO QUE CONOCIMOS

EL FIN DEL MUNDO QUE CONOCIMOS Infiero que, algunos de nosotros seguiremos despachando artículos hasta que, por razones de edad avanzada, fatalmente contraigamos este bíblico castigo. Y luego de ingresados hospitalariamente, un día no muy lejano, se deshagan de nosotros, para socorrer con el respirador que nos coloquen a alguien más joven y acaso con más derechos para seguir viviendo. Debemos de aceptar estas reglas, porque después de todo el orden natural de las cosas será el que deba de sobrevivir. Sobre este inexorable pandemónium ¿queda algo por agregar que el común de la gente ignore?. Apenas un detalle, al que los Medios Corporativos de la Prensa Mundial, todo indica, le restan absoluta trascendencia. Las directivas de todos los gobiernos a nivel global, dan cuenta que, la excluyente manera de no propagar con mayor velocidad a este satánico bacilo es simplemente el aislamiento y la higiene personal. Y creo que ningún mortal en su sano juicio sea refractario a ello. Sin embargo, por estrictas razones de emergencias sanitarias, ninguna Administración ha señalado ni otorgado indicios de como sigue esta catástrofe, en el doméstico y lineal plano de algo demasiado básico,como lo es y será en lo inmediato la subsistencia alimentaria. En anteriores entregas, les hicimos saber acerca de nuestros adustos pronósticos sobre un cambio de paradigmas universal, respecto al abrupto final de las reglas tanto económicas como políticas. Auguramos -y sin exultancia alguna- respecto a la desaparición de estas obsoletas monarquías. O más bien, los despojos de ellas en un puñado de naciones europeas, mayoritariamente bálticas, con excepción de Bélgica y España y el rezago de las situadas en Oriente Medio. Pero hicimos especial hincapié -porque lo anterior, a estas alturas debemos de situarlo en meras notas de color-, en relación a la extinción del capitalismo como la forma occidental más conocida de gobierno. Pues bien, no nos ufanaremos en señalar que, hicimos de augures de algo que, pues, consideramos inevitable. Como eso de las Deudas Externas, el FMI y su rol de Policía Financiera Mundial, trasladando esa misma caquexia al resto de los organismos multilaterales de crédito. Que, conjuntivamente no fueron más que, un reservorio de filibusteros y hacedores del hambre y la desnutrición infantil en las Naciones más vulnerables. Consorciados a su vez con los parasitarios fondos buitres que, a precio de saldos, y con la canallesca concupiscencia de gobernantes en un todo desprovistos de una pizca de moralidad, multiplicaron con el hedor de sus ambiciones, sus enormes imperios monetarios. Ahora, creemos, todo aquello ya está, digamos, precluido. Toda vez que, el único desafío universalmente aceptado será el de la supervivencia colectiva. El interrogante y enigma que nos planteamos y con enjundia trasladamos al Lector es ¿como lo haremos?. ¿Quienes producirán la inagotable cadena de bienes y servicios?. Sobre todo, si debe de prevalecer la involuntaria pero a su vez necesaria reclusión individual de miles de millones de individuos que, hasta hace un mes a cargo de ello estaban. Evidente, al menos para nosotros se impone como ineludible, preguntarnos simplemente eso. En otras palabras ¿quienes habrán de generar recursos para sostenerse y adquirir alimentos básicos si todos debemos permanecer en una cuarentena sine die?. En una dirección en paralelo, otra incógnita, tal vez más doméstica y merced un didáctico ejemplo: Cual será el circulante o mejor dicho ¿quien proveerá el dinero para que el pequeño comerciante, el propietario de una pyme o incluso, los accionistas mayoritarios de una gran industria abonen salarios a sus dependientes, atrapados en esta suerte de prisión domiciliaria voluntarista?. Aquí, Trump, dispuso que la Reserva Federal distribuya un mil dólares a cada residente. A finales de este mes ¿reiterará idéntica fórmula?. Y si la Pandemia se agiganta ¿ acaso lo hará indefinidamente?. Merkel, días atrás esbozó la necesidad creativa de un Nuevo Gobierno Mundial. Y encontramos esa iniciativa como altamente saludable, pero ¿cuál será el patrón monetario?. Los malditos comodities -vgr- el barril de crudo, la tonelada de soja, el precio de electricidad y el gas, por tomar algunos y azorozos ejemplos ¿como y a cuanto cotizarán?. Y algo aun más inescrutable: ¿que patrón se aplicará?. Puesto que, como con suficiente antelación lo señalamos, ni el dólar y mucho menos el euro, serán referenciales. Y algo aún más indescifrable: La reservas de cada Nación, amonedadas precisamente en divisas norteamericanas, a partir que éstas sean tenidas como monedas domésticas ¿como justipreciarán esos activos?. Hoy, solo son noticias, las cifras ascendentes de hospitalizados y cadavéricos, pero el ciudadano común que está sano y saludable debe seguir viviendo. Y para ello, requiere y requerirá de alimentos, elementos de aseo, medicamentos y vestimenta. Esta última y ninguna otra es la pregunta que, todos debemos de formularnos. Sin más ni menos ¿quien nos proveerá de salarios para adquirirlos?. Les dejamos estos irresueltos matices para que, quienes se encuentren en aptitud técnico-fáctica de responderlos, empiecen a darlos a conocer a una opinión pública mundial demasiado cianótica. Por cuanto, nada se resolverá con nuestro anodino intitulado... EL FIN DEL MUNDO QUE CONOCIMOS. Cordialmente Carlos Belgrano.- No hay ninguna descripción de la foto disponible. Me gusta

Pacificación Nacional Definitiva: CABALGA EL CABALLO BAYO DEL CUARTO JINETE DEL APOC...

Pacificación Nacional Definitiva: CABALGA EL CABALLO BAYO DEL CUARTO JINETE DEL APOC...: POR JORGE P. MONES RUIZ 21.03.2020 A lo largo de la historia universal diferentes tipos de acontecimientos, generalmente de gran ma...

