sábado, 28 de noviembre de 2015

LA BRUJA

La gran bruja “K” no puede cambiar su maldad por Luis Illuminati - 28/11/2015 De fuentes confiables se tiene conocimiento de que Mauricio Macri superó en más de 10 puntos a Scioli y, para evitar el papelón de perder de forma vergonzosa, el aparato K se sumó votos que correspondían a “Cambiemos”. Era tan abrumadora la diferencia que les resultaba casi imposible repetir un fraude electoral similar al que hubo en Tucumán, no obstante la derrota sufrida quieren venderle al país y al mundo que Macri les ganó sólo por 3 puntos (51 a 48), lo que, por supuesto, nadie lo cree. Coinciden en esto muchos observadores políticos imparciales, entre ellos Claudio Fantini. Esto, Macri lo sabe perfectamente, pero ordenó no denunciar ni reclamar ante la evidencia que ganaba por puntos. Entonces razonó así: “¿Para qué protestar?, si ya gané. Es mejor callarse la boca y no darles motivo a los kirchneristas de aprovecharse de la situación y saquen tajada”. Está claro que esta mujer que ocupa el cargo de presidente de la Nación está enferma de odio, no se quiere ni ella misma y, la rabia que le produce a su herido orgullo tener que entregarle la banda presidencial a alguien que para ella es su peor enemigo, no puede disimularla. Está claro que la naturaleza de esta mujer es el de Bruja malvada. Y, el 10 de diciembre próximo no se retirará de la Casa Rosada en helicóptero desde la azotea sino que se irá volando en su propia escoba. Montada en su escoba se dirigirá a un aquelarre con sus seguidores de La Cámpora, a los fines de diseñar estrategias para hacerle todo el daño posible al nuevo gobierno. No cabe duda que el Gran Cabrón o Macho Cabrío es su deidad. El nivel de maldad de Cristina corre parejo con el de su ridiculez olímpica. Sus papelones no han sido ni serán superados por ningún otro gobernante. Haber convocado al presidente electo a la residencia de Olivos para nada, deja al descubierto su resentimiento y su obcecación maníaca. Conflictiva, belicosa, corrupta y vengativa. Con el finado Chávez, su sucesor Maduro -sujeto éste que hace rato que pasó a la condición de podrido- y Castro, alias “Fidelio” y demás socios, tiene un vínculo o lazo tipo “lobos de la misma camada”, locución referida a personas que por tener los mismos fines e intereses ruines y oscuros e inclinaciones depredatorias, se unen y no se hacen daño entre ellos. Sabe que está perdida, por lo tanto hasta el último instante de su patético gobierno, no guardará ni la más mínima muestra de cortesía, hidalguía y lucidez. Se empeña en mostrase fuerte, altiva y poderosa, pero en su fuero íntimo teme ir presa porque sabe perfectamente que es culpable de innumerables delitos que son el resultado de la asociación ilícita de la cual ella y su extinto esposo son sus cabecillas. Esta nefasta facción infiltrada en las filas del justicialismo que se llama kirchnerismo dirigido por Cristina Fernández, en estos últimos días funciona igual que aquella máquina infernal, antecesora de la locomotora, un armatoste de hierro diseñado por el inglés Richard Trevilhick y que fue bautizado con el nombre “Atrápeme quien pueda”, en inglés “Catch me whecan”, un adefesio tan peligroso que circulaba sobre una suerte de rieles que, una vez en marcha, no lo podía parar nadie, al punto tal que el maquinista se bajaba y dejaba que se estrellara contra algún obstáculo. El nombre de la máquina se asemeja al implícito reto o burla que Cristina le ha dirigido a sus opositores, jueces y a todo argentino honesto que quiera denunciarla penalmente. Está convencida que el Código penal -parafraseando a Beling- “no le tocará un pelo”. Desde mi punto de vista, el mejor antídoto contra la peste K es que el primer decreto del nuevo presidente tenga por objeto la inmediata investigación y desmantelamiento del gigantesco aparato de corrupción para el lavado de dinero y condena de todos los delitos que se han venido cometiendo en perjuicio del Estado cuyas arcas han quedado en virtual bancarrota. Su prontuario es tan negro que sería una burla y una afrenta que ella y sus secuaces no vayan presos. Para eso yo y millones de ciudadanos lo hemos votado a Macri. Esperemos no nos defraude. Luis Illuminati

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