domingo, 7 de diciembre de 2014

LA FABRICANTE DE HUMO

Bienvenidos al Cristina Big Show: Parches & maquillaje ¿Algo ha cambiado? Nada. Pero Cristina Fernández de Kirchner luce mejor: remiendos por aquí, parches para allá. Y va tirando... Del lado de enfrente, nada. Todos le dejan hacer, y ella sigue. ¿Qué suma de nuevo Axel Kicillof? ¿Acaso alguien cree que puede cambiar el escenario sus anuncios 'inflados' sobre bonos que nadie quiere? No. ¿Se ha interrumpido el ¿fin de ciclo'? No. Pero cuando no hay petardos, lucen hasta las fosforitos... Es lo que hay y si no le guste, no hay a quien protestar. Cristina, una especialista en fabricar humo. Y sigue liderando ese negocio. Sus rivales no producen ni siquiera humo... por CLAUDIO M. CHIARUTTINI CIUDAD DE BUENOS AIRES (Sin Saco y Sin Corbata). Otra vez Cristina Fernández volvió a demostrar que es mejor “tiempista” que todas las corporaciones, sindicatos y políticos opositores y que retiene una capacidad para controlar la agenda, sumar poder y construir identidad como nadie en el escenario político argentino. Sin embargo, al mismo tiempo, también queda desnuda su creciente permeabilidad a las presiones y la dificultad para poder mantener sus alianzas con grupos minoritarios que le facilitaron al kirchnerismo estos 11 años de Gobierno. Dos fueron las movidas que mostraron el “tiempismo” y capacidad de desarticulación de la oposición que tiene la Presidente de la Nación. Por un lado, el anuncio de la desgravación del aguinaldo para los sueldos mayores a $35.000 y, en segundo lugar, el canje, recompra y colocación de deuda que presentó el Ministro de Economía, Axel Kicillof. Cristina Fernández esperó que Hugo Moyano y Luis Barrionuevo pusieran fecha al paro general para anunciar la eliminación de Ganancias del aguinaldo de Diciembre, pese a que la decisión ya había sido tomado hace varias semanas. La idea fue dejar mal parada a la CGT opositora, algo que logró, al tiempo que posicionó a sindicalistas amigos como Gerardo Martínez (Construcción) y al metalúrgico, Antonio Caló, que apostaron públicamente a un cambio de opinión de la Mandataria. En el moyanismo hacen una lectura diferente: cree que el anuncio de paro obligó a Cristina Fernández a cambiar de opinión. Algo de razón tiene. La Casa Rosada se sorprendió cuando los 22 gremios del transporte amenazaron con paros en Navidad y Año Nuevo. “No podemos darnos ese lujo”, dijeron cerca de la Presidente de la Nación, en especial, cuando se espera que los viernes 26 de Diciembre y 2 de Enero se declaren “feriados puentes”. “Si la gente no puede moverse, estamos en la lona”, reconocieron. Fue un límite que le impuso el moyanismo, sin Hugo Moyano. Tampoco fue casual que se eligiera la 20ª Conferencia Industrial para realizar el anuncio. La Casa Rosada venía recomendando a los gremios que exigieran de los empresarios un bonus o pago compensatorio por la pérdida de ingresos de bolsillo que generaba la medida fiscal, lo que sacaba el conflicto de la calle y lo trasladaba a las plantas. “Nos salvamos”, afirmaron. Así, en forma muy sencilla, la Presidente de la Nación dejó sin banderas de reclamos al sindicalismo opositor, cumplió con su promesa a los gremialistas kirchneristas de que estudiaría el tema, inyectó dinero adicional al consumo de fin de año y eliminó un tema de queja en los trabajadores con altos sueldos y gran capacidad de daño si llegan a tomar medidas de fuerza, como petroleros, camioneros y bancarios. Además, de esta forma, Cristina Fernández descolocó al moyanismo, no se dejó extorsionar, frenó los intentos de reunificación de las dos CGT (ahora, Antonio Caló no quiere ningún acuerdo con Hugo Moyano diciendo “negociando, se consigue todo”), alivió la presión sobre los empresarios e industriales y benefició a casi 785.000 trabajadores que incrementarán, por ahora, sus ingresos de bolsillo. Toda ganancia para el Gobierno, dado que no se recordará la tensión previa y se gozarán los beneficios. Además, en la Casa Rosada tomaron el anuncio como una nueva demostración de fuerza de la Presidente de la Nación, dado que la medida se presentó cuando quisieron, como esperaban, en el ámbito