sábado, 21 de marzo de 2020

PANDEMIA Y GRIETA

Panorama político nacional de los últimos siete días Pandemia y eclipse de la grieta: el enemigo está en otro lado En un trabajo sobre el coronavirus y sus consecuencias, Nicholas Kristof, dos veces premio Pulitzer en Estados Unidos, escribe en el New York Times: “El Dr. Neil M. Ferguson, un epidemiólogo británico considerado como uno de los mejores modeladores de enfermedades del mundo, produjo un sofisticado modelo, con el peor caso, de 2,2 millones de muertes en los Estados Unidos. Le pedí a Ferguson su mejor estimado. Alrededor de 1,1 millones de muertes, dijo”. El pronóstico del doctor Ferguson puede parecer apocalíptico, pero ilustra la magnitud del daño potencial que por efecto del coronavirus sufriría la nación que lidera Occidente. El reperfilamiento El tsunami global producido por el microscópico virus sólo parece haber perdonado a pueblos, como Haití, a los que su aislamiento condena a calamidades perdurables pero preserva, por ahora, del aluvión de la epidemia. Un fenómeno de estas dimensiones, que ha atacado ya a 172 países del planeta, no produce sólo efectos de corto plazo, sino que dispara procesos y cambios llamados a sedimentarse en las sociedades en las que impacta. En Argentina ya se observan cambios notables. Si hasta hace dos semanas la renegociación de la deuda (particularmente la contraída bajo ley extranjera) figuraba al tope del interés público y, sobre todo, de las prioridades del gobierno de Alberto Fernández, ahora ese puesto está monopolizado por la lucha contra el coronavirus. La agitación por la pandemia es el tema central. Y esto ha permitido un reperfilamiento del gobierno. En principio, la oposición política y comunicacional se ha visto despojada de uno de sus ejes especulativos: el que describía a Alberto Fernández como un mero vicario y a su vicepresidenta, Cristina de Kirchner, como el auténtico controlador del poder político. Hasta hace diez días, esa mirada podía resultar plausible para un sector de la opinión pública. Pero desde el mensaje por cadena nacional en el que el Presidente asumió con equilibrio y determinación el liderazgo de la lucha contra la pandemia, aquella visión ha dejado de ser verosímil. La Argentina está en guerra contra el temible virus y no hay dudas de quién es el comandante en jefe. Entre otros motivos, no hay dudas porque el Presidente está ejerciendo su función con prudencia y amplitud, buscando -y encontrando- la colaboración de las fuerzas políticas y sociales y espirituales: los partidos de la oposición, los gobernadores, los empresarios y los sindicatos, las iglesias, el mundo intelectual y académico. El desafío del coronavirus (una amenaza cuyas dimensiones están a la vista en lo que ya sufren países en los que golpea brutalmente, como Italia, España o los propios Estados Unidos) ha ofrecido al sistema político la oportunidad de saltar por sobre la famosa grieta y encontrar el denominador común de la solidaridad nacional contra un enemigo que no es interno, sino ajeno, “invisible” y letal. Esas nuevas condiciones no borran las diferencias, pero las subordinan al objetivo principal de ganar la guerra contra el virus. Y la pelea en la misma trinchera genera nuevas relaciones de cooperación y convivencia. Inclusive para tratar las divergencias. Autoridad y poder equilibrado El Presidente convocó a la oposición a compartir la elaboración de políticas y las fuerzas no oficialistas (empezando por quienes tienen responsabilidades ejecutivas en provincias o municipios) acudieron y colaboraron. Feernández buscó también el respaldo del mundo científico. En su discurso ante la Asamblea Legislativa Fernández había definido a su equipo como “un gobierno de científicos, no de CEOS”. La pandemia lo empujó perentoriamente a demostrarlo, y congregó a su alrededor a una eminente dotación de expertos seleccionados por sus saberes (es decir: sin atender a sus pertenencias o distancias políticas), para tomar decisiones con el mejor asesoramiento posible. La confianza social es indispensable -siempre, pero especialmente para atravesar un momento tan exigente- y es indispensable que quien encarna la autoridad retenga esa confianza. La sociedad - la amplia mayoría, por encima de preferencias partidarias- se muestra tranquila de contar con una autoridad pública que ejerce con equilibrio y decisión. Y la aplaude a través de movimientos espontáneos como el aplauso colectivo dedicado a médicos, epidemiólogos, enfermeros y todos aquellos que libran esta guerra en la primera línea de combate. También la expresa cuando muestra su irritación contra las actitudes egoístas e irresponsables de quienes rompen caprichosamente las reglas de aislamiento y ponen en riesgo la salud de su prójimo. Esa queja es también un mensaje a la autoridad: se espera de ella que castigue esas transgresiones. Las filas de autos que apuntaron hacia las playas o hacia las casas de campo del norte y el oeste del gran Buenos Aires fueron -como señaló un intendente- “una provocación”, tanto contra la autoridad, como contra la solidaridad nacional en lucha contra el virus y como, muy especialmente, las localidades a las que apuntaron. En Italia, los irresponsables que huyeron de la cuarentena de Lombardía hacen ahora temer un fuerte ascenso de los contagios en el Sur. La autoridad prometió severidad y el esfuerzo social espera que esa severidad se aplique. La guerra y los cambios Si el mundo, como la Argentina, está en guerra contra la pandemia, conviene recordar que las guerras promueven cambios sociales que luego subsisten y se vuelven irreversibles. Cuando el genio sale de la lámpara es casi imposible devolverlo a ella. Las grandes conflagraciones del siglo XX indujeron, por caso, el protagonismo social y político de las mujeres: con los hombres en el frente de batalla, madres, esposas, hijas y hermanas cambiaron su condición de amas de casa por trabajos en laboratorios, talleres y fábricas, y una proporción creciente de ellas se resistió a regresar a la exclusividad doméstica. En el siglo XXI ese movimiento se ha convertido en un motor decisivo e irreversible. Escribe el francés Pierre Rosanvalón (La nueva cuestión social): ”Al amenazar con devolver a los hombres al estado de naturaleza, la guerra los invita a una experiencia de refundación social (...) La reformulación del contrato social fue muy fuerte después de la Segunda Guerra Mundial. Los considerando s de la organización de la Seguridad Social (en Francia) hablan de 'impulso de fraternidad y acercamiento de clases que marca el fin de la guerra y nació de la terrible prueba que acabamos de atravesar". Hoy se observa que la pandemia es un fenómeno que trasciende largamente la esfera de la sanidad pública. Ya antes de que surgiera la epidemia, nuestro país estaba productivamente estancado, pero también había una desaceleración de la producción industrial en los países avanzados. El parate es grave. Más del 90 por ciento de las mayores empresas del mundo van a sufrir interrupciones de la cadena de suministro por el coronavirus. Un informe del FMI estima el costo anual esperado de la pandemia en unos 500.000 millones de dólares (0,6 por ciento del ingreso mundial). Quizás la teoría del derrame no funciona cuando se trata del crecimiento de la riqueza, pero sin duda se aplica a los procesos de recesión y empobrecimiento: hay una cascada que se traduce en mayor fragilidad social y consecuentemente, un debilitamiento de los sistemas inmunes de amplios sectores. Pero esas fallas de la inmunidad amenazan al conjunto de la sociedad que las alberga: cuando se quiebra el eslabón más débil fracasa la cadena. La pandemia está creando conciencia sobre este hecho: se valoriza la autoridad que proteja, se valoriza la autoridad eficaz (hoy se notan los puntos de simpatía que ha conquistado la capacidad y la dotación de conocimiento y capacidad de acción de China, Singapur o Corea del Sur para contener la pandemia, así como la desconfianza hacia gobiernos chapuceros que subestimaron la amenaza, fueron negligentes o desorganizados). Se valoriza también la provisión de bienes públicos (sistema sanitario y de salud, en primer lugar) y la necesidad de un Estado que los garantice. Es posible que, pasada la pandemia, haya una revisión general de ciertos consensos económicos que parecían absolutamente intocables (aunque, como oportunamente señalamos en esta columna, ya se percibía un ”cambio de atmósfera”). También es posible que se relativicen criterios de consumismo y de individualismo exacerbado que hoy, cuando se expresan rompiendo reglas de solidaridad nacional, son condenados socialmente. Es posible que adquieran importancia posturas destinadas a poner algunos límites sociales a la búsqueda de lucro y posesión. Ahora, en la emergencia, algunos de esos límites se ponen de manifiesto. Los estados se ven forzados a inyectar grandes cantidades de dinero para que el sistema siga funcionando: por ejemplo, que las personas que se han quedado temporalmente sin trabajo sigan cobrando para poder pagar las facturas, o que las empresas que no pueden producir puedan pagar a sus trabajadores. En Estados Unidos, el presidente Trump prometió apoyo económico a la economía de un billón de dólares y, en principio, congeló el interés de los préstamos de estudiantes, el gobernador de Nueva York suspendió deudas al estado por atención médica y legisladores demócratas y republicanos elaboran un amplio paquete de estímulos económicos. En Francia, el presidente Macron ha anunciado que se suspende el pago de alquileres y servicios de luz, gas o agua, mientras el propio Estado se hará cargo de pagar los créditos bancarios de la gente que no pueda asumirlos por culpa de la epidemia. Hay quienes consideran que las circunstancias actuales convierten en realistas aternativaas que hasta hace poco se estimaban utópicas, como la introducción de un sistema de renta básica universal que dé a cada persona residente una modesta retribución mensual sin condiciones, como derecho. Argentina, en plena cuarentena afronta ahora las semanas (o meses) en los que previsiblemente se verificarán incrementos de contagio. Pese a las diferencias de condiciones económicas con otras sociedades, llega a esta instancia con la ventaja relativa de haber, aprendiendo de las experiencias ajenas y aplicando criterios y saberes propios, adoptado medidas adecuadas precozmente además de haber dispuesto equipos que analizan y readaptan los criterios con flexibilidad. La cuarentena rigurosa que continúa al período de aislamientos, “distanciamiento” y limitación sugerida a la circulación, implica por supuesto un agravamiento de las consecuencias económicas: toda la sociedad sentirá estos efectos. Hay asignaturas por resolver y habrá que encararlas con tanta audacia y firmeza como las sanitarias, desafiando, también aquí, ortodoxias o heterodoxias. Hay evidencias de que la emergencia sanitaria, así como ha generado condiciones de consenso político que escaseaban hace apenas unas semanas, está abriendo la puerta a un nuevo consenso económico, liberado de prejuicios, tabúes y clichés. Allí está el ejemplo de Carlos Melconián, un hombre del espacio macrista, para quien, en esta dramática coyuntura, en la que hay un parate obligado por la emergencia sanitaria, se trata de poner en marcha políticas basadas en la emisión monetaria con la finalidad de evitar un corte en la cadena de pagos: "Los recursos del fisco -advierte- tienen que ir a matar dos pájaros de un tiro: empleo y salario. Al empresario le dice: vos pagá los impuestos y yo te ayudo con el costo salarial (...)La contracara del empresario es que no saque una sola persona de su plantel. Porque en este colapso, hay que darle la tranquilidad a la gente de que se puede guardar en la casa pero va a mantener su trabajo y su sueldo.” Hay un gran desafío. Hay una guerra contra el virus. Hay también un cambio de atmósfera. Como dijo el Papa Francisco a principios de febrero: “No existe un determinismo que nos condene a la inequidad universal. Permítanme repetirlo: no estamos condenados a la inequidad universal. Jorge Raventos

