AHORA TODO INDICA QUE SERAN DOS POR UNO
Amigos:
Hasta que más temprano en la mañana recibí la confirmación de Buenos Aires, carecía
de la certeza sobre mis fundadas sospechas, de las que ya vertí, antes de ahora,
algunas líneas.
Respecto del inestable equilibrio en el que se encuentra AF, luego del
baldecito de mierda que Eduardo Zapiola
Duhalde le tiró en una entrevista con el pulastrón/trolazo de Nelson Castro y
que, publicó hoy el Grupo Vila, totalmente afín al Zabeca de Banfield, al decir
de un consumado teosófico como Luis D'elía.
Todo un rompecabezas, incluso con algunas piezas faltantes, ahora recién va
tomando una forma cierta, palpable y con una propia identidad.
Lo de la encuesta no fue más que el meta aviso: el de un desahucio, ni más ni
menos que eso.
Del Cabezón se podrá decir cualquier cosa, a excepción que fue o es un pelotudo.
Ningún juez lo convocó jamás para que precisase indicios sobre la que se
caloteó en los seguros de cambio que armó con otros tres maleantes -De Mendicurren-, nuestro actual embajador en
Bulgaria -Atanazof- y Remes Lenicov.
Total, ¿cuánta levantaron? ¿quinientos palos gringos?; dicen los que saben, algo
por el estilo.
Pero todo eso ahora carece de una infradecimal relevancia, porque lo que cuenta
es la inminencia.
Es obvio que este pitoniso bonaerense aguardó un tiempo prudencial, el
suficiente como para que el Alberto se manejase con la astucia que erróneamente
le asignó en un principio.
Dicho de otro modo, fue de la idea que el trabajo sucio, ese de mandarla a la
banquina a Kretina sería algo de su propia cosecha; pero entiendo que lo
sobreestimó y en demasía.
Ahora, esa suerte de pesada faena se la confiará a su cónyuge Chiche, quien, descuento
lo hará con destacable eficiencia.
Y por encima de ello, tendrá que meterle la mano a la arrolladora fuerza
centrípeta de esta pandemia con la que deberemos de convivir, digamos que, indefinidamente.
Su esposa, por si algunos lo desconocen, mantiene intactos los aceitados
contactos con sus queridas manzaneras.
Acaso más viejas, pero las mismas con las que organizó los saqueos en el
Conurbano en 2001 y luego los desarticuló.
Si de algo Duhalde es el más hábil y envidiable maestro de ceremonias y árbitro,
es, precisamente, entablar diálogos y negociar con todo el elemento puloil de
todos estos negros villeros.
Quienes en un número cercano a los cinco millones, hacen aprestos para
convertir al Gran Buenos Aires en todo un holocausto.
Nada más lejano en mi intencionalidad sería erigirme en su defensor, apenas en
un humilde exégeta de sus planes y, hasta cierto punto, ese desembarco que está
planificando no se deba y para nada a un insaciable apetito por volver a las
consabidas mordidas.
Creo -con toda prudencia habré de expresarlo- que en esta oportunidad se
encuentra guiado para tomar el timón, aunque sea un rato antes que un vendaval
de anarquía sea gobierno.
Si podrá detenerlo a tiempo o cuanto menos atemperarlo ¿quién lo sabe?, pero
demos por cierto que se propone hacerlo; con sus reglas, con su gente, con sus
argucias y con sus ex quinta columnistas Nina Pelozo, y Raúl Castells en sus
filas.
Si algo aprendí de esta política argentina tan barriobajera en los cincuenta
años que llevo procurando y sin suerte, entenderla, se pondrá a la ex burguesía
-postpandemia- de su lado, ordenando el encarcelamiento de Kretina y toda su
manada.
Esa, infiero, será la estocada que le otorgará bastante legitimidad que
desesperadamente habrá de necesitar para que los argentinos puedan metabolizar
la mucha bilis en retención que no pudieron expurgar con este Alverso.
Quién -tachando su adhesión al bizcocho-, no creo, sea en esencia, un mal
sujeto.
Le falta garra, se rodeó de perejiles, no entregó la Jefatura de Gabinete a
Felipe, validó que un infante como el nieto de Cafierito ocupara ese sitial, y
por último -como ya lo reseñé bastantes veces-, le allanó el camino a un
tartamudo, para que en representación de la viuda alegre, ocupase la cartera
más importante.
Y como frutillita del postre, cometió hoy la imperdonable torpeza de impedir al
ciudadano sin recursos ni ahorros, esa compraventa hormiga de doscientos
dólares para resarcirse de una inclemente inflación.
En fin, soy de la opinión que, aún, en la remota hipótesis que personalmente me
hubiese permitido, le anticipase todo esto que ahora le caerá encima, no me
habría llevado el apunte.
Bueno estimados, si algo de una insignificancia quizás indigna de considerar, entiendo,
nos otorgará alguna sonrisa, será que CFK perderá, como hace poco más de 44
pirulos le tocó en suerte a su predecesora Isabelita; pero esta vez en
detención indefinida o sacrificada en un cadalso.
Porque sea como fuese...
AHORA TODO INDICA QUE SERÁN DOS POR UNO.
Cordialmente, Carlos Belgrano.-
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