lunes, 18 de junio de 2018
ABORTO DISFRAZADO
Un aborto legal disfrazado de ley
Parte de la sociedad argentina, una parte grande, al menos ruidosa, celebró su propio mundial. Les vendieron que ganaron 129 a 125.
La realidad es que el resultado es otro. Un resultado, o varios, que la sociedad no ve, no conoce o no quiere ver: el primero es que parte de nuestros diputados, que cuentan con asesores numerosos, no ha contemplado o ha ocultado el hecho de que el proyecto abortista está reñido con la Constitución Nacional, la cual en su reforma de 1994 incluyó pactos, como el de San José de Costa Rica, que tienen una entidad mayor que una ley común y no pueden ser anulados por ésta, necesitándose entonces una reforma constitucional. Es decir que si este proyecto tuviera el aval de una votación a su favor en el Senado, más que efectos legales tendría efectos judiciales. Mucho antes de cualquier intervención médica habría intervenciones ante la justicia para dejar en claro su carácter inconstitucional. Pagamos – y mucho – a nuestros legisladores por su trabajo como para que lo hagan mal o como para que cometan estupideces que luego pagamos todos.
Otro de los puntos oscuros es que en ningún momento se establece qué se hará con el feto abortado, su material genético y todo lo que de él se pueda sacar. Más allá de la truculencia del tema, la realidad es que los fetos valen oro, no importa que vengan enteros o por partes. Varias industrias farmacéuticas y cosméticas han hecho de ellos un insumo irreemplazable que cada vez tiene mayor demanda. En este estado de cosas, ¿a ningún abortista se le ha ocurrido que podría ser que en todo este entuerto nacional que han creado, haya un beneficio millonario para alguien, en especial para estas organizaciones y que, personeros de las mismas, hayan asesorado o financiado en parte su protesta?
Por otra parte queda el tema trascendental: la vida. ¿Se puede considerar mejor a una sociedad que elimina a los indefensos y deja vivir a los violentos? A primera vista hay un bache profundo entre lo que se postula.
Los distintos colectivos que confluyen en #niunamenos, no tienen cómo explicar que defienden el derecho a la vida de quienes han cometido femicidios y que no se animarían a reclamar la pena de muerte para estos, pero eligen el aborto, que no es diferente salvo por ejecutarse contra quien carece de culpa y no puede defenderse.
De toda esta construcción perversa podríamos generar tergiversaciones como que asesinar personas mentalmente enfermas no es tan grave porque no tendrán conciencia del riesgo que corren, así como una serie de prácticas eugenésicas harto conocidas.
La Iglesia Católica y otras confesiones cristianas se sienten muy contrariadas por el resultado de la Cámara de Diputados, pero la realidad es que sus reacciones han sido tardías y en muchos casos poco ajustadas a la realidad que se vive. Pecaron de tibieza pensando que convencer a pocos poderosos es más fácil que hacerlo con la gente en general. Aún entre las filas de quienes suponían aliados ha habido cambios de parecer o, lo que resulta peor, vienen a descubrir que muchos que aprovechaban su ayuda, nada tienen que ver con la religión y lo que perseguían eran resultados ideológicos que nada tienen en común con una filosofía cristiana de la vida.
Ahora presenciaremos una carrera contra reloj de quienes quieren un tratamiento express en el senado, en la idea de golpear sobre caliente y no dejar tiempo a que cada uno de los dislates que integra el proyecto sea analizado. Han conseguido la promesa de voto de Cristina Fernández, para unos es una victoria contra Macri, para otros es un triunfo de Macri, pero hay quienes dicen que sólo es estupidez generalizada. Para nosotros, perdimos todos.
editorial@diariocastellanos.net
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