lunes, 18 de mayo de 2020

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE ALBERTO FERNÁNDEZ

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE ALBERTO FERNÁNDEZ Señor Presidente: Me propongo despacharle estas poco pretenciosas líneas, al efecto de aportar desde el llano, algunas reflexiones sobre esta actualidad, sus dificultades y acentuando unos pocos segmentos puntuales, acerca de este insoslayable cambio paradigmático. Que, descuento, obligará a Usted, más allá de su disecado plan de gobierno, a tomar decisiones en un todo alejadas de la grotesca concepción que, de la política tienen quienes tan desembozada y canallescamente la ejercitan. El Universo que conocimos, obvio es que no será aquél con el cuál estuvimos familiarizados, durante centurias. Las reglas de convivencia internacional están mutando por otras ineditas, a una velocidad ubicada muy por encima del poder reproductivo de este amañado virus global. Por cuánto desde hace unos sesenta días y sin aprestos previos, el mundo, pugna ahora, solo por "sobrevivir" y a como dé lugar. Y es merced a lo inexorable de este infortunio internacional que, los individuos más capacitados, pues serán una suerte de "elegidos", solo si logran contener los desmanes sociológicos que, en etapa aún larvatoria no permiten distinguir adecuadamente sus colosales proporciones Hoy cada Administración de esta forzosa globalización, procura atenuar los efectos y demandas, no solo sanitarias de una desproporcionada y no planificada demanda hospitalaria, sino y en una más elevada escala respecto a las poblaciones de todas las Clases Sociales. Con extrema preponderancia en las Medias y Carenciadas que, va de suyo, son las inmensamente mayoritarias en todas las latitudes. En otros países, tratan de ingeniárselas para mitigar de una forma ordenada y con cierta disciplina este fenómeno. Pero nuestra Argentina, como ha sucedido en otros tantos tópicos, anudados a una tan acendrada irresponsabilidad Institucional y al ejercicio irrestricto de las banalidades, infiero, tendrá un sinnúmero de dificultades en resolver los más dramáticos y primarios, pero por cierto esenciales matices de esta Pandemia. En un primer orden por un aspecto básico, cuyo incumplimiento sistémico, con más nitidez puede contemplarse como vetusto y desuetudo. Y con ello, me refiero estrictamente a la irreparable y desafortunada pérdida de vigencia de la Norma Jurídica Genérica. Desde 1984, el acceso por mero "amiguismo" a la judicatura, con especial esmero en el orden Federal, gestó "cotos de caza", cuyas particularidades, devendría en abstracto que se las mencione, cuando se presumen, por todos conocidas. Sin Jueces probos, ergo, con una mediana aptitud académica, honradez y voluntad de trabajo, le será a Usted del todo imposible, enderezar este tan escorado buque. Por lo que, con toda humildad, sugierole que en medio de este emergencia, y echando mano de un simple Decreto de Necesidad y Urgencia, disponga que todo el Poder Judicial, sea declarado en "Comisión". De esa forma, esas "sólidas canonjías de indemnidad" que protegen a indeseables y lombrosianos tipejos que se creen con más derechos y privilegios de los que la actual legislación, ciertamente los protege, pues inerte quede. Después verá Usted, como sorteará, las inevitables secuelas sobre la Constitucionalidad o no de esta regla. Pero hoy, con un medroso horizonte sobre las cabezas de todos nosotros, resulta de una supina inconveniencia que una "corporación" siga habilitada, en exclusivo para "impartir injusticias". Si Usted de ello se abstiene, por el aluvión de críticas y réplicas que considere muy traumáticas de sortear, piense por unos instantes en los justiciables y en el beneplácito social que obtendrá por cercenar la cabeza de esta barrio bajera "gorgona". Que hace unos días un lumpen, creo que apellidado Violini, en pleno ejercicio de sus criminales prerrogativas, haya consumado y con una aparente legalidad que, una masiva liberación de reos, los depositase nuevamente en el seno de una Sociedad, atónita y desconcertada como la nuestra, le otorgará a Usted la ausente dosis de credibilidad que, en el tan inescrutable sendero aún no recorrido, le será del todo necesaria para que su gestión, bueno, al menos se des dramatice, supongo que bastante. Con magistrados que de la corruptela formatearon un modelo de enriquecimiento, tan voraz como irrestricto, en el pasado inmediato, fue apenas un sesgo de nuestro caótico y desordenado modo de vida. Pero bajo las actuales circunstancias, validar tal dinámica, sería una locura. Deshágase de todos estos entogagos tunantes sin más. Ya que después de todo, si se decide en aceptar esta sugerencia, deberá reponer no más de, entre seiscientas y ochocientas plazas. Que sean ocupadas por otra clase de Letrados; aquéllos que se amuren al precepto de la "carga pública" que su cometido habrá de irrogarles. Según nuestras datas, un aproximado a cuarenta mil Abogados, se encuentran en aptitud para que de dicho conjunto se desinsaculen los mejores. Lamentablemente, el desmembramiento de tanta toxicidad en el ámbito forense, no será el único con el que deberá lidiar, incluso si resuelve aceptar este desinteresado consejo. El Parlamento, en todos sus estratos, no