martes, 22 de julio de 2008

LA SOBERBIA

La soberbia continúa siendo el principal pecado capital

El Gobierno se recupera como si nada de la guerra que mantuvo por cuatro meses con el sector agropecuario. No obstante, pese a las heridas recibidas y a las necesidades y dificultades económicas y financieras que sufre Argentina, acaba de comprarle a los eternos conquistadores españoles otro elefante blanco: “Aerolíneas Argentinas, su compañía”. Como es costumbre, el pasivo de la empresa será absorbido por el Estado bajo la fiel mirada de los hombres y mujeres del “campo popular” que con su conocida generosidad con los dineros ajenos, no dudan en salir a rescatar pasivos empresarios en cuanta ocasión se les presente. Visto así, como necesidad cristiana de ayuda al prójimo, el colonialismo y los cipayos no deberían ser catalogados tan duramente.

Mientras tanto, poco queda de las sesiones maratónicas en el Congreso, gentíos apoyando al Gobierno o al campo, rutas cortadas, amenazas verbales y de las otras, tolderías instaladas en pleno centro porteño y Presidentes desaforados. Es como si cuatro meses de lucha a brazo partido, repentinamente se hubiesen esfumado.

Fieles a su estilo, los Kirchner se empeñaron en chocar la calesita. Y lo lograron. La decisión del vicepresidente Julio Cobos de desempatar en el Senado inclinando su voto por la negativa a la Resolución 125 que fijaba las famosas retenciones a la exportación de granos, provocó un sismo en la Casa Rosada. Con todo, la sacudida parece no haber afectado a sus moradores a pesar que los cuadros se desplomaron y buena parte de la vajilla se hizo añicos contra el suelo.

Uno de los Kirchner se encuentra, en apariencia, en un retiro espiritual o quizás, afónico. Desgañitarse permanentemente suele trae consecuencias. El otro, desde Chaco, a menos de veinticuatro horas después de la dura derrota, en una de las frecuentes inauguraciones a la que es habitué, les pidió a sus seguidores paciencia y comprensión para con los opositores “que tal vez no hayan entendido lo que habíamos dicho a la gente allá por octubre (mes de su elección como Presidente)”, para agregar, “Alguna vez entenderán”.

La jactancia de la izquierda es incomparable. Tanto, como la simpleza y tontería de la que suele hacer gala la derecha. Si para el matrimonio presidencial el 55% de los votantes fue incapaz de comprender la propuesta gubernamental, debería anularse la construcción de tanta escuela y hospital a futuro y dedicar todos los esfuerzos a levantar miles de sanatorios mentales.

Este concepto de superioridad intelectual no es nuevo. Como se recordará, Daniel Filmus, actual senador nacional y ex ministro de Educación nacional que, como todos sus anteriores cree tanto en la escuela estatal que envía a sus hijos a establecimientos particulares, luego de la derrota que sufrió a manos de Mauricio Macri por la jefatura de Gobierno capitalina manifestó que los votantes del contrincante ganador “se habían equivocado” y que, en cambio, quienes lo habían apoyado formaban parte del “voto inteligente”.

En la actualidad y en medio del fragor de la batalla, un grupo de setecientos cincuenta “intelectuales” se reunió con uno de los dos Presidentes en ejercicio en le Biblioteca Nacional para expresarle su apoyo “crítico”. No se tenía conocimiento de la existencia de semejante multitud. Es de esperar que tantas luces juntas puedan alumbrar a la patria, en momentos que amenazantes conductas oscurantistas desean provocar un gigantesco apagón en las incultas molleras bolivarianas del pueblo que lucha por hacer saltar los fusibles de la dominación oligárquica-sojera.

Quizás el vicepresidente, al oponerse a la decisión oficial de votar afirmativamente en el Senado la implementación de la Resolución 125, haya demostrado que no es un intelectual. Cercano a los padres josefinos, creyente y oficial de reserva, fue una sorpresa para la sociedad que con tanto valor se haya opuesto a la Obediencia Debida y a una de las tantas “órdenes aberrantes” que decretó en los últimos cinco años el matrimonio Kirchner.
SALINAS BOHIL

No hay comentarios: