sábado, 19 de agosto de 2017

QUE NO SE LA CREAN

POR FAVOR, QUE NO SE LA CREAN Malú Kikuchi (19/8/2017) El domingo pasado, 13/8/2017 se llevaron a cabo las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), elecciones caras, que casi ningún partido cumplió, pero que le dieron al país una idea clara sobre lo que piensa la gente del gobierno de Cambiemos y de los demás. El éxito de Cambiemos a lo largo y ancho del país, no por previsible dejó de sorprender. Era posible que ganaran porque enfrentaba un PJ deshilachado, básicamente entre el PJ Federal, el Frente Renovador más el GEN en UN PAÍS y el kirchnerismo que jugaba por fuera del PJ, pero… Aún así, cuestión de no defraudar al electorado, las encuestadoras se equivocaron, como era de esperarse. Cambiemos ganó, y ganó bien, dando sorpresas impensadas. Fue una gran elección en La Pampa, Santa Cruz, ¡San Luis!, Entre Ríos, y todo el resto que era expectable. En cuanto a la cacareada provincia de Buenos Aires, donde el temor al triunfo de Cristina era reverencial, el poco conocimiento de Esteban Bullrich en el conurbano sur y el casi nulo conocimiento de Gladys González, exageraban el descontado éxito de Unidad Ciudadana. Y no fue así. Ganó, pero por tan poco (¿dónde quedaron los 20 puntos de distancia de Cris sobre Cambiemos que auguraba Artemio López?), que fue elegida por debajo del voto a Fernández Aníbal (2015, 35% de los votos en la provincia de Buenos Aires) y ese fue el peor resultado en la historia del PJ. Este es peor. Triste. Triste para Cristina, acostumbrada a ganar y triste para los que apostaron por ella. Hay que recordar que las PASO son solo internas partidarias, que las elecciones de verdad serán el 22/10/2017. Una victoria no asegura el triunfo, hace falta mucho más. Humildad y trabajo. El mal resultado de Massa y el de Lousteau, son difíciles de revertir de forma tal que cambien los resultados definitivos. En el caso de Massa la pregunta es hacia donde irán sus votantes. Los argentinos son exitistas, siguen al ganador, pero en la provincia de Buenos Aires, hay empate. Y más allá de las especulaciones, que se dejan a los encuestadores, el problema más serio y acuciante es el temor que el gobierno “se la crea”. Sería humano que lo hiciera, pero fatal. Ya tiende a ser soberbio, escucha a la gente en sus necesidades, pero no escucha a la experiencia. Deben recordar que el éxito es efímero, que la gente ama y odia alternativamente. Que sin la UCR y a pesar de la indiscutible sapiencia de Durán Barba, el PRO no tiene todavía territorialidad, que los necesitan. Que el juego de “me equivoco, lo reconozco y lo enmiendo”, ya fue. Ahora ya no hay tiempo para errores tontos, para, a pesar de hablar de equipo todo el tiempo, tener mala comunicación entre los excesivos ministerios. Ya está, el tiempo de prueba pasó, el resultado es mejor de lo esperado. Pero hay que trabajar en serio y no solo en la obra pública. La obra pública es esencial, el país no tiene infra estructura. Pero hay temas ineludibles: reforma tributaria, reforma laboral, reforma educativa que no pase por el sueldo de los docentes, sino por lo que se les enseña a los chicos y para qué se los prepara. Pensar en la inteligencia artificial. Venimos del infierno, empezamos a salir. Llevará mucho tiempo, hay que cambiar conceptos atávicos y décadas de decadencia. Es imposible que el país comience a cambiar de rumbo de verdad, en menos de 20 años. Y eso solo será el principio. Esta historia futura tendrá dos actores, de un lado el pueblo argentino dispuesto a vivir en un estado de derecho, libres dentro de la ley y del otro lado, gobiernos (un mínimo de 20 años) dispuestos a dar la lucha contra el populismo de un sistema que atrasa y empobrece … al pueblo. El primer paso para esta tarea épica es no “creérsela”, por ahora solo ganaron las PASO. Falta mucho. Si pierden, perdemos. La Argentina no tiene más tiempo que perder. Los argentinos no tienen más espaldas para aguantar. Deben hacer honor al nombre: ¡CAMBIEMOS! Pero para eso, por favor, ¡no se la crean!

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