viernes, 20 de marzo de 2020

ENTRE BAMBALINAS

Robos y burlas entre bambalinas por Enrique Guillermo Avogadro “La primera solución para una nación mal administrada es la inflación, la segunda es la guerra. Ambas aportan una salida temporal y construyen una ruina permanente. Y ambas son también el refugio de políticos oportunistas”. Ernest Hemingway En la medida en que ignoro todo lo referido a la pandemia mundial que afecta al mundo, y no quiero incurrir en el pecado tan argentino de opinar impunemente sobre cualquier tema, me limitaré a expresar mi ferviente apoyo tanto a la forma en que el Presidente está conduciendo el proceso cuanto al noble comportamiento de la oposición. Y la profunda emoción que me embargó al escuchar a la ciudad entera aplaudiendo a los héroes anónimos de nuestros sistemas de salud. Tengo una sola certeza: si no respetamos –como han hecho los irresponsables que, pese a todo, partieron a la costa atlántica- la recomendación de aislarnos, finalmente todos estaremos contagiados; en ese momento, la actividad económica se detendrá por completo, es decir, se producirá el mismo efecto, y mucho más extenso y dañino, que el que sin duda derivará de la cuarentena decretada el jueves por la noche. Hay muchas incógnitas económicas y sociales en el aire, planteadas en una situación nacional de extrema pobreza: ¿qué sucederá con los cuentapropistas (taxistas, changuistas, pequeños comerciantes, etc).?, ¿cómo sobrevivirán a este monumental parate?, ¿cómo solucionarán el tema de la pandemia en las villas miseria y en las cárceles, donde están las mayores situaciones de hacinamiento? Esto último viene a cuento, sobre todo, en lo que a los verdaderos presos políticos –los militares y civiles acusados de crímenes de lesa humanidad- se refiere. Se trata, obviamente, de personas de altísimo riesgo, por su avanzada edad y por las numerosas patologías que padecen y que, me consta, los hospitales penitenciarios no están en condiciones de atender. Ante los más que razonables pedidos de estos reales condenados a muerte por una sociedad cínica, mentirosa y cobarde, ya se levantaron las organizaciones de venganza de la izquierda, defensores de algunos derechos humanos (sólo los de su propia tropa) a gritar preventivamente en contra, usando los medios de prensa adictos. Espero, contra toda experiencia previa, que esta vez, ante una crisis sin precedentes, los asesinos togados de Comodoro Py entiendan razones y les concedan la detención domiciliaria. Dicho esto, la realidad me obliga a referirme a quien tanto se mofa de los argentinos en general: Cristina Elisabeth Fernández. Preocupados por la pandemia, nos pasó totalmente desapercibido un movimiento crucial que ejecutó para hacerse del poder en uno de los aspectos más críticos de nuestra economía, el mismo que tantas ganancias produjo al conjunto de gangsters que organizó su marido muerto y cuya jefatura ejerce y que, bajo la conducción de esos delincuentes, produjo la mayor catástrofe en nuestra historia reciente: la energía. Para justificar esta afirmación basta con recordar que, con Néstor Kirchner y su compulsión a robar, la Argentina perdió el autoabastecimiento energético y fue condenada a importar electricidad y gas licuado. Por ese sumidero se fueron las divisas y llegaron la inflación y la crisis, a la cual la confiscación de YPF, ejecutada con la complicidad de Repsol (¡teléfono para Axel Kiciloff, que tan alegremente le pagó!), contribuyó enormemente. El martes, y por sendos decretos presidenciales, fueron intervenidos los entes nacionales de regulación eléctrica (ENRE) y del gas (ENARGAS), cuyos administradores, designados por concurso, fueron reemplazados por Federico Basualdo y Federico Bernal, dos asesores vinculados estrechamente al Instituto Patria, esa colmena en que reina nuestra propia viuda negra. Antes, lo había hecho con Yacimientos Carboníferos Río Turbio (Anímal Fernández) y con ENARSA (Andrés Cirnigliano), la empresa responsable de la importación de gas y de la construcción de las faraónicas e innecesarias represas de Condor Cliff y La Barrancosa, en la Provincia de Santa Cruz. Con ellos, y el actual congelamiento de tarifas, a corto plazo repetiremos la historia de escasez, cortes y despilfarro que vivimos durante todo el kirchnerismo y, conociendo el paño, volveremos al saqueo general. Pero lo más grave, si se quiere, es la conducta personal de Cristina. Otra vez, tal como cuando durante su presidencia y se produjeron hechos luctuosos –el incendio de Cromagnon, las inundaciones de La Plata (espero que no vuelva a bailar en Plaza de Mayo) y el choque del tren en Once, los dos últimos causados por el devastador latrocinio de la banda delictiva que comanda- en plena crisis hizo mutis por el foro y se fue a Cuba, desde donde anunció su regreso para mañana, acompañada ahora por su hija, prófuga durante más de un año de la Justicia. Una vez más, esta jefa espiritual de la horda de pobres cultivados por su irracional populismo, se mofa de sus idiotas seguidores, sin que ello parezca afectar la devoción que le profesan. Bs.As., 21 Mar 20 Enrique Guillermo Avogadro Abogado

Pacificación Nacional Definitiva: GRUPO DE RIESGO

Pacificación Nacional Definitiva: GRUPO DE RIESGO: Cárcel de Comodoro Py: un juez pidió una solución "inmediata" para los presos alojados en condiciones inhumanas Respondien...

martes, 17 de marzo de 2020

sábado, 14 de marzo de 2020

LO QUE NO MATA....

