miércoles, 30 de mayo de 2018
SOLÁ Y CFK
Felipe Solá será el candidato de CFK en 2019
Por Christian Sanz - 29/05/2018
Las presidenciales que vienen
La fuente era inobjetable, proveniente del seno mismo del kirchnerimo. Solo me llamó para confirmarme un dato: “Felipe Solá será el candidato de Cristina Kirchner para 2019, agendalo”. Fue el pasado jueves 17 de mayo, hace apenas 11 días. Con la certeza a cuestas, por la calidad del informante —otrora todopoderoso ministro K—, decidí tuitearlo a modo de pregunta: “¿Será el siempre polémico @felipe_sola el candidato a presidente del kirchnerismo en 2019?”.
Más aún: lo “arrobé” al mismísimo exgobernador bonaerense, para ver si se animaba a desmentirlo. Jamás lo hizo, a pesar de ser un activo usuario de Twitter que sabe discutir sobre todo tipo de situaciones en ese micromundo.
En las últimas horas, el propio Solá admitió solapadamente la versión: "Me gustaría ser candidato a presidente”. Para que no queden dudas, habló del “espacio que lidera la senadora y líder de Unidad Ciudadana, Cristina Kirchner”.
Más allá de la primicia de su candidatura, hay que reconocer que sorprende la interminable versatilidad de Solá, quien supo ser, en este orden, menemista, duhaldista, kirchnerista, de nuevo duuhaldista, macrista, massista, y ahora —nuevamente— kirchnerista. En todos y cada uno de esos cargos dejó su impronta, incluso en el primero de ellos, el que le ofrendó Carlos Menem, como secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
Según revela una añeja denuncia judicial del exmarino mercante Roberto Maturana, Solá vendía permisos de pesca de especies en extinción por cientos de miles de dólares a puntuales depredadores foráneos.
Se trata de señalamientos que refieren a principios —y mediados— de los años 90. Ello no le evitó a Solá seguir escalando en la política, llegando a uno de los cargos de mayor relevancia: gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Cuando estaba en ese cargo, fue denunciado por el Presidente de la Sala I del Tribunal de Casación bonaerense, Horacio Piombo, por “incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
Fue después de que Solá intentara, entre otras polémicas medidas, eliminar la Cámara de Casación de esa provincia. Fue en el año 2007.
Nadie parece recordar hoy esos desaguisados, algunos más lejanos y otros no tanto. Está claro que la memoria del argentino es frágil. Es lo que permite que ocurran, una y otra vez, las mismas calamidades.
Como dijo alguna vez el eximio escritor de aforismos Alejandro Lanús: “De ruidos añejos perecemos, de irrealidades mustias, de la memoria de la desmemoria”.
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