jueves, 18 de diciembre de 2014

SEÑOR 5 0 EL TONTO DE CRISTINA

Curso acelerado de "Señor5" Por Rubén Lasagno Ante los cambios en el área de la Inteligencia estatal, es bueno hacer algunos comentarios respecto de lo que ha sido y es para los sucesivos gobiernos, un área que debiera estar destinada a la salvaguarda de los intereses nacionales, la lucha contra el narcotráfico y el análisis anticipado de la información y los potenciales conflictos, para ayudar a la política a aplicar estrategias y contribuir a la paz social. Nada de estos sucede y como si fuera poco, de vez en cuando, aparecen fantoches políticos disfrazados de Maxwell Smart, opinando de lo que nunca supieron, excepto de las roscas políticas, las operaciones contra opositores y la caja. "En el país de los ciegos, el tuerto es rey", reza el proverbio y con esta sencilla introducción podríamos marcar a los que van y vienen por la SI (ex SIDE), los que hablan de ella por los medios cada vez que hay un cimbronazo político y a los que se las dan de entendidos en materia de Inteligencia nacional. Ninguno de ellos sabe nada, son neófitos, improvisados, políticos generalmente rezagados de otros cargos y puestos a cuidar la gallina de los huevos de oro, porque el organismo de Inteligencia estatal es básicamente: una herramienta política y de operación fenomenal y además, una caja envidiable con el manejo de fondos secretos de manera arbitraria y sin control y en este período de la década ganada, más secretos y descontrolados que nunca. Se fue Héctor Icazuriaga, el "Señor 5" y Francisco Larcher, el "Señor 8" y entra Parrilli de Secretario, que sabe de Inteligencia lo mismo que un crustáceo de Filosofía y Aníbal Fernández que corrió la tapa del freezer y no tardó un minuto en renunciar a su banca para correr al lado de la presidenta, mientras su lugar calentito lo toma otro que quiere despegar desde hace rato. Es posible que desde mañana a Parrilli lo asistan con un curso acelerado de Señor 5, dictado directamente desde la oficina del Agente 86 y en pocas horas salga un experto funcionario del área, pero lo dudo. Tal como pasó con sus antecesores, Parrilli no necesita romperse la cabeza para entender cómo funciona el proceso de la Inteligencia, ni mucho menos, solo basta que esté allí, como los otros, para cuidar la caja y atender las necesidades del patrón de turno. El día que no lo haga bien o que crea que es Maxwell Smart y pretenda hacer cosas para las que no está preparado, desde adentro mismo de "la casa" se lo harán notar y se tendrá que ir; como otros, como siempre sucedió. Cuando arrecian estos vendavales en el área de Inteligencia, no es por disputar la capacidad de uno y otros, es porque hay desconfianza de que alguien roba sin autorización o hacen "la personal" en materia política y de gestión. Generalmente eso pasa cuando comienza el declive del poder y las bandas comienzan a tocar. Como los otros también, el desconocimiento supino que tienen ("los señores 5") en la materia, los hace depender de las viejas cucarachas que han sobrevivido a todos los cataclismos políticos y se la rebuscaron para permanecer. Esos, los que le darán la palmadita cuando llegue y correrán a coronarlo de confianza cuando se sienta "Señor 5", serán los que le aplicarán la patada en el culo cuando se vaya y lo ayudarán a caer en desgracias y lo que es peor: lo consignarán a la pena de no poder hablar del tema, nunca más; pero no por guardar el Secreto de Estado, sino, por no revelarse cómplice. Como si eso fuera poco, apareció otro ex "Señor 5" opinando como si supiera. Nos referimos al inefable Miguel Ángel Toma, otro inútil que pasó por el organismo sin penas ni glorias, o con más penas que glorias y ni siquiera supo y pudo controlar a su propia tropa. Ahora, solo falta que llamen desde algún medio nacional a Sergio Acevedo… Si quieren, los diarios de gran tirada pueden empatar la horda de inútiles, transeros, y obedientes cajeros, llamando a Santibañez o en su defecto "al tío" Hugo Anzoarreguy, que se enriqueció como por arte de magia, mientras cumplía las sacrificadas funciones de un "señor 5" menemista. Pasarán y pasarán los "Señores 5" o "señores 8" y cada uno que llegue pensará que por ósmosis, solo entrando en el edificio de 25 de Mayo 11, se convertirá como Max Stell, en un ser extraordinario, avezado hombre de Inteligencia que ayudará a descubrir la pólvora que ya está descubierta y cuidar la caja, que ya se la han robado. Y construirá para adelante, con promesas de cambio y reestructuraciones, para que nada cambie y todo sea aún más costoso, más laxo, menos profesional, por ende menos útil al país y se sentirá omnipotente al tener para sí todos los recursos que siempre soñó tener para perseguir a sus enemigos políticos, al servicio de la presidenta. Y perecerá como todos los "Señores 5"; con una condición extra que lo distinguirá de cualquier otro puesto que ocupe en el gobierno: quien pone las manos en el barro, nunca más puede hablar y no porque la Ley de Inteligencia se lo prohíba, sino porque se lo prohíben sus propias convicciones que entran en contradicción con la pretensión de querer volver a ser un funcionario honesto, cuando acarició la cartera inconmensurable de los fondos secretos.

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