es más que un nido y guarida de mera Rufianería, y si es Usted de la idea de sobrevivir con alguna entereza a todos los desafíos que por delante le restan sortear, utilice un criterio similar para con esos mercachifles pre indicados. Una tormenta de críticas recibirá, desde el primer atisbo de articular algo semejante a cuánto le proponemos; pero será el primer golpe o round, en el centro de un cuadrilátero, en el que estas circunstancias ya lo han depositado. Y del que deberá bajarse a fuer de las fortísimas presiones que sufrirá si declina hacerlo. En un plano más empírico, dando por descontado que el tejido productivo nacional atraviesa por una lógica y comprensiva anarquía, bien, saniticelo para así incrementar tanta mano de obra en vacancia. Adustamente y de forma draconiana de ser preciso, desactive las exportaciones de "comodities" cerealeros. Y con marcado énfasis, otórguele sepultura a la plantación de soja y con ello, inhume los efectos devastadores de su siembra y cosecha que ya son irreparables. Por los carcinomas que, en estado de suspensión se encuentran tan omnipresentes en las primeras napas freáticas del Campo y que están ultimando la potabilidad del agua para el consumo tanto animal como humano. En su lugar, promueva la externación granaria, pero con valor agregado, esto es, apoyando y subsidiando incluso al segmento de moliendas, tornando así más atractivo el ingreso de dinero por aquéllas mejor calificadas. A los personeros de los "Fondos de Inversión" cuyo sosegate nadie todavía les aplicó antes de ahora, envíelos de paseo. Y no permita que la Patria, sea nuevamente vejada por tanto desalmado, etiquetado de Ceo de esos parasitarios grupos de filibusteros. Con una cabecera de Playa, más acorde a los tiempos que no corren sino vuelan, someta a proceso a su segunda de a bordo, a Macri y a todos quienes lo han precedido, obteniendo de esa forma el clamoroso desperfilamiento de tantos granujas. En el paralelo, prontamente planifique diez mil kilómetros de nuevas autopistas que, simplemente dividan a la Nación en cuatro segmentos, estimulando asimismo la progresiva disminución del transporte carretero de cargas; hacedor del fulminante deterioro de la intransitabilidad de cualquier ruta. Inicie una tan nueva como ambiciosa política ferroviaria, con la electrificación de todas las Líneas, sobremanera en los tramos suburbanos y de larga distancia, pudiendo reemplazar así y a un coste mucho más atractivo a "la mafia camionera". Ordene el "levantamiento de todos los ranchos" de todas las Capitales y Urbes de significación, tanto en la CABA, sus adyacencias como en sus equivalencias. Y al explicar sus motivaciones, justifíquelas, por los focos incesantes de contagios masivos que la perdurabilidad de ellos, irrogarían al resto de la Población, por la inexistencia de servicios cloacales. Si debe de invertir para ello veinte, treinta o cien mil millones de dólares, prosiga emitiendo, ya que después de todo, el signo monetario con el que las Masas satisfacen aún sus necesidades es merced a nuestro actual signo monetario. Y si las tribulaciones que lo embarguen, le harán y mucho dudar sobre la inviabilidad de estas desordenadas ideas, piense en nuestro Pueblo que, colectivamente es muy voluble en demasía. Pero que, cuando comience a vislumbrar los benéficos aspectos de una Política Pública que a Don Arturo Frondizi, tanto peronistas, radicales y milicos, no le permitieron desarrollar, ahora y sin requerir de explicación ninguna, el destino a Usted sí, para ello está habilitandólo. Adhiérase y con entusiasmo a las coordenadas que nos trazó Karl Jung y saque partido de esas "sincronías entre el tiempo y el espacio". Si se propone tomar el timón, hágalo con la firmeza que las circunstancias le están exigiendo, actualmente de manera sibilina, pero en noventa días con un estruendoso estertor. Anticipándose así a "la anarquía social" que se encuentra posicionada para lucir su esplendor, tanto aquí en EE UU como en Burkina Faso por igual. No le tema o si palpita las represalias de La "Cámporá", apártese de la cercanía a esos lujuriosos y que como los "capos" sindicalistas, son meros "guapos de salón". Tanto el tema del endeudamiento externo, el sindicalismo, los K y los grupos de concentración de mal habidas riquezas, protectores de quien lo precedió, en esta apocalíptica cotidianidad, asúmalas como lo que en realidad son: el "pasado" y mucho antes de lo que suponen, remoto. La Historia lo ha sorprendido al frente de un gobierno, plagado de "malandraje", inclusivo de una pseudo y eunuca oposición coludida con una forma sutil de "Traición a la Patria". Extracte lo valioso que, esta suerte de "estrella del destino", lo atrapó en medio de tantas cavilaciones. Si resulta receptivo a estas, reitero, desinteresadas propuestas, las que sigan a ellas, y en gran número lo son, podrá remontarlas con menos dificultades. Porque nuestra desastrada biografía como País, al fin de cuentas, le tendrá reservado un honroso sitial. Réstele la adecuada dimensión a estos anticipos y la historia lo sepultará como un "Don Nadie". Por lo hasta aquí expuesto, reciba el testimonio, al menos de nuestra ilusión. Cordialmente Carlos Belgrano.

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