viernes, 7 de junio de 2013
DEKAGADA
Por Nicolás Márquez (*)
Como es sabido, tras 10 años de kirchnerismo (2003-2013), el régimen usó la fecha patria del 25 de mayo para arrastrar a las muchedumbres mendicantes en inequívoco acto proselitista para celebrar no la mencionada fiesta nacional sino “la década ganada”, según rezaba el aforismo oficial.
Para tal fin se montó un aparataje de micros, viandas y prebendas financiadas con fondos estatales para que la masa clientelar acuda a aplaudir a Cristina en su monólogo y, al mismo tiempo, se entretuviera con los shows oficialistas animados por el desafinado cantorcito Fito Páez (quien fue al evento con distintivos de la bandera de Venezuela), el trovador castrista cubano Silvio Rodríguez y algunos otros pasatiempos complementarios.
Lo cierto es que tras diez años de gobierno continuo, los voceros del kirchnerismo suelen ufanarse alegando que en este lapso el país creció y mejoró, sin aclarar que el precio de los commodities se sextuplicó en esta década, de modo que resultaría matemáticamente imposible no haber mejorado siquiera un poco, máxime si tomamos como base y parámetro la crisis padecida en el año 2001.
Asimismo, esta excelente situación macroecómica involucra a toda América Latina, motivo por el cual para analizar el verdadero alcance de la “década ganada” tendríamos que parangonar nuestra evolución con la de los países vecinos, como para poder tener un parámetro que nos permita saber si crecimos gracias al kirchnerismo o a pesar del kirchnerimo.
¿Qué conclusiones podemos sacar en el marco del gobierno más largo de la historia argentina, que gozó del mejor contexto económico y que además tuvo virtualmente el poder hegemónico? Vayamos a cuentas.
Empecemos por las exportaciones totales entre el año 2003 al 2012 y notemos en dónde estamos parados. Por ejemplo, nótese cómo el festival de números optimistas que solemos escuchar en las transmisiones de los partidos de fútbol se desvanece de manera rotunda cuando comparamos la suerte de la Argentina respecto del resto de los países de América Latina. En estos 10 años hemos crecido las exportaciones en un 172%. ¿Suena auspicioso, verdad?. Pues comparado con el guarismo que ostentan nuestros vecinos es un desastre: ocupamos el lugar número 10 en América Latina sobre 11 países escrutados. En efecto, nuestro crecimiento exportador está en décimo lugar[1] muy por debajo de Bolivia (que aumentó un 570%), de Perú (que aumentó un 407%), de Ecuador (aumentó un 385); Colombia (un 367) y así sucesivamente.
Otra medición que se cierne entre nosotros con suma preocupación es la concerniente al Riesgo País, índice del que no escuchábamos hablar desde los tiempos del crack del año 2001. Resulta que la Argentina exhibe (a julio del 2012) el escandaloso guarismo de 1103 puntos básicos (superando a la republiqueta de Venezuela) y se convierte en el coeficiente más alto de América Latina[2]. Ante estos datos, uno de los argumentos en los que abrevó el régimen consistió en mentir alegando que “el mundo no se nos cayó encima”, cuando en verdad nosotros nos caímos del mundo y ningún inversor ni empresario ni accionista nos otorga el menor gesto de credibilidad. !Y lo bien que hacen!: ¿acaso algún inversor serio podría confiar en un ministro tembloroso como Hernán Lorenzino, quien incurre en ataques de pánico ante una pregunta elemental de una reportera extranjera? ¿O acaso va a confiar en el ministro de economía anterior al actual, Amado Boudou, actualmente imputado en 54 causas de corrupción?, ¿o en la ministro de economía anterior a Boudou, la delincuente Felisa Micelli, recientemente condenada por la justicia? ¿Quién va a invertir en un país que no sólo tiene la inflación más alta del mundo sino que encima niega tener esos guarismos? Pero vayamos a ver algunos datos concretos para que estas reflexiones no sean simples comentarios abstractos.