LO QUE NO MATA.... Panorama político nacional de los últimos siete días Lo que no mata, fortalece El lunes 9 de marzo el gobierno de Alberto Fernández dio la primera puntada formal de la reestructuración de la deuda soberana. Ese día se publicó en el Boletín Oficial el decreto con el cual el Presidente autoriza al Ministerio de Economía a refinanciar 68.842 millones de dólares emitidos bajo ley extranjera. La fecha del decreto evidenció un paradójico sentido de la oportunidad: ese lunes fue mundialmente caracterizado como “lunes negro”; se precipitaron en picada la Bolsa de Nueva York (tuvo que suspender operaciones por quince minutos) y los principales mercados europeos, con caídas de entre el 7 y el 11 por ciento. Los analistas adjudicaron la crisis a la perspectiva de una recesión mundial provocada por la vertiginosa extensión de la epidemia de coronavirus y por el fracaso de las negociaciones entre la OPEP y Rusia, circunstancia que hizo caer el precio del petróleo cerca de un 30 por ciento. Globalización y cuarentena Lo ocurrido el lunes 9 sólo sería el botón de muestra de noticias más inquietantes: la Organización Mundial de la Salud asignó a la epidemia de coronavirus el rango de pandemia por la amplitud y velocidad de su difusión, y reclamó medidas drásticas de los gobiernos para contener su propagación. Esas medidas indispensables están normalmente asociadas, entre otros perjuicios, a quebrantos económicos: menos trabajo, menos producción, menos ventas. Italia ha cerrado sus fronteras y clausurado el grueso de su actividad habitual tras decretar la cuarentena de toda su población. Donald Trump, que venía intentando menospreciar la peligrosidad del coronavirus, decidió el miércoles 11, sin aviso previo a sus aliados y socios políticos y comerciales, bloquear la comunicación aérea (personas y bienes) con Europa, para defender a su país -dijo- de “un virus extranjero”. Esa medida de Washington provocó un segundo movimiento sísmico en las bolsas, más intenso que el del lunes 9. Hubo un jueves negro. Trump consiguió remontar las caídas bursátiles con otro de sus habituales pezzi de bravura: el viernes decretó una emergencia nacional que compensa tardíamente la subestimación con la que venía tratando la amenaza de contaminación. La irrupción de hechos inesperados que trastornan la situación mundial tiene efectos contradictorios (en el mejor de los casos) sobre la delicada situación económica argentina. El parate de la actividad y los intercambios en el planeta (y muy específicamente en China, el gran cliente de nuestras exportaciones más emblemáticas) supone un impacto en el sensible punto del ingreso de divisas. Las tensiones con el campo erosionan suplementariamente desde adentro una fortaleza competitiva del país: la crisis global puede disminuir los índices de consumo, pero en modo alguno anula la demanda de alimentos. Como suele repetir el ex decano de la Facultad de Agronomía, Fernando Vilella, “la Argentina tiene problemas de oferta, no de demanda”. El costado petrolero de la crisis motoriza una caída del precio internacional del combustible que evapora temporariamente el atractivo de Vaca Muerta y prolonga la relativa inmovilidad que, por otros motivos (incertidumbre sobre normativas y reglas de juego) viene imperando en ese campo. Por una lógica de las compensaciones , la perspectiva recesiva de la economía mundial y la caída de los márgenes de rentabilidad de las inversiones le da rasgos de plausibilidad al “alivio sustancial” que el ministro de Economía Martín Guzmán reclama a los tenedores de títulos argentinos (que han sido duramente devaluados por la crisis). En un mundo resignado a invertir billones de dólares a tasas negativas, la perspectiva de cobrar con utilidades recupera atractivo, aunque por el momento los bonistas no se den por enterados. . El riesgo para el país reside en que el avance de la crisis devalúe tanto los bonos argentinos que abra las puertas a los fondos buitre, cuya ganancia no se realiza en la mesas de negociación: ellos van por lucros mayores en el tablero de los tribunales. El coronavirus ya obligó a Guzmán a mover el cronograma de su propuesta: había programado presentarla en la segunda semana de marzo, pero ésta ya terminó sin novedad. La pandemia estira también el límite del 31 de marzo que Fernández innecesariamente se había autoimpuesto para cerrar un acuerdo con los acreedores. Negociar cara a cara se ha vuelto más difícil en las condiciones de los bloqueos y las cuarentenas. La perspectiva de un receso económico por culpa de la peste también ensombrece las negociaciones y aumenta las dudas de los acreedores: ¿cómo podrá pagar Argentina lo que en definitiva prometa pagar?, se preguntan. En semejante paisaje crepuscular, la palabra default vuelve a resonar en los mercados y se pronuncia con la cifra del riesgo país, que ya superó los 3.000 puntos. En ese contexto, la semana próxima el ministro Martín Guzmán dará a conocer su propuesta a los acreedores de deuda con ley extranjera. Peste global, respuestas locales Entretanto, la agitación por la pandemia es el tema central. Los supermercados y las farmacias recuperan sus ventas mientras los aeropuertos y los hoteles turísticos se vacían. La enfermedad del coronavirus que estalló a fines del último año (COVID19 es la sigla inglesa por “corona virus disease) es una peste propia de la globalización: en un mundo hiperconectado, el virus puede desplazarse a gran velocidad desde un villorrio asiático a pueblos y ciudades de todos los continentes y reproducirse y atacar desde nuevos emplazamientos, como lo ha hecho, mucho antes de que las sociedades agredidas atinen a organizar su defensa.La enfermedad no reconoce murallas políticas, ataca simultáneamente en un escenario de fragmentación de la autoridad mundial y de estrategias defensivas morosas o precarias. No por falta de información o de medios, en rigor: la comunidad científica mundial está interconectada y la información fluye a través de sus canales; en cuanto a medios, basta comparar los presupuestos de defensa de los países centrales y compararlos con los medios que se destinan a la salud pública o a la investigación científica asociada. Dos años atrás, el sitio especializado entornointeligente.com recordaba una frase de Bill Gates, en la que el creador de Microsoft advertía que, a menos que se tomen medidas drásticas pronto, un patógeno que se contagia por aire y se mueve rápidamente “podría matar a más de 30 millones de personas en menos de un año”. Epidemiólogos y profesionales de la salud de todo el mundo -señalaba el sitio- están de acuerdo: a pesar de los esfuerzos de gobiernos y organismos para prepararse para lo peor, el mundo no está preparado para un brote mundial de una enfermedad contagiosa mortal. Los hechos lamentablemente están confirmando el vaticinio. La cifra aventurada por Gates estremece, pero los antecedentes de pandemias la vuelven lamentablemente ponderable. La influenza de 1918 - bautizada como “gripe española”, aunque su origen no fue español, sino probablemente francés o estadounidense-, infectó a unos 500 millones de personas, un tercio de la población mundial de la época, y mató a unos 50 millones, cifra que supera el número de víctimas fatales, militares y civiles, de la primera guerra mundial. Es cierto: ahora tenemos vacunas y antibióticos, y en muchos lugares la atención médica y la prevención se han generalizado y llegan razonablemente (aunque no equitativamente) a la amplia mayoría de la población. Pero también es cierto que los virus exóticos ahora viajan por el mundo y se reproducen a velocidad de jet. Tras la pandemia de 1918, y al fin de la guerra, el mundo intentó darse un ámbito de orden, cooperación y acuerdos y se creó la Liga de las Naciones. El coronavirus se extiende, en cambio, cuando las organizaciones mundiales preexistentes (ONU están en discusión y todavía no se han establecido instituciones que puedan ejercer con legitimidad y eficacia las funciones embrionarias de un orden global. El espectáculo de los últimos años es más bien el de una centrifugación, un desmembramiento y la proclamada priorización de intereses nacionales por encima de compromisos colectivos. Ese es el estado del sistema política mundial en el momento de irrupción del coronavirus. Este ataque al planeta implica un desafío existencial más evidente -más presente- para las personas que el deterioro del medio ambiente y el calentamiento global, aunque forma parte del mismo conjunto de amenazas que requieren acción conjunta y urgente. Tal vez una consecuencia benéfica de la pandemia resida en impulsar un espíritu de comunidad que integre dinámicamente identidades personales y nacionales en una visión compartida y trascendente. De hecho, va quedando claro para todos que la lucha contra la epidemia requiere del esfuerzo compartido; la solidaridad es pensar en el otro, pensar en uno mismo y en los próximos. Cumplir con los protocolos, bancarse responsablemente eventuales aislamientos o cuarentenas es una manera de cuidar a los propios, a los vecinos y a los ajenos, parte de una totalidad social en la que “naides es más que naides”, en la que hay que fortalecer al que está más frágil porque todos formamos parte de una cadena que se rompe por el eslabón más débil. Autoridad y cooperación Hay una épica en la lucha contra el coronavirus. El presidente Fernández parece haberlo comprendido y ha asumido personalmente la tarea de comunicar la seriedad con la que su gobierno toma la amenaza. Es una oportunidad para exhibir autoridad, visión y misión en un tema que interpela a toda la Argentina, por encima de las divisiones políticas. Fernández empleó criteriosamente esta semana la cadena nacional. No tocó temas políticos ni mencionó las iniciativas que pensaba impulsar en el Congreso, Usó el procedimiento para exponer un cuadro realista de la situación sanitaria actual ante la pandemia y para difundir una batería de medidas que la sociedad estaba aguardando. Principalmente el paso de las recomendaciones a la imposición de cuarentenas y aislamientos de quienes sospechen contagio, el cierre del ingreso al país de viajeros de los puntos más calientes de la epidemia y la disposición de un importante refuerzo presupuestario destinado a mejorar en todo el país las condiciones sanitarias, con la conciencia de que el contagio crecerá en el país y hay que prepararse para afrontar su pico en el invierno. El gobierno argentino, encuadrado en las previsiones de la Organización Mundial de la Salud, esperaba la irrupción del virus más cerca del invierno. Pero reaccionó rápidamente cuando comprobó que los tiempos se aceleraban. A diferencia de Donald Trump o del brasilero Jair Bolsonaro, el presidente argentino nunca despreció la amenaza del virus; el ministro de Salud, Ginés González García, se limitó a subrayar que el dengue parecía momentáneamente más peligroso. Bolsonaro, que se reía del coronavirus, podría terminar siendo el vehículo de su introducción en la Casa Blanca. El sábado último se reunió con Donald Trump , en la residencia que éste tiene en Florida. En esa reunión estuvo presente el secretario de Comunicación de Bolsonaro, Fabio Wajngarten, que ahora está aislado en Brasilia, infectado con el coronavirus: ese contagio despertó alarma tanto en el gobierno de Bolsonaro como en el de Trump. El brasilero dijo haberse sometido a una prueba que descartó su infección, pero hará una segunda tentativa. Trump, por su parte, aceptó el sábado que será analizado. Son tiempos de pandemia. Alberto Fernández podría encontrar en el virus un motivo para acelerar un encuentro con Bolsonaro, que hasta ahora está postergado. La embajada argentina en Washington, por su parte, ya está gestionando una reunión con Trump. Tendría mucho sentido. En tiempos de peste, recesión y crisis, lo razonable es racionalizar los esfuerzos, no comprar peleas inútiles, no alentar divisiones estériles, estimular la cooperación, atarse a las prioridades que dicta el interés nacional. Jorge Raventos

