sábado, 9 de abril de 2016
NO BASTA QUE LA MUJER DEL CESAR-----
“NO BASTA QUE LA MUJER DEL CÉSAR…”
Calendar abril 9, 2016 | Posted by Malú Kikuchi
Malú Kikuchi (9/4/2016)
Cuenta Plutarco en sus “Vidas paralelas”, que Julio César al repudiar a su mujer Pompeya, aún sabiéndola inocente, dijo: “No basta que la mujer del César sea honesta; también debe parecerlo”.
No es que se lo compare al presidente Mauricio Macri con la mujer del César, pero como ella, aún siendo inocente, tiene la obligación de parecerlo, y para parecerlo, tiene primero que demostrarlo.
Esta historia nace lejos y sin pretender involucrar a Macri en nada. Hace alrededor de un año, un NN (sigue sin darse a conocer) filtró información sobre un estudio de abogados situado en Panamá.
El NN pasó información sobre sociedades registradas en paraísos fiscales (11,500.000 documentos) al Studdeutsch Zeitung y este a su vez, se la pasó a ICIJ, “Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación”.
ICIJ está conformado por 400 periodistas (entre los cuales 4 argentinos), de 100 medios, de 80 países. La información recibida pertenecía al estudio Mossack & Fonseca, fundado en 1977, 44 filiales, especializado en derecho comercial.
Si quiere conectarlos, la casa matriz está en: Edificio Arango Orillac, Calle 54 Este, 1°, Panamá City, Panamá. Tel: 507 205-5888.
El ICIJ se puso de acuerdo en dar a conoce los resultados de la investigación al mismo tiempo, día y mes, cuestión de no empastar las noticias que se obtuviesen. Entre personajes muy conocidos, políticos, artistas, deportistas y más, saltó el nombre de Macri.
Una empresa con domicilio en Bahamas, la Fleg Trading LTD, de 1998, de Franco Macri, padre del presidente, declarada ante la AFIP, disuelta en enero de 2009 y con Mauricio Macri como director.
Mauricio Macri no cobró como director y no fue accionista. Razones por las cuales no necesitaba declarar la empresa cuando fue diputado o jefe de gobierno de CABA. Hay otra off shore, también de Franco Macri, Kagemusha, de 1981, prescripta.
Esta información estuvo disponible desde el domingo 3 de abril; el ejecutivo no se dio por enterado, no le prestó atención. Es muy probable que con mentalidad de ingeniero, sabiendo que todo estaba en orden, no consideró necesario aclarar nada.
La oposición puso el grito en el cielo. Y mientras se investigaba, y esta vez parece que en serio, la desaforada corrupción kirchnerista, la denuncia de los Panamá Papers fue un regalo para las huestes K.
Laura Alonso, al frente de la oficina anticorrupción, con la cintura política de una elefanta preñada, no encontró nada mejor que salir a defender al presidente, en vez de investigarlo, como le correspondía. Un bochorno.
El lunes Macri explicó, dentro de un reportaje a la Voz del Interior, que no cobró y que no fue accionista de la empresa. En algún momento, Franco Macri subió a Internet su declaración a la AFIP sobre la empresa. No fue suficiente.
El martes, la diputada Myriam Bregman, FIT, intentó en la cámara que se votara interpelar al presidente por el tema de la off shore. Otra vez, cero en política; Cambiemos votó en contra y la interpelación no fue.
El miércoles, según la oposición, las detenciones de Jaime, Báez y Perez Gadín eran cortinas de humo para tapar los Panamá Papers. El jueves por la mañana, el fiscal federal Federico Delgado imputó a Macri, el caso cayó en el juzgado de Sebastián Casanello.
El jueves a la tarde, Macri anunció el proyecto de ley de acceso a la información y transparencia y que su fortuna personal iría a un fideicomiso ciego (1° vez en nuestra historia). Las dos muy buenas noticias se vieron tapadas cuando Macri explicó que no fue culpable de “omisión maliciosa” y que solicitaría ante la justicia civil, un “certificado de certeza”.
Se perdieron 5 días; en política, 5 siglos. Un craso error. Este gobierno joven, lleno de problemas dificilísimos de resolver, jaqueado por todos los costados, no necesita errores por impericia. La juventud no es excusa de nada, menos que menos en política.
El poder ejecutivo, con todos sus ministros, la mayoría de ellos ex CEOs de empresa, debe entender que una nación puede y quizás deba ser gobernada como una empresa, pero omite un hecho que está prohibido omitir.
Mauricio Macri puede ser el CEO de una empresa llamada Nación Argentina, pero no es el jefe, ni el dueño. El verdadero jefe y dueño de la Nación Argentina, es el pueblo. Un pueblo al que le deben explicaciones con los papeles en la mano, para que todos los vean, se enteren y despejen toda duda. Los que lo votaron y los que no.
“No basta que la mujer del César…”
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