martes, 26 de abril de 2016

JUSTICIA ARGENTNA

¿Funciona La Justicia Argentina? NADA ES LO QUE PARECE Desde 1983 a la fecha, los argentinos nos llenamos la boca hablando de democracia, los tres poderes, la independencia de los mismos, el sistema republicano y federal y “bla bla bla” pero —lamentablemente siempre hay un pero— si la Justicia no funciona, no hay estado de derecho ni tienen sentido las instituciones, es así de simple. A partir del mes de abril del corriente año, parecería que existe un cambio radical en la justicia argentina. El desfile de funcionarios kirchneristas, incluida la mismísima Cristina Fernández por los tribunales de Comodoro Py parece ser el puntapié inicial de un cambio en el funcionamiento del sistema judicial argentino, pero ¿es tan así? Veamos algunos puntos muy particulares. ¿Alguien tiene alguna duda de que, por ejemplo, Martín Báez, el hijo de Lázaro, quien aparece en los videos de "la rosadita" contando millones de dólares debería estar detenido? En lo personal, creo que no. Sin embargo sigue libre. Pero el caso Martín Báez no termina aquí, sino todo lo contrario. Se publicó en casi todos los medios que su madre le hizo saber a Lázaro, su ex esposo, que si Martín terminaba preso ella iba a hablar y decir todo lo que sabía. Ahora bien. Más allá de lo que pueda decir y contar a la Justicia la ex esposa de Lázaro Báez, que dicho sea de paso todo, o parte, de lo que pueda decir pueda ser cierto y/o comprobable o no, ¿no debería un juez o un fiscal, de oficio citarla a declarar? Porque simplemente, si amenazó con "contar todo lo que sabe" eso significa, lisa y llanamente, que algo sabe. Entonces, ¿por qué nadie la cita para que lo cuente y haga un aporte a la justicia con datos que serían de gran valor? Pongamos otro caso. Antes del día en el que Cristina se presentara en el Juzgado del Juez Bonadío, Luis D’Elía dijo —y dio a entender, claramente— por las redes sociales y varios medios que si la ex presidente quedaba detenida los militantes se iban a encargar de liberarla o, por lo menos impedir que ello ocurra, llamando a una especie de levantamiento social para derrocar al Presidente Macri. Esto, sencillamente, se llama sedición, que no es otra cosa que el levantamiento de un grupo de personas contra un gobierno con el fin de derrocarlo. Y aquí, como en el caso de la ex esposa de Lázaro Báez, ¿no debería un juez o un fiscal actuar de oficio y, mínimamente, citar al piquetero kirchnerista a que explique cuáles son sus intenciones? Pero no nos vayamos al extremo de casos estrictamente políticos donde debería funcionar la Justicia y que, evidentemente, no funciona. Tomemos un caso de los tantos que ocurren en relación a la justicia que le toca padecer al ciudadano común. En estos días, Pablo Víctor Cuchán, quien estaba condenado a 18 años de prisión por haber matado, descuartizado y quemado a una chica de 15 años en 2004, quedó en libertad, cuando solo cumplió 10 años de condena. El punto es que al no estar la sentencia firme, su abogado elevó un pedido de libertad, el cual le fue otorgado. En primer lugar, es un despropósito que sentencie a solo 18 años de prisión a alguien que mató, descuartizó y quemó a una chica de 15 años. Pero mayor despropósito es que quede en libertad sin haber cumplido la pena, y el despropósito es mayor aún cuando esto ocurre por una falla del sistema, que después de más de 10 años no haya una sentencia firme. Y lamentablemente, este no es un caso excepcional ni el único. Podríamos tomar cientos de ejemplos similares para ilustrar la nota. La justicia argentina tiene "solo" tres defectos. El primero es que es lenta; el segundo es que siempre estuvo bajo sospecha de corrupción; y el tercero es, simplemente, la suma de los dos anteriores, que la hace totalmente ineficiente. Sin embargo, parecería ser que finalmente hay vientos de cambio en la justicia argentina. Recientemente el Presidente Macri aceptó el retiro del hoy exjuez Norberto Oyarbide, un emblema del “mamarrachesco” sistema judicial argentino, alguien que graficó, hasta ahora, con sus excentricidades y claros fallos inentendibles cómo funcionaba, aparentemente hasta la actualidad, la balanza de la justicia. Esperemos que de una buena vez se haga realidad el "será Justicia".

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