miércoles, 18 de agosto de 2010

YENDO POR TODO




por Ricardo Medrano
ricardo.g.medrano@hotmail.com

Entre las tristes características que nuestra enclenque democracia arrastra se encuentra ese fulgurante ascenso de los empresarios que rondan y pululan en torno a la figura que circunstancialmente ostenta el poder.

En una especie de relación simbiótica, estos nuevos magnates disfrutan de la cercanía al poder y todo lo que esto significa, desde acceso a información privilegiada hasta la confección y aprobación de leyes a su medida con el único fin de incrementar su riqueza hasta el absurdo.

Hace solo algunos años nadie había siquiera oído hablar de Cristóbal López, ese hombre venido del sur que acaparara las portadas de los diarios y revistas especializados en temas económicos dada su voracidad para adquirir nuevos y más negocios a lo largo del país.

A pesar de que el empresario en cuestión insista una y otra vez que el ya era rico antes de Kirchner, eso no quita que desde que llegó a la Rosada Néstor, Cristóbal ha dejado de ser rico para ingresar al más que exclusivo club de los riquísimos.

Cristóbal López mudó sus negocios de la sureña provincia de Santa Cruz donde estaban circunscriptos para acaparar los lucrativos juegos de azar que su más que amigo Néstor le supo facilitar, así es que salto a la fama al ser destinado con las licencias y adjudicaciones que le fueron negadas a tantos otros.

Entre los regalos que el oficialismo le hizo al empresario se puede contar la irrisoria determinación de permitir la entrada al país de carbonato de sodio de forma exclusiva a través de la aduana de Ezeiza, teniendo en cuenta que dicho insumo se transporta por vía marítima, no hace falta ser un genio para entender lo beneficiosa de dicha determinación para la única empresa argentina que lo produce, que no es otra que AlPat, propiedad de Cristóbal López.

La incursión en el negocio de la energía es notable, no sólo compró refinerías, sino que también, aprovechando con muchísima habilidad el conflicto que el Gobierno mantiene con las petroleras y con las estaciones de servicio, empujando a muchas de estas últimas al cierre, el empresario patagónico compró a lo grande a muy bajos precios, incrementando su fortuna de forma exponencial.

El último objetivo que se ha marcado este magante es la adquisición de Papel Prensa, aprovechando la coyuntura del conflicto creado por los Kirchner intentará quedarse con este lucrativo además de estratégico negocio, mas teniendo en cuenta la cercanía de las elecciones y la posibilidad de elegir los diarios que tendrán acceso a papel y los que no.

A pesar de lo hastiado que han quedado los argentinos con el gobierno de Carlos Menem, pensando casi todos ellos que aquellos años fueron el sumun de la corrupción, los Kirchner se las han ingeniado para probar nuevamente que estaban todos equivocados.

El país está presenciado un latrocinio nunca antes visto, sin la estridencia de otras épocas, pero con una voracidad inusitada, parece que no hay bocados chicos y nada se desprecia, mientras ellos se enriquecen Argentina se destruye.

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