sábado, 17 de agosto de 2013
PARQUE DE DIVERSIONES
Cristina en el Parque de diversiones
Por JUAN SALINAS BOHIL
@salinasbohil
Exámine, sobre la fría mesada de mármol, yace el cuerpo del comicio del domingo pasado. Ni sus familiares más cercanos ni lejanos, ni sus numerosas viudas y viudos, pasan a recogerlo para velarlo. Se niegan a reconocer lo obvio y muchos parientes, que se ocultaron semanas enteras antes del trágico descenlace, han comenzado a levantar sus lápidas y al mejor estio zombie se lanzan sobre cámaras y micrófonos para devorarlos en una repetido, cansador y servido plato de testosterona y ruleros donde escasea una minima porción de buenas ideas. Digamos que aquí no ha sucedido nada porque nadie puede perder en donde todos ganan. Una especie de perinola falsa con sus seis lados cargados de buenas nuevas.
Este miércoles, en un lugar llamado Tecnópolis, que fuera en su presentación una kermese tecnológica oficial para ser convertida luego en un parque de diversiones para alumnos de jardines de infantes, la Presidente contra quienes no la votaron en apoyo de su desmoronado proyecto nacional y popular con inclusión social. Dijo de todo a todos los que no piensan como ella ni la apoyaron con su voto. La gente no tiene la culpa; se da cuenta tarde, razonó, explayándose con la soberbia que la distingue sin que alguien la asesore para recordarle que ése es precisamente el más grave de los pecados capitales y origen de todos los demás.
Sin embargo, el copyrigth no es de origen toloseño porque es patrimonio de cualquier entrevistado radial con ínfulas de intelectual quintomundista cuando intenta explicar los fríos de su claraboya mental con un Para que la gente entienda... Claro, los demás, el pueblo, en cualquiera de las definiciones que Sartori pueda darle al vocablo adolesce de la suficiente materia gris para comprender qué es lo que el "intelectual" quiere explicar. ¡Tonto, botarate, estúpido, tarúpido, bestia peluda, ignorante, cabayo, necio, boncha, gil de cuarta, torpe, pocas luces, cuatro de copas, idiota, nabo, sogán, dolobu!, a ver si te avispás y entendés y hacés lo que te digo... o te lo tengo que explicar.
La historia no es nueva. Mucho menos la de alucinar conspiraciones cuando la ecoconomía comienza a tallar mal después de haberse patinado todo el dinero de las arcas públicas. Como en la época de Alfonsín ha llegado la ocasión de que algunos perdidosos amaguen un tímido No hemos sabido transmitir el mensaje. Después alucinarán un complot contra la democracia y arrestarán a una docena de personas inocentes.
Lo cierto es que casi todo el espectro opositor salió a criticar en pleno a la Presidente por lo que dijo en Tecnópolis. Es de lamentar que no hayan comentado cuál era la audiencia ante quien la señora dio rienda suelta a su ira. No era una tribuna política sino el lanzamiento del programa AGROVALOR, una convocatoria para la creación de Unidades Productivas de Innovación Agropecuaria en las universidades nacionales. Además de la claque de gobernadores y ministros que siempre son convocados con el fin de elevar el autoaplaudidómetro, habían sido convocados chicos y adolescentes de escuelas agrotécnicas de las provincias acompañados de sus maestros, profesores y familiares.
La perorata de la Presidente estuvo fuera de lugar. Las amenazas y las falsas convocatorias también. Los niños y jóvenes no tienen nada que ver en y con los problemas de sus mayores. Menos deben sentirse en la obligación de aplaudir lo que no comprenden acicateados por la actitud de las palmas fáciles de sus mayores.
La oposición debió, en vez de mirarse el ombligo como acostumbra, dedicarse a rechazar de plano esta nueva intromisión en la formación de los menores por parte de un gobierno que alentó la toma de colegios por parte de niños-adolescentes e intenta aún adoctrinarlos en las aulas y a través de los canales de televisión oficiales. Señora, basta, ¡con los chicos, ¡no!
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