sábado, 10 de febrero de 2018

CHOFERES DE LA POBREZA.

Uber y Lyft conducen a los choferes a la pobreza y la desesperanza Amy Goodman y Denis Moynihan - Democracy Now! El lunes pasado por la mañana, un taxista y conductor de limusinas profesional de la ciudad de Nueva York llamado Douglas Schifter hizo un último viaje al área del Bajo Manhattan. Varias horas antes había publicado en Facebook una acusación contra las autoridades políticas por permitir que empresas de servicios de transporte en línea como Uber y Lyft desmantelen la industria del taxi de la ciudad y dejen sumidos en la pobreza a miles de conductores de taxi, entre ellos él mismo. Estacionado frente al edificio del Ayuntamiento en un sedán negro alquilado se suicidó de un disparo en la cabeza. Schifter escribió en su publicación de Facebook: “Debido a la gran cantidad de coches disponibles, con conductores desesperados por intentar llevar el pan a sus hogares, [las empresas] reducen las tarifas a un nivel inferior a los costos operativos y los profesionales como yo nos quedamos fuera del negocio. [Las empresas] cuentan su dinero y nosotros quedamos tirados en las calles por las que antes conducíamos, sin hogar y con hambre. No trabajaré como un esclavo por unas monedas. Prefiero estar muerto”. La mayoría de las principales ciudades tienen un servicio de taxi regulado desde hace mucho tiempo, lo que limita el número de taxis con licencia y exige un estricto cumplimiento de las normas de seguridad y de cobertura de seguros. Uber y Lyft, las principales plataformas de servicio de transporte en línea o “empresas de redes de transporte”, han logrado eludir esas leyes y multiplicar la cantidad de coches en las calles. Bhairavi Desai, directora ejecutiva de la Alianza de Trabajadores del Taxi de Nueva York, un sindicato sin fines de lucro con más de 19.000 miembros, declaró en una entrevista para Democracy Now!: “Antes solía haber solo unos 13.000 taxis amarillos y otros 40.000 de otras compañías y coches negros, en total. Ahora hay más de 130.000. Nadie puede ganarse la vida así”. Un nuevo informe elaborado en conjunto por el Proyecto de Ley Nacional de Empleo ( NELP , por sus siglas en inglés) y la Asociación para Familias Trabajadoras, titulado “Interferencia estatal por parte de Uber: cómo las empresas de redes de transporte compran, intimidan y engañan para lograr su desregulación”, señala: “Las [empresas de redes de transporte], principalmente Uber y Lyft, convencieron a legisladores de la gran mayoría de los estados a anular y pasar por encima de las regulaciones locales y despojar a los choferes de sus derechos. La velocidad y la efectividad del uso de esta estrategia por parte de la industria, conocida como interferencia (o apropiación) estatal, no tiene precedentes”, indica el informe. El estudio también compara las tácticas de lobby utilizadas por Uber y Lyft con las de los grupos de presión de la industria del tabaco y las armas de fuego, e identifica 41 estados donde este cabildeo agresivo ha reducido o eliminado los derechos de las ciudades para regular las empresas de servicios de transporte en línea. Nuevamente, estas son palabras de la portavoz de la Alianza de Trabajadores del Taxi, Bhairave Desai: “Es una carrera hacia el abismo. En 2016, Uber y Lyft gastaron en lobby más que Amazon, Walmart y Microsoft juntos. Recurren a su poder político para lograr la aprobación de leyes de desregulación de los servicios de transporte. La mayoría de sus lobbystas, por cierto, provienen del Partido Demócrata. Muchos de ellos pasaron directamente desde la Casa Blanca de [Barack] Obama a trabajar para Uber”. La muerte de Douglas Schifter fue precedida por otro suicidio, unas semanas antes. Danilo Corporan Castillo se precipitó a su muerte desde lo alto de un edificio el 20 de diciembre, tras una audiencia ante la Comisión de Taxis y Limusinas de la Ciudad de Nueva York (TLC, por su sigla en inglés), en la que lo amenazaron con revocarle la licencia de conductor. Corporan Castillo escribió su nota de suicidio al dorso de la citación de la TLC. En abril del año pasado, Bhairavi Desai testificó ante la TLC (acrónimo extraño para una comisión conocida por no brindarles a los taxistas de la ciudad una “atención amable”, sino, más bien, por imponer drásticas multas por incontables infracciones menores). Desai declaró: “En mis 21 años de activismo en esta industria, jamás había visto personas en tal crisis: las bancarrotas, las ejecuciones hipotecarias, los avisos de desalojo. Ahora recibo llamadas telefónicas con pedidos de información sobre servicios para personas sin hogar, gente que quiere saber sobre líneas directas de prevención del suicidio. Hay un nivel de crisis muy arraigado entre los conductores de taxis. Debo decirles desde el fondo de mi corazón que, como defensora, algunos días simplemente no sé qué hacer. Esta es una crisis humana grave debido a la plaga financiera que existe en esta industria desde hace tres años. Esto me lleva a preocuparme seriamente por cómo será el futuro de las personas y, sin duda, por el nivel de crisis al que se enfrentan hoy en su vida cotidiana. Es una violenta carrera hacia el abismo. Para matar de hambre al taxista, Uber mata de hambre al chofer de Uber. Ese es el núcleo de la cuestión. Reducen las tarifas, lo que deja a los conductores en una pobreza abrumadora. Y lo hacen para poder reducir las tarifas de los otros sectores. Ningún chofer puede ganar en esta carrera hacia el abismo”. La dirigente de la Alianza de Trabajadores del Taxi Bhairavi Desai lucha por fijar un límite en la cantidad de taxis y otros servicios de transporte privado, el uso de taxímetros en los diversos servicios de automóviles para garantizar un salario digno para los conductores y acceso a beneficios, principalmente atención médica para los conductores. Además, el Proyecto de Ley Nacional de Empleo y la Asociación para Familias Trabajadoras afirman que las legislaturas estatales deben dejar de hacer lo que exigen las empresas Uber y Lyft. Douglas Schifter expresó en su publicación final en Facebook: “El propósito de la vida es aprender, enseñar y amar”. Además de conducir taxis durante cuatro décadas, fue un prolífico columnista de la revista especializada en limusinas Black Car News. Schifter escribió: “No sé de qué otra forma tratar de marcar la diferencia si no es con una exhibición pública de un asunto muy privado. Espero que, con el sacrificio público que hago ahora, se preste algo de atención a la difícil situación de los conductores, que la gente quiera salvarlos y que esto no haya sido en vano”. Fuente: http://www.democracynow.org/es/2018/2/9/uber_y_lyft_conducen_a_los

LA HORA DEL CAMBIO

La hora del cambio Escrito por Alejandro Poli Gonzalvo La teoría política moderna ha demostrado que las naciones que logran un alto nivel de participación política, pero cuentan con instituciones políticas débiles o inmaduras están condenadas a la inestabilidad. Nuestro país ha sido un acabado ejemplo histórico de esta verdad. La victoria de Cambiemos en las elecciones de 2015 y 2017 fue la respuesta contundente de los ciudadanos para modificar este estado de cosas. Decíamos hace un año que para evaluar el primer año del gobierno de Macri había que medir el grado en que logra mantener la confianza de los ciudadanos en un proyecto colectivo que signifique un cambio irreversible. Si tiene éxito, decíamos, la nueva política reemplazará a la vieja política y una trayectoria histórica de corte institucional se habrá afianzado entre nosotros. Transcurrido un nuevo año, Cambiemos se encuentra en una encrucijada decisiva para confirmar o no que el cambio ha llegado para quedarse y que será irreversible frente a los intentos desesperados de los populistas, que al perder el poder y enfrentar la acción de la Justicia por los delitos de lesa corrupción cometidos no vacilan en promover discursos y acciones dirigidas a desestabilizar el gobierno del presidente Macri. Se equivocan quienes creen que la mejora de la situación económica bastará para derrotar los intentos destituyentes. Cambiemos no ganó dos elecciones solo por la promesa de una economía más próspera, sino por generar expectativas de vivir en una Argentina que deje en el pasado un sistema sociopolítico que asfixia a quienes trabajan y producen en beneficio de favorecer esquemas clientelistas y el peso de un Estado que los agobia con impuestos y pésimos servicios. Por eso, una mayoría de argentinos aceptó que era necesaria una corrección de las tarifas de los servicios públicos en la medida en que se redujera el abultado déficit fiscal. La reducción del déficit ha sido mínima e incluso se incrementó levemente el número de empleados públicos. De allí que este esfuerzo y esta comprensión tengan un límite. La reforma previsional no fue bien explicada y significó una fuerte caída en la imagen del Gobierno. Los recientes incrementos en el revalúo fiscal del impuesto inmobiliario en la provincia de Buenos Aires superan claramente ese límite y vuelven a recaer sobre las espaldas de la clase media, sustento principal de Cambiemos. Según los analistas económicos, el PBI podrá crecer alrededor del 2,5% durante 2018, pero con una tasa de inflación en torno al 19% y un bajo nivel de inversiones. También seguirá creciendo la deuda externa. Por este lado, el Gobierno no tendrá grandes noticias. Aun así, los ciudadanos están dispuestos a seguir apoyando el cambio, pero en la medida que en otros frentes se perciban avances sustanciales. Tres temas principales impulsaron el triunfo del presidente Macri. El combate de la inseguridad, erradicar la corrupción y mejorar la calidad institucional en los tres poderes del Estado. En materia de inseguridad, no se observan avances apreciables. Está pendiente la adecuación del nuevo Código Procesal Penal; no se mejora la infraestructura carcelaria ni la necesaria para contener a delincuentes menores de edad; leyes simples que prohíben que dos personas circulen en moto para combatir a los motochorros se dejan de lado en cuanto un grupo de personas protesta en el Obelisco; se siguen liberando personas con antecedentes que vuelven a delinquir; los juzgados siguen atestados de expedientes y todavía no se ha avanzado con la reforma del Ministerio Público Fiscal. En corrupción el avance ha sido considerable, pero la ciudadanía sospecha que en los casos más emblemáticos los jueces están atentos a los tiempos políticos y que el Gobierno especula con eso. En materia de calidad institucional, el Gobierno está obligado a ser en extremo transparente y ético. Aunque sea incomparable con los abusos del kirchnerismo, la vara que le puso la ciudadanía a Cambiemos es muy alta. Por eso, el error de mantener al ministro Triaca ha generado una ola de críticas entre los propios votantes de Cambiemos. Pareciera que el Gobierno ha decidido frenar todo proyecto reformista que lo exponga a riesgos de caída en su imagen pública. Como diría Ortega, "no es esto" lo que votaron los argentinos en 2015 y 2017. Es la hora del cambio. De no avanzar con decisión en el mandato que le dio la ciudadanía, esta progresivamente le quitará su apoyo y entonces los populismos pensarán que llega nuevamente otra hora, una hora fatídica y que privará de un futuro mejor a generaciones de argentinos. Alejandro Poli Gonzalvo Historiador, miembro del Club Político Argentino

