miércoles, 4 de septiembre de 2019

REFORMAS ESTRUCTURALES

Sin reformas estructurales, es difícil que la economía crezca Por Aldo Abram Todo el mundo suponía que Macri iba a perder, el tema era por cuántos puntos perdía. Cuál era la diferencia. Si era de 4 puntos o menos, los mercados la iban a recibir bien porque eso abría las chances que podría llegar a ganar en octubre o en el balotaje. Pero, de 5 puntos para arriba, cuanto más lejos de 5 puntos de diferencia, los mercados lo van a tomar peor porque implica una alta probabilidad que gane en octubre la fórmula Fernández-Fernández . Las políticas que propone la fórmula Fernández-Fernández no son -y se han demostrado en el pasado-, las que los inversores consideran que nos van a sacar adelante como país. Más allá que por ahí esa expectativa era la que tenían en el 2015 y después en 2017 y hoy se sienten desilusionados. Por lo menos Juntos por el Cambio proponía ir en la dirección que se supone tiene que ver con las reformas estructurales y resolver los problemas de fondo de la Argentina y que el país salga adelante. En cambio la otra fórmula no propone eso. Están en contra de hacer reformas estructurales profundas. Para ellos no es el problema. La salida no se termina de entender por dónde la ven, es casi mágica y esa misma percepción la tienen los inversores. Los mercados y los inversores llegaron con mucho optimismo a estas elecciones. Pero para entender por qué es mágico eso de resolver los problemas creciendo, que plantea la fórmula Fernández-Fernández, sin hacer las reformas estructurales, eso se puede explicar con un ejemplo. Supongamos que soy el carnicero del barrio y todas las mañanas me despierto temprano. Recibo el camión de la carne, controlo que sea buena, abro a tiempo, cumplo los horarios, atiendo muy bien a los clientes. De esa forma, obviamente voy a tener la confianza de mis clientes y voy a vivir bien. Sin embargo, si decido un día no levantarme tan temprano, dejo que el ayudante que no tiene ni idea del negocio, reciba el camión de la carne, compre carne más o menos, empiezo a vender carne más o menos, a veces sale buena, otras veces dura, abro a cualquier hora porque quiero quedarme a dormir, cierro a cualquier hora porque me quiero ir a tomar un café con mis amigos. Obviamente lo que va a pasar es que voy a empezar a perder la confianza de mis clientes, van a dejar de venir y voy a vivir peor. En este contexto, si viene un amigo y me dice que tiene la solución para llenarle de plata el bolsillo a mi familia, le voy a decir que no entendió la situación porque no estoy vendiendo nada, no tengo plata y nadie me va a querer prestar si no vendo nada y no tengo plata. Voy a tener que preguntarme entonces por qué estoy como estoy y resolver esa situación que me llevó al lugar y la posición en la que me encuentro. Eso es, justamente, empezar a levantarme más temprano, elegir de vuelta bien la carne, atender bien a mis clientes y posiblemente así vaya recuperando la confianza de mis clientes y vuelva a vivir mejor. Ahí es donde está el problema de fondo con la Argentina de hoy. Nosotros estamos hoy como estamos, porque es cierto que este Gobierno heredó un país al borde de la crisis por no hacer las reformas estructurales en su momento después de la crisis del 2002 que en realidad no fue otra cosa que licuar los resultados desastrosos de no haber resuelto los problemas de fondo de la Argentina, con reformas estructurales, antes. Pero el gobierno kirchnerista tampoco las hizo, incluso empeoró muchas de las cosas que había que resolver y este Gobierno recibió ese paquete. No obstante, también es cierto que este Gobierno no hizo nada y eso es lo que hizo que perdiera la confianza de los inversores y los ahorristas extranjeros y argentinos y cayéramos en una crisis el año pasado. Se fueron ahorros y se siguen yendo el ahorro y la inversión de los argentinos. Entonces ahora ¿qué es lo que hay que hacer para que la economía vuelva a crecer? Recuperar el ahorro y la inversión de los extranjeros y de los argentinos. Para eso hay que hacer las reformas estructurales -previsional, impositiva, laboral-, si no, no se va a recuperar el ahorro y la inversión y lo que se va a tener es una crisis como la de 2002 que lo que va a hacer es terminar licuando con pobreza de todos los argentinos, los resultados desastrosos de no haber hecho las reformas estructurales en la Argentina y vamos a empezar de vuelta como en el 2002. Tendremos un rebote después de eso y luego a rezar porque a alguien se le ocurra resolver esos problemas. Por eso, si no se hacen las reformas estructurales es difícil que la economía crezca y con eso se pueda resolver en el tiempo, los problemas de fondo de no haber hecho esas reformas.

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