SEPARACIÓN DE PODERES

LA LEJANA Y ENTRAÑABLE SEPARACION DE PODERES OPINIÓN Después de las elecciones del 23 de Agosto, Tucumán estuvo bajo la lupa de todo un país y de un mundo que miraba de reojo un sistema electoral perverso practicado con todas las mañas posibles. Una represión inusitada del estado ante una convocatoria espontánea. Una junta electoral que nunca pudo mantener la mínima credibilidad y una resolución judicial de una Cámara contenciosa administrativa que le toco resolver una acción de amparo interpuesta por el partido de la oposición. Paralelamente los intereses y candidatos presidenciables a nivel nacional pusieron sus esfuerzos mediáticos en busca de alguna ventaja. Mientras tanto la mirada de politólogos y encuestadores se hacían escuchar todos los días por lo que pasaba en la provincia. El gobierno lejos de poner paños fríos ante la eventualidad de una intervención y sin ley de acefalía, se desplegó y dispersó el famoso lema “Vamos por todo”. Paralelamente la plaza independencia acorralada por la protesta firme de los ruralistas o la gente del campo. Ante la finalización de los escrutinios y con resolución judicial en contra el gobierno se autoproclamaba vencedor ocupando el parque 9 de Julio con una multitud movilizada bajo su propio sistema prebendarlo. Después del fallo judicial de la cámara contenciosa competente que anulara las elecciones y ordenará nuevas elecciones, el gobierno se desató sin medir consecuencias con la absoluta impunidad de los que imponen el poder. Miles de manifestantes acamparon en las puertas del principal palacio de justicia en la plaza Irigoyen rodeando la célebre figura que seguramente nunca hubiera imaginado tamaña ofensa y humillación. Miles de pancarta; baños higiénicos, carpas, toldos, y choripaneros agitados por los principales candidatos del oficialismos y hasta el mismísimo gobernador extorsionaban a los jueces que integraban la Corte Suprema de Justicia. Alto Tribunal recusado en su mayoría e integrado por jueces de las distintas cámaras de apelaciones del fuero civil. Debían resolver la apelación oficialista que impetraban la revocación del fallo acaecido. La prepotencia, los vándalos, seguidores organizados con prebendas y enviados en colectivos desde las distintas comunas e intendencias amenazaban de muerte a los jueces y sitiaban tribunales con carteles y seguidores que trepaban los muros como una ciudad sitiada bajo una dictadura sin límite. El alto Tribunal con una celeridad sin precedente fallo a favor de la anulación de lo resuelto por la cámara y la legitimación de las elecciones y obviamente de los candidatos oficialistas. Todavía el fallo no se encuentra firme pero pareciera ya cosa juzgada. Ante los hechos sucedidos en democracia, como abogado y hombre público entiendo y sostengo que una "justicia bajo extorsión no es justicia". Me viene a la memoria más que nunca la vigencia actual de Carlos Luis de Secondaté, barón de Brede y de Montesquieu, nacido en Brede, quien escribió una magnifica disertación sobre la política romana relativa a la religión y otras elucubraciones teóricas. Sus "Cartas persas", críticas a la sociedad hechas como si fuera un persa que visita Francia fue de una retórica sin límites. La perfección de su prosa lo lleva a la Academia y publica unas consideraciones sobre las causas de la grandeza y la decadencia de los romanos y especialmente la obra que sustenta su fama "El espíritu de las leyes", meditaciones aplicando el pensamiento histórico e inductivo a los fenómenos sociales y políticos. Son comentarios sobre el derecho, las formas de gobierno, el ejército, los impuestos, la religión, las costumbres, las aduanas, la economía. Con esta obra, excelente en su estilo y forma literaria, resulta acreditada su doctrina sobre “La Separación de los Poderes del Estado”, aplaudida en todo el mundo e incorporada a las modernas constituciones. Es curioso que su prestigio todavía se mantenga incólume en la mayoría de los países con arraigo democrático, aunque la práctica haya mostrado en nuestro Tucumán y en gran parte de nuestro país que ahora no pasa de ser una ficción. En las democracias modernas el pueblo concede su apoyo a un dirigente al que le otorga su confianza mediante un sistema que respete al soberano pueblo. Un rey en la monarquía tiene límites impuestos por la tradición, la religión o los estamentos sociales. Pero en este sistema estropeado y deformado por prácticas incorregibles, el poder del presidente es menos limitado pues se apoya en la absoluta delegación popular. El ejecutivo legisla pues cuenta con personal idóneo en la compleja burocracia, y el legislativo simplemente apoya y se comporta como una escribanía dependiente. O se opone con una minoría sin peso. Nuestra Constitución nacional al que se adhirieron todas las provincias a través de sus respectivas cartas magnas adoptó el sistema representativo, republicano y federal en donde debe primar como principio básico la separación de poderes y la independencia y autonomía de los mismos. Hoy lamentablemente en la práctica es una ficción. Es tal el descreimiento en la independencia de los mismos, que los partidos ni se ocupan en resaltar las condiciones de sus candidatos. Basta con asegurar que son necesarios para apoyar al Poder único, el Ejecutivo. Hoy – me cuesta decirlo como hombre de derecho y ex – integrantes de los tres poderes - que los argentinos no contamos con una administración de justicia que resulte satisfactoria. Pareciera que al organizar un Estado independiente los argentinos hubiéramos fracasado en lo más elemental; que en vez de mantener el buen funcionamiento de instituciones fundamentales, las fuéramos deteriorando cada vez más. Para llegar, en una progresiva decadencia, a una situación caracterizada por la existencia de un Poder ejecutivo casi único con una influencia desmesurada sobre los otros poderes. Como un trípode deformado en donde la única pata larga es el Ejecutivo. Pareciera que los argentinos nos hubiéramos amansado, llegando a comprender que es lo que nos pasa es inevitable…. DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN jorgeloboaragon@gmail.com jorgeloboaragon@hotmail.com