lunes, 21 de julio de 2008

NESTORMANÍA

Kirchner: "Salgan a pintar 'Cobos traidor'"
Tras descartar la renuncia de Cristina, el ex presidente ordenó una campaña anti-Cleto. Lo quiere fuera del poder. Por Diego Schurman.
07:16 | 20.07.2008
- ¡Entreguemoslé el gobierno a Cobos, que se haga cargo! ¡Que vengan los grupos económicos! ¡Pero que convoquen a elecciones y vamos a ver quién gana!

El jueves a la mañana Néstor Kirchner hizo catarsis. No fue una versión. En esas horas aciagas para el Gobierno, el ex presidente quería forzar la renuncia de Cristina. Hubo un scrum de contención. De los moderados, pero también de los más revoltosos. Hasta Luis D’Elía, punta de lanza de las posiciones más extremas del kirchnerismo, intervino para pedirle prudencia.

Lo sucedido intramuros quedó mejor reflejado en las negras ojeras de Alberto Fernández que en la volátil sonrisa que la Presidenta ofreció esa tarde en el Chaco. Ambos fueron testigos del rostro desencajado de Kirchner, de aquel semblante rosado que no tardó en pasar al rojo escarlata.

Cuando se apagó la hipótesis de la dimisión, a los llamados solidarios de los dirigentes, el santacruceño devolvió, rápido como un frontón, una súplica con packaging de orden:

–Salgan a pintar “Cobos traidor”.

A riesgo de ser redundante, hay que decirlo con todas las letras: Kirchner quiere a Cobos en Siberia.

La tropa comenzó a responderle esta semana, con pintadas y pronunciamientos. El escrache del viernes, frente al domicilio del vice en Mendoza, también fue por obra y gracia del ex presidente. A esa tónica de confrontación suscriben funcionarios como Ricardo Jaime, Julio De Vido y hasta el titular de la CGT, Hugo Moyano.

Para el universo K, Cobos dejó de ser el inofensivo Cleto para transformarse en el temible Judas.

CANAL VOLVER. Al Gobierno le cuesta admitir públicamente la derrota. Ésa es una palabra tabú. El decreto mortuorio de la resolución 125 habla de un “singular empate” en el Senado, otra vez desconociendo a Cobos el rol de decisor. El núcleo del poder K no hizo autocríticas. La culpa, a los ojos de la Casa Rosada, es exclusividad de los medios y de los grupos económicos, que en algunos casos, hay que decirlo, son lo mismo.

Pero Kirchner produjo dos milagros: devolvió protagonismo a Raúl Alfonsín y Carlos Menem, dos ex presidentes que están fuera de toda carrera. Uno actuó desde el detrás de escena, por un estado de salud que se deteriora a paso veloz; el otro, también maltrecho, aportando un voto decisivo en el Senado.

Más allá de Menem, lo que realmente asoma con fuerza tras la derrota oficial es una liga de caudillos peronistas que no ocultan sus ambiciones de poder. Duhalde se ofrece de plataforma de operaciones, sobre la que aterrizan desde José De la Sota hasta los hermanos Rodríguez Saá, pasando por el inefable sindicalista Luis Barrionuevo. Pero por allí también coquetean dos hombres que supieron estar cerca del calor oficial, como el entrerriano Jorge Busti y el gobernador de Chubut, Mario Das Neves.

Duhalde ya recogió el guante y buscará responder al desafío oficial de dirimir poder en las urnas con aquel que quiera crear un “partido del campo”. Dirigentes ruralistas que protagonizaron el lock out agrario fueron socios fundadores del Movimiento Productivo Argentino (MPA) duhaldista, que en los próximos días se expandirá inaugurando sedes en todo el país.

Habrá que ver qué hace Eduardo Buzzi, quien ya se resistió a una foto con Barrionuevo pero siempre mantuvo buena relación con Duhalde. Por estas horas, el titular de la Federación Agraria mastica bronca. La caída de las retenciones dejó un peor escenario para los pequeños y medianos productores. Y es factible que sus socios de la Mesa de Enlace no lo acompañen en el reclamo sectorial.

Para peor, nadie sabe hasta cuándo podrá disimular su mala relación con Alfredo De Angeli. El dirigente mediático busca su propio destino. Nadie sabe si lo hará rompiendo la organicidad con el nucleamiento madre o directamente saltando a la arena política.

Esta crisis interna en la Federación Agraria le dio a la Casa Rosada migajas de satisfacción. “Ahora que Buzzi vaya y el dios Mercado le resuelva sus problemas. El tipo podría haber bancado en general nuestro proyecto y haber promovido modificaciones en el tratamiento particular. Pero no quiso que interviniera el Estado y ahí está, sin chicha ni limonada”, señaló un diputado que está online con Kirchner.

KAMIKAZE. En la sesión del jueves, el kirchnerismo buscó emular la cultura kamikaze. Jugó todas sus fichas detrás de las retenciones móviles. Pero, está a la vista, no tomó los recaudos necesarios.
Los pilotos suicidas de Japón hacían honor a su lealtad utilizando el avión como misil. Pero, aunque parezca ridículo, se ponían cascos. ¿La razón? No querían que un golpe con la cabina –que pudiera surgir de un movimiento brusco antes de llegar al objetivo– les hiciera fracasar la misión.

El oficialismo voló sin casco. Llegó a esa madrugada magullado, dejando jirones de tropa propia por el camino y creyendo –sin certezas, sólo creyendo– que podía torcer la voluntad de Cobos. El vicepresidente le dijo taxativamente al socialista Ariel Basteiro que se iba a inclinar por el sí. El diputado lo cuenta abiertamente por estas horas. Pero toda la gestualidad de Cobos, desde aquella carta llamando al consenso hasta su encuentro con los gobernadores críticos del Gobierno, indicó lo contrario.

Una semana antes de la sesión histórica, Cobos visitó a Gabriela Michetti en la habitación 414 del Hospital Italiano. A la vicejefa de Gobierno porteño se le estaba yendo el efecto de la anestesia, después de la operación de su columna.

–Señor vicepresidente, yo creo que usted va a terminar desempatando. Pero rezo a Dios para que lo ayude –lo recibió Marta Illa, mamá de Michetti.
–Espero que no sea así, señora –devolvió Cobos, gentil.

Tras la votación, Michetti llamó al vice para felicitarlo. Cleto le agradeció.

–Durante toda la semana me acordé de tu vieja.

CARPETAZOS. El kirchnerismo se movió en la pelea con el campo como un elefante en un bazar. Además de insuflarle oxígeno a algunos muertos vivos de la política (como el caso de Ramón Saadi, a quien el PJ de Catamarca investiga si votó a favor del proyecto oficial a cambio de beneficios personales), y de poner en riesgo el tratamiento de una nueva Ley de Radiodifusión en el Congreso, con su avanzada anti-Cleto no hace más que acercar al vice a la figura de un mártir.

Como es habitual en estas instancias, el rumor de los “carpetazos” contra Cobos toman fuerza. Daniel Scioli, en los momentos de zozobra con los K, supo muy bien de qué se trata.

La Casa Rosada logró que la gente le diera al vice el respaldo que no le dio en las urnas. Para los desmemoriados, en octubre del año pasado el delfín de Cobos en Mendoza, César Biffi, perdió la gobernación a manos de Celso Jaque. Hoy las encuestas lo muestran al vice por las nubes.

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