jueves, 26 de septiembre de 2013

SOBREVIVIR

CRISTINA INTENTARÁ UNA MANIOBRA DE INCIERTO FINAL Por Carlos Manuel Acuña En política la lógica y el sentido común no siempre marchan de la man. En el caso de Cristina Kirchner esta falencia es más que notoria y forma parte del actual estado de cosas en el país. Si le agregamos el temperamento fogoso y agresivo del que hace gala la viuda y su particular visión de la realidad, tendremos una receta perfecta para entender lo que sucede y tal vez, de lo que sucederá. Ahora, a escasas semanas de las elecciones parciales, cuando todo los presagios adelantados con las PASO indican que el kirchnerismo sufrirá una derrota de proporciones hasta tal punto que podría significar su virtual desaparición de la escena, la presidente de la ex República piensa seriamente en su futuro político. Más aun, una de las alternativas que se evalúa en Olivos es de carácter institucional y se pondría poner en marcha apenas concluyan los comicios. Para ello, el cristinismo aspira a que la diferencia de Insaurralde con Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires no supere el 30 por ciento y que la derrota sea lo más digna posible. Es decir, que el Frente para la Victoria pueda alcanzar ese porcentaje de votos. El acento de la expectativ kirchnerista está puesto en ese distrito habida uenta que las encuestas en el orden nacional le dan un porcentaje muy por debajo de ese número. Por supuesto, todo dependería del escenario electoral que resulte finalmente y sobre todo si Cristina se viera obligada a renunciar antes de concluir con el mandato frente a la imposibilidad de gobernar por falta de legisladores que respalden su gestión y por la rebeldía de los gobernadores que no aceptarán el centralismo discrecional en materia de distribución de recursos. La idea central del proyecto en cuestión, es presentar su candidatura a la gobernación de la provincia de Buenos Aires para el 2015, aunque no se desecha la alternativa de generar una crisis con cierta antelación y manejar los tiempos y las posibilidades de otra manera. Cristina y sus acólitos aprecian que con ese principal distrito en sus manos podrían superar los escollos que le pondría quien estuviera a cargo de la presidencia de la Nación. En tal sentido entienden que podrían obtener legisladores nacionales de otras provincias y formar un bloque durante un gobierno que debería luchar con la difícil reconstrucción del Estado saqueado en medio de grandes dificultades en el plano internacional donde habrá que reformular la política exterior. Por supuesto el cristinismo plantea la situación con otras palabras y una óptica diferente, en especial en lo referente a la calificación que merece su famoso modelo al que consideran inédito en lo relativo a la afirmación de principios soberanos y aceptación popular. Por supuesto no se plntean el hecho de que estan muy cerca de perder el poder actual y eñ que esperan recomponer. El trasfondo que late en esta compleja planificación, es la necesidad de frenar los inevitables embates que deberán soportar por parte de la Justicia que ya inició un proceso de acumulación de antecedentes que no son unicamente los que corresponden a Ricardo Jaime, Lázaro Baes o Cristobal López, por sólo mencionar algunos casos casi elegidos al azar, pues como no lo ignoran nuestros lectores no hay actividad económica donde la mano del kichnerismo esté sucia con negociados o con la organización de anomalías más graves y con repercusión internacional: el narcotráfico, por ejemplo. Si hacemos mención de esta temática se debe a que la necesidad de preservarse, hace que Cristina y quienes la rodean transiten por la vida política e institucional marginándose de la realidad pese a los temores que poseen. Para concluir, debemos señalar que quienes saben que hoy por hoy es imposible elaborar proyectos productivos cualesquiera sean éstos, también forma parte del proceso que se viene encima, pues Cristina adverte que nada mejor para preparar el terreno a sus ambiciones, es aprovechar el plazo posterior a los comicios y cualquiera sea su reultado, para poner el acento en Buenos Aires, distribuir fondos, subsidios y planes preparatorios de su candidatura y de paso, perjudiciales para cualquier gobierno nacional que se precie y se sienta capaz de encarar la recuperación integral de la República. Y ya que estamos ¿Se imaginan a Cristina sentada en La Plata, a cargo de la gobernación...?

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