EL HIJO DEL PÁPA

El hijo político del Papa, que nadie conoce Escrito por Laura Di Marco Obispo en la villa 1-11-14, teólogo y crítico del capitalismo, Gustavo Carrara refleja el pensamiento de Francisco Los vecinos de la villa del Bajo Flores dicen que el hijo político del Papa se acostumbró a dormir escuchando balazos. Que más de una vez, desde que vive en la villa 1-11-14, hace diez años, despertó con un cadáver cerca de la puerta de su casa o de su parroquia Santa María Madre del Pueblo, donde está enterrado Ricardo Ricciardelli, compañero del padre Mugica y un ícono del movimiento de los curas tercermundistas. De bajísimo perfil, teólogo sólido, crítico del capitalismo, Gustavo Carrara es reflejo de una parte del inescrutable pensamiento papal. Está dolido por los dardos que recibe Francisco bajo la dinámica de la grieta, pero también lo hieren los cuchillazos dialécticos de intelectuales como Sebreli, quien, en su último libro, acusa a los apóstoles bergoglistas de romantizar la vida en las villas con el supuesto fin de anclarlos definitivamente en la pobreza. "Está todo distorsionado. Es una mirada miope. Y es una pena porque se están perdiendo a un líder", desliza el sacerdote que a fin de año fue convertido por Francisco en el primer obispo villero, una designación de fuerte impacto político. A los 44 años, este obispo heterodoxo que tiene como referencia intelectual la Teología del Pueblo es una mezcla de estrella rockera de la 1-11-14 y padre simbólico. Una postal que se dejó ver durante la ceremonia en la que fue ordenado auxiliar de Mario Poli, poco antes de la Navidad, cuando los vecinos del Bajo Flores lo sacaron en andas de la catedral de Buenos Aires. Francisco vio todo desde el Vaticano, donde probablemente haya recordado lo primero que le dijo a su ahijado el día de su propia nominación: "No sé si Dios quiso que yo fuera papa, pero al menos lo permitió. Estoy en paz". Carrara es fruto de la mutación ideológica de Francisco y comparte muchas lecturas con él. Ese giro es curioso. En los años 70, Bergoglio no comulgaba con la Teología de la Liberación, en la que se inscribía Mugica. Era una teología que analizaba la realidad con categorías marxistas. Sin embargo, con el tiempo fue reivindicando su figura y bajándoles las calorías a aquellas visiones extremas. La Teología del Pueblo, remixada por Bergoglio, es una versión light de la Teología de la Liberación. Carrara lo explicará así: "Está claro que la sabiduría no reside solo en los intelectuales. En el 74, por ejemplo, la Argentina tenía un 4% de pobres y hoy tenemos un 30%. Evidentemente, esta situación no es fruto de las decisiones que tomaron los más pobres sino los más preparados". La corriente tiene sus propios referentes locales, como Lucio Gera y Rafael Tello. Quienes conocen la entretela de la Iglesia lo definen como un filoperonista, aunque esa adscripción no sea asumida explícitamente por él, como sí ocurre con otros obispos. Está lejos de un perfil combativo como el de Jorge Lugones, obispo de Lomas de Zamora, quien potencialmente podría apoyar un frente opositor junto con los movimientos sociales y la CGT. Carrara y Lugones fueron ascendidos casi al mismo tiempo, aunque Francisco colocó al lomense al frente de la Pastoral Social. El obispo villero, en contrapunto, es una versión más equilibrada de todo ese universo. Un universo que incluye al polémico Juan Grabois. La existencia de una teología del Pueblo sugiere la configuración de un antipueblo. Pero ¿quién sería ese antipueblo? ¿Macri, Piñera? La incógnita sigue: ¿por qué Francisco, durante su viaje a Chile solo se limitó a sobrevolar su patria? "Sobrevuela sobre tantas patrias y.… no se baja en cada uno de ellas", musita el obispo, en una enunciación bergogliana. En el fondo sabe, sin embargo, que la grieta política es, tal vez, el principal obstáculo para la visita de Francisco a la Argentina. ¿Qué pasaría si una parte de la sociedad abucheara al Papa, en su propia tierra? "Aquí (en la villa) no existe izquierda o derecha; existe querer tener agua, luz, vivir mejor", dirá quién sale a cuestionar a Sebreli, autor de Dios en su laberinto, donde critica con dureza el rol de la Iglesia Católica. Lo que más parece afectar a Carrara es la calificación de conservadores populares o, peor, de falsos progresistas. "Si yo quisiera mantener a los más frágiles en la pobreza para mantener mi 'clientela', digamos, ¿por qué tengo una escuela primaria y secundaria en la villa? ¿Por qué suscribimos convenios para que los chicos estudien en la universidad?" Parece concebir a la Iglesia -o, al menos, a su sector, que no siempre sintoniza con la jerarquía tradicional- como una malla de contención de las inequidades del capitalismo. Igual que el Papa, es lector del filósofo argentino Rodolfo Kusch, olvidado y luego rescatado por el kirchnerismo. Autor de varios libros sobre la Argentina profunda, Kusch se zambulló en el ADN del pensamiento indígena y latinoamericano. Otra de sus filósofas predilectas es la española Adela Cortina, autora de Aporofobia, el rechazo al pobre, libro que actualmente está leyendo. Su posicionamiento se traduce en preguntas: "¿Quién se ocupa de las personas que no han tenido oportunidades, los 'descartables'? ¿Qué hacés con un chico de 14 años que tiene su vida hipotecada porque no ha comido bien y ese déficit lo limita intelectualmente? ¿Qué hacés con otro que consumió paco y va a necesitar al menos 10 años para recuperarse? Tenés que pararte junto a ellos; acompañarlos. ¿Eso es conservador? Según él, lo que falta es una presencia inteligente del Estado". ¿Y la cercanía del Papa con Milagro Sala? ¿Y el encuentro con personajes polémicos del kirchnerismo, dirigentes que gran parte de la sociedad asocia con la corrupción? "Quizá Milagro Sala empezó con un buen origen: hay un sistema que, a veces, corrompe a los dirigentes. Tal vez sea culpable; tal vez, inocente. Es para pensar". Carrara se sume en un silencio profundo y parece rescatar una conclusión final: "Al que le gustan los autos lujosos, que no se meta en un movimiento social porque puede bastardear causas nobles. No se pude servir a Dios y al dinero". Los abusos sexuales en la Iglesia son otro karma. Francisco está golpeado no solo por haber respaldado en Chile al obispo Juan Barros, acusado de encubrir los abusos de otro sacerdote, sino también por la designación de varios obispos sospechados. Carrara desliza que el Papa está arrepentido de aquella defensa ciega y que ahora duda: busca escuchar a las víctimas. La prueba, sugiere, es el envío a Chile del arzobispo maltés Charles Scicluna, una especie de "007" del Vaticano para los casos de pedofilia. Hay quienes encuentran una conexión entre la represión sexual a la que obliga el celibato y los casos de abuso. Carrara se enoja en silencio con esa asociación. Un sacerdote es producto de esta sociedad, deduce. Ejemplifica con Hollywood, un contexto hipersexualizado que pone en evidencia que las "conductas inapropiadas" no suceden solo cuando la genitalidad está prohibida. Cerca de Carrara tienen una máxima: cuando alguien se encuentra con Bergoglio, se va con la sensación de que fue comprendido. Francisco parece penetrar profundamente en la mente de su interlocutor, pero su interlocutor jamás logrará penetrar en la suya: "Nunca intentes saber lo que piensa un jesuita", traduce el obispo, en la austera oficina de la villa del Bajo Flores, donde apenas tiene un viejo ventilador de pie para mitigar el calor sofocante de febrero.

