sábado, 26 de diciembre de 2009

PERRO VIUDO DE KIRCHNER


Urgente 24 - 26-Dic-09 - Entrevistas

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Horacio, el viudo de Néstor:
El (ladri) progresismo inició su duelo 2011

Horacio Verbitsky afirma que la mayoría de los argentinos le ha dado la espalda a los
Kirchner porque estos afectaron "demasiados intereses" sin organizar una estructura política acorde.
Y que lo que viene, si se pretende cambiar el legado kirchnerista, sólo podrá hacerse con mucha represión.
Lamentable lo de Verbitsky: ni lo de los Kirchner es para reivindicar (a menos que la capacidad de
análisis del columnista de Página/12 haya desaparecido) ni se puede condicionar tanto a quienes lleguen
con un mandato popular que Kirchner no tuvo en 2003 (cuando ni siquiera le ganó a Carlos Menem).

por Edgar Mainhard

El kirchnerismo padece un virus incurable: pedantería mezclada con ignorancia. Y ese es el origen de sus males. No hay que buscar conspiraciones complejas ni planificaciones estratégicas adversas.

Néstor Kirchner llegó al poder porque Eduardo Duhalde quería vengarse de Carlos Menem. Y porque Carlos Reutemann no quiso participar de esa venganza. Ni ser títere del bonaerense o, luego, tener que traicionarlo.
Kirchner perdió la 1ra. vuelta y luego participó de una campaña mediática para que Menem desistiera de la 2da. vuelta. Y en esa 1ra. vuelta, además, Duhalde fue el responsable político de un fraude electoral fenomenal en el Gran Buenos Aires.

Ese es el origen del (ladri) progresismo que reivindican Horacio Verbitsky y los suyos como una etapa revolucionaria en la historia política argentina.

El gran aliado de Duhalde contra Menem no fue Verbitsky sino el Grupo Clarín, que acusaba a Menem de haber provocado la fugaz detención y el proceso penal a Ernestina Herrera de Noble -vía el ex juez Roberto Marquevich- por la adopción irregular de sus 2 hijos, Marcela y Felipe.

De paso, Grupo Clarín financiaba al diario Página/12, donde escribe Verbitksy, pero ya negociaba con Menem cerrar el matutino si el riojano llegaba otra vez a la Casa Rosada.

Mucho más cercano a los Kirchner que Verbitsky se encontraba Miguel Bonasso, otro columnista de Página/12, curiosamente hoy alejado del kirchnerismo a quienes les cuestiona falta de voluntad política para realizar los cambios que él considera imprescindibles.

Los Kirchner, decididos a cortar amarras con Eduardo Duhalde y lo que consideraban 'el viejo peronismo' (bonaerense, el que le había dado los votos concretando el fraude contra Menem), elaboraron un discurso para el antimenemismo no peronista, donde identificaron a los sectores de izquierda.

Y los Kirchner organizaron la 'transversalidad' basada en la reapertura de la investigación de las denuncias de los organismos de izquierda contra los militares del Proceso de Reorganización Nacional. En verdad, era lo más barato y fácil para los Kirchner: populismo demagógico sin redistribución de la renta u otras cuestiones que sí hacen a un discurso de la izquierda convencional.

Pero a los organismos de izquierda les fascinó, siempre que los Kirchner mantuvieran el clientelismo vigente: desde los planes Trabajar a los planes Jefas y Jefes de Hogar, más otros que luego se agregaron.

A su vez, se le concedió a Grupo Clarín todo aquello que Menem amenazaba con cortarles, y la 'popularidad' de los Kirchner creció. Así se impuso a la sociedad argentina la legitimación de Néstor Kirchner no con votos sino con encuestas de imagen pública. Un disparate que Verbitsky y los suyos festejaron.

Desde entonces se sabía que los Kirchner y Grupo Clarín chocarían en el futuro, y eso ocurriría durante el 2do. mandato de los Kirchner. Ya muchos lo pronosticaban e inclusive Urgente24 lo escribió basado en que ambos se atribuían un poder que no compartirían por tiempo indefinido.

La relación de los Kirchner con los 'transversales' comenzó a crujir al acercarse los comicios de 2005. Lo sufragios que necesitaban los Kirchner en el Gran Buenos Aires no los tenía la candidata a senadora nacional Cristina de Kirchner y había que pedírselos a los intendentes peronistas bonaerenses. El 'viejo peronismo' fue considerado 'nuevo' porque no estaba Duhalde. Los 'transversales' se dijeron desplazados. Pero, luego del comicio, Néstor Kirchner decidió concederles más planes sociales y otros subsidios. Muchos aceptaron el canje.

