lunes, 23 de julio de 2018

HEROINO

Macri lucha por su reelección y pone todo su esmero en ello PorNicolás Sanz - 22/07/2018 Es sabido que el presidente Mauricio Macri tuvo un fuerte descenso de apoyo social, ello, tras una retahíla de decisiones que comenzaron con la reforma previsional, aprobada luego de las elecciones legislativas del 2017, los tarifazos, el préstamo peticionado al Fondo Monetario Internacional, la corrida cambiaria, y como si fuera poco, la nueva bomba que acaba de explotar referida a los aportes apócrifos en las dos últimas elecciones nacionales. Es dable aclarar que el escándalo por los aportantes truchos no tocó solamente a Cambiemos, sino que también manoseó al Frente para la Victoria y al Frente Renovador, aunque el alboroto fue más trascendente en el caso del oficialismo de turno. Uno de los ejemplos más particulares se encuentra vinculado directamente a la otrora jefa de Estado, Cristina Kirchner. El 22 de agosto de 2017 fallecía Norberto Campos, sin embargo, éste mismo, con idéntico DNI, el 27 de septiembre del mismo año realizó un aporte a la campaña de la actual senadora de mil pesos, es raro que los muertos voten, aunque no es la primera vez que lo hacen en la Argentina. Volviendo al caso del oficialismo, en las últimas horas vociferó Brenda Osso, ex empleada de la empresa Murata SA –la cual presta servicios al Gobierno porteño-, y aseguró que figuraba como aportante de 95 mil pesos para las PASO, 30 mil pesos para las presidenciales de 2015 y 16.500 pesos para las legislativas del año pasado, aunque aseveró no ser un caso aislado, según ella, 11 empleados más de la misma empresa también aparecieron en la lista. Ni hablar del aporte del cuñado del presidente, a la sazón hermano de Juliana Awada, Daniel Awada, quien en 2015 declaró ganancias por 1.063.200 pesos, sin embargo, aportó 2.600.000 pesos a la campaña electoral de Macri del 2015. Por dicha razón, el Gobierno, y sobre todo el primer mandatario, se vio exhortado a tomar ciertas decisiones para aumentar su popularidad, alguna de ellas ingeniosas vale mencionar. Una de los primeros atrevimientos fue determinado por la Gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, quien peticionó la renuncia de quien fuera la contadora general de la misma provincia, Fernanda Inza, como si toda la culpa recayera sobre su espalda, aunque, vale mencionar, ni siquiera era funcionaria en el 2015. Obviamente Macri iba a hacer lo suyo, lo primero que se le ocurrió fue enviar al jefe del interbloque Argentina Federal, Miguel Ángel Pichetto, a augurar sobre la candidatura presidencial de Cristina, y como siempre, existe aquel que cae de maduro, en este caso fue el gobernador de la provincia de Salta, Juan Manuel Urtubey, quien también pertenece al Partido Justicialista. Esta doctrina se entiende de la siguiente manera: la antagonista más imponente que posee el Gobierno permanece en absoluto silencio, por tanto, suena bastante elocuente incluir a la líder de Unidad Ciudadana en el debate sobre las próximas presidenciales para generar polarización y, de esa manera, lograr promover el apoyo hacia el oficialismo, no por mérito propio, sino que por desmérito del Kirchnerismo. El presidente incluso inició un plan de constante contacto con la gente mediante conferencias de prensas, las cuales, según aseguran funcionarios que se concentran en su alianza, se realizarán una vez al mes con el objetivo de que se convierta en algo rutinario y evitar que sea visto como una escena de lo negativo. Además de emplear un método desconocido dentro de la política utilizando la plataforma de Instagram, el mandamás argentino respondió hace pocos días a ciertas incógnitas enviadas por ciudadanos de a pie, una medida plausible, dicho sea de paso, y más si se la compara con el cristinismo, cuando, es dable rememorar, si todo estallaba, la entonces presidenta prefería esconderse en la Quinta de Olivos antes que salir a brindar alguna explicación mínimamente escueta. La pregunta en este caso refiere hasta qué punto vale la pena tanto esfuerzo por parte del presidente, ya que, si bien dijo que permanecería en la presidencia el tiempo que la ciudadanía lo precise, no supo responder si le gusta ostentar dicho cargo. Sin embargo, es un tanto paradójico e incluso contradictorio su constante contacto a los disparos sociales, teniendo en cuenta que en varias ocasiones evadió ceremonias que comprenden una asaz relevancia. El acto del Día de la Bandera es el ejemplo más pujante, aunque no el único, vale resaltar su negativa a la participación de la 132º exposición de ganadería, agricultura e industria internacional de La Rural programada para el próximo sábado 28 de este corriente julio, entre otros eventos en los que figuró como ausente. Como se puede observar, el presidente Macri pone todo su esmero en recoleccionar el aval social, aunque es un trabajo desmedidamente arduo. Al jefe de Estado le está costando sobremanera luchar contra sus propios fantasmas y reflejar la transparencia de la que tanto se jactó su Gobierno durante las elecciones y, sobre todo, se le complica demostrar la legitimidad que tanto patrocinó. Tal como manifestó el otrora gobernador de Nueva York, Mario Cuomo: “Se hace campaña en poesía y se gobierna en prosa”.

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