Se sabe que en los últimos años la gran vedette para los inversionistas ha sido y sigue siendo Latinoamérica. Pues miremos este informe reciente de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina), entidad que depende de las Naciones Unidas: en el año 2012, la región recibió 173.361 millones de dólares en concepto de inversión extranjera directa. Si el flujo de inversiones récord en Latinoamérica durante 2012 se consideró una ola de dólares, lo de América del Sur en particular fue un verdadero tsunami, ya que recibió de ese monto el 83% de la IED total, es decir que u$s 143.831 millones tuvieron destino sudamericano. De ese total tan solo el 8,7% de esa inversión llegó a la Argentina: 3 veces menos que Chile, por ejemplo.
Otro dato interesante a rescatar (máxime en un gobierno que vive clamando contra “el imperialismo”) lo hemos obtenido del mismísimo INDEC, quien nos confiesa que de las 500 empresas más grandes del país, 322 son de capitales extranjeros y solamente 188 argentinas. ¿En qué quedó la cacareada “burguesía nacional”?
Si bien en esta década tuvimos los mejores términos de intercambio de 200 años de historia, prácticamente nada ha funcionado bien. El gobierno en vez de darle oxígeno a los ciudadanos los atosigó con impuestos confiscatorios aplicando la mayor presión tributaria que se recuerde: el 40% del PBI es secuestrado por el Estado en impuestos (incluyendo el impuesto inflacionario).[3] ¿Qué se hizo con tamaña recaudación?, de las obras de infraestructura confeccionadas en este decenio por el kirchnerismo no se puede enumerar siquiera ni una sola obra relevante que hayan iniciado y terminado: construyeron apenas 100 km de autopistas y autovías por año (lo mismo que la provincia de San Luis, que tiene un presupuesto cien veces menor). Edificaron dos pequeños gasoductos en la Patagonia para no más de 200 mil personas (y las obras terminaron en escándalos judiciales, como la obra de Skanska[4]). Construyeron apenas 350 mil viviendas en una década (menos que en los años noventa cuando los commoditties tenían un precio 6 veces menor). No se levantó ni una sola represa hidroeléctrica de importancia (apenas terminaron una ya muy avanzada en San Juan)[5]. Colapsó el sistema ferroviario (los familiares de los muertos 51 de la “tragedia de Once” pueden dar fe de ello[6]) y la infraestructura edilicia es tan vetusta que se inundó hasta el barrio donde vive la madre de la Presidente (los familiares de muertos de la inundación en La Plata también nos pueden ilustrar con su triste testimonio). Asimismo, en otros rubros esenciales, las demagógicas estatizaciones desinflaron la producción del petróleo y el gas[7]. Promediando el año 2013, la mitad de los argentinos no tiene cloacas y un tercio no cuenta con gas natural, ni agua corriente.
Otro índice en que no dejamos de dar vergüenza, es el de la inflación, en cuyo ránking mundial descollamos con maradoniano orgullo[8]: la misma oscila entre el 25 y el 30% anual y está entre las 4 más alta del mundo junto a Sudán, Sudán del Sur y Bielorrusia.
¿Cómo venimos en corrupción? Si bien en este asunto tenemos material como para hacernos una panzada y la nómina de escándalos da para que le dediquemos varios libros de muchos tomos al asunto, sólo nos limitaremos a indicar que conforme el estudio efectuado por Transparencia Internacional (TI), en el año 2013 ya ocupamos el puesto 102[9] (compartiendo el puesto con Burkina Faso, Yibuti y Gabón) entre las 176 naciones evaluadas.
Pero no queremos dejar de detenernos a indagar un poco en la Institucionalidad, dado que en el año 2007 el lema de campaña de Cristina Kirchner consistió en prometer “mejorar la calidad institucional”, la misma calidad institucional que había devastado su marido entre el año 2003 y el 2007, pero que ella se comprometió a reconstruir. Desde entonces, no sólo no se reconstruyó nada sino que hemos retrocedido. Así lo confirma el ránking mundial de Calidad institucional, el cual nos indica que desde el año 2011 ocupamos el indecoroso puesto número 122[10] y desde el año 2007 (en el cual asumió Cristina), la Argentina se ha convertido junto a Nicaragua en el país que más lugares perdió hasta hoy: descendió 29 puestos.