martes, 6 de febrero de 2018

EL POPULISMO

El populismo de la opinión pública por Jorge Raventos Uno de los pilares de la comunicación oficial es el que identifica al gobierno con “lo nuevo” y “lo bueno”. Una frase favorita de los altos funcionarios reitera que “nosotros decimos la verdad”. Ahora bien, uno de los artífices del pensamiento oficialista, Jaime Durán Barba, admite (por ejemplo, en su último libro) la labilidad de esos conceptos: “el mundo de lo simbólico -afirma- ha terminado siendo lo único real” y “la opinión pública es la que crea y recrea la realidad en que vivimos”. Así, la opinión pública tendría un peso determinante sobre la definición de “lo bueno” y “lo malo”, ´por ejemplo. Quizás en virtud de esa concepción hiperbólica de la opinión pública y de sus giros (que “crean y recrean”), el oficialismo vive a menudo hipnotizado por las encuestas y bajo la influencia de lo que éstas (y sus intérpretes) le sugieren. Los nuestros Desde que ensayó la mal llamada reforma previsional (en rigor, el recalculo de la actualización periódica de los haberes), las encuestas traen noticias inquietantes sobre la imagen del Presidente y del gobierno. Las de la segunda quincena de enero mostraron una atenuación de la pendiente, pero confirmaron que la fuerte caída medida a principios de año no se detuvo aún. Para colmo, mientras Mauricio Macri desarrollaba su gira europea estalló en los medios el “caso Triaca” (un mensaje desafortunado del ministro de Trabajo a la casera de su quinta familiar grabado en las redes sociales y la constatación posterior de que el despido de esa empleada particular había sido compensado con una contratación en el gremio de los marítimos, bajo intervención de la cartera laboral); los estudios demoscópicos de emergencia solicitados por Balcarce 50 detectaron más caída. Y, más preocupante aún, la decepción se reflejaba principalmente en el electorado oficialista, que esperaba (y en definitiva no obtuvo) la rápida expulsión de Triaca del gabinete. Las señales de alarma movilizaron al gobierno. Los rabdomantes de la opinión pública buscaron temas que desviaran la caída o hasta pudieran revertirla. Así surgió, en principio, la iniciativa de poner en práctica de inmediato el achicamiento de puestos jerárquicos de la administración central, adornado con algunas novedades: congelar los sueldos de las categorías superiores y desprenderse de todos los funcionarios estatales vinculados familiarmente con ministros. Los ahorros que permiten esas medidas son poco significativos en términos del infladísimo gasto público que sobrelleva el país, pero el gesto fue adoptado sobre todo por su dimensión simbólica, con la mirada puesta en la opinión pública. . “Veremos qué dicen las encuestas después de estas medidas”, se ufanó una voz de la Casa Rosada, confiada en que la opinión pública (la que “crea la realidad”) acompaña esos cambios decididos por el Presidente. Esas decisiones no alcanzaron, sin embargo, para tranquilizar a algunos sectores cercanos. Alejandro Katz, miembro del Club Político Argentino (entidad que ya había elevado la voz tras el affaire Triaca), escribió por ejemplo que, si bien se “limita el nepotismo en la administración (…) no es suficiente para borrar el aire de familia entre prácticas del gobierno anterior y las del actual”. En la búsqueda de recuperación rápida en la opinión pública (especialmente en “los que nos apoyan”, como puntualizó ayer el jefe de gabinete), el gobierno tensó la cuerda con el mundo sindical. Feos, sucios y malos A su interés en mantener a raya los aumentos de las próximas paritarias el gobierno suma ahora su cálculo de que polarizar con los gremios rinde frutos en apoyo público. La Casa Rosada e parece convencida de que librar una batalla contra el sindicalismo menos obediente es buen negocio. Este es un diagnóstico acaso correcto mientras la puja se limite al campo mediático o a los tribunales, terrenos en los que el gobierno juega de local, pero más aventurado si la tensión se desliza al escenario de las calles. Precisamente para este teatro se preparan los gremios: los bancarios ya están practicando medidas de fuerza, los maestros se encuentran en una etapa de precalentamiento en vísperas de la siempre tensa paritaria docente. Y los camioneros prometen una movilización “histórica” al centro porteño para los fines de febrero, con respaldo de otros gremios. Es probable que, desde el otro rincón, Hugo Moyano también considere redituable polarizar con el Presidente. El camionero es hombre de hechos, pero no desprecia la lidia verbal. Después de que Macri le recomendara “no ponerse nervioso”, presentarse ante la Justicia y “no meterse con una persona de 87 años (en referencia a su padre, Franco) que está en su casa, retirado”, el jefe camionero le respondió por escrito: “Es insólito que Usted se sienta molesto por referirme a una persona de 87 años que se encuentra retirada. Debería ser consciente de que con la reforma previsional que ha impulsado su Gobierno no solo se ha metido, sino que ha perjudicado gravemente a millones de jubilados -padres, madres y abuelos de todos los argentinos- que también se encuentran retirados después de haber trabajado dignamente toda su vida y no tienen la posibilidad de gozar de un retiro tan confortable como el de su Padre”. La dureza del tono de Moyano es un índice de la temperatura que puede adquirir la pelea. El afilado tono de Moyano no es secundado, sin embargo, por algunos de los gremios más numerosos (agrupados con los llamados “Gordos” y con los “independientes”). Estos prefieren una táctica más negociadora, buscan el clinch antes que la pelea franca. Hay analistas que imaginan que las diferencias de procedimiento auguran un cisma del sindicalismo peronista. Siempre conviene recordar antecedentes que muestran que la trama cismática puede ser un movimiento combinado defensivo en el que un sector presiona desde la calle mientras otra maniobra en la mesa de negociaciones. El juez, el policía, el Presidente Además del recurso a la polarización con los gremios, el gobierno creyó encontrar otro filón de popularidad reivindicando y elevando al pedestal de ejemplo a un policía bonaerense que, en el barrio de La Boca persiguió y mató a un joven que, con otro, había atacado a un turista a puñaladas. El propio Presidente recibió al policía en la Casa Rosada y lo catapultó a la jerarquía de modelo. El escenario parecía pintado: un juez que cita en sus fallos a Eugenio Zaffaroni había procesado y embargado al policía, que alegaba en su favor el hecho de haberse defendido de un riesgo inminente. Se trataba de una ocasión aparentemente ideal para capitalizar el cuestionamiento social al garantismo judicial, la presión pública que pide una acción firme en defensa de la seguridad y la imagen plausible de un poder político que defiende a sus agentes del orden. Algo falló, sin embargo. Un video ampliamente difundido mostró que el policía dispara desde atrás, desde varios metros de distancia, y mata con dos tiros al joven delincuente, que huía y ya no representaba un riesgo presente ni para el agente ni para terceros. De hecho, un grupo de vecinos había detenido sin violencia a su cómplice en el ataque al turista. Así, lo que quedó como resultado fue que el Presidente proyectó a la jerarquía de ejemplo a un policía que disparó y mató innecesariamente a un joven por la espalda mientras sus funcionarios se abalanzaban contra un magistrado que, en definitiva y más allá de sus ideas, garantistas o no, encuadró bastante bien el caso al definirlo como “exceso en la legítima defensa” y calificando al agente como de baja formación profesional. ¿No fue precipitado impulsar a Macri a asumir ese papel? ¿No fue todo guiado por una búsqueda desesperada (y probablemente infructuosa, a la postre) de recuperación ante la opinión pública? Después del video difundido, se pueden dar explicaciones, pero, como dice Jaime Durán Barba en su libro, “los textos no pueden refutar imágenes”. Por qué llegó y por qué sigue Triaca En lugar de algunos de los palos de ciego con los que el oficialismo ha buscado recuperar el amor de la opinión pública, se preguntan algunos, ¿no le hubiera convenido a Macri desembarazarse rápidamente de Triaca? “¿Qué tiene que hacer un ministro para que el Presidente le pida la renuncia? ¿Cuál es el límite?”, interrogaron a Marcos Peña los periodistas Claudio Jacquelin y Damián Nabot, de La Nación. El jefe de gabinete les contesta: “Está claro que un límite pasa por la corrupción, la comisión de un delito o cualquier cosa que vulnere la ley”. No queda claro hasta dónde esa respuesta exime con nitidez a Triaca. Es probable, en cambio, que no satisfaga a Alfonso Prat Gay el primer ministro que Macri apartó de su gabinete. La verdad es que, cuando diseñó su primer gabinete, el Presidente quiso evitar la figura de un superministro de Economía y forjó un gabinete de conducción económica plural, incluyendo varias carteras, entre ellas –notablemente- la de Trabajo. Parecía así tomar nota de que la economía no consiste meramente en balancear números y gestionar cosas, sino en administrar conflictos, tranquilizar y motivar a personas y sectores, despejar el terreno para que puedan desplegarse la producción, la creatividad y el bienestar. Ese gabinete debía, en los papeles, prever, procesar, asimilar y compensar las perspectivas diversas de diferentes actores e interlocutores, antes de que los conflictos se manifiesten en la realidad. Era una manera de internalizar la diversidad, crear un espacio (propio, formado por jugadores propios) en el que pudieran representarse controladamente las presiones y demandas de los distintos sectores. En ese plano de simulación simbólica, la presencia de Triaca trasladaría a las resoluciones del gabinete económico una dimensión de las preocupaciones sindicales, filtradas por un hombre que es políticamente, más allá de lo que evoca su apellido, un Pro “puro de oliva”. Aunque se evitó el superministro (un dispositivo que “el círculo rojo” sigue reclamando al gobierno), no consiguió eludirse una paulatina centralización de las decisiones, que giran mayormente sobre el equipo de la jefatura de gabinete. Sin embargo, la subsistencia de Triaca en el gabinete indica que la idea original de Macri persiste: él sigue siendo la bisagra entre el Ejecutivo y los sindicatos, señal de que, pese a todas las insistencias de su propia base y del círculo rojo, el Presidente mantiene, junto con su programa de reformismo permanente, la ilusión de ponerlo en práctica en interlocución con el sindicalismo. Los gremialistas saben que si un día Triaca fuera reemplazado por algún CEO, podría decirse que el gobierno abandonó aquella ilusión.

