viernes, 29 de junio de 2012

HIJOS


Los hijos extramatrimoniales de Nestor y Cristina que no quieren reconocer
Carolina Pulqui: La hija escondida de Cristina Kirchner

No escapa a los ambientes bien informados que existe la presunción que Cristina tendría una hija discapacitada, que oculta, esta versión fue confirmada por tres fuentes, dos periodistas y un agente de la SIDE.
Las versiones son muchas, las confirmaciones pocas y el silencio oficial pareciera ser el más fuerte de los ruidos. Lo único cierto es que cada vez se hace más complicado mantener la trama en reserva.
El caso tiene las añadiduras necesarias para alterar la sensibilidad de cualquiera, y es que al inconcebible abandono se le sumaría una serie de injustificables razones. Una de ellas sería la temprana edad en la que Cristina habría dado a luz a la pequeña, algo bastante condenado para una joven de 19 años en los años 70, la otra causa de abandono de la niña sería que la misma habría nacido con las capacidades mentales reducidas.
Fuentes cercanas al staff íntimo de la presidenta afirman que Cristina habría quedado estupefacta el día en que Carolina la señaló por la calle en un encuentro casual por La Plata, “¡Mamá!”, habría gritado la niña mientras apuntaba a la, en ese entonces, Primera Dama.
Cristina siempre habría querido mantener las contadas visitas al Centro de Rehabilitación San Juan de Dios de La Plata, lugar donde se habría desprendido de Carolina al nacer, lo más ocultas posibles, queriendo hacer de cada visita a la niña un acto casi desapercibido, Pero la popularidad política de Cristina fue haciendo esta rutina cada vez más ardua, y la gente habría empezado a sospechar, el traslado de Carolina a otra institución habría sido inminente.
La casona donde vive Carolina Pulqui está en la Avenida Alvear, entre Rodríguez Peña y Montevideo, son verdaderas. «¿Desde cuándo recibe la Senadora a su hija de 36 años ahí?, lo hace desde que todos los contribuyentes pagan las cuentas, es decir: desde que ni las cuotas del Centro de Rehabilitación San Juan de Dios ni los tutores especiales en la casa de su madre en Tolosa corren por su cuenta.

Oportunamente, en el año 2007, previo a la asunción de Cristina como presidenta de la Nación, dos periodistas de este medio montaron una larga guardia en las afueras de la casona de Avenida Alvear con ansias de investigar el tema, pudo verse a Cristina entrar al menos dos veces a lo largo de un mes, el silencio en la zona era de radio, el tema estaba prohibido, Cristina asumió la presidencia y no se volvió a verla por el lugar.
«La hija con síndrome de down de Cristina Kirchner tiene 36 años, el padre no es Néstor, es un antiguo cuadro montonero mendocino, ella era demasiado joven, el demasiado viejo, una falencia genética puede tenerla cualquiera.
Llegar al verdadero padre no es tan difícil, se lo puede encontrar en La Biela de Recoleta, y quienes ya lo han hecho saben que pueden encontrarlo ciertos sábados al mes en cierto centro médico especializado en padecimientos infecciosos.
«Las discusiones en la casona de la Avenida Alvear han sido salvajes. Él no está contento con la recuperación de la hija, ella intenta hacerla patinar con sus propios patines, pero no hay caso, no logra el equilibro, se cae.
Una vez él mismo quiso ayudarla, quiso expresarle algo de la adhesión paternal que la nena nunca había conocido, ella lo vio a solas con la nena y le recriminó que fuera demasiado cariñoso».
El encono en el staff contra la fuente de zapatos relumbrantes, infaltables gemelos de oro con sus iniciales, corbata de seda italiana es siempre el mismo, contar sus datos, en cierto centro de infectología, y después, en La Biela, pero su labor de infiltración en el corazón del kirchnerismo es pura: un juez de la Corte Suprema, un juez pro-abortista, un juez a favor de la despenalización de ciertas drogas blandas, lo ampara casi con la misma ternura con la que le suministra información.
El staff prefiere llamarlo el Ángel Rubio, tampoco lo intimidaron, ni siquiera, el mail con su fotografía y la bala con la punta ahuecada en forma de K dibujada sobre su frente, Tampoco lo asustó el casco marcial del individuo que no hace mucho tiempo, desde una motocross, lo abordó con prepotencia y le dijo “dejate de joder con la presidenta”.
Ese mismo día por la tarde, alguien había revuelto todo su armario, no habían robado nada: lo había destruido todo, camisas, trajes, corbatas, relojes, vestidos, algunos tan elegantes, tajeados con rencor.
«La misma Hebe se ocupó de recuperar a la niña de 36 años desde 2003, pero no fue gratis, por supuesto, La Presidenta en ese tiempo Senadora le dirigió giros suculentos a través del Banco Macro, todos partían del mismo lugar: la cuenta número 0125015321154 en el Banco Nacional de Cuba, apenas la localizaron, los sicarios de Hebe la reubicaron tan sana como pudieron en Tolosa en ese tiempo al cuidado de la señora Ofelia, que se resiste a usar cualquier pañuelo en la cabeza.
Y a propósito de esta nota, ¿comentamos por qué las listas detalladas de los llamados telefónicos desde la Universidad de Hebe rebalsan de números ubicados en Madrid?.
La próxima, como dijo el bisnieto del ministro de Economía del presidente Manuel Quintana, dice una de las voces del staff, tengo el deber patriota de defender mi Nación. Por eso me voy a ir a París con Jacques, tampoco lo descarto por la seguridad de Cipriano y Carino, desde París se puede comandar mejor la investigación porque mencionó no está infestada de negros peronistas como este país.
El otro hijo no reconocido de Nestor Kirchner