Por lo demás, el gobierno de los Kirchner fue muy conservador: aprovechaba los ingresos fiscales abundantes para redistribuir a favor del Estado, quien a su vez asignaba esos recursos según los caprichos y prioridades de Néstor Kirchner.

En cuanto a la redistribución del ingreso a favor de los asalariados, fue una mentira. La capacidad adquisitiva no mejoró. Tampoco el acceso al crédito hipotecario. Hubo que comenzar a truchar todas las estadísticas del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.

Ningún cambio importante desde ese punto de vista ocurrió, aún cuando Verbitsky dice que nunca nadie fue tan lejos como los Kirchner a la hora de los cambios.

La concepción del universo que tiene Verbitsky se agota en los juicios a los militares y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Kirchner ni siquiera revisó la relación del Estado con la Iglesia Católica Apostólica Romana, por mencionar un tema que tanto le preocupa a Verbitsky al punto de haberle dedicado 2 libros con información confidencial brindada por la Cancillería argentina.

Para los comicios de 2007, la crisis entre los 'transversales' y los Kirchner fue mucho más fuerte porque la relación entre el matrimonio y el peronismo convencional resultó enorme. Los 'transversales' que permanecieron con el matrimonio recibieron más prebendas, muchas más. Sin embargo, la emigración fue notable.

El 2do. mandato de los Kirchner comenzó muy mal: por la denuncia del incidente de la valija de Guido Alejandro Antonini Wilson, que el kirchnerismo no pudo/no quiso/no supo gestionar como correspondía; y luego por la resolución administrativa 125, que alejó definitivamente el voto rural de los Kirchner (cuando el voto rural había sido mayoritariamente kirchnerista en 2007).

La derrota de la resolución administrativa 125 fue culpa, según Néstor Kirchner, de algunos medios de comunicación y consideró apropiado embestir contra Grupo Clarín, algo que aceleró la salida del gabinete de ministros de Alberto Ángel Fernández.

Todo conducía a la derrota electoral de 2009. Pero Kirchner es mesiánico e imaginó que podía revertirlo. Le ganó el novel en la política Francisco de Narváez y sin necesidad de Eduardo Duhalde. Un bochorno.

Pero Kirchner decidió contraatacar aprovechando la diversidad de intereses (y ausencia de grandeza) entre los opositores.

No les demandó demasiado esfuerzo a los Kirchner obtener la legislación sobre medios de comunicación

> porque mantenía una integración legislativa favorable y

> porque resulta muy difícil para un político defender con ahinco intereses corporativos empresariales.

Los Kirchner creyeron que, con su legislación en la mano, podían ir por el resto. Y encadenaron una sucesión de triunfos legislativos. Pero tenían fecha de vencimiento.

En cuanto a su disputa con Clarín, no contemplaron un cambio muy importante que había ocurrido en el multimedios: su 'monetización'. Es decir: como herencia de su durísima disputa con Raúl Moneta -que mucho le costó ganar a Clarín-, cambiaron sus métodos de combate mediático, agregándose herramientas judiciales y políticas que, a fines de 2009, han logrado complicar muchísimo a los Kirchner.

Luego, Clarín ha intentado reunir a casi todos a quienes el kirchnerismo agredió. La cofradía es multitudinaria y eso es culpa de los Kirchner, y no se trata de los intereses que tanto reivindica Verbitsky sino de la ausencia de prudencia y madurez política de parte de los Kirchner, abundancia de caprichos y altanería.

Ahora la sociedad registra una peligrosa aceleración de los tiempos: Kirchner quiere liquidar a Clarín antes de 2011, y Clarín necesita impedir que Kirchner conserve el poder suficiente para hacerlo.

En cambio, a la sociedad argentina le resultaría importante recuperar la calma y que todo ocurra sin apocalipsis.

¿De qué lado estará Verbitsky?

El remanente de los 'transversales' se encuentra incómodo. Entonces, ha comenzado el duelo por los Kirchner y el intento de condicionar lo que vendrá. Y el modo elegido es el de la extorsión: él levanta el monstruo de la profecía de la represión.

Es decir: Verbitsky quiere una futura represión para legitimar todas sus tonterías y errores de estos años.
Lo primero que debería pensar Verbitsky es cómo hará para que sin apoyo estatal pueda seguir editándose Página/12...

