domingo, 10 de abril de 2016
JUECES
La hora de los jueces
10/4/2016 OMAR LÓPEZ MATO
Tardaron demasiado.
Les llevó años, pero un buen día despertaron como la Bella durmiente y se percataron, sorprendidos, que los hunos habían saqueado al país, que a Jaime solo le faltaba robarle la monedita al cieguito que vende golosinas en Comodoro Py, y a Lázaro no le entraba más plata en la tumba de su socio.
Ahora los jueces, iluminados por la diosa Justicia, abren los ojos a la corruptela que conmovió al país.
Boudou compró Ciccone para cumplir el sueño del pibe de tener la máquina de hacer billetes, y parece que De Vido se quedó con algún vueltito (“hablen con Julio” ¿Se acuerdan?). El pequeño Kici llenó el manual de burradas económicas y Aníbal llenó el arco de pelotazos en contra.
También Alejandro Vanoli, cómo presidente del Central creía que era una tarea patriótica repartir billetes entre sus amigos. ¿Teníamos que llegar a este extremo?
Hace apenas meses atrás algunos jueces nada veían y nada decían, y todo estaba fenómeno. Ahora después del letargo, después del asesinato de un fiscal y de intento de silenciar a varios colegas, ahora y recién ahora se percatan que las cuentas no cierran, que despilfarraron todo, los bienes públicos, que nombraron empleados que nunca van a trabajar que vaciaron PAMI, que se llevaron las computadoras y los archivos, que dejaron tierra rasa en ministerios, municipios y empresas públicas.
¿Recién ahora se caen las vendas y pueden ver claramente la corrupción generalizada? Lorenzetti se pone las pilas para ser el paladín de la justicia, el Quijote de la legalidad. ¿Ahora se puso las pilas?
Los legajos acusatorios salen de oscuros rincones, ven el sol después de meses de encierro y toneladas de polvo, y con esa nueva luz que los ilumina ahora se dan cuenta que nadie que no haya ganado la lotería puede multiplicar su patrimonio por 20 o por 100, o por 1.000.
El Dr. Oyarbide se acoge a una jubilación privilegiada y de acá en más podrá exhibir su anillo fulgurante, sin que los periodistas lo esperen en la puerta de su departamento para sus declaraciones altisonantes… y mendaces. De todas maneras, alguien se hará cargo de pasarle las cuentas pendientes.
Ahora parece que funciona la justicia, pero todos nos preguntamos si ésta es la justicia que queremos.
¿Hicieron falta tantos años de silencio para que los jueces asuman sus funciones?
Era tiempo… pero también ha llegado el tiempo de revisar una justicia que no supo cómo defendernos en los momentos más oscuros de nuestra historia. ¿Habrán aprendido?
Omar López Mato
Médico y escritor
Su último libro es IATROS Historias de médicos, charlatanes y algunos tipos con ingenio
omarlopezmato@gmail.com
www.facebook.com/olmoediciones
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