INJUSTICIA

De: ismari Asunto: Verdades que duelen por las injusticias Las circunstancias , por ahora, determinan que la alternativa para evitar las presencias no deseadas nuevamente gobernando es apoyar a Cambiemos, no obstante reconocer que las acciones ,particularmente en el ámbito de la Justicia, no se corresponden con la expectativa que se esperaba. No obstante aun creemos que se hará Justicia. En prisión domiciliaria, Emilio Nani es entrevistado por David Rey El Teniente Coronel Emilio Nani, Preso Político Argentino -se lo mire por donde se lo mire- no puede dejar de ser ni un solo segundo el militar empedernido que es, por eso es que sea tan profundo conocedor del peso exacto de sus palabras como asimismo de su cáustico silencio. De hecho, cuando le pregunté qué opinión tenía del papa Francisco, me cortó de inmediato: "Mi confesor me ha prohibido opinar de él. Ya con esto creo haberte dicho todo". Nani, quien recientemente recibió el "beneficio" de la prisión domiciliaria (el 27 de noviembre del 2017, "el día de la Virgen de la Medalla Milagrosa"), tras siete meses de estar preso en Campo de Mayo, lejos está de conformarse con la comodidad del hogar, la cercanía de los afectos y la resignación propia de aquel que asume que ya no vale la pena luchar. Es que su lucha, la que lo hirió dos veces en la Guerra de Malvinas y la que le voló la mitad del rostro durante el copamiento del Cuartel de la Tablada en 1989, claramente está más allá de él y de los suyos. Escorpiano de pura cepa, porfiado por las dudas y, por si fuera poco, hincha de River Plate... Nani no precisa que nadie le explique qué demonios significa eso de ser argentino. Para él, serlo, es justamente haberse entregado al deber de custodiar que millones de argentinos puedan ostentarlo, con orgullo y con placer y por los siglos de los siglos. Su lucha es el descanso de más de 40 millones de argentinos que viven en libertad. De ahí que el Teniente Coronel Emilio Nani se siente herido, traicionado... Y su herida toca el alma, y duele porque está más allá de él y de los suyos. Una herida que no calma con caseras curaciones, frugales consuelos que se apagan rápidamente. El dolor vuelve con los días. Es que en esa herida, esa llaga, hay un grito, eso pasa. Emilio (así me pidió que lo llame, y no por "Guillermo" -su segundo nombre-, porque Emilio se llamaba su padre), huele la detestable hipocresía de un sistema que lo puso a luchar por su supervivencia -contra el terrorismo- y que es exactamente el mismo que ahora lo condena por haber cumplido la heroica misión. ¡El mismo país que lo condecoró por sus servicios a la Patria es el mismo que lo encerró por "represor", por "genocida", por ser lo peor de lo peor! ¡El mismo país por el que ofreció su vida, por el que perdió su ojo, por el que estuvo a punto de morirse reventado por las balas incontable cantidad de veces... es el mismo país que ahora lo juzga! ¡El mismo país que le enseñó a pelear y el mismo país que aprendió a amar... es ahora el mismo país que lo sojuzga, que lo condena, que lo señala como al peor asesino del mundo! En fin, Nani... no tiene consuelo. Nació en 1945, tiene 73 años de edad, siente la vida -le duele- lo mismo que a los veinte. Su existencia no da para sustos... es que no se murió de casualidad las repetidas veces que enfrentó a los enemigos de este país. Perdió un ojo, pero la ve completa. ¡Ojo al parche! Bien completa que la ve. Me dijo: "Lo más triste aún es la ingratitud de este pueblo que permite que quienes les aseguramos la libertad que hoy disfrutan estemos presos y que quienes quisieron quitarles la libertad estén libres, reconocidos y hasta aplaudidos por el mismo pueblo que a nosotros hoy nos repudia". Me duele haber entrevistado a Emilio Nani. Pero me inspira haberlo hecho. Este país no tiene cura. No hay remedio capaz de apagar la sed de aquellos que, inexplicablemente, todavía luchan, con lo que pueden, con lo que tienen, con lo que nadie ha podido arrebatarles, con el alma, en fin... "¡Antes la muerte que la deshonra!". David Rey: Héroe, tanto de la guerra de Malvinas como de la batalla de La Tablada y, sin embargo, completa la larga lista de Presos Políticos Argentinos, Emilio Guillermo Nani. ¿Cómo está, teniente coronel? Emilio Nani: ¿Cómo estoy? Sigo preso. Por un lado, esto se puede interpretar como un honor porque hoy por hoy ser preso político de los políticos, para mí, es un honor, pero, lamentablemente, uno se lleva de la mano muchas cosas, sobre todo por la ilegalidad y la ilegitimidad de mi privación de libertad. D.R.: ¿Cómo podemos explicarnos que por un lado se rinda homenaje a las víctimas de la agresión terrorista, como es el caso de la batalla de La Tablada (donde usted no se murió por un pelo) y por otra parte se mantiene detenido a uno de los principales y más significativos damnificados, que es usted? E.N.: No soy damnificado. Casualmente hoy una niña me saludaba por el triste día; entonces le dije que "de triste no tiene nada". Para mí fue un gran honor haber participado de la recuperación del cuartel de La Tablada, fue un nuevo triunfo del Ejército Argentino sobre el terrorismo internacional; entonces, de triste no tiene nada. Triste es el hoy, este presente donde los que le aseguramos la libertad a este pueblo hipócrita estamos presos. Los terroristas han sido honrados con compensaciones económicas, cargos públicos, puestos en la justicia, como lo han sido Carlos Kunkel, Diana Conti... Lo triste es este presente, y lo que es más triste aún es la ingratitud de este pueblo que permite que quienes les aseguramos la libertad que hoy están disfrutando estemos presos y que quienes quisieron quitarles la libertad estén libres, reconocidos y hasta aplaudidos por el mismo pueblo que a nosotros hoy nos repudia. Eso es lo triste, el presente, no el pasado. Pero así es esta sociedad, una sociedad suicida. D.R.: ¿Usted cree en este gobierno? ¿Le cree algo? ¿Le parece que es conocedor de la injusticia que hay en torno a personas como usted, pero no se anima a enfrentarlo? E.N.: El gobierno no ignora nada. El gobierno permite todo. Desde que el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, fue siempre gratificado porque el 2017 haya sido el año en que más condenados hubo por los denominados juicios de lesa humanidad, es todo un mensaje. Se les ha entregado documentación hasta el hartazgo. El Ministro de Justicia lo tiene totalmente claro, ya que tiene como subordinado a Claudio Avruj. Es decir, el gobierno permite todo esto y, lo que es peor, permite que, durante su gestión, 90 presos políticos hayan muerto en cautiverio, donde son co-responsables del asesinato. Son 430 en total y han muerto 90 bajo la responsabilidad de este gobierno que se jactó de ponerle fin al "curro" de los Derechos Humanos, cuando no han hecho otra cosa más que realimentarlos, así que no le tengo ninguna confianza. D.R.: Usted resultó apresado durante los años del kirchnerismo y durante los años del macrismo. E.N.: Durante el gobierno kirchnerista, yo tuve una exposición pública bastante importante desde que coseché cerca de 300 días de arresto militar, privado de la libertad en unidades militares por cuestionar las actitudes del gobierno kirchnerista. 300 días, que es una cifra escandalosa, sobre todo para un oficial jefe. Ahora, durante el actual gobierno, fui preso. D.R.: Sin embargo, como usted hay muchos militares que, gracias a retirar la presión ejercida sobre la justicia, han obtenido prisiones domiciliarias que incluso han hecho hablar a la prensa progresista. A usted, ¿no le parece que eso es significado de algo en torno a los juicios de lesa humanidad? E.N.: Yo lo tomo como que algunos jueces han decidido tratar de ajustarse en algo al Derecho. No es por este gobierno. Vamos a hablar del caso emblemático del oficial Etchecolatz, a quien en estos días la izquierda miserable y resentida le está pegando como loco, negándole hasta la posibilidad de tener una atención médica. Un hombre de 88 años que tuvo dos ACV estando preso, privado de la libertad. La justicia le ha concedido lo que debió haberle concedido hace un montón de años. Fue el preso político más anciano privado de su libertad en una cárcel común. Cuando la justicia decidió otorgarle el arresto domiciliario salió toda esta izquierda inmunda a pegarle, pero lo que ha hecho la justicia es cumplir con que los mayores de 65 años deben estar con arresto domiciliario, que es lo que reconoció el gobierno nacional como edad para los adultos mayores. Creo que casi todos los que están presos son mayores de 65 años, cerca de 600 presos en cárceles comunes. D.R.: Es decir, la justicia no hizo nada que no esté en el Código Penal, en la Constitución. E.N.: Exactamente, la justicia no se apartó ni un milímetro de lo que debió haber hecho. Además, muchos de esos llevan más de cuatro años en prisión preventiva, cuando lo máximo son dos años con una tolerancia de un año más debidamente justificada. Ahora se habla de las prisiones preventivas de esta canalla kirchnerista corrupta que está presa por corrupción, por haber cometido el mayor de los genocidios en toda la historia de la República Argentina. D.R.: Ahí tenemos un detalle más ilustrativo respecto a lo que hubiera sido impensado años atrás. Esta canalla, como usted dice, está yendo presa. Eso no pasaba antes. E.N.: No seamos ingenuos. Los jueces federales, históricamente, se han caracterizado por adaptarse a los tiempos como modo de supervivencia. Hoy la mano viene de meter en cana a los corruptos, porque el Papa pide que se meta en cana a los corruptos, este gobierno se llenó la boca diciendo que se iba a combatir la corrupción (por más que lo sostienen al ministro Triaca) y tantas otras cosas. Los jueces no son tontos. Mírelo al juez Kreplak, que tiene ruido de corrupto desde que estuvo en la Inspección General de Justicia y en el RENAR. Por donde pasó, dejó la estela de la corrupción. Cuando fue juez federal hizo lo imposible por jorobarnos la vida a todos los presos políticos que tenía bajo su jurisdicción, y de golpe y porrazo se dio cuenta de que Balcedo era corrupto. Se adaptan a los tiempos como forma de supervivencia. Mírelo a Canicoba Corral, otro que tiene ruido de corrupción y de golpe y porrazo se dio cuenta de que el "Caballo" Suárez era un atorrante. Durante todo el kirchnerismo, el "Caballo" Suárez fue el sindicalista modelo del kirchnerismo, y Canicoba Corral no se dio cuenta de que era un corrupto. D.R.: Usted acaba de mencionar al Papa Francisco. Brevemente, ¿qué piensa usted de Su Santidad? E.N.: No voy a opinar porque tengo prohibido opinar por mi confesor, porque todo lo que tengo para opinar es condenatorio. Ya con esto creo haber dicho todo. D.R.: El año pasado, a pesar de la injusticia flagrante, usted pudo volver a su casa para cumplir en la misma el arresto domiciliario. Usted estuvo preso en Campo de Mayo los 300 días que me acaba de mencionar. Allí mismo, seguramente, usted pudo comprobar mejor todavía la enorme indiferencia de la sociedad argentina respecto del drama de los presos políticos, como así mismo de sus respectivas familias. Usted ha dicho que este país no valía ni una gota de sangre de aquella que fue derramada en la lucha contra el terrorismo, así que le pregunto: la prisión en Campo de Mayo y su prisión domiciliaria hoy en día, ¿a usted en qué lo ha hecho cambiar? E.N.: En nada. Una cosa es el sentimiento. Cuando hablo de la sociedad, hablo del pueblo. Este pueblo no se merece una gota de la sangre derramada, no se merece una lágrima de la angustia de quienes somos familiares de los Caídos durante la guerra contra los terroristas, no se merece un minuto de la angustia de los presos políticos, no se merece un segundo ni una lágrima de la angustia de sus familiares. D.R.: Usted es de los pocos militares que, estando en libertad, siempre se jugaron por sus camaradas presos políticos, lo cual hace la diferencia respecto al resto de la soldadesca, mientras que muchos otros daban la espalda o preferían el silencio no comprometedor. Usted es una persona que se jugó desde el primer día y se la sigue jugando hoy, ¿no es así? E.N.: Yo tengo un concepto de la camaradería que no sé si es el correcto o no, pero a mí me enseñaron que un camarada es el que no deja a su par caído en el campo de combate. La camaradería se ve cuando uno se juega por el camarada herido y hasta por el muerto tirado en el campo de combate. Yo lo sentía así, lo siento así y lo voy a seguir sintiendo de esa manera. Es por eso que, para mí, el camarada caído es el que hoy está preso y nunca voy a dejar de luchar por ellos, inclusive ahora desde la privación de la libertad. D.R.: Cuando quiero entrevistar a presos políticos en arresto domiciliario, tengo miedo de que la entrevista les genere alguna complicación judicial. Usted entenderá que estamos en Argentina, y acá te pueden meter preso por prender un cigarrillo en el medio de la calle. Yo realmente tengo miedo de entrevistarlo a usted y que eso lo complique. ¿Usted qué piensa? E.N.: Nadie le puede prohibir escucharme. La Convención Americana de Derechos Humanos en su artículo 13 lo establece con toda claridad. Se violentaría una vez más el Derecho, por eso digo que yo ejerzo mi derecho inalienable de poder expresar lo que siento. Yo no estoy agraviando a nadie, no estoy promoviendo nada (como sí lo hacen Zaffaroni o Hebe de Bonafini, que promueven la sedición). D.R.: ¿Qué opina usted de Zaffaroni y Hebe de Bonafini, que anhelan fervientemente que se caiga el gobierno de Macri? E.N.: Los dos han cometido sedición. Una figura como Zaffaroni, que no es un don nadie sino un jurista internacional, ministro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ex ministro de la Corte Suprema de Justicia, profesor de la Facultad de Derecho, neutraliza con ese prestigio su condición de proxeneta y hasta le hicieron reivindicaciones en la Facultad de Derecho por la barbaridad de haber dicho que era un proxeneta que tenía 6 prostíbulos. Cuando un personaje de esa naturaleza se manda un exabrupto instando a la caída del gobierno, eso tiene una sola definición que es sedición. D.R.: Yo particularmente siento que ocurren en Argentina cosas que no ocurrirían en ningún lugar en el mundo; por ejemplo: Zaffaroni alentando un golpe de Estado contra el presidente Macri. E.N.: Yo no me voy a ir a EE.UU. ni a Europa, me voy a Bolivia: si un Zaffaroni, en Bolivia, llega a decir "ojalá se caiga el gobierno de Evo Morales", dura en libertad lo que uno en la cancha de Boca. En nuestro país todo vale. Juan Grabois, funcionario del Vaticano, amigo del Papa, cuando le preguntaron sobre los hechos del 18 de diciembre, con total desparpajo dijo: "Esto recién comienza", dando a entender que se vienen tiempos negros para la República Argentina, tiempos negros que la sociedad argentina no los ve, no los quiere ver o no le importa ver. Ni hablemos del gobierno, porque ante esas expresiones de Juan Grabois, sobre los hechos del 18 de diciembre, tendrían como mínimo que haberlo procesado por sedición y, sin embargo, sigue siendo funcionario del Vaticano, amigo del Papa y sin que nadie lo toque. Ahora, a mí, por este reportaje, ¿qué me van a hacer? ¿Meterme preso? D.R.: Dios no lo quiera. E.N.: Por eso digo. Estamos ante este panorama, con un Boudou libre porque la prisión preventiva es una medida extrema, según dicen, con De Vido y toda esa banda de facinerosos que, como quise decir al principio, son responsables del mayor genocidio en Argentina, porque la plata que se robaron no fue a salud, no fue a infraestructura vial, no fue a seguridad, y como consecuencia de eso miles y miles de argentinos en los 12 años de kirchnerismo murieron, que reducen a la nada los 7.000 desaparecidos que nos adjudican. D.R.: Mientras usted estaba preso en Campo de Mayo, yo, como persona preocupada por usted y por todos los presos políticos, siempre fantaseé con un encuentro entre usted y el general Milani, también detenido por delitos de lesa humanidad, igual que usted, y no por haber sido un delincuente kirchnerista. Milani está detenido por los mismos motivos que usted. ¿Me podría decir, ante un encuentro imaginario, cuál hubiera sido su actitud y qué le hubiera dicho al general Milani? E.N.: Lo primero que le hubiera dicho es que es un traidor, porque él entregó la nómina de todos los agentes secretos del Ejército Argentino, y se la entregó nada menos que a Horacio Verbitsky, quien la publicó completa en la revista Veintitrés, con lo cual se puso en superficie a gente que, en algún momento, se debe haber jugado por algo. Así que la primera pregunta que le haría es esa: ¿por qué traicionó a su gente? Porque los agentes secretos dependían de Inteligencia, y él fue Jefe de Inteligencia. Con respecto a su prisión por delitos de lesa humanidad, sinceramente es un disparate, porque Milani era un subteniente prácticamente recién egresado del colegio militar sin posibilidad alguna de nada, ni siquiera de pegarle una patada en el traste a un soldado, mucho menos hacerlos desaparecer. Es decir que lo de Milani como violador de los derechos humanos es un disparate como todo lo que se ha hecho hasta el día de hoy en este tema de los juicios de lesa humanidad. Pero si Milani no hubiera sido Jefe de Estado Mayor y no hubiera sido un kirchnerista, no le quepa la menor duda de que nadie lo hubiera tocado, pero como fue Jefe de Estado Mayor, es una figura muy importante para tenerlo preso, para el mantenimiento del "curro" de los derechos humanos al que este gobierno había dicho que iba a poner fin. D.R.: Usted es una persona informada, un militar de alma, un hombre que comprende las intrínsecas cuestiones estratégicas que hacen al entendimiento entre los países, así que, dada la actualidad, debo preguntarle lo siguiente: ¿cómo ve usted el acercamiento del gobierno argentino con la Federación Rusa de Vladimir Putin, socio de Venezuela, Cuba y defensor de cuanta dictadura exista en el mundo, entre ellas Corea del Norte? E.N.: Hoy por hoy, Putin está más cerca de lo que yo pienso que Trump, Merkel, Theresa May, Macron y todos estos líderes de lo que otrora fue el Occidente cristiano. Por supuesto, es un ex KGB, no lo miro con admiración ni nada. D.R.: Es una persona que trabajó para el comunismo. E.N.: Es verdad, pero ¿qué me dice del acercamiento de Occidente a Cuba? ¿Qué me dice del pacto de paz en Colombia, donde todo el ex Occidente cristiano aplaudió al presidente Santos en su traición de haber firmado la paz con la organización narcoterrorista más importante del mundo? Y hoy Timochenko (ex líder de las FARC) es candidato a presidente de la nación colombiana. D.R.: Quiero decirle a usted y a tantos otros lo que cada ciudadano argentino debiera decirle: gracias por haber luchado por nuestra libertad, gracias por luchar por nuestra historia y gracias por haberme concedido estos minutos de su valioso tiempo. E.N.: El agradecido soy yo por tener esta posibilidad de contar a la gente otra interpretación de la historia. Yo no soy dueño de la verdad. Hablo para que se piense que no todo el relato de estos 35 años de desgracia (no de democracia sino de desgracia) para lo único que ha servido es para llegar a este momento de decadencia en un país que nunca en la vida llegó ni siquiera a ser un país desarrollado y hoy estamos en la peor condición de país subdesarrollado, y no en lo económico: somos subdesarrollados en lo moral, en lo intelectual, en lo familiar, en lo religioso. Hemos abandonado a Dios, hemos abandonado a la familia, bregando por el aborto... Nos hemos olvidado de Dios.