¿Pero acaso este gobierno no fue premiado por la gente a través del voto? Sí, y este es el aspecto más grave, porque de manera consecutiva el grueso de la población no ha vacilado en sufragar en favor de un gobierno que se ha constituido en el colmo del peronismo: roban pero no hacen.
Todo indica que con lucidez tardía (algo frecuente en la sociología argentina), el grueso de la población ha tomado nota de la fantasmagórica naturaleza de la banda que detenta el poder del Estado, y ha decidido no renovarle el contrato. Veremos si las elecciones venideras confirman esta reacción cívica a destiempo, pero reacción cívica al fin.
(*) Nicolás Márquez publicará en las próximas semanas un libro sobre kirchnerismo junto a Agustín Laje.
La Prensa Popular | Edición 205 | Viernes 7 de Junio de 2013
NOTAS:
[1] La Argentina ya no está en el podio de principales exportadores de la región. DNI. 02/11/2012
http://www.consultoradni.com/la-argentina-ya-no-esta-en-el-podio-de-principales-exportadores-de-la-region/
[2] Riesgo país: Argentina vuelve a liderar el ranking de la región. 11/07/2012
http://www.iprofesional.com/notas/140307-Riesgo-pas-Argentina-vuelve-a-liderar-el-ranking-de-la-regin
[3] Década K: todo lo que no hicieron Néstor y Cristina. Marcelo L. Massía. Tribuna de Periodistas.
http://periodicotribuna.com.ar/14420-decada-k-todo-lo-que-no-hicieron-nestor-y-cristina.html#.UaS-vNLG9Rx
[4] El caso Skanska estalló cuando el juez en lo Penal Tributario, Javier López Biscayart, probó que los gerentes de la constructora sueca admitieron el uso de facturas truchas para disimular el pago de coimas en construcción de obras para las empresas Transportadora de Gas del Sur (TGS) y Transportadora de Gas del Norte (TGN). Constituye de uno de los mayores escándalos de corrupción de la era Kirchner.
[5] Década K: todo lo que no hicieron Néstor y Cristina. Marcelo L. Massía. Tribuna de Periodistas. http://periodicotribuna.com.ar/14420-decada-k-todo-lo-que-no-hicieron-nestor-y-cristina.html#.UaJWYdLG9Rw
[6] El 22 de febrero de2012 a las 8 y media de la mañana una formación de ocho vagones con más de 1200 personas a bordo chocó contra el paragolpes de contención de la plataforma número 2 de la estación Once. Murieron 51 personas y más de 700 resultaron heridas. La tragedia fue de la consecuencia de la desinversión: se invirtió apenas el 10% de lo necesario para mantener el stock de los trenes metropolitanos.
[7] “La producción petrolera en la Argentina viene cayendo sistemáticamente desde el pico de 1998. Acumuló una contracción del 32% desde un máximo de 490 millones de metros cúbicos en ese año a 33 millones en 2012. Y en el caso del gas natural, tras alcanzar el máximo histórico de 52 millones de metros cúbicos en 2004, el año 2012 cerró con menos de 44 millones, casi 17% por debajo del pico (…) Parte del déficit energético lo campeamos importando gas boliviano, gas licuado (GNL) o fueloil venezolano a precios internacionales. A su vez, el gobierno paga estos precios, más elevados que los del productor local, con dólares cada vez más escasos” ver Eduardo Levy Yeyati – Marcos Novaro – Vamos por todo – Editorial Sudamericana-2013- Página 280, 281.
[8] http://www.aimdigital.com.ar/aim/2012/11/21/argentina-el-cuarto-pais-con-mayor-inflacion-mundial/
[9]La Argentina logró otro aplazo en el ranking de corrupción. Por Lucrecia Bullrich para La Nación. 05 de diciembre de 2012http://www.lanacion.com.ar/1533517-la-argentina-logro-otro-aplazo-en-el-ranking-de-corrupcion
[10]Argentina cayó 29 puestos en el ranking de calidad institucional. Informe de la Fundación Libertad.http://www.on24.com.ar/nota.aspx?idNot=54291
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