domingo, 26 de noviembre de 2017

DEL ARA A MACRI

DEL ARA "SAN JUAN" A LAS REFORMAS MACRI Apuntes de la decadencia: Una historia argentina Antes de las explosiones o implosiones coyunturales acontecen las crisis estructurales: en la Argentina hay una decadencia sociocultural que acumula años, y que es el origen de los problemas cotidianos. El problema es que los gobiernos con buenas intenciones priorizan la coyuntura y entonces ignoran el origen. Este concepto es casi una obviedad a la hora de analizar los sucesos de la semana que pasó, evalúa Claudio Chiaruttini: Por CLAUDIO M. CHIARUTTINI Periodista. Licenciado en Ciencias Políticas. Profesor universitario y consultor. Conduce el programa 'Sin Saco y Sin Corbata' por la FM 95.5. CIUDAD DE BUENOS AIRES (Sin Saco y Sin Corbata). En una semana cargada de dolor y frustración, > la desaparición del ARA “San Juan” (N. de la R.: ARA es Armada República Argentina) y las dudas sobre su destino final, > el 'Caso Maldonado' (N. de la R.: la muerte de Santiago Maldonado durante la represión a una ocupación mapuche en tierras de patagónicas de la familia italiana Benetton), > la institucionalización de los “arbolitos” (N. de la R.: minoristas de la compra/venta de moneda extranjera), > la queja gremial ante el proyecto de Horacio Rodríguez Larreta para crear una universidad especializada en docentes; > el cambio de la fórmula del reajuste de jubilaciones, pensiones y planes sociales; y > la aprobación de la “paridad de género”, aparecen como emergentes de la inmensa crisis y decadencia económica, social, educacional y política que vive Argentina desde hace demasiado tiempo. Aunque todos parezcan inconexos o imposibles de relacionar, en todos ellos está presente > la sospecha de corrupción, > la institucionalización de la pobreza para que no parezca tal, > la ignorancia como instrumento de control y dominación de corporaciones políticas y sindicales y > una sobredosis de “corrección política” que lleva a muchos a construir mitos, vivir gracias a esos mitos, hacer negocios con esos mitos y alcanzar el poder apoyado en esos mitos. Una sucesión nefasta que nos trajo hasta acá. ARA San Juan “La Grieta” invade día a día el caso ARA “San Juan”. Mientras 4.000 personas de una docena de países, en decenas de aviones y barcos buscan al submarino perdido, el juego de las especulaciones y las operaciones mediáticas ha dejado lugar a la determinación de culpables de un hecho del cual, salvo la desaparición misma de la nave, no tiene causa determinada, comprobada y científicamente demostrada. La vida de los tripulantes de ARA San Juan está en riesgo, por la posible falta de oxigeno. Foto: Web La vida de los tripulantes de ARA San Juan está en riesgo, por la posible falta de oxigeno. Foto: Web Dejemos de lado a los familiares, amigos y colegas de los marinos desaparecidos. En su dolor, todo concepto es comprensible, dado que es impulsado por ese dolor, no por la razón. Sin embargo, en esta semana, salvo algunas voces kirchneristas que hicieron supuestos “chistes” por RRSS sobre el triste evento, el grueso de la sociedad ha sido más o menos ajena al tema; y opositores y oficialistas militontos comienzan a señalar culpables en forma más o menos indiscriminada, con el fin de hacer algún tipo de daño al oponente, que permita una pírrica y enferma satisfacción. Hay una posibilidad triste y cierta de que el ARA “San Juan” nunca pueda ser hallado o recuperado, pero los militontos de ambos campos de “La Grieta” ya tiene responsables, culpables o corruptos identificados y reclaman renuncias y juicios en forma indiscriminada, como si fuera parte de un macabro juego infantil que ellos c reen que es una “Batalla Cultural”. En eso hay un punto de conexión entre el caso del ARA “San Juan” y el caso Santiago Maldonado: Ambos son efectos de los dramáticos años '70 y '80, de aquella guerra que no se puede llamar guerra, de aquel intento de revolución que fue un acto de sedición contra un gobierno democrático y que dejó, como consecuencia, una represión sangrienta y sanguinaria, de donde surgieron vencedores y vencidos que, por efecto de una inmensa y verdadera “Batalla Cultural”, terminaron por cambiar sus roles históricos. Es falso que el ARA “San Juan” se haya reparado en la Argentina para darles trabajo a los argentinos. Ocurre que por el default que tanto festejaba el kirchnerismo, había un riesgo cierto de secuestro del submarino por parte de los holdouts. Aún no sabemos si la desaparición y posible explosión de la nave t uvo como causa alguna de esas 650 modificaciones que se realizaron. Pero si Argentina hubiese tenido sus cuentas internacionales en orden, toda la obra se habría hecho en Alemania. Como efecto directo de la “Batalla Cultural” perdida y el deshonor que significó la derrota en Malvinas, los Gobiernos democráticos han sometido a los militares a un lento régimen de empobrecimiento de todo tipo, desde falta de recursos materiales a baja preparación de los recursos humanos, el mantenimiento de estructuras burocráticas