que eligieron y con los interlocutores que prefirieron. Es más, no hicieron partícipes a los sindicalistas del anuncio para que no reciban un miligramo del beneficio que tuvo la medida en imagen positiva, empatía y prestigio. El segundo golpe de efecto fue la triple operación (recompra, canje y emisión de deuda) que anunció el ministro de Economía, Axel Kicillof. El mercado esperaba otra colocación de deuda antes de fin de año, pero no una ingeniería tan compleja que, si sale bien, puede despejar el horizonte financiero para el resto de lo que queda de mandato de Cristina Fernández. Es cierto que la emisión de deuda puede ser un fracaso, que nadie acepte el canje y, menos, la recompra de bonos. Pero con el aporte del Anses, los bancos y las aseguradoras, que rápidamente fueron llamadas para que adhieran en forma “voluntaria” a las tres opciones, en el Palacio de Hacienda creen que tienen asegurado la mitad del cupo fijado, justo lo que esperaban cuando diseñaron toda la operación. Otra vez el “tiempismo” fue óptimo, dado que se lanzó justo cuando comienza el “rally” de fin de año en los mercados, es decir, cuando se realizan fuertes cambios de posiciones para realizar ganancias o pérdidas y tomar posiciones para el nuevo año o, en el caso particular de la Argentina, para esperar al futuro Presidente de la Nación. Economistas críticos, que hasta hace una semana consideraban que el escenario de las reservas para el Banco Central era preocupante y dudaban de que la Argentina pudiera intentar emitir deuda en los mercados de deuda por el default, apoyaron cálidamente y masivamenteel anuncio. En forma paralela, el Gobierno avanza en las medidas necesarias para hacer un tránsito hacia la salida del poder en forma despejada y en consolidar las batallas que tiene con sus enemigos tradicionales. Por ejemplo, en el Senado aprobaron el adelantamiento de la puesta en vigencia del Código Civil y Penal Unificado, de 2016 a Agosto del año que viene; y se convirtió en Ley el Código Procesal Penal que otorga una discrecionalidad en la Justicia como nunca antes tuvo un Presidente de la Nación. En el Congreso, pese a los problemas que tiene para alinear a sus propios legisladores, avanza la creación de una comisión que investigue las 4.040 cuentas del HSBC en Suiza, para poder hacer un show mediático, quizás, durante el verano; otra comisión para investigar a los empresarios que tuvieron relación con la Dictadura Militar y la desaparición de trabajadores (un segundo show mediático), la Ley “Argentina Digital” que enfrenta, directamente, al Grupo Clarín y se analiza relanzar el Código Penal que redactó Eugenio Zaffaroni. Cristina Fernández quiere todo aprobado antes del 30/12, pero es muy, pero muy difícil que el Congreso se reúna después del 19/12; por lo cual, el verdadero poder que todavía tiene Cristina Fernández en el Parlamento se conocerá en los próximos 10 días. Después, una vez que cuente sus logros y fracasos, la Casa Rosada tendrá todo el verano para tratar de recomponer sus filas entre los legisladores. Pese a los 11 años de desgaste en el poder, el Gobierno kirchnerista es el protagonista político que mejor conoce el campo político, a sus enemigos, socios y a la opinión pública y ajusta sus tiempos con sumo cuidado. Puede cometer graves errores, como la lucha contra el campo por la resolución 125 o enfrentar a Sergio Massa el año pasado, pero con los logros, construye poder y estructura como ningún otro. Sin embargo, los problemas que existían hace un año, hoy se mantienen, en muchos casos, aún más profundos. Por ejemplo, al drenaje de divisas se oculta con el swap chino, el déficit fiscal con emisión monetaria, la recesión con planes que deberían impulsar, artificialmente, el consumo; el cepo importador, cuotificando la entrega de dólares; y la lista continúa. El oficialismo es “relato”, marketing político, acción política, “tiempismo” y conocimiento del enemigo; pero no evita que estemos en un “fin de ciclo”. Pero es una decadencia muy digna, dominando la agenda de los medios y desconcertando a la oposición. No es poco luego de 11 años.

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