sábado, 9 de noviembre de 2013

PATRIMONIO K

UN PATRIMONIO MÁS VOLUMINOSO QUE LO QUE SE CREÍA Cristina y la millonaria cuenta suiza que Esta semana, la sociedad se mostró sorprendida por la declaración jurada presentada por Cristina Kirchner. Es que allí se reveló que heredó de su fallecido marido la friolera de 31.637.916 de pesos. Muchos se sorprendieron por ello, pero no pusieron el foco en lo realmente importante: la mandataria abultó su patrimonio en más del 3.500% en apenas 9 años. También dejaron escapar los medios el hecho de que, gracias a un oportuno y estudiado ardid, Cristina no pagó el pertinenteimpuesto sucesorio. En ese contexto, hay un tercer tópico que parece haber pasado desapercibido: la Presidenta solo declaró sus bienes "en blanco". Si bien existen especulaciones de diversa índole respecto al dinero y los bienes que esta tendría dentro y fuera del país —los cuales incluyen onerosas propiedades en Nueva York—, son muy pocas las certezas a ese respecto. Sin embargo, existe un dato que, de trascender, traería más de un dolor de cabeza en la Casa Rosada. Se trata de una cuenta suiza que fue descubierta por el periodista argentino residente en Suiza Juan Gasparini, y que jamás fue declarada ni por Néstor, ni por Cristina. Los detalles de esos ahorros aparecen en el libro titulado "El pacto Menem-Kirchner" donde, sobre la base del testimonio de un broker francés arrepentido llamado Lionel Queudot, el colega revela que el otrora matrimonio presidencial, no solo tiene dinero no declarado en ese país, sino que detuvo todas las investigaciones suizas sobre el menemismo como parte del mismo acuerdo que desnuda la obra. "En el 2004, el presidente Néstor Kirchner cesó al ministro (de Justicia, Gustavo) Beliz y anuló un viaje a Suiza. El gobierno argentino resolvió asimismo no firmar un tratado de asistencia penal con Suiza para luchar contra la corrupción, el blanqueo de dinero y el terrorismo. De inmediato, Kirchner decidió no apelar en Ginebra contra la devolución de 7 millones de dólares depositados en cuentas de ese país por Menem y su secretario privado, Ramón Hernández, confirmando el desapego para profundizar la persecución de la corrupción. A su vez, los 520 millones de dólares de los fondos errantes de Santa Cruz, llegaron a Zurich. Volvieron al país sólo 390 millones de dólares, pero recién en marzo de 2008 y bajo amenaza de confiscación de la justicia de Estados Unidos", según la descomunal investigación de Gasparini. Parte de los fondos que tanto Menem como los Kirchner guardaban en Suiza son parte de "dineros del cohecho" abonados por las empresas Thales, Siemens y Alstom, "todas firmas europeas con múltiples contratos denunciados en la justicia argentina, por un valor que ronda los 20 mil millones de dólares". ¿Por qué nadie jamás pidió explicaciones a Néstor Kirchner por esos fondos, a pesar de la irrefutable documentación mostrada por Gasparini? ¿Por qué aún hoy sigue sin hablarse de esos dineros que, dicho sea de paso, deberían haber aparecido en la declaración jurada de Cristina? Como es usual, no habrá funcionario alguno que responda a esas preguntas; tampoco existirá juez o fiscal que se atreva a indagar de oficio sobre la misma cuestión. No obstante ello, será un buen puntapié inicial para que la sociedad ponga sobre el tapete una cuestión que desnuda la matriz de corrupción que corroe a la Argentina desde los últimos 25 años. No casualmente, el libro de Gasparini asegura que esa investigación "evoca todo lo que pasó dentro y fuera del país en derredor de los estallidos políticos y judiciales provocados por las coimas de Thales. Da seguimiento a un escándalo de corrupción ocurrido en épocas de la presidencia de Carlos Menem sin resolver en los tribunales durante los gobiernos de los Kirchner". No es poco. Christian Sanz

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