viernes, 13 de marzo de 2020

EL ATROPELLO AL PODER JUDICIAL DE JUJUY

EL ATROPELLO AL PODER JUDICIAL DE JUJUY Malú Kikuchi (14/3/2020) El senador por Jujuy, Guillermo Snopek, Frente de Todos, presentó un proyecto de ley que pretende la intervención federal del poder judicial de su provincia. Snopek es un senador conocido pero no tan importante como para que su proyecto adquiera la velocidad que adquirió. Recién iniciadas las sesiones ordinarias, el proyecto de ley ya está en la Comisión de Asuntos Constitucionales del senado nacional. Sólo la luz es más rápida. Snopek responde a Cristina Fernández y +sostiene que Gerardo Morales, gobernador reelecto de Jujuy, “tiene la suma del poder público”. Es curioso que lo diga un senador que no hace mucho votó por otorgarle al presidente de la nación la suma del poder público. Se ve que “pago chico” no es lo mismo que “pago grande”. Este proyecto de ley, inédito en la historia argentina, tiene tres claros e indubitables objetivos. Primero la liberación de Milagro Sala. Segundo, usar a Jujuy como punta de lanza para conseguir la impunidad en el resto del país para los corruptos funcionarios que han sido condenados o que deben ir a juicio. Tercero, un golpe certero a Morales, UCR, que forma parte de la oposición. El 11/3, mientras se reunía la comisión, frente al congreso, divididos por una línea de policías, de un lado los militantes de Milagro Sala gritando por su liberación, del otro los militantes de Morales que gritaban “no a la libertad de Milagro Sala”. Claro, simple. Sala ha sido acusada en 22 causas. De esas 22 causas ya ha sido juzgada y condenada en cuatro. Condenada en 1ª instancia y corroboradas las condenas por el Tribunal Superior de la provincia. Ende, condena firme. Tiene prisión domiciliaria. Y desde 1983 hasta el 10/12/2015, durante 32 años, los gobiernos jujeños fueron PJ. Snopek no puede alegar que todo el poder judicial de Jujuy responde a Morales. En cuanto al avance sobre la seudo justicia que existe en Argentina, la movida es demasiado burda, demasiado evidente. Busca, necesita impunidad, en particular la de la familia Kirchner, madre e hijos. En lo que se refiere a Gerardo Morles, gobernador reelecto y el primero de un signo contrario al PJ desde la vuelta de la democracia, es evidentemente un personaje molesto para el kirchnerirismo. Uno de los poquísimos gobernadores de Cambiemos que fuera reelecto. “Duro con él.” “La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana federal […] Así comienza la *CN y en su artículo 5º establece la autonomía provincial. En el artículo 6º se refiere a las intervenciones federales de las provincias. Pero jamás se intervino un poder provincial. La Argentina nunca fue realmente federal. “Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires”. La historia enseña que todo pasó siempre por los réditos de la aduana del puerto de Buenos Aires. Pero fueron las provincias las que conformaron la nación, con grandeza y patriotismo. Hay que recordar el coraje fenomenal del éxodo jujeño bajo el mando del inmenso General Manuel Belgrano, 1812. El sacrificio de ese norte que permitió mantener a raya a los realistas para que San Martín pudiera cruzar los Andes desde un proyecto de nación ya independiente. Jujuy se separa de Salta recién en 1834, pero en 1835 ya tenía su 1ª Constitución (la actual es de 1986). Jujuy tuvo Constitución 18 años antes que la nación Argentina (1º/5/1853). Y esta nación desagradecida, por bajos intereses políticos, pretende atropellar la dignidad de Jujuy. La palabra está devaluada, dice Alberto F. Es cierto, tiene razón. La palabra tiene un determinado peso propio, describe realidades, sueños y pesadillas. Para los romanos los territorios a conquistar eran “pro- vincere”, territorios a vencer. Luego, ya sumados al imperio de Roma siguieron siendo “provincias”. Para la España imperial éramos provincias. La mayoría de los países con gobiernos federales, están conformados por “estados”, lo que desde la palabra ya les establece la dignidad de la autonomía. La Argentina cometió el error (¿a sabiendas?) de nombrar a los que debieron ser “estados”, “provincias”. Sometidas al poder central. La comisión de Asuntos Constitucionales, presidida por María de los Ángeles Sacnun, se reunirá nuevamente el 31/3. Se presentarán testigos, documentos y todo lo que sea necesario para discutir el proyecto de ley. Por ahora, los fundamentos de Snopek, son menos que endebles. *Constitucion Nacional

El Secreto Oculto del Corona Virus

Chamamé del Coronavirus

domingo, 8 de marzo de 2020

Habla la experiencia: DECLARACION PÚBLICA DE TRABAJADORES JUBILADOS     ...

