domingo, 19 de agosto de 2018

DISONANCIA COGNITIVA

La disonancia cognitiva Escrito por Omar López Mato Una epidemia que se desató en el país de los cuadernitos El 21 de diciembre de 1954, Dorothy Martin anunció a los medios que el mundo estaba por llegar a su fin. Hasta allí, nada muy original. No era la primera ni sería la última que se harían este tipo de afirmaciones. El tema a destacar era que Dorothy no solo anunciaba el Apocalipsis en forma de un diluvio universal, sino que ella y un grupo selecto de seguidores iban a ser rescatados por una flotilla de extraterrestres del planeta Clarión, que se harían presentes minutos antes del fin anunciado. Dorothy y los elegidos se prepararon para esta excitante aventura, anunciando a los cuatro vientos la llegada de los alienígenas rescatistas. El problema se suscitó cuando la flotilla de “Clariones”no se hizo presente, ni llegó el tan anunciado fin de los tiempos. Pasaban las horas y ante la inasistencia, los ojos se clavaron en Dorothy Martin, quién súbitamente anunció que acababa de recibir un mensaje: La fe de Dorothy y sus seguidores había salvado al mundo de su destrucción. El resto de la humanidad debía estar agradecido. "Ellos los habían librado de su exterminio”. Dorothy no mentía, estaba convencida que había salvado al mundo. Este fenómeno psicológico se llama disonancia cognitiva, y es la percepción incompatible de dos conceptos contrapuestos que impactan sobre las actividades de un individuo. Este se ve empujado a generar creencias para reducir las tensiones entre las propuestas a fin de generar una coherencia interna. Lo habitual es que recurran al autoengaño. Hay muchos que creen que toda la historia de los cuadernitos es una patraña inventada para difamar al modelo nacional y popular de matriz productiva inclusiva. Esta conmoción ha creado una epidemia de una (dudosa) disociación cognitiva, a saber: López no sabe de quién era la plata que llevó al convento, De Vido nunca tocó un billete, Abal Medina nunca se enteró de nada más que algún sobrecito que le hacían llegar para la campaña (ahora su secretaria se acuerda que había sobres para La Cámpora),a Alberto Fernández le falta decir que Cristina es “derecha y humana”,Boudou es un perseguido político por instaurar políticas populares y fabricar billetes truchos, y a la jefa, con esa caradurez de arquitecta egipcia, no se le mueve un músculo por votar a favor del aborto, ahora que el Papa no la tiene entre sus oraciones, aunque la haga custodiar hasta Comodoro Py… Como ven aproximarse una avalancha de confesiones (sin sotanas de por medio),traman estrategias diversas para mantener la coherencia interna e inventan la historia de un nuevo corralito, cepo, o cerrojo para mantener la confusión siguiendo la vieja treta del río revuelto y los pescadores. Ante una crisis de esta envergadura, las conductas varían de acuerdo a condicionamientos psicológicos de los actores. Primero, están los negadores institucionales. Son aquellos que no reconocerán su participación en el hecho delictivo a pesar de pruebas concluyentes o de haber sido detectados con las manos en la Massa (otro que debería explicar cómo no vio nada durante la estampida de elefantes).Son como aquellos pescados in fraganti en un acto de adulterio que niegan ser ellos los hallados con los pantalones bajos, y llegan a afirmar que fueron tele transportados por alienígenas de Clarión al más allá. Aunque saben que son mentiras, se autoconvencen de que dicen la verdad. Le siguen los que se esconden tras la persecución política y defensa de sus ideologías: los Nac and Pop de Puerto Madero (¿No se les ocurrirá otorgarle prisión domiciliaria a Boudou?) También están los dudadores seriales que desconfían de la parcialidad del Poder judicial (tienen buenas razones para esto) y desarrollan teorías conspirativas donde la CIA, el FBI, la Mossad isralelita, el M5 inglés y la KGB (¿Existe aún?)tejen lazos de intereses foráneos contrarios a nuestra idiosincrasia, ya que en última instancia son estos grupos (y no los argentinos)los que llevaron a la decadencia a nuestro país. Existen los conversos gracias a la Santa Inquisición, que ha dejado de lado el potro y el látigo por un Week end all inclusive en el Spa de la cárcel de Ezeiza. La sola mención es suficiente para aclarar la memoria, aflojar el garguero, y convertirse en la garganta profunda del régimen. Ya tenemos un nuevo converso, que es el olvidado Uberti. Ahora se acuerda de los otros bolsos de Antonini Wilson (¿20? ¿30?)y revela, con lágrimas en los ojos, que el gran Néstor, Él, el mejor presidente de los argentinos, ¡le pegaba, si bajaba la recaudación! La gran epidemia de disonancia cognitiva se está dando entre los millones de argentinos que creyeron el cuento de la matriz de inclusión, la construcción de la independencia bolivariana y la elaboración de la revolución socialista que hace estragos en Venezuela. Muchos recurrirán al justificativo de luchar contra políticas neoliberales, la corrupción del grupo gobernante con los Panamá Papers, que los bolsos de plata siguen circulando por caminos menos visibles… Otros recurrirán a la táctica del zorro y las uvas, declarando que esto no les importa y se alejan desencantados de la política. Son años de haber adherido a una militancia que ahora desnuda sus miserias… ¿No sería tanto más fácil declarar por una vez la verdad y no seguir con esta disociación o mentiras lisas y llanas? ¿No sería mejor para el país terminar con la mentira?Pero ¿qué les puede importar el país, si lo han vaciado? ¿Se robaron cuánto? ¿36.000 millones, 45.000 millones, un PBI?El país no les interesa, lo importante para ellos es tirar todo para adelante, esperando que la “suerte”los salve, que este gobierno caiga al pisar alguna de las bombas con las que minaron el campo y ser asistidos por la parcialidad de algunos jueces, atentos a sus afinidades o el temor que hace llorar a Oyarbide. Esperan que un milagro aceite los vericuetos legales que les permitirán seguir en libertad y gastando su dinero malhabido. Sin embargo, las peores víctimas de la disonancia cognitiva (que en su forma más grave caen en la hipocresía)son los “representantes del pueblo”,que en un acto de pusilanimidad no han dado quorum a la votación de retiro de los fueros de Cristina. Solo les interesa mantener las prerrogativas de la clase política que ha llevado este país a la podredumbre de los valores republicanos. Lo que han hecho es una vergüenza, el ejemplo más cabal de un acto cooperativo que solo fomenta la corrupción de las clases políticas. La marcha al Congreso es imperiosa. No se puede seguir escondiéndose con sus fueros. El Congreso de ser escribanía pasó a ser un aguantadero. Dorothy Martin terminó convencida que fue la salvadora del mundo. Alberdi decía que, si construimos una historia con mentiras, terminamos teniendo un país de mentiras. Entonces Juan Bautista no conocía el fenómeno de la disociación cognitiva que últimamente se esparce sobre el país como una epidemia de desmemoria y autojustificación… Creo que nos va a costar mucho más ordenar la moral que la economía… Sobre todo, si seguimos en manos de estos representantes… Para ordenar al país y la ética, deberán abrirse todos los tachos hediondos en la Justicia, la Salud, la Seguridad y en cada antro donde subsista esta trama viciosa, mafiosa y corporativa. Omar López Mato Médico y escritor

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