Con la firma de Martín Rodríguez, el semanario Noticias Urbanas realizó una entrevista a Verbitsky. Comenzaron hablando de Mauricio Macri (nada nuevo: Urgente24 ya ha cuestionado mucho al pusilánime jefe de Gobierno porteño que ya no será presidenciable) y Abel Posse (una oportunidad perdida de Macri de liderar la centroderecha, que es lo único que podía conservar desde 2007 a la fecha), pero luego hablaron de los Kirchner y de la casa de sepelios que, aparentemente, planifica administrar Verbitsky en su vejez:

"(...) -¿Por qué Macri llega al poder?

-En primer lugar, porque hay un hartazgo manifiesto hacia los gobiernos pretendidamente progresistas como el de Ibarra y Telerman. Frente a eso, surge Macri como una oferta de populismo conservador, con un proyecto muy bien pensado, con mucha antelación. Macri decidió comenzar su carrera política en 2002. Viajó con De Narváez y Burzaco a Estados Unidos. Ahí se reunieron con Arturo Valenzuela y crearon una fundación que manejaba De Narváez. Previamente, Macri había programado su lanzamiento político a través de la presidencia de un club de fútbol, siguiendo el modelo Berlusconi. Macri es Maurizzio Macri, todas sus referencias políticas son de Italia, donde su abuelo fue un dirigente político importante.

-¿Un dirigente de dónde?

-El abuelo de Macri creó un partido que se llamaba Partido del Homo Qualunque, que quiere decir el "partido del hombre cualquiera". Y es una expresión que hasta hoy se usa en la política italiana: el qualunquismo. Digamos: el razonamiento de Radio 10. Fue un partido importante en los primeros años de la posguerra, en el reagrupamiento de las fuerzas que habían sido fascistas antes, hasta que con apoyo de Estados Unidos surgió la Democracia Cristiana como alternativa. Pero en los primeros años de posguerra fue un partido que llegó a ser árbitro de la política italiana. Ése es el abuelo de Macri, padre de Franco. Entonces, su referencia es Berlusconi. Y su desempeño como presidente de un club muy popular es parte de su lanzamiento político, sumado al desencanto por las gestiones pseudoprogresistas. Y en un electorado que ha mostrado unas veleidades notables. Ésta es la ciudad donde gana Alfredo Palacios y Erman González. Bandeos de derecha a izquierda casi siempre, eludiendo a las grandes fuerzas nacionales; un "laboratorio de terceras fuerzas" que después, rara vez, han tenido viabilidad nacional.

-¿Macri tiene potencialidad como para liderar por derecha al peronismo?

-Me parece que es demasiado ignorante y torpe para eso. Es lo que él quisiera, obviamente. Digamos, la gran discusión ideológica dentro del macrismo, o táctica, que para ellos no tiene diferencia, ha sido cómo relacionarse con el peronismo. Jorge Macri planteaba que había que profundizar la alianza con Solá en la provincia y tener una política proactiva hacia el peronismo. En cambio, los consiglieris de Macri -Caputo y Torello- planteaban que había que esperar que el peronismo viniera a buscarlos. Un peronismo sin candidato, destruido, y del cual Macri, desde afuera, iba a ser su candidato. Eso revela un escaso conocimiento del peronismo y un sobredimensionamiento de la personalidad de Macri, que no es una gran figura para que alguien vaya a buscar.

-Hace poco Montenegro contaba que, en una audiencia en la Legislatura, Marcelo Saín miró hacia donde estaba Ibarra y le dijo: "¡Ustedes tendrían que haber hecho esta policía!". ¿Una verdadera política progresista, a la luz del crimen de Carballo, asesinado por la Federal en un recital de Viejas Locas, no era crear una policía?

-Sí, por supuesto. Lo que pasa es que Macri es incapaz de hacerlo. Su idea de la Policía Metropolitana fue pedirle un candidato a la DEA, el Fino Palacios. Eso lo dijo Macri. Cuando él explica por qué lo designa, dice que le pide un candidato a la DEA, a la embajada de Estados Unidos y de Israel. Esto califica perfectamente quién es Macri: un hombre absolutamente teledirigido, dispuesto a cero gesto de autonomía. Digo: que Palacios haya caído en la trama de las escuchas es un dato menor y accesorio, el dato central es que Macri, cuando creó la Policía Metropolitana, fue a pedirle un jefe a la DEA y a la embajada de Israel. Y, por otro lado, están tratando de crear un cuerpo de elite, cuando ellos lo que tienen son faltas municipales y delitos menores. Es decir, una cosa es la idea de encarar el tema de la seguridad, crear una policía, lo que presuntamente le habría dicho Saín al "ladriprogresismo", como le dice Artemio López. Ahora, armar este monstruo que empezó Macri es una prueba de absoluta incapacidad.

