HIJOS DE PUT................

HIJOS DE PUTA Conmovedor grito del 18A frente al Congreso: "Hijos de puta, hijos de puta" De acuerdo al Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad, a las 21:30 en la capital federal se habían movilizado ya más de 1 millón de personas. por EDGAR MAINHARD CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Noche impresionante, imposible de imitar para el kirchnerismo cristinista en retirada. Ellos tuiteaban que tienen los votos, y que los votos le ganan a las cacerolas, pero cualquiera puede anticipar que, con la movilización nacional que ocurrió el jueves 18A, ya no hay 54%. Ni siquiera 40%. Ya son minoría: ese es el mensaje para el viernes 19A, el día después, y las jornadas que vendrán. Inexorablemente están de salida, aunque es bueno que eso no ocurra todavía porque hay un sistema democrático que preservar y, además, ellos tienen que hacer el ajuste de los precios relativos que distorsionaron: desde el tipo de cambio a las tarifas. Que el falso progresismo se haga cargo de todo. No vaya a ser que los nac & pop se quieran ir sin pagar los platos rotos para después creerse con ínfulas como para intentar reclamar. Y fue impresionante en todo el país, no sólo en Ciudad de Buenos Aires, donde a las 21:30 se había constatado la movilización de 1,5 millón de personas. Otro tanto colmó el resto de la Argentina. Fue impresionante en términos federales, un concepto que no hay que ignorar en días de la Cristina unitaria. del Estado Nacional que consume todos los recursos y pretende condicionar al resto con una administración maniquea hasta de lo que no le pertenece. El rechazo a Cristina y a la memoria de su marido muerto y al Frente de la Victoria fue nacional. Fue espontáneo. Fue multitudinario. ¿Será efectivo? La mayoria de los que asistieron no concurrieron con la expectativa de que serán escuchados sino decididos a expresarse. Muchos de ellos ya marcharon en 2012 y todos volvierían a marchar en 2013. "El que no salta es un ladrón", "Se va a acabar, se va a acabar esa costumbre de afanar", "Se va a acabar, se va a acabar la dictadura de robar": todas consignas que aludieron a la corrupción, a la idea de una Administración enchastrada por su codicia, por su mezquindad, por su inmundicia, y por su idea perversa de que la gestión del Estado es para el enriquecimiento de sus funcionarios y amigos, en vez de un servicio público solidario y desinteresado. En las anteriores movilizaciones abundaron reclamos por los derechos individuales. En esta ocasión el tema fue la defensa de las instituciones, acechadas por los riesgos del autoritarismo y el saqueo. Hay una madurez notable entre quienes se movilizan, conscientes de que la corrupción no es concepto baladí. Era casi una obviedad que, luego, la multitud terminaría en el desafiante y a la vez lapidario: "Hijos de puta, hijos de puta, hijos de puta", en las puertas del Congreso de la Nación. Atención: antes también hubo un masivo: "Que se vayan todos" porque, en definitiva, todas las movilizaciones se hicieron a pesar de políticos y sindicalistas. Las convocó y concretó el esfuerzo popular que decidió asumir que no tiene líderes de relevancia, pero eso no puede impedir el reclamo en las calles. Lo que ocurrió el 18A no se puede ocultar ni ignorar, y si el Frente para la Victoria lo intenta, tendrá que arriesgarse a enfrentar las consecuencias. ¿Son tan necios para intentar desconocer que se está a las puertas de graves hechos de desobediencia civil, comenzando por la rebelión fiscal?, tema que abordó más de un manifestante durante esas largas cuadras que fueron hasta el Obelisco, luego hasta Plaza de Mayo y más tarde hasta la Plaza de los 2 Congresos. La respuesta es Sí, son tan necios; y eso provoca una sensación de un poco de culpabilidad y otro poco de enojo en muchos, en especial cuando escuchaban el "Yo no la voté, Yo no la voté". Los más enojados son quienes votaron a Cristina en 2011, compadeciéndose de su viudez, los que compraron la idea del marketing del luto, y la promesa de que habría tolerancia y respecto, en vez de un voraz y totalitario "Vamos por todo". Insoslayable: fue la marcha anti Cristina de la que