Habla la experiencia: DECLARACION PÚBLICA DE TRABAJADORES JUBILADOS     ...: DECLARACION PÚBLICA DE TRABAJADORES JUBILADOS       jubiladosaportantes DECLARACION PÚBLICA DE  TRABAJADORES JUBILADOS La Asociac...

El Turco Asís volvió recargado y provocó infartos masivos de gorilas

Pacificación Nacional Definitiva: PRISIÓN PREVENTIVA

Pacificación Nacional Definitiva: PRISIÓN PREVENTIVA: juez Adrián Grünberg Leí sorprendido los dichos del juez Adrián Grünberg justificando su voto en la liberación de Julio De Vido. &qu...

Pacificación Nacional Definitiva: RELATO Y MENTIRA EN LA ARGENTINA

Pacificación Nacional Definitiva: RELATO Y MENTIRA EN LA ARGENTINA: Desde nuestro modesto espacio no negamos que en nuestro país hubo una guerra interna, tal como lo afirmó el tribunal que sentenció a las J...

sábado, 7 de marzo de 2020

POLÍTICA INTERNACIONAL.

POLÍTICA INTERNACIONAL. Panorama político nacional de los últimos siete días La política internacional se hace adentro y afuera En el extenso e interesante discurso con el que Alberto Fernández abrió una semana atrás las sesiones ordinarias del Congreso escasearon las palabras sobre una materia a la que, sin embargo, su gobierno le ha dedicado mucha actividad en estos tres meses de gestión: la política exterior. Hay algunos territorios de la acción oficial que Fernández comparte o concede a socios importantes del Frente de Todos, pero el relacionamiento internacional y la economía son dos terrenos en los que el Presidente ejerce una conducción indiscutible y constituyen, por otra parte , una clave principal para el destino de su gobierno. Sin duda el tema prioritario es el de la renegociación de la sofocante deuda externa que padece el país y la recuperación del financiamiento y las inversiones. En ese sentido los movimientos exteriores de Fernández se han enderezado a allanar el camino para negociar con los acreedores, incluido el FMI, y abrir posibilidades para atraer a los inversores. La Casa Rosada es conciente de que para esos objetivo es crucial la palabra y el aval de Washington y trata de conseguir ese apoyo con una estrategia de aproximación indirecta, que muestra progresos pero que aún debe superar varias pruebas prácticas. La Cancillería - desde el Palacio San Martín hasta ciertas embajadas- ha movido piezas con sutileza para recalibrar un vínculo que siempre parece avanzar por desfiladeros estrechos. Barrio de los guapos En las próximas semanas la diplomacia tendrá que atravesar una nueva prueba. El 20 de marzo se elegirá al próximo titular de la Organización de Estados Americanos. El actual, el uruguayo Luis Almagro, aspira a la reelección pese a que había prometido no hacerlo. Su candidatura fue presentada por Colombia y está sostenida por pesos pesados: Estados Unidos, Brasil, Canadá, por ejemplo. Washington está jugando fuerte por Almagro, quien - más allá de sus orígenes izquierdistas (llegó con la protección del expresidente José Mujica)- se convirtió en un paladín de la confrontación con el chavismo continental. La acción de la OEA en la última elección boliviana fue decisiva para el desplazamiento del presidente Evo Morales. Junto a México, Argentina está impulsando una candidatura que compite con la de Almagro: la de La ecuatoriana María Fernanda Espinosa. Así como Almagro presentó su postulación reelectoral sin respaldo del gobierno uruguayo (que en ese momento lideraba el frenteamplista Tabaré Vásquez), Espinosa tampoco contó con apoyo del gobierno de Ecuador: fue promovida por Antigua y Barbuda. En su país no es santo de la devoción ni del actual oficialismo del presidente Lenin Moreno, ni de su antecesor y archirrival, Rafael Correa, de quienes fue ministra de Relaciones Exteriores. Con experiencia diplomática (fue la primera latinoamericana que presidió la Asamblea General de la ONU), Espinosa compite con Almagro más que nada por el tono: no es menos abierta a presionar a los regímenes autoritarios de Venezuela o Nicaragua, sino más moderada en los procedimientos. Estos deben de ser los rasgos que atraen a la cancillería argentina (o a la mexicana), sumado al hecho de que ella parece sin duda la más respaldada para oponerse a Almagro. Los cálculos previos le asignan unos 16 o 17 votos (mismo pronóstico que para el uruguayo), es decir: está al filo de los 18 votos que se requieren para imponerse. ¿Es bueno para Argentina este desafío al candidato de Washington en momentos en que necesita el respaldo de la Casa Blanca en la disputa por la deuda? Habrá que ver aún si el desafío se concreta en la práctica o si se encuentra una diagonal antes de la hora del voto. En cualquier caso, lo que esgrimen los diplomáticos argentinos es que la candidatura de Espinosa no implica un enfrentamiento con Washington, sino la adopción de un camino diferente para un objetivo compartido: recuperar una democracia saludable en la desangrada Venezuela todavía manejada por Nicolás Maduro y las cúpulas militares. Estas incógnitas se tramitan mientras la diplomacia argentina trabaja para concretar el encuentro cara a cara entre Fernández y un Donald Trump que avanza raudamente hacia la elección de noviembre que seguramente lo habilitará para su segundo mandato. Ayer, en la residencia del presidente, en Florida, Donald Trump se reunió con Jair Bolsonaro, otro personaje con el que Fernández tiene un encuentro pendiente. La clave brasilera Brasil es, sin duda el principal aliado de Estados Unidos en la región. Ha adquirido el rol de principal aliado extraOTAN (un rango que la Argentina había conseguido en los años 90, bajo la presidencia de Carlos Menem) y un general brasilero - Valeriano de Faria Júnior - ha sido invitado a ejercer la vicecomandancia del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, un hecho inédito. El vínculo entre Buenos Aires y Brasilia es un eslabón inescindible de la relación con Washington y también de las perspectivas económicas de Argentina. Ese vínculo atravesó algunos cortocircuitos entre el declive del gobierno de Mauricio Macri (que era el candidato preferido de Bolsonaro en el comicio presidencial argentino) y la asunción de Fernández. Las cosas empezaron a cambiar con la presencia en Buenos Aires del vicepresidente brasilero, Hamilton Mourao, durante la entronización de Fernàndez. En su discurso de aquel dìa, el presidente argentino destacó que la amistad entre Argentina y Brasil estaba por encima de las diferencias entre sus dirigentes. Hubo después un denso tejido de contactos (parlamentarios, con protagonismo local de Sergio Massa; de gobernadores: con mucho activismo del tucumano Juan Manzur; del canciller Felipe Solá y el vicecanciller económico, Jorge Neme, que se reunieron con sus pares