sábado, 19 de octubre de 2013
BAJAS CALORÍAS
Por Malú Kikuchi (20/10/2013)
Argentina se ha convertido en un país “bajas calorías”. Aparentemente lo “light” está de moda y lo cierto es que nuestros políticos son “light”, o juegan a serlo, o siguen los consejos de sus asesores que les dicen que hay que ser “light”. Nada de definiciones, sólo simpatía y buena voluntad.
Lo siento, personalmente necesito algo más. No me refiero al gobierno, ni a sus candidatos, de ellos sabemos todo lo que hay que saber, por desgracia. Me refiero a los opositores, algunos de cuales me veré obligada a votar.
Todos hablan de “basta de enemigos, somos adversarios”, y eso es bueno. Pero entre tanta “paz y amor”, volvemos a los 70. ¿Cómo se definen los políticos opositores al tema de la guerra civil argentina de la década de los 70? Todos critican el terrorismo de estado, ¿y los terroristas cipayos argentinos a sueldo de la URSS, vía Cuba, que empezaron la violencia?
Ningún candidato opositor ha abierto la boca para decir que el “Cordobazo”, principio del horror, fue llevado a cabo por los obreros mejor pagados de América Latina. Nadie habla de las víctimas del terrorismo que dio origen al otro terrorismo. Nadie habla de las balas, las bombas, los secuestros de los “maravillosos muchachos idealistas”. Se habla del terrorismo de estado.
Marcos Paz rebalsa, amontona miembros de las FFAA, algunos de ellos se ganaron el lugar haciendo méritos ciertos para estar allí. Desaparecidos y bebés sorteados como en una rifa, ameritan que muchos de ellos estén ahí. El resto no. Pero de eso no se habla. No queda bien, es pesado, está lejos en el tiempo, no para el gobierno que lucra políticamente con los 70, porque la oposición lo permite, y no se le anima. El tema no es “light” y las definiciones son peligrosas.
Ningún candidato opositor se refiere a la más larga y sangrienta dictadura americana: la Cuba de los Castro, están por cumplir 55 años ininterrumpidos en el poder. ¿Alguien escuchó algún comentario al respecto de parte de nuestros candidatos? Además de las sonrisas, la mayoría se ven muy falsas, se ve que les cuesta, no quiero que me cuenten qué van a hacer, quiero que me expliquen cómo lo van a hacer. El tema energía nos devora las reservas y obliga a una emisión enloquecida, lo que trae la inflación insoportable que padecemos. ¿Cómo lo van a resolver?
¿Cómo vamos a salir de los subsidios sin desmoronar a medio país? No podemos volver al 2002, a las ollas populares y a que Vietnam nos mande ropa usada porque de la noche a la mañana tuvimos un 50% de pobres. El tema energético lleva tiempo, cómo y con quienes lo vamos a solucionar?
¿Cómo vamos a terminar con la corrupción? Los candidatos puede que sean absolutamente honestos, pero la corrupción está demasiado enquistada en todos los estratos de la sociedad. No basta con que digan que van a terminar con ella, tienen que explicar bien claro cómo lo van a hacer.
Nuestros candidatos son tan políticamente correctos que no se juegan, ni blanco, ni negro, los grises les sientan bien. Todo con esperanza y con fe. Aunque ese sea un eslogan del –marginado/necesitado/imprescindible- gobernador de la provincia de Buenos Aires, que juega para el gobierno, que nunca juega ni para él, ni con él. Pero hizo escuela en la oposición.
No necesito candidatos, que aunque sean buenos, inteligentes, honestos y bien intencionados, llegado el caso no sean capaces de decir:”voto en contra”, y diga:”mi voto no es positivo”. (Esta reflexión no es mía, la repito porque estoy de acuerdo con ella). Necesito una posición clara con respecto a la guerra en Siria. Necesito saber que piensan de la ex Botnia y de la disparatada situación con nuestra hermana república del Uruguay. Y la droga, y el narcotráfico y la connivencia con algunas fuerzas de estado.
Necesito definiciones sobre temas urticantes en los que hay que jugarse. El gobierno lo hace, desde mi punto de vista, mal, pero lo hace. Enfrente son demasiado “light”. Exijo, porque es mi derecho constitucional y porque en una república, que espero volvamos a ser, no hay nadie más importante que un ciudadano, que se definan sobre todos los temas. Es muy difícil votar sin saber qué piensan sobre ítems que hacen a la vida del país y del mundo. Pareciera que el FPV está de salida del poder absoluto. La gente ha crecido mucho, no se quedó en los 70 y no pretende solucionar nada fuera de los tiempos constitucionales. La gente sabe que los políticos deben dialogar e intercambiar ideas. Admito que los candidatos han hecho el esfuerzo de debatir, y eso ya es un gran paso hacia la civilización política.
Pero deben definirse sobre temas esenciales, aunque no sean de bajas calorías y les hagan perder algunos votos. Por ahí se llevan la sorpresa de ganar, además de la dignidad de apostar por lo que piensan, más votos que los que pudieran perder. No es tarde. Les quedan 5 días, y en ese tiempo se puede ganar una guerra o varias bancas en ambas cámaras.
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