-¿Qué piensa de la estrella de Pino Solanas y la cantidad de votos que consiguió? ¿Y cuál sería la proyección de un progresismo en la Ciudad?

-Ahí hay una contradicción. A mí me resulta difícil imaginar un gobierno progresista en la Ciudad desvinculado a un proyecto nacional. Y al mismo tiempo es evidente que el proyecto de Kirchner tiene un alto grado de rechazo en la Ciudad: es una ecuación de resolución imposible. Vamos a ver cómo se va a mover Proyecto Sur. Si Solanas cree que el 27 por ciento que sacó es suyo, va a ser como Carrió, que creyó que el 22 por ciento de las presidenciales de 2007 eran para ella y terminó saliendo tercera en la Ciudad. Si entiende que fue la oferta más atractiva cuando había un fuerte rechazo al Gobierno nacional en la Ciudad y que se le sumaron votos de distintos sectores, incluyendo la derecha que quería cascotear al Gobierno nacional, y hace una política que no gire en torno de su personalidad, y amplía alianzas y consolida una fuerza, tiene posibilidades.

-En lo nacional, ¿qué pasó el 28 de junio? ¿El kirchnerismo dejó de interpretar a la sociedad?

-No, no creo que haya dejado de interpretar a la sociedad, creo que afectó demasiados intereses poderosos sin tener una base de sustentación proporcionalmente fuerte. Desafió a demasiados poderes sin una construcción política sólida, porque si tenés a Scioli como gobernador de Buenos Aires, tu construcción política es endeble; si estás recostado en el Partido Justicialista como lugar excluyente de acumulación política, estás en dificultades para hacer el tipo de política que Cristina hizo. Creo que han ido más a fondo que cualquier otro gobierno en medio siglo, han afectado intereses muy poderosos.

-¿Y no es entendible que la sociedad, justamente, no quiera eso, que es más conservadora y está a la derecha del gobierno?

-Mirá, la sociedad no existe, lo que existen son fuerzas políticas, sectores sociales, la sociedad es una abstracción, eso de que "la sociedad quiere, la sociedad no quiere". Por ejemplo, en el caso de la Ley de Medios, hubo una estructuración política y una articulación social que respaldaron y permitieron su sanción, que en otro tipo de medidas no hubo. El kirchnerismo implicó un corte neto con una cantidad de decisiones políticas y económicas, pero no en cuanto al funcionamiento de la organización que lo respalda. El hecho de que Miguel Pichetto sea el presidente del bloque del Senado, uno lo recuerda de los tiempos de Menem, de Manzano. No lo digo por cuestionarlo, me parece que Pichetto ha sido un buen presidente de bloque, pero es una demostración de la escasez de construcción política distinta.

-Mi percepción es: una medida de un consenso indiscutido como es la asignación universal es casi resuelta en 10 minutos, con un decreto y un discurso no muy entusiasmado.

-El déficit de la construcción política consiste en eso. Una medida como esa por la cual hay sectores de la sociedad que están luchando hace 15 años, que tiene un impacto económico y social fuertísimo, anunciada de esa manera es un buen ejemplo de lo que estoy diciendo: de un déficit de construcción política y de la audacia de decisiones.

-Pero otras medidas confrontativas que no arrastran tanto consenso como las retenciones, se ponen en discusión, y una medida como la universalización, que serían "los fines distributivos", no se discute del mismo modo.

-Eso tiene que ver con que las retenciones son una medida que implica una imposición directa sobre un sector poderoso. La asignación en cambio se paga con fondos recaudados de distintos orígenes, de distintos impuestos. No implica una confrontación con un sector que se agarra el bolsillo y dice "esto es mío". Lo que pasó con la 125 no fue porque el Gobierno lo programó así, sino por la virulencia de la respuesta de la Sociedad Rural y sus aliados. El Gobierno lo hizo en términos parecidos a lo de la asignación. Ni siquiera un decreto, fue una resolución ministerial. Lo que pasa es que hubo una reacción fenomenal frente a la cual se movió con cierta dificultad, y puso en evidencia también ahí la endeblez de la construcción política. Porque le votó en contra Solá, Reutemann, Urquía, Cobos. Cuatro alianzas fuertes del kirchnerismo. O en Córdoba, por ejemplo, que en la elección de gobernador de 2007 el gobierno jugó a dos puntas: apoyó a Schiaretti a través de Jaime y De Vido, y a Luis Juez a través de Alberto Fernández. Cuando creés que todo suma, todo resta. Y hoy día tiene adversarios muy fuertes, tanto en Schiaretti como en Juez.