participaron más jóvenes de colegios secundarios. Impresionante presencia juvenil, muy superior al 8N. El sufragio a partir de los 16 años puede terminar en un pelotazo en contra para el FpV. Las 5 estafas de Cristina Pero ¿qué fue lo que movilizó a tantos argentinos? El nudo del 18A fue el deseo de millones de argentinos de afirmar que aquel 54,11% de octubre de 2011 quedó atrás. Entre los que se creen estafados que se suman al 46% que no la votó, se construye una nueva mayoría, descontenta, exigente y movilizada. Le cuestionan a Cristina que ella mantiene una agenda limitada a > concretar su venganza con Grupo Clarín, y > obtener su propia permanencia en el poder. Eso no es un programa de gobierno. Resulta, apenas, una egoista demostración de que el kirchnerismo cristinista se agota en el poder por el poder mismo. Es una estafa a quienes se les prometió una sociedad bien administrada. Cristina Fernández de Kirchner cayó por un tobogán durante 2012 y no ha reaccionado en 2013 de acuerdo a las expectativas populares. Por el contrario, ella decidió ratificar todo lo que se le cuestionó y refugiarse en el engañoso calor de una minoría fanatizada, a la vez beneficiaria de múltiples privilegios que se pagan con una presión tributaria récord en la historia argentina, no compensada por una paupérrima contraprestación del Estado. Es otra estafa, en este caso a los contribuyentes en general. Hay una 3ra. estafa de la viuda de Néstor Kirchner: cada vez que hay un discurso por cadena nacional, la locutora gubernamental se encarga de aclarar que Cristina es "la Presidente de los 40 millones de argentinos", y ella misma comienza sus alocuciones afirmando que le habla "a todas y a todos". No es cierto. José Manuel De la Sota le comentó a los televidentes del 18A que lleva más de un año solicitando una entrevista como gobernador de Córdoba, una de las provincias más importantes de la Argentina, y ella se niega a recibirlo. La Presidente carece de generosidad y de anhelo de diálogo con nadie que no acepte sus imposiciones. Eso es estafar al espíritu plural que propone la democracia representativa. Luego, Cristina Fernández de Kirchner se ha manifestado, en muchas ocasiones, defensora y simpatizante del régimen republicano. Pero ella y su marido fallecido, en la práctica, sojuzgaron al Poder Legislativo, extendiendo inexplicablemente, y aún ampliaron, la emergencia económico-social, a los efectos de transferir facultades del Congreso al Poder Ejecutivo. A la sodomización de los representantes de las provincias que deben expresar el espíritu federal, se le acumula el intento de vulnerar la independencia del Poder Judicial. La República se muere. También la Constitución Nacional que la define. Hay una 5ta. estafa de la Presidente de la Nación: una y otra vez, tanto su marido fallecido como ella prometieron transparencia administrativa y honestidad en la gestión. Ese compromiso lo asumieron en ocasión del debate sobre los depósitos bancarios de la provincia patagónica, enviados al exterior y sin información adecuada acerca de su administración y los rendimientos financieros producidos. Sin embargo, Cristina lidera un gobierno denunciado como corrupto, aún más corrupto que las otras administraciones de la democracia representativa recuperada en 1983. La decepción de algunos, y la confirmación de los temores de otros, se confunden en una sola exclamación que se escuchó en las calles del 18A, y se sigue escuchando el 19A y días siguientes: "¡Basta!". No se trata de interrumpir un mandato constitucional sino de reclamar al FpV, reflexión y rectificación. Pero su líder no desea escuchar. Cristina no le ha dedicado a problemas centrales que afectan a toda la población como la inseguridad y la inflación ni el 10% de sus preocupaciones destinadas a su reyerta con Héctor Magnetto. Provoca enojo, obviamente, una Presidente de la Nación que parece vivir una adolescencia eterna, y peligrosa. Una Cristina Fernández de Kirchner que se sospecha > cómplice de Lázaro Báez y los otros negocios de su marido fallecido, del que es heredera y, a la vez, > es incompetente para dar una solución al colapso de la economía, que ella misma provoca.