SOSPECHAS EN TORNO AL CASO PERRETTA
El sábado 26 de abril próximo pasado, el hijo de un importante empresario de San Justo, Ariel Perretta, fue liberado tras 16 días de cautiverio. Si bien por su liberación se exigía el pago de 3 millones de dólares, finalmente no se abonó rescate alguno.
Según fuentes oficiales, un llamado anónimo del 911 habría alertado a los investigadores sobre el lugar en el que se hallaba el joven, en el barrio Las Tunas, en el partido de Tigre.
Si el llamado en sí es algo que no cierra, mucho menos lo sucedido luego en torno a la investigación judicial: Luis Pratto, aquel que cuidaba a Perretta mientras se encontraba en cautiverio, falleció de un infarto, supuestamente cuando escapaba de la Policía por los techos.
Nadie vio nada, por lo cual hay que creer en esta historia que repiten los funcionarios de la fiscalía de Morón -donde se instruye la investigación por el secuestro de Perretta- como loros.
La realidad de lo sucedido hay que buscarlo por el lado del armado de una banda mixta entre policías y delincuentes, donde unos incentivaron a otros a cometer el secuestro para luego armarles lo que se conoce como "ratonera". No es la primera vez que sucede y no será la última.
La desesperación del gobierno de Daniel Scioli por mostrar resultados concretos en su gestión, especialmente en lo que a inseguridad respecta, lleva a cometer este tipo de imbecilidades.
Sería oportuno que alguno de sus onerosos asesores le comentara lo perjudicial que termina siendo este tipo de operaciones. Siempre terminan funcionando cual bumerang, golpeando el rostro de quien las intenta manipular.
CHRISTIAN SANZ
Desde la redacción de Tribuna de Periodistas
lunes, 5 de mayo de 2008
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