-Fogwill decía, en una entrevista reciente, "Macri ya fue". ¿Usted qué 2011 imagina?

-Y sí, Macri ya fue porque es demasiado ignorante. La designación de Abel Parentini Posse como ministro de Educación es fruto de la ignorancia (NdR.: presentó su renuncia al cierre de esta edición). No tenía idea de la reacción que iba a provocar esa designación. Macri lo conocía de las columnas de La Nación, esa prosa rebuscada, pretenciosa, antigua, de Posse, que les encanta a algunas señoras y coroneles que conozco. Seguramente Macri leía esas columnas y le pareció buena idea. Además Posse está en todos estos movimientos de la derecha internacional, de Vargas Llosa, Aznar. Ahí seguramente hubo un contacto que los acercó. Y como nadie razonable quería aceptar, bueno, se les ocurrió esto. Hay un dato: en las elecciones del 28 de junio, Macri perdió el mismo porcentaje de votos que Kirchner. Los dos cayeron de 45 a 30 por ciento. La diferencia es que no hubo alguien que sacara más que Macri, Pino se quedó en el veintipico. Por eso queda en la memoria que Kirchner perdió. Pero Macri no tiene posibilidades presidenciales. Cobos tiene alguna. Pero, primero, no le va a ser simple llegar al gobierno. Y segundo, si llega no puede gobernar. Como no pueden Duhalde ni Reutemann.

-¿Y por qué no pueden?

-Porque un gobierno debería construir su base a partir de algo recibido de la gestión anterior. Estos vienen con una pretensión de tierra arrasada. Plantean propuestas que sólo cierran con represión en este contexto. Políticas de ajuste. Énfasis en la seguridad. Orden, disciplina. Acuerdo con las cámaras patronales agropecuarias. Duhalde se pasa chupándole las medias al poder económico concentrado. Con su movimiento productivo está todo el tiempo prometiéndoles devolverles ventajas que les han quitado. Todo eso sirve en un panorama electoral, en un contexto de barrida mediática contra el Gobierno, pero no sirve para gobernar. Imaginá una tapa de Clarín que diga que la crisis cobró otras dos víctimas. Duhalde se tuvo que ir igual. Por eso 2011 es interesante, pero 2012 es más interesante.

-A ver si entiendo: Kirchner patenta la gobernabilidad de esta década con paritarias, no represión a la protesta social, incorporación de las organizaciones sociales al aparato estatal.

-Desmontar ese esquema implica volver a uno de ajuste y represión. Y en eso no hay diferencias entre Cobos, Duhalde y Macri. Sólo que Macri se estrellaría más rápido, porque es más tonto. Pero mirá, acá hay un pacto tácito que se extiende del 83 a 2003: "Yo te dejo gobernar, y no vas a tener más golpes de Estado, si no tocás mis intereses económicos. Tu rol como político es hacer políticamente viable la política de ajuste establecida en el consenso de Washington". Ese pacto se rompió en 2001, lo que pasa es que Duhalde trató de recrearlo, pero era ya un parche insostenible. Llega Kirchner, un desconocido de una provincia periférica, y rompe el pacto. Kirchner establece un pacto con sus votantes, no con los poderes establecidos. Y eso es lo que Valenzuela denuncia como inseguridad jurídica: que hay directores estatales en las empresas que tenían obligaciones negociables en las AFJP, controlando la inversión de los jubilados en esas empresas, que no autorizan aumentos de tarifas. Eso se denuncia porque pretenden resarcirse de las pérdidas que tuvieron por la devaluación, tras la quiebra del Estado. Lo que no hay hoy es una pata militar. Y no hay, también, por las políticas de Kirchner, porque en 2001 de nuevo estaban ahí, fragoteando, no para dar un golpe pero sí para participar en las decisiones. Presionando a la Corte Suprema para que cerrara los juicios. Planteando, vía Jaunarena, la fusión de Defensa con Seguridad, lo que yo describo "la pirámide verde-azul", la seguridad y la defensa como un continuo indeferenciado donde hay una base azul y una cúspide verde, el proyecto de Duhalde que frenó Juanjo Álvarez (dijo que él renunciaba si hacían eso). Llega Kirchner y respalda el avance de los juicios de lesa humanidad, que Duhalde estaba saboteando, y descabeza la cúpula militar que pretendía volver a viejas prácticas. Hoy falta la pata militar porque los militares han aprendido muchas cosas y porque hubo una conducción civil firme como no hubo desde 1983 o como no hubo nunca en la historia argentina.

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