miércoles, 7 de noviembre de 2018

SE ACERCA EL MOMENTO DE TEMPLAR LAS PROFECÍAS

Desde hace siglos hubo Profetas, a quienes nadie se ha animado a desmentir ni cuestionar, al menos abiertamente. San Malaquías estableció en el siglo XI, en su cronología Vaticana que este Francisco "El Peruca", y con el número 111, será el último en degustar de esas pomposidades de una Roma tan atea como corrupta. Pedófila y aurífera como cuando los tiempos del Renacimiento y luego en épocas del cismático Lutero y sus denuncias a las aberrantes "ventas de indulgencias papales". Don Orione, en una de sus menos difundidas, dejó entrever que ríos de sangre correrán entre Buenos Aires y Rosario. Y un Presidente sería colgado en la Plaza de Mayo. Si bien no existen concordancias en esas temporalidades de aquél Clérigo y sujeto muy pío, algunos de sus exégetas infieren que sus visiones estaban enraizadas sobre el fin de la segunda década de este siglo. Sin recurrir a cortapisas ni capciosidades, si alguna vez existió una fertilidad más magnificente, para que un Magnicidio se presente ante todos nosotros, diré que es ésta que se avecina. Porque en Argentina, con todas estas trivialidades, presidentes como éste, de carácter ligero y sin convicciones, a lo largo de la historia universal han sido a no dudarlo, los de un estereotipo simil al de Macricio: Para bien ó para mal como Napoleón le comentaba a Lafayette sobre Dantón: La Víctima Propiciatoria. El Benito Mussolini, ejecutado en Milán en 1945, ya no era el Duce de los treinta, con ese sesgo arrabalero y patotero del de la rendición. Su propio Pueblo se encargó de esa faena, porque había intentado huir, arropado con un uniforme de las Wermacht en un camión militar, mientras los Partisanos que lo inspeccionaban, lo reconocieron por las botas que, no eran reglamentarias de las tropas Germanas. Al señor Hitler, ningún súbdito alemán, hubiese osado capturar para su ejecución porque su figura fue inmanente hasta el mismo 30 de abril de su suicidio, apenas una semana antes de la toma de Berlín por los mongoles soviets. Y porque su anhelo era no integrar con su cadáver, un espectáculo cadavérico y carnavalesco en la Plaza Roja de Stalin. En otras palabras, la silueta de ningún Héroe Popular a lo largo de estas últimas diez centurias, pendió de una cuerda en ningún rincón del Orbe. Pero éstos, es decir los presidenciables del 2019, ergo, Kretina y este Bobo, encajan perfectamente en el bio tipo de a justiciables. Toda vez que ambos, admito que de una forma poco secular, reciben los efectos de un odio y repulsa concéntrica de casi partes iguales de esta Argentinidad tan devaluada y errática. Hasta los Capeto, murieron con más dignidad de lo que expresarían estos dos renacuajos si fuesen los seleccionados. Ya que Luis XVI, observando la guillotina y como último gesto antes que introdujesen en ella su cabeza, bendijo a Francia y su destino. Y fue Bonaparte quien poco después galvanizó esa grandeza Gala en toda la Europa continental, haciendo entonar a sus ejércitos las estrofas de La Marsellesa. Evidente es que las cosas pasan, los tiempos cambian y después de algunos eventos, nunca volvemos a ser las mismas personas que una vez fuimos. Pocos saben, como lo señalé muchas veces que, en ese París de junio de 1789, había más indecisiones que convicciones entre Girondinos, Cordeléis y Sans Culottes. Y que fueron las Pescaderas de las riberas del Sena, quienes con el espíritu que confieren el hambre y las privaciones, a veces más a las Mujeres que a los Hombres, las que a patadas y empellones, empujaron a sus propios esposos al asalto de la prisión casi vacía de La Bastilla ese libertario 14 de julio. Maximilien Robespierre, acuñador de esa tenebrosa frase: La Revolución es como Saturno. Se devora a sus propios Hijos y que sería el más impiadoso, sangriento y despiadado conductor de esa fundación de una mundial Burguesía, fue de los más indecisos al principio. Con esto, lo que deseo señalar es que no deberemos ver ni juzgar a sujetos que, hoy mismo carecen de relevancia alguna en la Opinión Pública, los que emerjan de las sombras en unos meses, para encabezar una vendetta que debió presentarse una ó varias veces en estas últimas siete décadas. Los escépticos creen, y reconozco que les asiste algo de razón, que sin una figura actualmente distintiva, y candente, se torna un tanto incierto como improbable, dar rienda suelta al imaginario que una Ejecución nos cohonestará a tomar esta brújula de setenta años y arrojarla a las turbulentas aguas del Mar Argentino. Tan solo para comenzar desde el principio, y esta vez con el pie derecho y no el izquierdo como desde hace doscientos años y hasta ahora. Todo agorismo, siempre y sin excepción tiene un contenido críptico e insondable. Solo nos brindan matices que las más de las veces, nos abren paso a la imaginación y no a la certeza. Al fin de cuentas, como cualquier visión futurista que cuando se cumple deja de serlo, como los sueños al despertarnos. Ignoro como y quienes, podrían ser las mujeres y hombres que encuentren la fórmula infalible, para deshacernos de tanta mediocridad. Del Presidente con su insomnio por el inminente clásico de Boca-River. Y de esta Mata Hari, para que desde su sepulcro, no persista en creerse que el Pueblo ó al menos la parte más ignorante de él, aun la compare con La Capitana Evita. Son gentes como éstas a las que la propia Ciudadanía debe suprimir. Para que al menos, contemos con una morigeración de tantas abyecciones y traiciones a cuanto se les ha confiado que no es otra cosa que erradicar la desnutrición infantil y retomar la senda de patrocinar a la Ciencia, la Investigación y los bastiones Universitarios. Porque en ello radican todas nuestras pocas y limitadas esperanzas. Sería óptimo o por lo menos muy saludable que todos recurramos a nuestras propias fuentes y chequeemos que... SE ACERCA EL MOMENTO DE TEMPLAR LAS PROFECÍAS. Cordialmente Carlos Belgrano.- carlosbelgrano536@gmail.com Libre de virus. www.avast.com francisco scolaro 14:01 (hace 4 minutos) para CARLOS DIFUNDO,

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