viernes, 18 de enero de 2013

TIMIDEZ

Recuerdo que al principiar un capítulo de algún libro que redacté a regañadientes, cité una máxima de Oscar Wilde "La única forma de vencer a la tentación es cediendo". Y ése original proverbio del muy talentoso, aunque sodomita autor irlandés, podría ser el prefacio de cualesquiera de nuestras crónicas criollas, sin importar que fuese actual ó pretérita. Lo último, para acreditar esta sinópsis, es el incidente verbal entre este actor -bastante bueno por cierto- Ricardo Darin y la Presidente, quien seleccionó la correspondencia epistolar para su sarcástico descargo. Ante la inmediata movilización de los voceros presidenciales, ergo los lametraseros de Federico Luppi y Eduardo Feinnmann, el denunciante está buscándo una sutil retractación. Lo está haciéndo, acorde a la súbita suma de sus miedos y pronto engrosará el anecdotario vulgar e insípido de nuestra cotidianeidad. Pero esta trunca e interrupta reyerta, si bien carece de toda fascinación, acredita una vez más el temor reverencial que como rayo fulminante, impacta en todos los que se atreven a ejercitar un disenso contra este mórbido de excesos presidenciales. Una criatura de corta edad, recientemente pereció, porque el avión sanitario de la gobernación tucumana, estaba siendo utilizado para que Alperovich y su esposa, disfrutaran de un receso vacacional. En cualquier otro País, que se preciara de serlo, el ofensor hubiese sido sometido a proceso y merced al bombardeo periodístico, anticipado su renuncia. Aquí, no solo está indemne de castigo, por entre otras razones, el inmovilismo popular, sino que él y su mujer, tal vez en un futuro no muy lejano sean presidenciables. Esa atonía movilizatoria, incluso fortaleció a este hebreo de mala muerte, para que sobornara a sus discípulos de caifás en el sobreseimiento de los sicarios que privaron de la vida a Marita Verón. Así sucede con estos lombrosianos, que inmitándo el accionar de Kretina, se fortalecen más y más, cuando le toman la temperatura a la inercia de este pueblo idiotizado; imbecilizado por la ausencia de una mínima presencia de ánimo. Observo de manera recurrente, como se reitera esa cadencia bovina, cuando hacen su aparición televisiva los Fiscales de la República. El último que pude divisar fue De Angelis, quien al finalizar su alocución, dijo ante las cámaras de A24 -sic- "veremos donde nos acomodamos". No se requiere ser muy avispado, para decodificar lo amorfo y solo aparentemente viváz de nuestra oposición. Y si así es, al gobierno, que debe deducir algo bastante similar, se le facilitan las cosas para seguir esta ininterrumpida y porque no, interminable carrera delictiva. No importa cuánto escribamos sobre la dolosa conducta de estos maniqueos ofcicilaistas y ¿opositores?. Mientras el Argentino promedio se las ingenie para sobrevivir a todos los desmanes K, seguirá resistiéndo en forma más que pacífica. Diría que en una total complicidad con el Sistema, este genoma, intrínsicamente hasta los tuétanos, no cesará. En favor de este modelo de pensamiento estúpidamente colectivo, adicionaré un ejemplo más. Si el Comandante de la Fragata ARA Libertad, hubiese aprovechado la masiva presencia de los medios (para denominarlos con inmerecido respeto), para denunciar que la plaqueta que le entregó a la Presidente, no había sido fabricada por personal de la nave, su carrera naval, habría culminado en ese mismo instante, pero su trascendencia hacia a la posteridad como un Caballero, sería histórica. Este tipejo, sin embargo no es diferente a la mayoría del personal superior de las Fuerzas Armadas, que ya han dejado de serlo, cuando aceptaron su mutilación hace décadas. Atrás y casi inadvertidas, quedaron las contadas verdaderas hazañas, como entre otras, las del Capitán de Fragata Guillermo Tarapow, quien en medio de un mortífero incendio, hizo desembarcar a toda su tripulación y timoneó sin ayuda a su Barco, el Rompehielos Irízar a puerto. Su recompensa, el retiro obligatorio. El premio a nuestros héroes no ha mutado. No existe una sola Plaza que lleve el nombre de nuestros caídos en Malvinas, ni otra que recuerde a la posteridad a quienes cayeron defendiéndo a la Sociedad de las turbas erpianas y montoneras. Pero siempre existe un lugar de privilegio para rebautizar calles, avenidas y barrios como Eva y Juan Perón. Es impolítico afirmarlo, pero mientras nos siga gobernándo esa mentalidad peronista, que sedujo a Aramburu y Onganía, a pactar con ellos, la redención será el contrapeso de la molicie & la mediocridad predominantes. Será el precio en oro que deberemos de seguir abonándo por NUESTRA TIMIDEZ Atentamente Carlos Belgrano.- lacuchillnacional@yahoo.com

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