GRADUALISMO

El horizonte del gradualismo Por Alberto Medina Méndez La discusión política acerca de la celeridad de las reformas parece absolutamente interminable. La sociedad sigue analizando si estas deberían hacerse con mayor velocidad o el ritmo seleccionado es el adecuado. El oficialismo y sus seguidores más lineales sostienen que hacen lo que pueden, que su dinámica es la única políticamente posible, que avanzan en algunos pocos temas y solo bajo ese esquema que han implementado. Los que gobiernan dicen que si marcharan con mayor rapidez tendrían que pagar enormes costos sociales porque las transformaciones que solicitan los más ortodoxos implican drásticos recortes que son inviables hoy en día. Defienden la estrategia que han elegido aduciendo que recibieron el país en llamas y que lentamente están saliendo de situaciones muy extremas, gracias a su férrea capacidad de dar pasos cortos pero consistentes. Recuerdan que no disponen de mayorías parlamentarias propias como para llevar adelante las políticas que desearían y que siempre deben negociar la gobernabilidad con otros partidos políticos, con todo lo que eso implica. Entienden que el cambio se ha iniciado porque han instrumentado modificaciones en las formas, con una estética política diferenciadora tratando de dejar atrás los patéticos estilos autoritarios del pasado reciente. Del otro lado del mostrador son demasiados los que afirman que se podría hacer muchísimo más, que al gobierno le falta el coraje imprescindible para encarar lo que resulta imperiosamente necesario, haciendo lo correcto. Desde estos espacios se plantea que quienes lideran el gobierno, detrás de un discurso aparentemente sensato, priorizan siempre lo electoral por sobre todas las cosas, con el fin último de evitar costos políticos y no sociales. El supuesto costo social que se pretende esquivar se termina pagando igualmente con inflación, endeudamiento, falta de empleo y una carga tributaria indefendible que inexorablemente financian los más débiles. Eliminar el endémico déficit fiscal, disminuir el tamaño de un Estado dilapidador, derogar miles de regulaciones inservibles, desarticular la corrupción estructural, reformar todos los ineficaces sistemas estatales vigentes es solo una parte de esa enorme agenda que siempre abruma. Dilatar estas cuestiones que requieren solución inmediata no puede ser una opción. No se trata de lo políticamente posible, sino de lo moralmente inaceptable. Millones de personas padecen las consecuencias de estas nefastas políticas con las que se convive, con matices, desde hace décadas. Son eternos los debates al respecto. Se pueden verificar tanto en los medios de comunicación tradicionales como en todo tipo de redes sociales y hasta en las charlas típicas de familia o de café entre amigos. En realidad, el problema es que se decide ignorar una variable demasiado relevante en esta disputa, que tiene que ver con el horizonte de referencia, con una vital variable que se oculta deliberadamente. Se trata del "tiempo". Ir un poco más rápido o algo más despacio podría ser un debate totalmente irrelevante sino fuera porque la concepción de unos y otros también difiere respecto del plazo que se dispone para alcanzar el objetivo compartido. Para los que ahora gobiernan, no hay apuro, porque el camino es suficientemente largo y entonces no existe urgencia alguna para evaluar decisiones y calibrar la ejecución de cada uno de los proyectos en marcha. Los más exigentes afirman que apostar todo el futuro de la nación a una dinámica azarosa es muy peligroso. Cualquier suceso circunstancial local o internacional, podría tirar por la borda lo poco que se ha hecho hasta ahora. Arriesgarse a tener suerte es jugar con fuego. Si este experimento político y económico sale mal, se habrá empujado, definitivamente, a la sociedad a los brazos de un nuevo populismo de un modo tan burdo como suicida. Más allá de la coyuntura y de la eventual ocurrencia un tropiezo externo de cualquier característica, lo cierto es que no se dispone de un período infinito e inagotable, como muchos imaginan y vaticinan como profetas. El dilema de tomar el camino de la opción gradualista o girar hacia la búsqueda de políticas más enérgicas tendría sentido si se dispusiera efectivamente de todo el tiempo del mundo. Pero eso es una falacia. Se está perdiendo una oportunidad preciosa con esta ridícula polémica que olvida aspectos esenciales y trascendentes. Los intercambios insólitos que se potencian entre sí terminan alejando la chance de encontrar un norte. La verdadera discusión política debería pasar por cómo hacer las transformaciones con la mayor prontitud posible. A estas alturas, la dialéctica tendría que ser eminentemente técnica, intentando hurgar en los mecanismos más eficientes para lograr resultados en un lapso record. Sería saludable poner un esfuerzo superior en construir consensos para lograr cambios con mayúsculas y no solo para implementar estos frívolos parches que no resuelven nada postergando los problemas indefinidamente. Es hora de correr el eje de la controversia de fondo. Los amantes incondicionales del gradualismo creen, en su ingenuo optimismo, que la buena fortuna los acompañará en este proceso y eso no es muy realista. En vez de consumir energías en estériles deliberaciones, hay que trabajar duro analizando políticas públicas que se aplicaron con éxito en otras latitudes, esas que permitieron hacer modificaciones sustentables sin las brutales consecuencias que imaginan los eternos defensores del status quo. Alberto Medina Méndez amedinamendez@gmail.com Twitter: @amedinamendez

