jueves, 5 de septiembre de 2013

TERRIBLE ARGENTINA

-Una radiografía temible Por Pepe Eliaschev Voy a describir lo que está sucediendo no solo con la Argentina, sino en la Argentina. He resuelto hablar de eso. Además, he resuelto no quitarle el cuerpo al desafío que representa. Voy a intentar hacerlo, aludiendo al problema, pero sin distraerme con derivaciones personales. No voy a mencionar ni un solo nombre ni un solo apellido. Voy a describir lo que está sucediendo no solo con la Argentina, sino en la Argentina. 1. Es una persona permanentemente despechada. Este es uno de los rasgos centrales de su arquitectura emocional. El despecho se le manifiesta en esa sensación permanente que transmite, que alguien o muchos le deben algo a ella, en particular. 2. Pero no es solamente eso. Es un ser humano llamativamente irascible. La ira es uno de los pilares de su fisiología mental y no puede ocultar que esa ira se percibe en ella, a estas alturas, de manera explícita, ante la vista y paciencia de millones de seres humanos. 3. Recurre, con frecuencia, a lo que ella pretende que sea solo un sarcasmo. Se posiciona como sarcástica, como si se tratara de un personaje surgido de un guión de televisión o de una obra de teatro, cuando en verdad el sarcasmo tendría que ser una reacción muy excepcional para casos igualmente muy particulares, y no un estilo permanente de alguien que, precisamente, ha sido elegido para dirigir a un país. 4. De modo prácticamente permanente, se le advierte un tono de agresividad crónica. Si sumamos el despecho, la ira y el sarcasmo a la agresividad, tenemos un conjunto tóxico. Esa agresividad tampoco puede ser ocultada, ni siquiera puede ser ninguneada. Al contrario, parece que se ha convertido en un hábito el demostrar esa agresividad para que se confunda con ejecutividad o capacidad de gobernar. 5. Opera con un inmediatismo asombroso. Habla prácticamente mientras las cosas están sucediendo. No se reserva horas o días de reflexión. Interviene en tiempo real, todo el tiempo, en todos los medios, sobre todas las cosas, humanas y no humanas. Ha confundido, de alguna manera, el cargo de Presidente de la Nación con el rol del comentarista, que se expresa, más o menos, con cierta impunidad. 6. Ese inmediatismo, otro de los rasgos de su personalidad, va de la mano de una verborragia muy evidente. Entiéndase por verborragia lo que le sucede a una persona muy fascinada por hablar pero en forma de monologo, como si se fuera alguien necesitado, desesperadamente, de comunicarse, todo el tiempo, a través del lenguaje de la retórica, no de los hechos. 7. Despechada, irascible, sarcástica, agresiva, inmediatista y verborrágica, además pretende ser irónica. Este es otro de los capítulos que atraviesa la saga de su cotidianeidad. La ironía le surge a flor de boca en todo momento. Va de la mano de lo que antes mencionaba, el sarcasmo, pero tiene una definición puntual. La ironía es el lugar en el que ella se pone para comentar la realidad, a la que debería transformar. Pero esto no es lo único que uno advierte. 8. Es, asimismo, una persona con una tendencia muy evidente a exhibir su desprecio por todo lo que la disgusta. En el caso de este 20 de junio de 2013, el desprecio se hizo evidente para con los integrantes de la magistratura argentina. Pero también ha sido despreciativa con los periodistas, con los productores agropecuarios, con los políticos opositores y, desde luego, con todos quienes forman parte de la carrera judicial. 9. El desprecio es algo que se completa con otro rasgo de su personalidad, el menoscabo, vale decir, la devaluación, prácticamente sistemática de todo lo que no forma parte de su aparato de poder. El menoscabo se expresa a través de su negativa cerril a siquiera conversar o dialogar con quienes no forman parte de su régimen, como si no fueran argentinos. Tengo otros argumentos para seguir definiendo esta silueta. 10. Tiene una tendencia francamente sorprendente la sobreactuación.Es la persona que denunció, nomás comenzar su primer mandato, que había una conspiración de los Estados Unidos para derrocarla, cuando se descubrió aquella famosa valija de los 800.000 dólares en el Aeroparque. La sobreactuación, o sea, la exageración histriónica de lo que sucede, es otro de los rasgos de su personalidad. 11. Se le suma, en estos últimos años, una pintoresca incontinencia por ser supuestamente transgresora, bailar y hablar como si tuviera cuarenta años menos, escribir tuits con lenguaje de adolescente y no como lo que es, una señora que ya ha cumplido sesenta años.Aparentemente, expertos en marketing que la asesoran, o a los que ella escucha, le dicen que este es un modo de estar cerca de los jóvenes. 12. Es una persona que ha construido su lugar político en estos últimos años a través de un sistemático ataque a otros poderes de la Constitución, que no ha logrado someter y que no le han sido dóciles, como por ejemplo, el Poder Judicial. 13. Como si todo esto fuera poco, es obstinada. Los resultados de la realidad se le van revelando permanentemente de una manera muy diferente a lo que ella imaginaba y, sin embargo, sigue pensando que insistir por el mismo camino, algún día le va a dar algún resultado. Por eso, si como decía Einstein, es imposible pedir que las respuestas cambien cuando uno repite la misma pregunta. Ella es “anti-einsteiniana”: considera que tanto se va a repetir y tanto se va a potenciar su apuesta, que algún día tendrá razón. Despechada, irascible, sarcástica, agresiva, inmediatista, verborrágica, irónica, despreciativa, inclinada al menoscabo y a la sobreactuación supuestamente trasgresora, y obstinada: ésta es la silueta de la persona que este 20 de junio de 2013 se presentó en Rosario en el Día de la Bandera. Como ha hecho con otros festejos de nuestra historia patria, en lugar de hablar de la historia argentina, utilizó todo el espacio y la retórica para defenderse a sí misma. Esta es la persona que tiene que permanecer en la presidencia hasta el 10 de diciembre de 2015. Tengamos paciencia los argentinos.

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