brasileros y con el propio Bolsonaro) y finalmente el presidente brasilero invitó a Fernández a encontrarse; acaba de reiterarle esa invitación a través de Sergio Massa, que estuvo con él esta semana. Del relacionamiento entre Buenos Aires y Brasilia va surgiendo una agenda constructiva más allá de las divergencias de tono y de contenido que mantienen ambos presidentes. Por supuesto, todos los pruritos parecen banalidades ante la presión de la realidad. Brasil es socio principal de la Argentina; cada vez que Brasil crece, ese crecimiento se refleja en nuestro país: por cada punto de gana Brasil, Argentina crece la cuarta parte. Una sexta de lo que le vendemos al mundo, se lo vendemos a Brasil. El gobierno de Bolsonaro parece decidido a redefinir las reglas de juego del Mercosur para encarar con mayor libertad de movimientos relaciones económicas con los grandes jugadores (Estados Unidos, China, Europa); al menos ese es el programa de su ministro de Economía de Paulo Guedes. Guedes aspira a que Brasil se abra y comercie libremente con todo el mundo: ahora es uno de los tres países más cerrados del mundo y el Mercosur está contagiado de esa clausura. El gobierno de Alberto Fernández insinúa líneas de acción que no coinciden con la ortodoxia que predica el socio brasilero; la combinación que empieza a esbozarse, apoyada en antiguos consensos de rasgos proteccionistas, mezcla criterios de rigor fiscal con elementos de intervención estatal y trata de balancear los estímulos a la inversión con criterios de reparto guiados por el concepto de la equidad social. Pero indudablemente en materia de apertura, Argentina estarà presionada por los ritmos más decididos que se prepara a imponer un Brasil a quien acompañan ahora los otros dos gobiernos mercosurianos, Paraguay y Uruguay (aunque los industriales brasileros tienen sus propias objeciones al aperturismo que predican Guedes y Bolsonaro. Mientras desarrolla con cautela y firmeza su relacionamiento y la negociación por la deuda, el gobierno de Fernández tiene que contener los conflictos del escenario doméstico, donde se observa la acción de encontradas fuerzas centrifugadoras, que operan desde los extremos y parecen prepararse para circunstancias propicias. Lasciate ogni speranza Un potencial escenario urbano de tensiones es la bandera de la justicia: el cese de la detención preventiva de Julio De Vido puede ser fácilmente articulado, en el relato de la oposición más intransigente, con las sospechas de manipulación que ya se esgrimieron para descalficar la reforma judicial. Ese relato encuentra mucha audiencia en el núcleo más inteso del electorado que votó por Cambiemos, siempre preparado para golpear cacerolas. Una frase del columnista de La Nación Joaquín Morales Solá reflejaba en estos días esa atmósfera de vísperas: “No se puede esperar más nada. Después de lo que pasó con De Vido, con el personaje más emblemático de la corrupción kirchnerista libre, se ha perdido cualquier esperanza de que en este país haya Justicia.” Del otro lado del mostrador, los núcleos más atrevidos del paleokirchnerismo presionan al gobierno de Fernández para que adopte su retórica sobre los “presos políticos”, lo que confirmaría las sospechas del extremo opuesto y recocinaría la lógica de la grieta. La rebaja de las retenciones Empieza a corroborarse que otro punto de conflicto se da en el campo. Hemos señalado en esta columna que “la Casa Rosada tiene plena conciencia de los riesgos que suscitaría un eventual cortocircuito con el sector más competitivo de la producción argentina, no solo (ni principalmente) a la luz de la experiencia de 2008, sino por la comprensión del aporte que el sector hace al comercio exterior del país”. Por ese motivo Fernández no mencionó el tema retenciones en su discurso ante la Asamblea Legislativa e impulsó, a través del ministerio de Agricultura, un mecanismo redistributivo que, en los hechos, implicó una reducción de las retenciones para la gran mayoría de los productores y de los productos: sólo incrementó el gravamen al 26 por ciento de los productores de soja que producen más de 1.000 toneladas, todos los demás se ven beneficiados con compensaciones que reducen el gravamen entre 3 y 13 puntos, de acuerdo al tamaño del productor (a los más pequeños, más beneficio). Lejos del “ajuste fiscalista” que le enrostran al gobierno, de los 353 millones de dólares extra que se recaudarán con el aporte de quienes paguen los incrementos, 186 millones se dedicarán a compensar a los productores de soja más pequeños y 167, para compensar las rebajas de retenciones a economías regionales y otros granos. El gobierno aplica en el campo un criterio redistributivo análogo al que aplicó en el terreno jubilatorio. Dentro del conglomerado rural hay diferencias marcadas (de ubicación geográfica, de acceso a los puertos y mercados, de rubro productivo): cada situación requiere un tratamiento propio. Aunque la primera reacción de las entidades agropecuarias fue reconocer la voluntad de diálogo del gobierno, las Confederaciones Rurales Argentinas anunciaron para el lunes el inicio de un paro de cuatro días. La medida no será acatada por la gran mayoría de los productores de la Federación Agraria. En cualquier caso hay que considerar la medida en una doble dimensión: las entidades que reúnen más grandes productores lanzaron el paro como una vía “tranquila” de canalizar los reclamos de protesta de los sectores más militantes, que reclamaban tomar las rutas. Los “duros” empujaron a los más dialoguistas pero estos apenas concedieron un gesto. Salvando las distancias, una dialéctica análoga (intransigentes/negociadores) a la que suele observarse en el mundo sindical. El gobierno está convencido de que los duros del campo son activistas políticos de la oposición. Tal para cual: como ocurre en el tema Justicia, los duros de un lado energizan a los rígidos del otro: desde el Instituto Patria, el senador Oscar Parrilli - a quien la señora de Kirchner impuso tiempo atrás un quizás inmerecido apelativo- describió como un hecho deseado o deseable el conflicto con el campo que el gobierno procura, en realidad, sensatamente, evitar La Casa Rosada atiende a los problemas domésticos, donde sufre evidentes interferencias, y dedica su mayor esfuerzo al territorio decisivo, del cual pueden emanar las fuerzas que en otro campo siente retaceadas o condicionadas. Cada vez se volverá màs acuciante la necesidad de una política internacional lúcida que, como decía Perón, “se juega adentro o afuera de los países”. Cada paso exigirà definiciones y redefinciones, tensiones y conflictos internos. Como dirían los chinos, este será un año muy interesante. Jorge Raventos

