lunes, 26 de julio de 2010

SIMBOLISMO INVERTIDO




EL SIMBOLISMO INVERTIDO QUE
EXPRESA DIEGO MARADONA


"SIN FACTOR DE UNIÓN"

Por Carlos Manuel Acuña


Los pueblos siempre necesitan símbolos para expresarse, recordar sus orígenes y su pasado formador de las tradiciones y al mismo tiempo afirmar la trayectoria constructiva en la que están empeñados. Así surgieron las banderas, los escudos, los nombres geográficos, los monumentos y las fotografías biográficas de sus héreos convocantes. En buena medida, los símbolos señalan una meta, costumbres, anhelos y estilos que aportan sus definiciones para que una sociedad aspire a ocupar un lugar en el mundo.

Hoy, en nuestra Patria enferma los símbolos que constiuyen el pasado formador de la Argentina son forzados a una degradación inaceptable, tanto por lo que el tema significa en si mismo como por la regresión que implica la fuerza con que se aplica esa trama: es una tarea que representa la antítesis de lo constructivo, del llamado a un esfuerzo común y de una cultura identificatoria. Más aún, y sin pretender hacer un simple juego de palabras, vamos a referirnos a un ponderable discurso expresado en la Cámara de Diputados como excepción alentadora y a una persona que hoy pretende asumir la estatura de figura emblemática, que cree serlo y que a tono con la época podemos asignarle una expresión invertida al significado íntimo que posee todo símbolo. De paso, también debemos mencionar el intento de tergiversar el pasado histórico y constructor de esta República, no detenida, sino en franco estado de retroceso.

Pese a que las celebraciones principales han concluído, no viene mal frente a las tristes circunstancias por las que atraviesa el País, recordar algunas palabras del discurso pronunciado por la diputada nacional Lidia Satragno - Pinki - en oportunidad de dicho aniversario y la fracasada y prevista posibilidad de que la Selección no conquistara la copa mundial.

Ahora que eso sucedió - y que en cierta medida estaba implícito en el discurso de la legisladora - su exposición cobra más vigor en una actualidad cada vez más lamentable e insoportable. Entre tantos componentes agobiantes, esto es así porque la tardía y obligada salida del director técnico quien no renunció como hubiera correspondido, pone otra vez sobre el tapete y sin solución de continuidad, el nombre y apellido de Diego Maradona quien todavía es motivo de simpatías y hasta de pasiones, no obstante ser un claro exponente de la decadencia Argentina. Como parte destacada de su contexto, un político - el diputado porteño del Frente para la Victoria, Juan Cabandié - en franca coherencia con lo que sucede hasta propuso levantarle a Maradona un monumento en vida, lo que nos permite hablar de una progresión de lo que nos ocurre. No nos referimos al ánimo que dejó la derrota deportiva que puede sucederle a cualquiera, sino por representar este decadente futbolista que tantas y justas simpatías despertó en el pasado, el endiosamiento de la incapacidad, de la pérdida de los valores, de la falta de límites morales, la carencia del necesario urbanismo al que está obligada toda figura pública, por ser un drogadicto identificado con los responsables de la tragedia que agredió a nuestra Patria en los años sesenta y setenta, por carecer de la voluntad de redimirse, por operar hoy día como agente de propaganda de esos agresores externos, por no expresar a la familia como base de la sociedad y finalmente, por privilegiar un rol protagónico de baja categoría y, en consecuencia, carente de objetivos superiores.

La señora Satragno no podía decirlo en ese momento porque el dato no estaba lo suficientemente divulgado, pero nosotros podemos aludir a otro tema concurrente que ya es conocido: el empeño kirchnerista por utilizar electoralmente un hipotético triunfo argentino en Sud Africa y aprovechar en tal sentido, la proyección popular que incrementaría la imagen de Maradona a quien se le daría un lugar muy destacado en las boletas del oficialismo con la esperanza de favorecerse en las urnas. En realidad y en función del personaje que motiva estas líneas, esta referencia constituye toda una síntesis del cansador y largo momento que vive la Argentina y permite valorar la calidad y contenido de las movidas políticas que se planifican o ejecutan en el cada vez más difícil escenario de la convivencia institucional.

Como reflexión final y aparentemente excesiva habida cuenta del personaje en danza, diremos que si Maradona es renunciado como director técnico, el hecho contendrá un significado político carente de abstracciones. Sólo representará la vigencia de acciones inferiores que atraen los pensamientos de quienes ocupan el lugar de la dirigencia ausente.

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