domingo, 4 de febrero de 2018

ACOSO SEXUAL

A PROPOSITO DE LA OLA MUNDIAL DE DENUNCIAS DE ACOSO SEXUAL La mayoría de las cosas que sobresalen en las noticias y debates de la actualidad, son estas denuncias a nivel global, respecto de la villanía de muchos poderosos, fundamentalmente en el ambiente artístico de Hollywood. Que en su torbellino, puso en la picota a políticos, empresarios, periodistas y demás gente que toma decisiones trascendentes. No voy a sumarme ni a unas ni a otros; simplemente se me ocurre una digresión que, tal vez coadyuve a presuntas victimas e infortunadamente a consumados victimarios. Porque lo que se esta poniendo en entredicho no es lo que aparenta ser. Veamos: En toda la escala zoológica, el cortejo de los machos a las hembras, por lo general siempre resulta traumático. Estas ultimas, por lo general, sabedoras de, digamos su "estado de gracia" y los olores que de sus cuerpos se desprenden, suelen defenderse con agresiones -a veces salvajes e incluso mortales-, cuando sus contrapartes se aprestan a copular con ellas. Y en refuerzo de ello, cierta clase de arácnidos y serpientes, ocasionalmente, luego del coito, asesinan a sus némesis sexuales. Ello así, por cuanto, conforme las pautas, sobre todo darwinianas, la gran ecuación deviene en lo que se conoce como el "método de selección natural". Teniendo esa pauta como sentada universal e históricamente, me pregunto y lo hago al Lector: ¿Por qué en el Genero Humano debería ser diferente?. Hasta no hace tantos años, la reacción instantánea de una Mujer frente a un Hombre que pretendía seducirla, casi siempre suele ser de repudio, toda vez que emergía en ella un -lo denominare método- de defensa espontanea. Aunque actualmente, esa pirámide se ha derrumbado, ya que en este Mundo tan complejo, la independencia económica ya galvanizada, le permite al mal denominado "sexo débil", muchas veces, tomar la delantera en ese "coqueteo". Es curioso que este vendaval de denuncias contra sujetos que, en muchos casos, merecen una condena social, se haya extrapolado en los últimos meses a una escala tan ciclópea y descomunal. Creo que en el fondo del barril, veremos finalmente que todo se reduce a una campaña del "feminismo", cuya existencia y crecimiento geométrico, ha sido instado por mujeres -de mayoría anorgasmicas-, travestidos y homosexuales que en conjunto, casi se puede decir que se encaminan al "control total de la Sociedad" a nivel terráqueo. Es una Corporación, en mi humilde opinión, desalineada con lo que debería de ser el Comportamiento Colectivo. Incluso esa figura de "Femicidio" es también un invento de la Prensa, cuya existencia es simple y sencillamente un absurdo, porque cualquier Código Penal serio y ajustado a derecho, nunca ha distinguido selectivamente en si el matador es varón o mujer. Ya que la Norma Jurídica, castiga la figura homicida sin distinción, porque no es indispensable para atenuar y/o agravar la fractura de la Ley. Que siempre hubo perversidad humana, no es ninguna novedad. Recuerdo que hace muchos años, se popularizo el mote de "sátiros" para señalar a aquellos despreciables sujetos que acometían contra mujeres indefensas. Pero nunca se previo la figura del Femicida, porque era irrelevante. Y ¿por qué ahora es tan necesario destacar la naturaleza de genero del Autor de un crimen?. ¿No será que la trama de ese odio visceral al hombre, debe reducirse al expansionismo del "Tercer Sexo"?. Ese, sobre el que los Medios no se atreven a poner en entredicho, precisamente por ese Feminismo que no conoce fronteras para seguir diseminando anormalidades. En realidad lo ignoro, pero lo que observo con marcada preocupación es que todos estos "Movimientistas", con la estatura que han alcanzado, comenzaron a situar al Varón, en una suerte de antigüedad y bien pasada de moda. Nosotros, los que ya alcanzamos la Temida Ancianidad, estamos bastante a resguardo del porvenir, porque por razones obvias el futuro no será nuestro. Pero me preocupa y mucho lo que será de mis Nietos, en ese acertijo que solo el tiempo les develara. ¿Acaso serán sometidos por sus mujeres?. ¿Serán ellas, las Gobernantes y nuestro Genero, solo un medio reproductivo?. Como para todo lo demás, me corresponde junto al resto de mis contemporáneos, una supina ignorancia. Pero advierto que si el Hombre, cede el protagonismo de los hechos por venir, su simple existencia, quizás sea un factor nada trascendente. Conteste estoy, como la mayoría que estos "Violines" que, se solazan con el sometimiento de la fuerza bruta a indefensas Mujeres, deberían ser acreedores ni mas ni menos que de la Pena Capital. Pero eso, como tantas otras cosas en pendencia, son simples utopías. Solo me asaltó el deseo de comentar algo... A PROPOSITO DE LA OLA MUNDIAL DE DENUNCIAS DE ACOSO SEXUAL. Cordialmente Carlos Belgrano.- alarosadatodos@gmail.com

sábado, 3 de febrero de 2018

POPULISMO

Panorama político nacional de los últimos siete días El populismo de la opinión pública Uno de los pilares de la comunicación oficial es el que identifica al gobierno con “lo nuevo” y “lo bueno”. Una frase favorita de los altos funcionarios reitera que “nosotros decimos la verdad”. Ahora bien, uno de los artífices del pensamiento oficialista, Jaime Durán Barba, admite (por ejemplo, en su último libro) la labilidad de esos conceptos: “el mundo de lo simbólico -afirma- ha terminado siendo lo único real” y “la opinión pública es la que crea y recrea la realidad en que vivimos”. Así, la opinión pública tendría un peso determinante sobre la definición de "lo bueno" y "lo malo", ´por ejemplo. Quizás en virtud de esa concepción hiperbólica de la opinión pública y de sus giros (que “crean y recrean”), el oficialismo vive a menudo hipnotizado por las encuestas y bajo la influencia de lo que éstas (y sus intérpretes) le sugieren. Los nuestros Desde que ensayó la mal llamada reforma previsional (en rigor, el recálculo de la actualización periódica de los haberes), las encuestas traen noticias inquietantes sobre la imagen del Presidente y del gobierno. Las de la segunda quincena de enero mostraron una atenuación de la pendiente, pero confirmaron que la fuerte caída medida a principios de año no se detuvo aún. Para colmo, mientras Mauricio Macri desarrollaba su gira europea estalló en los medios el “caso Triaca” (un mensaje desafortunado del ministro de Trabajo a la casera de su quinta familiar grabado en las redes sociales y la constatación posterior de que el despido de esa empleada particular había sido compensado con una contratación en el gremio de los marítimos, bajo intervención de la cartera laboral); los estudios demoscópicos de emergencia solicitados por Balcarce 50 detectaron más caída. Y, más preocupante aún, la decepción se reflejaba principalmente en el electorado oficialista, que esperaba (y en definitiva no obtuvo) la rápida expulsión de Triaca del gabinete. Las señales de alarma movilizaron al gobierno. Los rabdomantes de la opinión pública buscaron temas que desviaran la caída o hasta pudieran revertirla. Así surgió, en principio, la iniciativa de poner en práctica de inmediato el achicamiento de puestos jerárquicos de la administración central, adornado con algunas novedades: congelar los sueldos de las categorías superiores y desprenderse de todos los funcionarios estatales vinculados familiarmente con ministros. Los ahorros que permiten esas medidas son poco significativos en términos del infladísimo gasto público que sobrelleva el país, pero el gesto fue adoptado sobre todo por su dimensión simbólica, con la mirada puesta en la opinión pública. . “Veremos qué dicen las encuestas después de estas medidas”, se ufanó una voz de la Casa Rosada, confiada en que la opinión pública (la que “crea la realidad”) acompaña esos cambios decididos por el Presidente. Esas decisiones no alcanzaron, sin embargo, para tranquilizar a algunos sectores cercanos. Alejandro Katz, miembro del Club Político Argentino (entidad que ya había elevado la voz tras el affaire Triaca) , escribió por ejemplo que, si bien se “ limita el nepotismo en la administración (…) no es suficiente para borrar el aire de familia entre prácticas del gobierno anterior y las del actual”. En la búsqueda de recuperación rápida en la opinión pública (especialmente en “los que nos apoyan”, como puntualizó ayer el jefe de gabinete), el gobierno tensó la cuerdo con el mundo sindical. Feos, sucios y malos A su interés en mantener a raya los aumentos de las próximas paritarias el gobierno suma ahora su cálculo de que polarizar con los gremios rinde frutos en apoyo público. La Casa Rosada e parece convencida de que librar una batalla contra el sindicalismo menos obediente es buen negocio. Este es un diagnóstico acaso correcto mientras la puja se limite al campo mediático o a los tribunales, terrenos en los que el gobierno juega de local, pero más aventurado si la tensión se desliza al escenario de las calles. Precisamente para este teatro se preparan los gremios: los bancarios ya están practicando medidas de fuerza, los maestros se encuentran en una etapa de precalentamiento en vísperas de la siempre tensa paritaria docente. Y los camioneros prometen una movilización “histórica” al centro porteño para el fines de febrero, con respaldo de otros gremios. Es probable que, desde el otro rincón, Hugo Moyano también considere redituable polarizar con el Presidente. El camionero es hombre de hechos, pero no desprecia la lidia verbal. Después de que Macri le recomendara “no ponerse nervioso”, presentarse ante la Justicia y “no meterse con una persona de 87 años (en referencia a su padre, Franco) que está en su casa, retirado" , el jefe camionero le respondió por escrito: “Es insólito que Usted se sienta molesto por referirme a una persona de 87 años que se encuentra retirada. Debería ser consciente de que con la reforma previsional que ha impulsado su Gobierno no solo se ha metido, sino que ha perjudicado gravemente a millones de jubilados -padres, madres y abuelos de todos los argentinos- que también se encuentran retirados después de haber trabajado dignamente toda su vida y no tienen la posibilidad de gozar de un retiro tan confortable como el de su Padre”. La dureza del tono de Moyano es un índice de la temperatura que puede adquirir la pelea. El afilado tono de Moyano no es secundado, sin embargo, por algunos de los gremios más numerosos (agrupados con los llamados “Gordos” y con los “independientes”). Estos prefieren una táctica más negociadora, buscan el clinch antes que la pelea franca. Hay analistas que imaginan que las diferencias de procedimiento auguran un cisma del sindicalismo peronista. Siempre conviene recordar antecedentes que muestran que la trama cismática puede ser un movimiento combinado defensivo en el que un sector presiona desde la calle mientras otro maniobra en la mesa de negociaciones. El juez, el policía, el Presidente Además del recurso a la polarización con los gremios, el gobierno creyó encontrar otro filón de popularidad reivindicando y elevando al pedestal de ejemplo a un policía bonaerense que, en el barrio de La Boca persiguió y mató a un joven que, con otro, había atacado a un turista a puñaladas. El propio Presidente recibió al policía en la Casa Rosada y lo catapultó a la jerarquía de modelo. El escenario parecía pintado: un juez que cita en sus fallos a Eugenio Zaffaroni había procesado y embargado al policía, que alegaba en su favor el hecho de haberse defendido de un riesgo inminente. Se trataba de una ocasión aparentemente ideal para capitalizar el cuestionamiento social al garantismo judicial, la presión pública que pide una acción firme en defensa de la seguridad y la imagen plausible de un poder político que defiende a sus agentes del orden. Algo falló, sin embargo. Un video ampliamente difundido mostró que el policía dispara desde atrás, desde varios metros de distancia, y mata con dos tiros al joven delincuente, que huía y ya no representaba un riesgo presente ni para el agente ni para terceros. De hecho, un grupo de vecinos había detenido sin violencia a su cómplice en el ataque al turista. Así, lo que quedó como resultado fue que el Presidente proyectó a la jerarquía de ejemplo a un policía que disparó y mató innecesariamente a un joven por la espalda mientras sus funcionarios se abalanzaban contra un magistrado que, en definitiva y más allá de sus ideas, garantistas o no, encuadró bastante bien el caso al definirlo como “exceso en la legítima defensa” y calificando al agente como de baja formación profesional. ¿No fue precipitado impulsar a Macri a asumir ese papel? ¿No fue todo guiado por una búsqueda desesperada (y probablemente infructuosa, a la postre) de recuperación ante la opinión pública? Después del video difundido, se pueden dar explicaciones, pero, como dice Jaime Durán Barba en su libro, “los textos no pueden refutar imágenes”. Por qué llegó y por qué sigue Triaca En lugar de algunos de los palos de ciego con los que el oficialismo ha buscado recuperar el amor de la opinión pública, se preguntan algunos, ¿no le hubiera convenido a Macri desembarazarse rápidamente de Triaca? “¿Qué tiene que hacer un ministro para que el Presidente le pida la renuncia?¿Cuál es el límite?”, interrogaron a Marcos Peña los periodistas Claudio Jacquelin y Damián Nabot, de La Nación. El jefe de gabinete les contesta: “Está claro que un límite pasa por la corrupción, la comisión de un delito o cualquier cosa que vulnere la ley”. No queda claro hasta dónde esa respuesta exime con nitidez a Triaca. Es probable, en cambio, que no satisfaga a Alfonso Prat Gay el primer ministro que Macri apartó de su gabinete. La verdad es que, cuando diseñó su primer gabinete, el Presidente quiso evitar la figura de un superministro de Economía y forjó un gabinete de conducción económica plural, incluyendo varias carteras, entre ellas –notablemente- la de Trabajo. Parecía así tomar nota de que la economía no consiste meramente en balancear números y gestionar cosas, sino en administrar conflictos, tranquilizar y motivar a personas y sectores, despejar el terreno para que puedan desplegarse la producción, la creatividad y el bienestar. Ese gabinete debía, en los papeles, prever, procesar, asimilar y compensar las perspectivas diversas de diferentes actores e interlocutores, antes de que los conflictos se manifiesten en la realidad. Era una manera de internalizar la diversidad, crear un espacio (propio, formado por jugadores propios) en el que pudieran representarse controladamente las presiones y demandas de los distintos sectores. En ese plano de simulación simbólica, la presencia de Triaca trasladaría a las resoluciones del gabinete económico una dimensión de las preocupaciones sindicales, filtradas por un hombre que es políticamente, más allá de lo que evoca su apellido, un Pro "puro de oliva" Aunque se evitó el superministro (un dispositivo que “el círculo rojo” sigue reclamando al gobierno), no consiguió eludirse una paulatina centralización de las decisiones, que giran mayormente sobre el equipo de la jefatura de gabinete. Sin embargo, la subsistencia de Triaca en el gabinete indica que la idea original de Macri persiste: él sigue siendo la bisagra entre el Ejecutivo y los sindicatos, señal de que, pese a todas las insistencias de su propia base y del círculo rojo, el Presidente mantiene, junto con su programa de reformismo permanente, la ilusión de ponerlo en práctica en interlocución con el sindicalismo. Los gremialistas saben que si un día Triaca fuera reemplazado por algún CEO, podría decirse que el gobierno abandonó aquella ilusión. Jorge Raventos

ENERGÍA.

La solución energética que América Latina necesita Por LISA VISCIDI y ARIEL YÉPEZ 2 de febrero de 2018 - NYTIMES WASHINGTON — Uno de los lugares más soleados del planeta, el desierto Atacama en Chile, registra la radiación solar más alta del mundo, por lo que podría generar suficiente electricidad para toda Sudamérica. Sin embargo, este desierto —que cubre más de 100.000 kilómetros cuadrados de la región norte de Chile— es remoto y se encuentra muy alejado de las principales ciudades. En noviembre, finalmente se concluyeron las obras de instalación de líneas de transmisión que conectan las enormes plantas de energía solar del desierto del norte con la región densamente poblada del sur del país, lo que hará posible bajar los precios y ofrecer un suministro de energía más confiable. Si Chile conectara esos proyectos solares a la red eléctrica de Perú y a su vez Perú la ampliara hacia Brasil, Bolivia y Ecuador, millones de personas de América del Sur podrían beneficiarse de esta fuente de energía limpia. La demanda de electricidad aumenta con gran rapidez en América Latina: la clase media, que compra más electrodomésticos, seguirá creciendo, además de que muchos países están adoptando industrias que consumen grandes cantidades de electricidad. Según algunas proyecciones, el consumo de electricidad aumentará más de un 70 por ciento para 2030. Para cubrir esta demanda adicional, América Latina planea generar más energía a partir de combustibles fósiles, en especial el gas natural, y ampliar un poco el uso de energías renovables, del 64 por ciento de la matriz energética registrado en la actualidad al 70 por ciento en 2030. No obstante, si la región lograra aumentar las fuentes renovables al 80 por ciento de la matriz y ampliar las conexiones transfronterizas, los países de América Latina podrían ahorrar miles de millones de dólares en inversión, evitar los apagones y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, según muestran investigaciones recientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Aunque América Latina ya es la región que genera la mayor proporción de energía renovable del mundo, más del 80 por ciento de esa energía renovable se produce en represas hidroeléctricas. No hay gran interés en construir más represas debido a los costos que generan para la sociedad y el medioambiente, como la deforestación y el desplazamiento de comunidades. Así mismo, algunos fenómenos naturales del clima, como El Niño, afectan la oferta hidroeléctrica y la hacen menos predecible. Un aspecto positivo es que las fuentes renovables que generan energía eólica, solar y geotérmica son abundantes en América Latina y sus costos están bajando muy rápido. La capacidad eólica y solar de la región ha aumentado de manera significativa desde hace algunos años, a partir de que comenzaron a bajar los costos de producción de la electricidad con estas fuentes. El precio promedio acordado en licitaciones de energía para el suministro de energía solar en América Latina se desplomó un 87 por ciento de 2009 a 2017 y el precio de la energía eólica cayó un 37 por ciento entre 2008 y 2016. En la siguiente década, aumentar la proporción de energía generada a partir de fuentes renovables y establecer líneas de transmisión entre los distintos países podría representar un ahorro de 30.000 millones de dólares en comparación con los planes actuales, pues las energías renovables no suman costos de combustible y ampliar las líneas eléctricas es mucho más barato que construir nuevas plantas eléctricas, según el BID. Brasil y Chile, en particular, tienen grandes posibilidades de elevar su producción de energía solar y eólica. Chile tiene más de la mitad de la capacidad solar de América Latina y en Brasil se concentra casi el 60 por ciento de la capacidad eólica de la región. Integrar fuentes de energía limpia también hace más seguro el suministro. Las fuentes de energía renovable en América Latina pueden ser complementarias; están disponibles a diferentes horas del día y en distintos momentos del año en cada país. Por ejemplo, Brasil tiene un gran potencial para generar energía eólica por las noches, mientras que Bolivia, Perú y Chile pueden producir enormes cantidades de energía solar durante el día. La integración permitiría a los países aprovechar más esta compatibilidad y reducir la necesidad de combinar fuentes de energía renovable intermitentes con el suministro básico de electricidad a partir de combustibles fósiles. El uso de energías renovables, junto con la integración regional, también permiten que los países diversifiquen sus fuentes energéticas y así se protejan de los impactos del cambio climático en el suministro hidroeléctrico. Hoy en día, América Latina depende de plantas hidroeléctricas para generar casi la mitad de su energía, pero, puesto que los patrones de las lluvias están variando debido al cambio climático, son cada vez menos confiables en algunos países. En 2001, Brasil tuvo una prolongada sequía que provocó una caída en los niveles del agua en las presas hidroeléctricas, lo que ocasionó que millones de personas y empresas se quedaran sin electricidad durante meses. En 2016, Colombia impuso algunas medidas de emergencia para ahorrar electricidad con el propósito de evitar apagones tras una severa sequía. Ese mismo año, Venezuela sufrió una sequía que acabó con el suministro de agua de la principal cuenca donde se genera electricidad, en el río Caroni. Si se mantienen las tendencias actuales, las emisiones de dióxido de carbono del sector eléctrico —la mayor fuente de gases de efecto invernadero— aumentarán un 19 por ciento y otros contaminantes del aire peligrosos, como el azufre y el nitrógeno, se incrementarán en más del 50 por ciento entre 2016 y 2030. Sin embargo, si la región utiliza más energía renovable e integra más la red eléctrica, las emisiones de carbono del sector eléctrico podrían bajar un 15 por ciento y otros contaminantes, un 10 por ciento. Hasta ahora, la integración energética en América Latina es inadecuada. La región necesita agregar unos 12.000 kilómetros de líneas de transmisión transfronterizas con unos 15.000 kilovatios de electricidad para aprovechar realmente su potencial. Por desgracia, el principal obstáculo que impide esta integración es político. La mayoría de los países se niegan a dar un voto de confianza a sus vecinos para el suministro de energía, pues dan más importancia a la autosuficiencia que a los costos, la confianza y la sostenibilidad. En vez de cerrarse en esta visión limitada sobre la seguridad energética, los países latinoamericanos deberían aprovechar las ventajas que les ofrece la diversificación en el suministro eléctrico e interconectarse. Además de construir la infraestructura respectiva, muchos países necesitan desarrollar instituciones, normas y reglamentos adecuados que hagan posible el desarrollo de mercados eléctricos eficientes y activos. Centroamérica, por ejemplo, se beneficiaría si logra ampliar su red regional, pues en el istmo los precios de la electricidad son altos y su generación depende de petróleo importado. Para alentar las inversiones, el marco regulatorio del mercado eléctrico regional debe fortalecerse. Entre otras cosas, debe determinarse el costo de los derechos de transmisión y de las cuotas aplicables al envío de electricidad a través de las fronteras, además de convenir contratos de compraventa de electricidad a largo plazo en el mercado regional para dar mayor seguridad a las inversiones de varios países y unificar las normas nacionales y regionales. Si bien estas medidas son técnica y económicamente posibles, requieren que los gobiernos actúen en contra de algunos intereses y cedan cierto control sobre sus sistemas eléctricos nacionales. No será sencillo lograrlo, pero una red eléctrica integrada beneficiaría a América Latina y al planeta. Lisa Viscidi es directora del Programa de Energía, Cambio Climático e Industrias Extractivas del Inter-American Dialogue. Ariel Yépez es director de la división de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo.