En el año 2005, se comenzó a hablar de un hijo no reconocido que habría tenido el ex presidente Néstor Kirchner con la titular a cargo del Juzgado Provincial de Primera Instancia Nro 1 de Puerto San Julian, Santa Cruz, Luisa Lutri.
El rumor había nacido de las entrañas del propio oficialismo y parecía verídico, no sólo por el enorme parecido del vástago en cuestión para con el ex mandatario, sino también por la calidad de las fuentes de información que habían dado la data a los medios de información.
Nos preguntamos retóricamente acerca de la posibilidad de que esto fuera real y hasta oficiales para saber qué podría haber de verdad a este respecto.
Dos funcionarios de primera línea del kirchnerismo, uno ex Ministro de la Nación y un Secretario aún en funciones admitieron entonces que la versión era real, que el muchacho en cuestión se llamaba Alberto Mariano Perrone Lutri y que había sido el producto del “amor” entre Kirchner y la jueza Lutri a mediados de los años 80.
Fueron días en los que ambos eran abogados y debieron recalar en Río Turbio en el marco de una negociación sindical, Néstor estaba lejos aún de ser Gobernador de Santa Cruz y Lutri de ser jueza, de hecho, será Kirchner el que la nombraría en su cargo de magistrada no bien llegó al Poder Ejecutivo santacruceño.
Jaime, el cuidador
Mariano es el secreto mejor guardado en el kirchnerismo, todos lo saben, pero nadie habla al respecto.
Sin embargo, es cada vez más complicado mantener en reserva el tema, ya que el parecido que posee Mariano con Néstor Kirchner habla por sí solo, basta ver las fotos para darse cuenta de ello.
El ex y difunto presidente sabía que la información era explosiva y por eso siempre mantuvo a su “no reconocido vástago” permanentemente monitoreado por puntuales agentes de la ex SIDE, es más, durante años lo mantuvo lejos de la provincia de Santa Cruz para escapar al posible asedio periodístico, la provincia elegida para que recalara fue Córdoba.
“El que cuidó a Mariano fue Ricardo Jaime (ex secretario de Transporte de la Nación) y por eso se ganó toda la confianza de Néstor”, pero gracias a nuestros informantes de esa provincia mencionó, “es verdad, el pibe es igual a Néstor y le gusta mucho el folklore. Acá estuvo viviendo bajo el ala de Jaime”.
Al pibe le armaron un fideicomiso y nunca va a decir nada”, admitió nuestro informante.
Lo mismo ocurre con su madre: que fue entrevistada por la fue revista Noticias y sólo obtuvo una definición puntual: “Mi hijo no es de Kirchner”.
Concluyendo
Es inadmisible que un gobierno que se arroga la elogiable pelea por el derecho a la identidad, permita semejante contradicción. ¿Por qué el ex Presidente no le dió su apellido a su hijo? ¿Por qué ni siquiera lo reconoció como propio?
Tmbién descubrimos que otro funcionario estaba en similar situación. Se trata del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien posee una hija extramatrimonial y tampoco la admite como suya.

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