viernes, 20 de septiembre de 2013

ARRASADA

CRISTINA YA NEGOCIA SU SALIDA, PIDE INMUNIDAD PARA SUS HIJOS Y AMENAZA CON DEJAR EN QUIEBRA AL TESORO NACIONAL PARA DESFINANCIAR AL PRÓXIMO GOBIERNO. (ofreció renunciar a cambio de impunidad) “Tierra arrasada” Las tensiones y, por qué no decirlo, la gran preocupación política por lo que hará el kirchnerismo y en particular la presidente Cristina Fernández ante su convencimiento de que en octubre sufrirá una derrota espectacular, podrán alcanzar niveles también espectaculares. La preocupación existente en su entorno está ampliamente justificada como para que podamos enterarnos de algunos entretelones indicativos de que la Argentina se encuentra en vísperas de cambios profundos y también por los movimientos que hará la Primera Magistrada con relación al problema. Asimismo y como punto de partida de nuestro comentario de hoy, podemos decir dos cosas básicas: la primera, que ya actúa lo que se da en llamar un incompleto gabinete en las sombras y la segunda, que a partir del próximo fin de semana es probable que se conozcan más detalles acerca del grave problema de la corrupción, con fotografías incluidas. Para mantener la cronología que contiene este informe, comenzaremos por señalar que hace relativamente poco, Cristina pidió mantener una reunión con alguien representativo del peronismo tradicional o disidente, para negociar su libertad y la de sus hijos, tema que subió algunos niveles y abrió la posibilidad de un cambio institucional. Más aún, durante esas tratativas quedó implícito que la incorporación de Daniel Scioli a la campaña electoral obedeció a la necesidad de demorar el derrumbe que, en conversaciones más cercanas, le permitieron a Cristina apreciar ante sus colaboradores inmediatos que “de no haber sido así, ya nos encontraríamos en plena Asamblea Legislativa”. Las tratativas ni avanzaron ni se congelaron y en el ínterin se desarrolló el proceso electoral caracterizado por rumores de distinta naturaleza -incluso algunos tan avanzados que el periodismo no se hizo cargo- con los resultados conocidos. Divulgada la primera parte de la información del viaje presidencial a la República de las Islas Seychelles, con reservas surgieron otros datos respecto de éste y otros temas que hicieron imposible encarrilar las conversaciones que se truncaron con una respuesta contundente: “No, de ninguna manera…” Así, Cristina supo definitivamente que se le abría el abismo, que sus hijos quedarán involucrados y de hecho sus colaboradores y allegados comprometidos con la corrupción. Cristina recibió en persona la negativa a su inquietud, que había crecido al recibir la noticia de que la candidatura de Sergio Massa a diputado por la provincia de Buenos Aires, ya estaba en vías de superar el 40 por ciento de los votos. Estupefacta, su reacción fue coherente con su personalidad y carácter: palabras más, palabras menos, increpó en la cara de su interlocutor “entonces apréstense a conocer lo que significa tierra arrasada… vamos a ver a quiénes podrán jubilar…” Imaginamos que habrán existido otros vocablos acordes con la situación, pero la referencia específica a la caja de la ANSES permite apreciar que se vendrían actos de gobierno tendientes a dejar una buena impresión popular -a costa de los jubilados y otros sectores- por parte de quien está a punto de concluir con su ciclo político. Como podrá apreciarse, la situación es particularmente grave por todos los factores que están juego, factores que van desde el ámbito diplomático -Chile y Gran Bretaña, por ejemplo- hasta el comercial y el narcotráfico. Antes señalaremos que el caso de las Seychelles tiene aspectos tragicómicos y que demuestran hasta dónde las mentiras oficiales se conocen en el mundo. Por ejemplo, se sabe que la visita al paraíso fiscal fue planificada con unos dos meses de anticipación, cuando se hizo contacto con el gobierno de las Islas para cumplir con el protocolo correspondiente a una visita presidencial pero privada -hubo intercambio de regalos- y con el fin de elegir las plazas hoteleras y concretar las reservaciones para lo que sería el grupo argentino, que superó a las 15 personas -entre las que llegaron en el avión y las que partieron directamente de Buenos Aires- con custodios incluidos, que cubrieron el lujoso departamento reservado para Cristina, hecho que quedó registrado por una periodista presuntamente venezolana, quien tuiteó a la Casa Rosada en busca de información complementaria. Concretado el contacto, la periodista llegó hasta un ansioso Parrilli que le negaba lo que ella veía y registraba fotográficamente. Lo ocurrido sería gracioso si no fuese que estaba en juego la imagen argentina nada menos que desde un paraíso fiscal. Aparte de este tema central y representativo del grado de resquebrajamiento que alcanzó la República en sus más altos niveles de responsabilidad, no podemos dejar de referirnos a la crisis abierta por la medida adoptada contra LAN -la empresa aérea formalizó ayer una medida de cautelar ante la Justicia de nuestro país- para quitarle competencia a Aerolíneas Argentinas, administrada por La Cámpora. El pedido para que abandone un galpón es tan sólo un argumento menor que no permite entender que arriesgue las relaciones con Chile. En realidad, la cuestión de fondo desatada por La Cámpora gira en torno del control de la empresa de embarques Intercargo, que había pertenecido al grupo Yabrán. Esto es así porque lo que se desea es cerrar el circuito para controlar los embarques de droga hacia el interior y el exterior. Algo más que un escándalo

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