REINO DEL REVÉS

En el reino del revés, Moyano y los K, codo a codo por Hugo E. Grimaldi “El enemigo de mi enemigo es mi amigo", un viejo proverbio de la diplomacia y de la guerra, aun de las menores como son las escaramuzas que libran a diario por la plata los barrabravas de todos los clubes, es la guía que hoy conduce el casi insólito acercamiento entre Hugo Moyano, muchos kirchneristas nostálgicos y varios gremios históricamente alejados del otrora mandamás cegetista. Para casi todos ellos, aunque terriblemente deshilachada ante los ojos de la opinión pública, atar su supervivencia al camionero representa una oportuna soga que, al menos, les permite ganar una modesta vida en sus respectivos deterioros y, por eso, lo van a acompañar en la calle el 22-F, junto a actores sindicales no tan relevantes. El "Negro", quien en tiempo de los ultramachos sindicales y para evitar nombrarla en las reuniones de la CGT llamaba peyorativamente "la mujer" a Cristina Fernández aun después de la muerte de Néstor Kirchner -expresión que no computaba como criticable por las feministas de aquellos tiempos- por ahora acepta sin reparos a esos nuevos camaradas de ruta, aun muchos de ellos enrolados en una extrema versión "destituyente", tal el léxico que supieron cultivar esos mismos actores en tiempos en que le colgaban ese rótulo al mismísimo Moyano. Hoy, oponerse con furia al presidente Mauricio Macri le da evidente rédito en sectores que se han olvidado de aquellos ofensivos ninguneos y se cuelgan de todo lo que les sirva para horadar al actual gobierno. Lo cierto es que, por estas horas, el ex titular de la CGT ha saltado a la categoría de ídolo en las redes sociales y en los medios que siguen reivindicando no sólo a la ex presidenta sino al modelo corporativo y prebendario que la sostuvo en el poder, es verdad que entonces sin el aval de Moyano, por cierto. Está claro que entre el camionero y estos compañeros de ocasión no hay realineamiento alguno, sino conveniencias mutuas que les permiten tragar sapos a diestra y siniestra. En ese sentido, está claro que Hugo y sus hijos saben muy bien que pueden ser usados políticamente por los mismos que hoy les hacen el coro, pero a la vez creen de verdad que los graves problemas que le están apareciendo a la familia a diario en la Justicia, algunos referidos a empresas que integran (o que se cree que integran), con connotaciones de enriquecimiento ilícito y/o de lavado de dinero y otros sobre manejos poco claros en los dineros del club Independiente han sido motorizados por el Gobierno. Además, las declaraciones de "Bebote" Álvarez, un personaje al que es difícil darle crédito completo, los dejó mediáticamente mucho peor parados. Ante tamaña y tan persistente ola de denuncias, los Moyano se sintieron acorralados, tuvieron que discernir qué hacer y en un momento se inclinaron por jugar al todo o nada, marcando su oposición a una eventual reforma laboral y al techo paritario (dos temas en los que el Gobierno pretendía avanzar), vociferando sobre despidos bastante incomprobables y, sobre todo, victimizándose y denunciando persecución política, otro elemento en común con casi todos los acusados kirchneristas. El jefe del clan terminó de dinamitar los puentes con el Gobierno cuando pronunció una advertencia digna de Mario Puzo: "Si voy preso, que sea en la celda de al lado del padre de Macri". Para aproximarse al complejo ajedrez del enfrentamiento hay que mirar también el tablero del otro lado, ya que el Gobierno no puede salir aún de los vericuetos en los que se metió hacia fines del año anterior y que significó una paliza en términos de imagen, al tiempo que arriesga en cada movida perder una pieza más. Fueron casi todas ellas situaciones en las que la endeble economía que administra hizo su parte (déficits, inflación, tipo de cambio, tarifas) en la consideración pública, como también comenzó a arriesgar las alianzas legislativas que supo tejer para aprobar antes de fin de año media docena de leyes-clave, hijas del Acuerdo Fiscal con las provincias. Pese a que fueron los gobernadores quienes firmaron en diciembre la defunción del sistema de ajuste jubilatorio que instaló el kirchnerismo y que ellos sabían perfectamente que los fondos de los cambios iban a ir a la provincia de Buenos Aires para evitar que la manta corta les reduzca a ellos la Coparticipación, los dolores de cabeza del Gobierno se iniciaron con este tema que absorbió en soledad, quizás para mantener la fiesta en paz o para pagar ahora mismo todos los costos y dejar fluir la cuestión rumbo hacia 2019. Es posible también que no lo haya calculado correctamente o que haya subestimado una vez más cómo le iba a caer la cosa a la población, pero lo cierto es que aquel primer mandoble lo desacomodó y que a eso le siguieron los cambios en las metas de inflación, el precio del dólar a casi 20 pesos y el nuevo tarifazo de febrero. Luego estuvo la cuestión de la Reforma Laboral que integró el primer paquete del "reformismo permanente" del Gobierno y que luego fue abortada, tras aquella incursión de Pablo Moyano hablando de la ominosa "Banelco". Ante tamaño lío, el oficialismo se encontró con la negativa del habitualmente criterioso Miguel Ángel Pichetto para tratar ese proyecto sin un consenso sindical pleno. Y mientras algunos piensan que todo fue un enjuague dilatorio de peronistas incorregibles, el temperamento de la Jefatura de Gabinete apuntó primero a pasar el tema a Extraordinarias de febrero y luego, a dilatar la cuestión o inclusive a llegar al desguace de la Ley, para sacar, a partir de marzo, lo que se pueda obtener. En tanto, el plan es intentar un retorno a acuerdos que buscan hacer más competitivos a los sectores, con anuencia de cada gremio, entre ellos los costos de transporte y logística en la que mucho tiene que ver el sindicato de camioneros que se niega a avanzar en ese esquema por considerarlo "flexibilizador". A su vez, desde el Gobierno dicen que Moyano es un "dinosaurio" con el que es imposible conversar. Mientras tanto, el resto de la central obrera, la que representa a los gremios más grandes y la que observa la partida desde la tribuna, negocia sus cosas con el ministerio de Trabajo. En todo este contexto, el episodio de Jorge Triaca cayó como un rayo sobre la línea defensiva del Gobierno y le hizo perder no tanto piezas vitales, sino posicionamiento sobre el tablero. Otro tema que coadyuvó para ganar críticas opositoras fue el llamado megadecreto que en enero se vendió que era "para bajar costos de la economía" reduciendo burocracia, aunque en la letra chica deroga nada menos que 19 leyes o decretos y hace 140 modificaciones en otras normas. El mamotreto avanza en temas muy disímiles como producción militar, inversiones de la ANSeS, cambios en los registros de patentes y marcas, transporte de obras de arte, el fin del Registro Industrial, normas de sanidad animal, procedimiento de licitaciones públicas, etc. Si se aplica completo, el ahorro sería de $ 100.000 millones, pero es obvio que el Congreso necesita intervenir en algunos temas y no hay ánimo del Gobierno de puentear a los aliados eventuales, así que es por eso que, pese a que se quiere defender la norma completa en el debate en Comisión, todavía no se descartó poner las cuestiones más críticas en un proyecto de Ley negociado, para que la Bicameral apruebe el grueso del paquete. En materia de idas y vueltas y sobre todo de contrasentidos, tras el caso Moyano y otras delicias de la realidad, la Argentina sigue haciendo méritos al respecto, con situaciones que María Elena Walsh hubiese caracterizado como dignas del "reino del revés": en estos últimos días se festejaron inversiones que se nos prometen, pero que no llegan; de un acuerdo casi caído entre el Mercosur y la Unión Europea que primero relativizó la Cancillería tras la reunión de Macri con el francés Emmanuel Macrón, hasta que tuvo que ser el propio Presidente quien puso la cuestión en perspectiva, mientras se sigue negociando. Por último, la ciudadanía observa a diario a jueces que liberan a delincuentes que salen a matar y ahora mira azorada cómo se procesa a un custodio de la Ley por supuestos excesos en su legítima defensa. Cartón lleno.

viernes, 2 de febrero de 2018

TARIFAZO

Argentina: la revolución de Macri tendrá que esperar Un nuevo tarifazo empuja una inflación imparable mientras los sindicatos vuelven a la carga CARLOS E. CUÉ -Buenos Aires 1 FEB 2018 Argentina es un campo de batalla permanente que se regula por las vacaciones. Desde hace decenios, todas las discusiones políticas acaban en la calle. La tensión crece en diciembre, justo antes de las vacaciones de verano, después tiene un parón, y vuelve en marzo. Mauricio Macri creía haber logrado desarmar esa dinámica con su victoria electoral en octubre de 2017, cuando ganó en Buenos Aires a Cristina Kirchner y dio un golpe al peronismo que entonces parecía definitivo. Pero la realidad de fondo de una economía destartalada, un país lleno de pequeñas islas de poder que Macri no logra desactivar y un imprevisto escándalo interno trabajan contra ese sueño del presidente de convertir Argentina en un país normal, similar por los menos a sus vecinos latinoamericanos, con una inflación de un dígito, precios normalizados, crédito extendido, y un mercado financiero razonable. Las vacaciones se acaban otra vez en febrero, y la realidad se calienta de nuevo. El mes arranca con nuevos tarifazos de transportes –hasta 37%- luz -24%- sanidad privada –otro 4% después de varias subidas- que empujan de nuevo sobre la inflación más alta de Latinoamérica si se excluye la locura venezolana. La devaluación del 13% del peso en dos meses, que roza ya los 20 dólares, presiona también sobre los precios. Y los sindicatos, empujados por el incombustible líder camionero Hugo Moyano, ya calientan para una gran marcha el 22 de febrero. El entorno de Macri está muy tranquilo. Aseguran que todo se irá reordenando poco a poco y que el presidente camina con seguridad hacia la reelección en 2019, lo que sí le permitiría soñar con un cambio radical del país en ocho años. Él mismo ha insistido esta semana en que este escepticismo que nota entre sus propias filas, entre muchos de los que le votaron, y que ha provocado una caída de su imagen en las encuestas –que a pesar de todo le mantienen como uno de los presidentes latinoamericanos mejor valorados- le ha perseguido toda su vida. Él trata de exorcizarlo: "Tenemos que encarar todas las transformaciones que necesitemos para crecer, sin miedo a aquellos que quieren seguir defendiendo sus privilegios. Vamos bien". Macri, según su propio relato, vivió la desconfianza de su propio padre cuando lo puso al frente de alguna de sus empresas. Rompió con él y logró ser presidente de Boca Juniors, pero también los socios desconfiaban. Empezó fatal, pero después llevó al equipo al mejor momento de su historia. Después logró ser alcalde de Buenos Aires. También empezó muy mal, pero después de ocho años salió con una alta valoración. Y ahora está convencido de que logrará lo mismo como presidente de Argentina. Sin embargo, los propios analistas cercanos al macrismo se empiezan a inquietar ante la evidencia de que dos años después, la inflación no da tregua y la economía, aunque mejora –los últimos datos de crecimiento industrial son muy positivos- no está ni cerca de las expectativas que millones de argentinos pusieron en el cambio de ciclo con la llegada del macrismo. La idea que se está instalando entre las clases medias de Buenos Aires, el centro de la política argentina y el lugar más afectado por las subidas de tarifas –porque antes fue el más subvencionado por el kirchnerismo precisamente por su importancia electoral- es que la revolución que Macri había prometido tendrá que esperar. La batalla campal en la que derivó la última reforma de las pensiones aprobada en diciembre, con 86 policías heridos a pocos metros del Congreso, sirvió para recordar a todos, sobre todo al Gobierno, que en Argentina nadie manda nunca de forma absoluta. Y menos un presidente con minoría parlamentaria. Una semana después de ese estallido en las calles, el equipo económico de Macri dio un giro a su política y admitió que le va a costar mucho más de lo previsto bajar la inflación. Un escándalo interno imprevisto, que estalló al publicarse que el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, había pagado a su empleada doméstica en negro y la había colocado en un sindicato intervenido para completarle el sueldo, ha consolidado la idea de que Macri no podrá ir muy rápido con sus reformas. La laboral era precisamente una de las más polémicas, y Triaca, al que el presidente ha decidido mantener, es el principal negociador con los sindicatos. Macri sigue teniendo la enorme ventaja de contar con una oposición dividida, dominada un peronismo que no logra encontrarle sucesor a Cristina Fernández de Kirchner. El propio sindicalismo también está dividido. Incluso el todopoderoso Moyano, al que el presidente ha decidido enfrentarse con dureza, corre riesgo real de acabar en la cárcel, algo impensable hace unos años, cuando se enfrentaba a gobiernos peronistas. Eso y el rechazo que sigue generando en buena parte de la clase media el recuerdo de los últimos años del kirchnerismo suponen un colchón enorme para el macrismo. Nadie duda de que el presidente tiene fuerza para terminar el mandato e incluso para renovarlo. Pero lo que no está nada claro es que la tenga también para cambiar a fondo uno de los países más complejos de América.

jueves, 1 de febrero de 2018