grandes y una capacidad operativa mínima; y un desprestigio que minimiza la importancia como hecho de honor que implica la posible muerte de los 44 tripulantes del ARA “San Juan” cumpliendo con su deber, vigilando nuestro mar. El caso 'Santiago Maldonado' Pero también por efecto de ésta “Batall a Cultural”, la familia Maldonado no puede reconocer el resultado de una autopsia firmado por 55 especialistas y tiene que mantener la posición ideológica de “desaparición forzada, seguida de muerte, por una persecución ilegal”. La verdad científica nunca ha podido desplazar una ideología extrema y eso es lo que permite la sobrevaloración de la defensa de los derechos humanos por sobre el respeto de la ley, típico de estos tiempos de “corrección política”. Ni la familia Maldonado, ni las organizaciones de derechos humanos, ni el kirchnerismo fanático van a dejar de sostenerse en el discurso de corrección política de los derechos humanos, dado que así ganaron una “Batalla Cultural” que perdieron en el terreno militar, social y político y, con el paso del tiempo, les permitió acceder al poder y a los dineros públicos. Es una cuestión de supervivencia política, como desde hace 40 años. Sin eso, no son más que un grupo de corruptos que llegaron para depredar al Estado. 'Arbolitos' blanqueados La mezcla de ineficiencia, incapacidad, pobreza, ignorancia, sobredosis de “corrección política” y liberalismo mal entendido llevó al Banco Central a institucionalizar los “arbolitos”. Dada la imposibilidad de tramitar las miles de denuncias que heredaron del kirchnerismo, el creciente número de ofertantes de compra/venta de moneda extranjera que se observan en las urbes más importantes y la concepción de que un pobre institucionalizado deja esa posición para ser un “trabajador precario”, llevó el Directorio al BCRA a imitar la institucionalización que ya se hizo con los “cartoneros” en la Ciudad de Buenos Aires, hijos de la crisis de 2001 y 2002, hoy llamados convenientemente “recuperadores urbanos”, con obra social y sindicato en formación. Perseguidos por los K, reivindicados por los M: 'Arbolitos', los nuevos cartoneros de la City. Perseguidos por los K, reivindicados por los M: 'Arbolitos', los nuevos cartoneros de la City. Cuando un país tiene 30% de pobres, cambiarle la “etiqueta” a una parte de ellos no los saca de la pobreza. En todo caso, los pone en un “corralito” que permite a los “buitres de las miserias humanas” intentar depredarlos, cual cardumen de sardinas por una manada de simpáticos delfines. Y así nacen y tiene poder personajes como Juan Grabois y crean corporaciones políticas como la “Confederación de Trabajadores de la Economía Social” y pulsean con un Gobierno débil políticamente y con billetera fácil, como es la Administración de Mauricio Macri, y le sacan subsidios, créditos, un monotributo especial, crean un sindicato y van tras una obra social propia, al mejor estilo de un “Gordo” que está sentado en la CGT hace 30 años, gracias a los fondos de las obras sociales que controlan. Capacitación docente El Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se le ocurrieron dos “alocadas” ideas para mejorar la preparación de los maestros, para que sean mejores maestros: > cortar con la costumbre de que sean los sindicalistas los que “eduquen” educadores y > que ya no los evalúen por preferencia ideológicas, antes que académica. De inmediato vino la reacción sindical, el rechazo a la evaluación, a perder el control de la “formación de cuadros” y, tal como siempre, de no controlar más un negocio que, casi con seguridad, pasará a otras manos. Con o sin pruebas PISA, es evidente que la educación argentina está en crisis. De esta realidad se da cuenta cualquiera, salv o los maestros, que disfrazados de “progresistas” perpetuos, quieren mantener el statu-quo a toda costa, convirtiéndose en rancios conservadores. Es cierto que hay excepciones. Siempre hay excepciones. Sin embargo, los docentes son un caso especial: divididos en una docena de gremios, todos tienen en común como prioridad los reclamos sindicales antes que mejorar la calidad de la educación que imparten a millones de personas. Horacio Rodríguez Larreta escucha la explicación de Soledad Acuña a alumnos: Ahora tendrán que lidiar otra vez con docentes porteños. Horacio Rodríguez Larreta escuc ha la explicación de Soledad Acuña a alumnos: Ahora tendrán que lidiar otra vez con docentes porteños. Es cierto que el problema de la educación porteña (y argentina) va más allá de los sindicatos, pero tanto en la Nación, en la Provincia de Buenos Aires (con el control de las falta de los docentes), como en la Ciudad de Buenos Aires, se están haciendo intentos por romper el status quo. Ahora, sólo faltan 22 provincias más que, por ahora, parecen que están conformes con la “producción de mediocridad” que sale de sus escuelas, lo que hace más sencillo que sus ciudadanos los voten una y otra vez, reproduciendo modelos de pobreza que se perpetúan en el tiempo. Jubilaciones Pero si es por perpetuar la pobreza, lo