Pacificación Nacional Definitiva: EL VERDADERO NEGACIONISMO ES NEGAR LA DECADENCIA

Pacificación Nacional Definitiva: EL VERDADERO NEGACIONISMO ES NEGAR LA DECADENCIA: Por Darío Lopérfido  Alberto Fernández pidió "dar vuelta la página" y fue acusado de negacionista (Presidencia) La veloc...

viernes, 6 de marzo de 2020

Homenaje al Canto a Mendoza: Versión de versiones (Marcha de la vendimia)

EL INEXPLICABLE ALBERTO FERNÁNDEZ

EL INEXPLICABLE ALBERTO FERNÁNDEZ Malú Kikuchi (7/3/2020) Después de su discurso del 1º/3 ante el congreso nacional, dando inicio a las sesiones ordinarias de este año, no se sabe si Al berto F está lleno de buenas intenciones o si miente a conciencia. Fue un discurso lindo, con palabras lindas e intenciones lindas (no todas). Muchos QUE, ningún COMO. El “vamos a crear…” suena bien. Pero nunca explicó con qué, ya que dinero no hay. Un catálogo de deseos, algunos buenos, otros que esperemos sean correctos (cambios en el poder judicial) y lo del aborto que es inexplicable como propuesta de un presidente al congreso. Al campo le mintió. Dijo que su gobierno quería que el campo creciera y 3 días después subió las retenciones un 3%. Las 4 entidades del campo responden con un paro de 4 días. La 1ª huelga que sufre este gobierno. Todo un record, ¡a los 90 días de asumir! Además recuerda la penosa 125. Habló del serio problema económico, no explicó cómo se va a solucionar. Si el gobierno tiene un plan económico, más allá de estafar a los jubilados, no lo dijo. Hasta ahora ahorramos en importaciones, gravamos las exportaciones y tenemos al país paralizado. El esperado “boom” de compras, no se dio. La inflación baja (el cepo al dólar ayuda mucho), pero no baja en alimentos que es lo que todos consumen. No funciona. Tampoco habló de las relaciones internacionales, algunas de las cuales se deben restablecer lo antes posible. Brasil, socio en el Mercosur, nuestro gran comprador, de alguna manera fue rechazado por Alberto. El que está en falta es el presidente Bolsonaro, pero este ofreció un encuentro en la asunción de Lacalle Pou en Montevideo. Alberto dijo que “no” por tener que inaugurar las sesiones ordinarias del congreso, pero le sobraba toda la tarde para entrevistarse con su par brasileño. Prefirió volver a Olivos y mirar un partido de fútbol por televisión. Inexplicable. Alberto F que dice admirar tanto a Alfonsín, debería recordar el abrazo de este con el presidente Sarney que diera comienzo al Mercosur (11/1985, Foz de Iguazú). Nadie le pide a Fernández que sea amigo de Bolsonaro, pero la Argentina necesita a Brasil mucho más que Brasil a la Argentina. Después que Sabina Frederic, antropóloga, ministra de seguridad de la nación desmantelara la secretaría de lucha contra el narcotráfico, Alberto F decidió crear un ente similar en San Lorenzo, Santa Fe, por ser esta provincia aparentemente la más involucrada en ese delito. No nombró la guerra feroz entre narcos en la villa 31, que ya lleva varios muertos. No es necesario ir hasta Santa Fe para luchar contra los narcos, están en todas partes. Y si esta creación es una forma de federalizar la justicia, se podría empezar por no amenazar al poder judicial de Jujuy. Lo que representa una unitaria y clara intromisión en la provincia. ¿Alberto F es federal o no? Su reforma de la justicia, ¿es para mejorarla? Le hace falta, es lenta, sobornable e injusta. ¿O esta reforma tiene como objetivo la impunidad de los corruptos de los gobiernos K? Las muchas liberaciones de estos días, hace dudar sobre esta reforma. El presidente empezó su pieza oratoria con una gran verdad: “la palabra está devaluada”. Es cierto. Él la ha devaluado criticando con ferocidad a la que hoy es su vicepresidente y a la que le debe sus votos. ¿Cuándo decía la verdad, antes o ahora? ¿Y quién maneja el gobierno, ¿él o ella? Alberto F prometió durante toda su campaña que iba a poner a la Argentina de pie. Pero por ahora, sigue en silla de ruedas.

MOMENTO DE PENSAR Y LUEGO...ACTUAR

MOMENTO DE PENSAR Y LUEGO...ACTUAR Que estamos bajo la acrisoladora sombrilla de una economía marxista -no declarada-, supongo, no es un secreto para nadie. La confiscatoria presión tributaria empuja & seduce para que, el poseedor de divisas extranjeras, las incomunique y de ser posible las externe con cualquier destino. Dicho sesgo, digamos socializante, no proviene empero de la asfixiante base imponible fiscal. En una dirección paralela, soy de la opinión que, debería de servirnos de sustento para advertir cuan cerca estamos del totalitarismo estatal. Y no precisamente, por la liberación de Des Vío o la flamante designación de Aníbal en esa suerte de Catedral de la impune corruptela K, como lo fue el Correo Argentino en tiempos de Macricio. Debemos buscarla en otras vertientes. He detectado dos, sin perjuicio que habrá decenas o centenas de otras, muy por encima de las retenciones. La primera, según se me ocurre estriba en el remodelamiento edilicio de la Villa 31. Complejos en construcción de ultima generación, para beneficiar y en gratuidad a simples, pendencieros, ladrones, homicidas y narcotraficantes que, además son okupas de terrenos, propiedad de Ferrocarriles Argentinos. Idea y plan ejecutivo que, con desbordante orgullo solo un retrasado mental y con fisonomía facial de tal ostenta Rodríguez Larreta. Solo un soberano pelotudo de su calaña, puede ufanarse en premiar a un hato milenario de antisociales en un ochenta por ciento (80%) bolivianos, peruanos y paraguayos. Que, incluso asesinan policias en esa gigantesca porqueriza, plagada de cocinas & bunkers de refinación y mercadeo de estupefacientes. Como es un imbécil de imposible redención, nunca se interrogó acerca de los devaneos de cualquier honesto laburante que, viaja todos los días desde la tierra de nadie en el Conurbano Bonaerense. Que, por lo general abona uno o dos pasajes en ómnibus, más un adicional de tren. Y se demora en cada viaje de ida y vuelta a su hogar, unas tres horas. Mientras en ese Lupanar de Retiro, sus residentes son hampones, acceden a la Recoleta y el Micro centro a pata, sin gastar un centavo y encima andan de caño. Si mañana o cualquier día en el porvenir, esos rehenes del Gran Buenos Aires, se rebelasen y exigiesen idénticos beneficios a esa manada de extranjeros indocumentados que, los graciosamente concedidos por este Larreta: ¿Quien podría negárselos?. Ese muy Estimados todos, puede ser el primer foco ígneo de un alzamiento popular y encima con derechos claramente legitimados. El segundo, esta dado por el hecho que, todos los reclusos carcelarios perciben un salario. No en mérito al sacrificio de cualquier trabajador que, bíblicamente hablando, gana todos los días el Pan con el sudor de su frente. Cuando los ordenes de mérito se pervierten a ese nivel, en ello, Las Masas, es casi inexorable, encuentren resuello a una protesta popular y sin necesidad de demasiado combustible. En el caso e hipótesis que, los subsidios a la holgazanería se corten primero y supriman inmediatamente después por ausencia de recaudación impositiva. No trepiden en intentos vagos y banales, de encontrar una contra réplica a estos dos, muy emblemáticos ejemplos. Porque infortunadamente ni los obsequios habitacionales ni los sueldos penitenciarios pueden ser suprimidos. Con el tema circundante y expansivo del SARS la economía global ya se está derrumbando. Las Aerolíneas, todas ellas, en menos de seis meses ingresarán a un no retrotraíble quebranto. Todas las exportaciones primarias de Argentina a Asia desaparecerán. Y con ello, la aniquilación del ingreso de dólares. Que, hasta su conversión a una moneda doméstica, por ahora y provisoriamente aun funciona. Aquí en USA, la gente está un poco asustada pero no existe riesgo al menos de inminente pánico. Se sabe que EE UU, produce para toda su población el doble de cuanto exporta. Y que, además de los chicanos siempre al acecho, tienen de todo y de nadie dependen. Pero nosotros, estamos en otro universo real. Nuestra industria farmacéutica importa el setenta por ciento (70%) de sus drogas base. Podemos producir comida en exceso pero, estos Ruralistas Imberbes e Idiotizados en su incurable miopía cerebral colectiva, no han aprendido nada. Y se limitan a ser quejosos por otro incremento de las alícuotas a las exportaciones granarias.. Cuando sobre lo que deberían de meditar, es que, en poco tiempo más, no tendrán que quejarse ante nadie porque ya no tendrán Campos. Sino unas montañas individuales de Bonos que, deberán de meterse prolijamente en sus ortos. Estamos descendiendo en picada, lo sé, pero también me encuentro conteste que las mayorías duermen. Por esa incapacidad manifiesta, férrea y muy voluntariosa de negarse a expectar acerca de una visión conjuntiva. Solo poseen una mirada sesgada, egoísta no solidaria e individualista. Me recuerdan a una Obra de no recuerdo que artista, quien en carbonilla dibujó un escenario en el que, solo había un centenar de cajas rectangulares. Y que, eran habitadas por presuntos seres humanos, in conectados entre sí. Porque cada quien, cerraba la tapa de la suya cuando dentro de ella se introducía. Muchas veces soy de la idea que, si cataclismos humanos, climáticos y/o epidemiológicos se apropiaran de la Argentina ¿sería sinceramente justo quejarse?. Entiendo que no. Quizás nos merezcamos todo lo que se avecina y más, por habernos estado mirando el ombligo desde que puedo recordar. En éste, como todos los vanos intentos anteriores al presente, al menos permítanme invitarlos a un... MOMENTO DE PENSAR Y LUEGO...ACTUAR. Cordialmente Carlos Belgrano.-

El Perdón A Solas Con El Señor, Hora Santa Padre Pedro Justo Berrío, Mar...