jueves, 14 de abril de 2016

UBER

DEBATE EN LA LEGISLATURA Interesante Suma+: Regular Uber, no rechazarlo Uber funciona en más de 400 ciudades del planeta Tierra. En metrópolis como Nueva York, convive pacíficamente con el taxi: cada uno tiene su nicho. En la Ciudad de Buenos Aires, donde el lobby de los taxis logró frenar al remís, la irrupción de Uber es disruptiva, en especial porque hace tiempo que el sistema de taxis tiene dificultades que ahora aparecen con más intensidad. ¿Tiene sentido oponerse de plano a un sistema que, según la experiencia internacional, ingresará de todos modos porque así lo quiere/necesita/reclama el público, o lo apropiado es establecer condiciones? El bloque radical en la Legislatura busca regular Uber, una posición más apropiada que el oportunismo del PRO que intentó ser popular aprobando un proyecto que su gente sabe que gente del Ejecutivo no lo comparte y negocia con lo s abogados de Uber. Juan Francisco Nosiglia, del bloque Suma+. En medio de la controversia por la incursión de Uber en la Ciudad, casi todo el cuerpo legislativo porteño apoyó un rechazo a la empresa impulsado por el diputado Claudio Palmeyro, quien responde al Sindicato de Peones de Taxis a cargo de Omar Viviani. Sin embargo, el bloque radical de Suma+ planteó la muy inteligente idea de regular la actividad mediante una serie de requisitos que presentarán en los proximos días. En este sentido, el presidente del bloque Suma+, Hernán Rossi, destacó que "nos abstenemos al rechazo ya que fue la Justicia quien se expidió sobre el tema, ordenando al Ejecutivo que suspenda la actividad de Uber. Sin embargo, consideramos que desde la Legislatura debemos contribuir a regular el transporte privado, queremos mejorar la movilidad de los porteños antes que rechazos sin debate. En los próximos días presentaremos un proyecto sobre este tema". Rossi detalló algunos requisitos más destacados que debería tener el conductor de Uber bajo la idea de regularizar la actividad. "Buscamos que los conductores sean propietarios de al menos el 25% del vehículo, que tengan una antiguedad de 7 años o menos, entendiendo que en los taxis son 10 años. También, aumentar los requisitos para el uso de plataformas y aplicaciones informáticas. Otra medida sería que el 3% de los ingresos de Uber se destinen a generar obras para la movilidad sustentable en la Ciudad", mencionó el legislador radical. El proyecto de Palmeyro (Sindical Peronista), presidente de la Comisión de Tránsito y Transporte de la Legislatura y dirigente del Sindicato de Peones de Taxis, para repudiar la actividad de Uber en la Ciudad obtuvo 50 votos positivos y 5 abstenciones de los diputados Hernan Rossi, Francisco Nosiglia, Marcelo Gouman, Patricia Vischi e Inés Gorbea. Es interesante que ocurran estas decisiones porque demuestran algún espíritu crítico que siempre es enriquecedor en una institución legislativa. El acuerdo 100% siempre es malo. Palmeyro celebró el fallo del Juzgado Contencioso Administrativo y Tributario Nro 15 que ordenó al Gobierno porteño, como medida cautelar, le ordena al Ejecutivo de la Ciudad a tomar todas las medidas para que la empresa no funcione aunque, pese a todos, Uber ya está funcionando y seguirá funcionando en la Ciudad, mal que le pese a Palmeyro y a los otros legisladores porteños. Varios bloques también manifestaron a favor del rechazo de Uber en la Ciudad, pero "pasaron factura" a la gestión macrista en materia laboral. En este sentido, el presidente del bloque Frente Para la Victoria, Carlos Tomada, ministro de Trabajo durante toda la Década Ganada, recalcó "Uber nos pone en alerta, porque procesos de innovación como este deben ser socialmente útiles y no sólo aumentar la renta empresaria". "Esto nos pone otra vez ante una deregulación laboral como ya hemos vivido en nuestro país años atrás. No queremos volver a la limitación de las jornadas laborales, al trabajo informal, o a lo que algunos medios (diario La Nación) ya empiezan a fomentar, la flexibilización y los acuerdos desmedidos con empresas. Ese es el camino a la precarización laboral", agregó Tomada. En el mismo sentido, el diputado Gustavo Vera (Bien Común) señaló: "No podemos dejar que la tecnología se anteponga a los puestos de trabajo. El Ejecutivo debe regularizar el transporte, y no dejar que avancen los sistemas de recaudación mafiosos en el transporte, como ocurre por ejemplo con los talleres clandestinos" En tanto, el legislador Fernando Vilardo (Autodeterminación y Libertad) afirmó "el plan de ajuste que lleva adelante Macri en la Nación y Larreta en la Ciudad es un caldo de cultivo para empresas como Uber que vienen a precarizar el trabajo"; y su par del Partido Socialista, Roy Cortina, se manifestó en contra "del actual status quo empresarial actual. Si la empresa Uber quiere desempeñarse en la Ciudad, tiene que tributar y garantizar la seguridad de los usuarios". Desde el oficialismo, el diputado Daniel Presti destacó: "Uber quiere ampararse en ciertas leyes para legitimar su actividad, pero no corresponde normativamente, ya que el Código de Transito y Transporte porteño, no permite su actividad en cuanto a las obligaciones del transportista en materia de reglamentaciones y seguridad al pasajero". Según el autor de la iniciativa, Claudio Palmeyro, "la totalidad de los taxistas de la ciudad cumple con sus obligaciones impositivas, como los pagos de patentes, seguros, ingresos brutos, AFIP, cargas sociales -de corresponder- para todo el personal bajo relación de dependencia, libre deuda de infracciones de tránsito, trámites de renovación, certificado de reincidencia, etc. En los casos de quienes son titulares y también conducen, deben contar con Licencia de Conducir Profesional y aprobar un Curso Anual de Capacitación Profesional sobre seguridad vial, normas de tránsito y atención al cliente entre otros temas y, como así también aprobar un examen psicofísico anual y obtener el certificado de antecedentes penales". "Esta actividad, que traslada y presta servicio diariamente a más de 1.200.000 pasajeros, que no ha recibido subsidio alguno y que todo lo que ha logrado es producto del esfuerzo de quienes la hacen posible, no tienen por que consentir que una empresa ilegal, disfrazada bajo el concepto de nuevas tecnologías, irrumpa, como ya lo ha hecho en otras ciudades del mundo, pasando por arriba de gobiernos, leyes y trabajadores", finalizó Palmeyro.

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