ocurrido con la fórmula de actualización de jubilaciones, pensiones y planes sociales puede llegar a ocupar un espacio en el Guinness World Records Official, dado que el macrismo “cedió” ante la “presión” peronista para h acer un cambio en el cálculo que permitirá que, desde marzo, los beneficiarios ganan $44 más por mes, lo que equivale a 2 litros de leche, un pote y medio de dulce de leche y no alcanza para un pan de manteca de 1ra. marca de 200 gramos. Es cierto que $44 multiplicado 6 millones de jubilados implican $266 millones más de Gasto Público mensual o casi $3.600 millones anuales (cifra que, sin duda, horrorizará a los economista ultra ortodoxos que piden el recorte de Gasto Social como prioridad máxima de Estado). Sin embargo, no parece lógico que por una erogación que represente unos US$ 250 millones ponga en apuro a un Gobierno que piensa colocar deuda por US$ 46.000 millones el año que viene. Pero lo más triste de todo este revoleo de cifras es que el Gobierno se viste de “generoso” por ceder $ 44 más por mes para cada jubilado, pensionado o beneficiario de plan social y el peronismo, que repar tió subsidios a empresas y empresarios por US$ 82.000 millones entre 2010 y 2015, celebra como una muestra de su “generosidad” haber “recuperado” $ 44 mensuales para uno de los grupos sociales más pobres de la Argentina, en la primera pulseada contra la Casa Rosada por el ambicioso plan de reformas que anunció Mauricio Macri. Se ampliará la representación femenina en el Congreso de la Nación Se ampliará la representación femenina en el Congreso de la Nación Paridad de género El mismo Congreso que construye su propia mitología con una “pelea histórica” por $44 puede celebrar haber aprobado el “Día del Cuartetero” o votar, “entre gallos y medianoche”, una indigna “paridad de géneros” que cuotifica la participación de la mujer en las listas políticas, en vez que impulsar mecanismos meritocráticos para la selección de hombres y mujeres que ambicionen acceder a cargos electivos y partidarios; convirtiendo la nueva Ley en una ofensa para las mujeres que avanzan en sus carreras política por su propia capacidad, esfuerzo e inteligencia. Otra consecuencia de la “corrección política”, ahora bajo el nombre de “dictadura de las minorías”. La idea de la “paridad de géneros” nació de un massismo, hoy en total decadencia, per o que tiene en su ADN la sobredosis de “corrección política” que heredó del kirchnerismo más rancio, ese que fue hijo de la corrupción que nació en Santa Cruz y que no se le movió un pelo en no respetar un fallo de la Corte Suprema de Justicia, o que colocó en el Alto Tribunal a un locador de “puticlubs” o un violador de derechos humanos como Jefe del Ejercito y de su servicio de inteligencia, el S2. No es que se niegue la necesidad de “ampliar los derechos”, pero con cada derecho debe generarse una obligación para los beneficiados y deben darse las condiciones para que ese derecho sea ejercido y sustentado. En ese sentido, un país que no tiene sistema de partidos políticos, que las estructuras partidarias son muchas veces prebendarías y depende de personalismos para articular las voluntades de voto, la aplicación de la “paridad de género” no abre posibilidades de participación política de la s mujeres, sino que implicará que se sumen más esposas, hijas, primas, tías y “amigas” en las listas electorales, siempre bajo la condición necesaria del “dedazo” del líder, armador o especialista en marketing político de turno. No es casual que la Argentina que podía haber sido Australia se parezca cada vez más otros países más chicos y pobres de la región. Una clase social voto a una clase política mediocre, casi siempre corrupta, extractiva y que tiene como meta enriquecerse. No es casual que en los últimos 50 años el único grupo social que tuvo asegurado su ascenso social sea la clase política o las corporaciones que son socias de la clase política. El Estado fue su fuente de enriquecimiento. Cada peso que un político se lleva de algún rincón del estado nacional, provincial o municipal es un peso menos que tiene un argentino en sus bolsillo para gasta en sí mismo y otro peso menos que otro argentino no re cibe en servicios de salud, educación, seguridad, asistencia social y medidas para reducir la pobreza. Entonces, en este marco, es compresible (aunque inaceptable) que desaparezca un submarino y no se pueda encontrar, que se institucionalice lo que no se puede perseguir, que se quieran mantener estructuras burocráticas y corruptas, que los únicos beneficiados por el Gasto del Estado pidan que se les rinda pleitesía por repartir migajas, que se voten cuotificaciones que fuerzan o que no se acepten los resultados de una autopsia realizada por 55 especialistas, tal como ocurre en el desgraciado caso de la muerte de Santiago Maldonado. La decadencia económica, social, educacional y política argentina explica todo esto. Lo que no explica es por qué nos esforzarnos por perpetuarla en el tiempo

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