martes, 4 de septiembre de 2018
INFLACIÓN MINISTERIAL
INFLACIÓN MINISTERIAL
Ante la crisis desatada por la depreciación del pesos desde abril pasado, que llevó la cotización del dólar a $ 39,04 al día 3, por el ataque de especuladores exógenos, el presidente Mauricio Macri decidió reducir la inflación ministeriaL a 10 de los 22 actuales, pero llama la atención que haya rebajado el Ministerio de Trabajo a Secretaría, quitando autoridad a Jorge Triaca ante los capitostes peronistas "irracionales" que declararon un paro general político de 36 horas a partir del día 24. Luego de casi tres años de gobierno es llamativo que del jefe de Estado y su ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, no hayan diseñado un plan económico de mediano y largo plazo, para corregir la macroeconomía: el exorbitante gasto público heredado equivalente a un 50% del Producto (PBI) de unos 500 mil millones de dólares, sus consecuentes déficits fiscales recurrentes, que se financiaban anteriormente con emisión espuria, alimentando la inflación superior al 30%, pasándose a endeudarse en el exterior, pero todo tiene su límite; la estanflación -recesión más alta inflación, durante más de cinco años-; la deuda con los holdouts y con un juicio perdido ante el fallecido juez federal del Segundo Distrito de Nueva York, Thomas Griesa, que de u$s 1.330 millones, más que se triplicó con actualizaciones e intereses; el default, y los mercados voluntarios de crédito cerrados para la Argentina, calificado como "deudor recalcitrante"; la confiscación del 51% del paquete accionario de YPF de propiedad de la petrolera española Repsol, sin una ley de expropiación e indemnización, que terminamos pagando u$s 5.000 millones en bonos; la deuda con el Club de París...; legados, que el Primer Magistrado no especificó con todas sus letras, y que ahora el peronismo "irracional", le culpa de todos los males.
A las reformas anunciadas, es llamativo que no haya mencionado un plan económico a mediano y largo plazo de crecimiento y desarrollo que debió estar llevando a cabo, mediante las reformas del Estado, Tributaria y de leyes laborales, para reducir los casi dos millones de "ñoquis" enquistado en el Poder Ejecutivo y todo gasto suntuario, a fin de disminuir el dispendio, prohijar reglas de juego claras y permanentes -sin embargo, por desesperación, se implantan nuevamente retenciones al campo, que había prometido no hacer, porque es matar la gallina de los huevos de oro-; como también reforzar la seguridad jurídica, a fin de atraer las inversiones, ahuyentadas por el kirchnerismo, y por el actual gobierno por el impuesto a las rentas de las Letras del Banco Central (Lebac), a inversores externos que pasaron al dólar, por la brillante idea del titular del Frente Renovador, Sergio Massa, que alteró las reglas de juego, cayendo Cambiemos en la trampa; a fin de recrear la confianza en el Gobierno, perdida con ese craso error.
Es imprescindible las otras reformas: Tributaria para mermar la presión fiscal de un 35% del PBI, que es confiscatoria, según la Corte Suprema, ahoga las empresas y licua salarios y jubilaciones; como, asimismo, de leyes laborales, copia de la Carta de Lavoro, de Mussolini, para terminar con la perpetuación de sindicalista en los gremios (que se enriquecen con obreros pobres), fruto de la "política" de Perón de la década del 40 del siglo pasado, para mantener votos cautivos y dominio de masas por electoralismo, siendo un anacronismo, que debe eliminarse para dar cumplimiento al artículo 14 bis de la Constitución Nacional que establece la creación de todos los sindicatos, federaciones y confederaciones que los trabajadores deseen con la simple inscripción en un registro especial. No veo que Triaca, disminuido en su función jerárquica y anímicamente, pueda emprender esa lucha contra los capitostes peronistas, quienes se consideran con derecho a paralizar el país intereses políticos, causando perjuicios económicos y caída de salarios por centenares de millones de dólares.
El presidente Macri debe tener presente que ninguna ayuda del Fondo Monetario Internacional será suficiente, si antes no pone la casa en orden (las cuentas públicas), que debió empezar el 10 de diciembre de 2015, para normalizar el país destruido por el "kirchenerato", atraigamos las inversiones para la radicación, creando nuevas fuentes de trabajo, aumentar la producción de bienes y servicios en calidad y precio, reducir la desocupación y la pobreza, incrementar las exportaciones para el ingreso de divisas legítimas, y no tener que requerir acuerdos stand by, como, asimismo, bajar los déficits de intercambio comercial y de cuenta corriente.
Además, el país debe recrear la cultura del trabajo y la productividad (opuestas a la "filosofía" peronista, que afirmo por experiencia personal) de todos los habitantes, que no dependan de planes sociales, y menos financiar a vagos que pretenden vivir de quienes trabajan, supuestos desocupados, cartoneros y manteros, a fin de que la Argentina ocupe una posición respetable (que no debió perder) en el concierto de las naciones, que siendo una potencia por sus riquezas naturales y desarrollo intelectual, tenga que estar mendigando ayuda de organismos exógenos.
Con cordiales saludos,
Alfredo Nobre Leite
DNI 18.221.024
http://n.alfredo52@yahoo.com
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