miércoles, 27 de mayo de 2009

TINELLI PRESIDENTE


Tinelli Presidente
POR DIEGO R. GUELAR
Filosa reflexión de uno de los personajes más desaprovechados de la política local. Ex embajador ante la UE, Brasil y USA, languidece como secretario de Relaciones Internacionales de PRO, una fuerza política que no parece tener mucha convicción por protagonismos exteriores. Es acertada la advertencia de Diego Guelar acerca de la necesidad de reconstruir una identidad política argentina.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). ¿Hay acuerdo con el gobierno o con la oposición? Esa es la pregunta que sobrevuela el evento político–televisivo que se escuda detrás del supuesto “programa de entretenimiento”.

Yo creo que no. Lo que sí existe es toda una definición y una apuesta de Tinelli.

Él es “peronista” en su laxo sentido actual: sin contenidos precisos, pero con una interna clara entre Kirchner, por un lado; y Reutemann, De Narváez y Macri por el otro (aunque queden por definirse las candidaturas del 2011).

En el medio, expectantes, han quedado todos los otros actores (los reales y sus imitadores). Tinelli prefiere no pronunciarse por uno de los bandos, pero siente que allí está la verdadera disputa por el poder.

Al otro sector – el pan–radicalismo - lo ningunea decididamente.

De sus tres presidenciables, a Lilita ya la despidió, a Cobos lo denigra y a Binner ni siquiera lo puso en la casa.

Los personajes centrales son Cristina y Néstor, de un lado, y Macri, De Narváez y Reutemann del otro. Los demás son comparsa, mejor o peor interpretados.

Este anti-radicalismo de Tinelli no será neutro a la hora de las decisiones. No hay propaganda electoral de ninguno de los candidatos equivalente a 'Gran Cuñado'.

Se puede verificar en todo el mundo que, a menor influencia de los partidos políticos y sus dirigentes, mayor es la de los 'estrategas' de campaña, publicistas y 'comunicadores sociales'.

En los países desarrollados, las opciones son contundentes y partidarias.

Imagen personal y contenidos programáticos coinciden y se retroalimentan: Obama (demócrata) o McCain (republicano); Royal (socialista) o Sarkozy (conservador); Rodríguez Zapatero (socialista) o Rajoy (conservador).

En Uruguay, país ejemplar, las internas políticas en curso definirán las elecciones generales: Mujica o Astori (Frente Amplio) Lacalle o Larrañaga (Partido Blanco).

En Chile, Sebastián Piñera (coalición de centro-derecha) o Eduardo Frei (coalición de centro-izquierda).

En México el PAN o el PRI.

Cuando el personalismo sustituye a los partidos, comienza la confusión y la crisis.

Nosotros somos la confusión y la crisis.

Una de las dos posibles “alianzas”

> Kirchner-Tinelli o

> Reutemann, De Narváez, Macri–Tinelli

será la ganadora.

Pero Tinelli es la clave. Quizás después del 28 de junio, Tinelli se decida y se largue al ruedo.

Lo mejor sería que reconstruyamos las identidades políticas encarnadas en millones de argentinos con partidos e ideologías variadas pero con una fuerte identidad nacional en común.

Así funciona el sistema democrático de una gran Nación.

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