Recuerdo la pasión de mi padre cuando hablaba de ese Gran Político Argentino, nacido en Rosario y llamado “El Fiscal de la Nación” que fundó el Partido Demócrata Progresista, el 14 de diciembre de 1914 y que este domingo cumple su centenario. Me refiero a Lisandro de la Torre, un ejemplo de sabiduría, honestidad y una férrea lucha contra la corrupción, que defendió La República y la Democracia como pocos y nunca claudicó en la defensa de estos principios. Mis tíos José Pedro y Carlos Olmedo Zumarán, amigos personales de Don Lisandro, fueron destinatarios de “La Carta de Despedida” del 5 de enero de 1939 cuando decidió suicidarse en su departamento de Esmeralda 22 de esta ciudad donde allí estaremos para recordarlo. En el libro “Cartas de Lisandro de la Torre” de Raúl Larra contiene una serie de inolvidables misivas que muestran la inteligencia, clase, honestidad, principios y sabiduría de Don Lisandro. En una de ellas, del 28 de octubre de 1916, a su amigo Alberto Gerchunoff, afirma: “Ha de llegar el día en que nos sea dado cumplir con nuestros deberes cívicos sin transacciones desagradables con los traficantes y con los sinvergüenzas. Para este momento su compañía será una satisfacción y un honor” y en su última carta a su mejor amigo, el Dr. Juan José Díaz Arana, le pide:
“Querido Pepe: Me sobran 250 pesos. No dejo sin pagar ninguna cuenta chica, ni sastre, ni zapatero, ni sirvienta, etc.. Pero algunos gastos han de causarse y los 250 pueden servir. Tuyo”
Murió sin bienes, un hombre ejemplar que debatía con firmeza pero tenía gran relación con quienes no pensaban como él, simplemente un demócrata. Imagino el pesar de Don Lisandro al ver que la corrupción contra la que él lucho incansablemente se ha adueñado de la República.
Felicito al Diputado y Secretario General del Partido, Oscar Moscariello la organización de los homenajes a tan brillante figura de la Política Nacional, tan olvidada como su honestidad, por los políticos actuales. Estaremos presentes en los mismos y rogamos a quién corresponda que no demore más la reparación del Busto, arrasado, en la Estación del Ferrocarril Mitre que lleva su nombre.
Alejandro Olmedo Zumarán.
aolmedozumaran@gmail.com
Recuerdo la pasión de mi padre cuando hablaba de ese Gran Político Argentino, nacido en Rosario y llamado “El Fiscal de la Nación” que fundó el Partido Demócrata Progresista, el 14 de diciembre de 1914 y que este domingo cumple su centenario. Me refiero a Lisandro de la Torre, un ejemplo de sabiduría, honestidad y una férrea lucha contra la corrupción, que defendió La República y la Democracia como pocos y nunca claudicó en la defensa de estos principios. Mis tíos José Pedro y Carlos Olmedo Zumarán, amigos personales de Don Lisandro, fueron destinatarios de “La Carta de Despedida” del 5 de enero de 1939 cuando decidió suicidarse en su departamento de Esmeralda 22 de esta ciudad donde allí estaremos para recordarlo. En el libro “Cartas de Lisandro de la Torre” de Raúl Larra contiene una serie de inolvidables misivas que muestran la inteligencia, clase, honestidad, principios y sabiduría de Don Lisandro. En una de ellas, del 28 de octubre de 1916, a su amigo Alberto Gerchunoff, afirma: “Ha de llegar el día en que nos sea dado cumplir con nuestros deberes cívicos sin transacciones desagradables con los traficantes y con los sinvergüenzas. Para este momento su compañía será una satisfacción y un honor” y en su última carta a su mejor amigo, el Dr. Juan José Díaz Arana, le pide:
“Querido Pepe: Me sobran 250 pesos. No dejo sin pagar ninguna cuenta chica, ni sastre, ni zapatero, ni sirvienta, etc.. Pero algunos gastos han de causarse y los 250 pueden servir. Tuyo”
Murió sin bienes, un hombre ejemplar que debatía con firmeza pero tenía gran relación con quienes no pensaban como él, simplemente un demócrata. Imagino el pesar de Don Lisandro al ver que la corrupción contra la que él lucho incansablemente se ha adueñado de la República.
Felicito al Diputado y Secretario General del Partido, Oscar Moscariello la organización de los homenajes a tan brillante figura de la Política Nacional, tan olvidada como su honestidad, por los políticos actuales. Estaremos presentes en los mismos y rogamos a quién corresponda que no demore más la reparación del Busto, arrasado, en la Estación del Ferrocarril Mitre que lleva su nombre.
Alejandro Olmedo Zumarán.
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